Tuesday, June 11, 2019

El jardinero impaciente



Pepe Casio Florín,  era a todas luces,  un jardinero de postín. Escarbaba la tierra, la abonaba; sembraba semillas, las regaba y al final del día, embelesado, orgulloso, con mucho cariño  las observaba, hasta les contaba cuentos.  Con dedicado esmero solía cuidar las plantas que felices brotaban y  crecían hasta florecer con sus mejores galas. La fama de Florín  creció. Vinieron periodistas, le hicieron reportajes. Se hizo famoso. Su ego creció exponencialmente.  Los encargos  se multiplicaron. El los aceptaba todos - pero ¡Ay! el trabajo tenía que hacerse y el día seguía con sus 24 hs- por lo que cada vez regaba más rápido y torpe, abonaba menos;  incluso descuidaba, impaciente, algunas de sus más antiguas plantas, las más fieles, las que habían estado junto a él en sus momentos más duros, más tristes,  y siempre alegrado su vida.   Un día una,  que mucho lo extrañaba,  quiso con vehemencia ser vista  nuevamente  por él.



9 comments:

manouche said...

El pobre su fama crecio aun mas que sus plantas !

Ester said...

Con la imagen y el relato has puesto el punto en la avaricia de quererlas a todas y su imposibilidad. Abrazucos

Pedro Ojeda Escudero said...

Aquí vuelvo, a labrar el jardín...
Besos.

Cayetano said...

Quien mucho abarca, poco aprieta.
Abrazo, Myriam.

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Su segundo apellido hacía honor a su personalidad :-)
Musu bat.

Emilio Manuel said...

Es el problema de los seres vivos, cuando nos acostumbramos a las personas resulta difícil que nos la quiten.

Abrazos.

Colotordoc said...

Pasa cuando falta día...o sobra trabajo...

Besote guapa

Bienaventurada said...

Nunca es bueno olvidar nuestros orígenes, la vida tiene muchas vueltas, a veces estamos arriba a veces abajo, un abrazo.

Alicia said...

Suele pasar cuando se barca más de lo que es posible,
saludos!