Thursday, October 17, 2019

Este jueves, un relato: "Aviones", El avión


Foto  © Myriam Goldenberg. 




Kevin Klein, ejecutivo de una conocida empresa de Software, tomó el avión como lo venía haciendo  cuatro o cinco veces al mes desde que  había ascendido al puesto de Gerente de ventas, hacía 4 años.  Al comienzo no le resultó nada fácil. Tuvo que ir a terapia con una respetada psicóloga para aprender a vencer su fobia  que le impedía subirse a un avión.

- Sujétense los cinturones- dijo  el piloto por el altavoz. Pasaremos por una zona con tormenta, por lo tanto  habrá turbulencias, pero la buena noticia es que durará poco tiempo. Kevin comenzó a temblar como una hoja de parra al viento y a sudar copiosamente como sí él mismo fuera una de  las Cataratas del Niágara.  Entonces recordó la vez que navegó con su amigo Giuseppe  Contilano en canoa hasta llegar a la cueva "de los Vientos", bajo la cascada "el Velo de la novia" y de como se extraviaron  en la Isla "de la Cabra".  Y de que casi se mueren allí hasta que después de una semana, fueron rescatados en helicóptero de la Cruz Roja. Cerró los ojos y  respirando lento y profundo tal como había aprendido en una de las sesiones de terapia, se decía para sus adentros...."comparado con aquello, Kevin, esto es moco de pavo, es.... moco de pavo". Y trataba de imaginarse que estaba en una playa de ensueño en el Caribe con una mujer con cabellera caoba,  de buenas curvas y voz dulce.  De pronto, sintió una sacudida,  alguien lo estaba despertando de su ensueño. Abrió los ojos. Miró a su alrededor, no  estaba en el avión, no había otros pasajeros, sólo estaba él con esa mujer de cabellera caoba en una cueva oscura y húmeda. La miró con atención. Tenía ojos brillantes verde esmeralda,  una dentadura blanca con destellos multicolores y un traje de escamas plateadas que la cubría  de la  cabeza a los pies y que portaba bien ceñido al cuerpo. La mujer  con voz metálica intermitente y plana, le dijo:  _ Has llegado a tu destino, Kevin Klein. ¡Bienvenido al planeta Orialmek de la Constelación del Tigre!.


(¡Un relato en exactamente 350 palabras!)





25 comments:

Cayetano said...

Seguramente fue víctima de algo que tomó en el aeropuerto antes de salir. A saber...
Un abrazo, Myriam.

Mari-Pi-R said...

Una pesadilla de las que se suelen tener cuando nos incomoda un trayecto.
Un abrazo.

manouche said...

Con 350 palabras pero sin equivalencia carbono...
La Garganta del Diablo la admiré desde un helicoptero. Que recuerdo !!

Ester said...

Vaya pesadilla, pero con ese despertar seguro que prefiere seguir soñando. Abrazos

Clara said...

Jaja....los aviones, dejar el control y respirar( a mi también me ayuda una copa de vino y ver pelis).
Me encanta el final con esa Mujer exuberante y esa cueva húmeda.💕

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Disculpa Myriam, que no conteste a tus comentarios, pero es que no paramos en todo el día y bastante tengo con poder escribir la crónica diaria.
Musu handi bat. :-)

Beauséant said...

Evidentemente ha muerto y a resucitado en el sitio al que pertenece... creo que a mi me pasará algo parecido, no encajo en parte alguna simplemente porque no es mi sitio.. sólo tengo que esperar a que vengan a buscarme ;)

Pitt Tristán said...

Gran relato, pleno de imaginación.

Enhorabuena.

Pedro Ojeda Escudero said...

A ver si va a ser por eso que no me gusta volar...
Besos.

Colotordoc said...

Y sin embargo siguió volando...

Besote guapa

El Demiurgo de Hurlingham said...

¿Así que sólo era un sueño, para despertar junto a una mujer exótica?
Un abrazo.

MOLÍ DEL CANYER said...

Sueño o pesadilla? Que forma de terapia...muy bueno, besos.

Genín said...

¿Y las palabras las cuentan una a una? :)
Besos y salud

Kasioles said...

Querida amiga: ¡Ya sabía yo que valías mucho!
El relato te ha quedado perfecto ¡Bendita tu imaginación!
Te deseo un feliz regreso a tu casa sin turbulencias en el avión.
Cariños.
kasioles

Roxana B. Rodriguez said...

¡Hola! Qué genial que sean justito 350, ni hicieron falta más. Me he sentido muy cercana a Kevin que yo también le tengo pánico horrible a los vuelos. Y me ha parecido de lo más curioso el final ¿Realmente era un sueño, la realidad o era su juego? ¡Jo! Como que da para hacerlo un programa de verdad.
¡Un abrazo! Y gracias por participar :)

Neogeminis Mónica Frau said...

Esa si es una extraordinaria manera de transportarse! Original tu relato Myriam. Un beso

Poetas Vivos said...

Hostias que paranoia¡ Ahora me queda la duda de cual había sido el sueño, muy buen derroche de imaginación, me ha encantado. Un abrazo.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche said...

Interesante y misterioso relato... creo que Kevin ya no tendrá más miedo a los aviones.

Un abrazo.

Gisela de www.ManzanitaLectora.com said...

Que curiosa anécdota la que tiene con su amigo y ese final ha sido toda una sorpresa. Me quedará la duda de qué era realmente todo. Muy buen relato.

Que tengas un lindo domingo.

¡Saludos!

Campirela_ said...

Te has ajustado tan bien a las letras que nos has hecho tener el mismo sueño para cada uno de nosotros ..me gusto mucho tanto el sueño como el final todo muy aventurero me encanto .
Un besote grande.

Ildefonso Robledo said...

Un bello relato, amiga, pleno de magia
Un abrazo

Maripaz said...

Todo un reto en esas 350 palabras construir un relato tan bueno como el que has hecho, Myriam.
He vivido tan intensamente esas turbulencias y esa angustia de Kevin, por el miedo a volar que tengo, que el despertar ha sido genial.
Besos.

María Pilar said...

¡Qué preciosidad de relato, Myriam! Me ha encantado. Ese giro final que tanto sorprende al lector cuando ya se teme lo peor es de aplauso.

Un abrazo, preciosa.

Loli Salvador said...

Me ha gustado mucho,no esperaba que fuera así su despertar.
Es una pena que no pueda leer todo lo que escribes, bien te seguiría con interés por eso he dejado en mi blog unas palabras para ti después de mucho tiempo sin haberte respondido. Gracias, amiga Myriam.

Abejita de la Vega said...

Nada, que no me decido a volar. Y si acabo en la Constelación del Tigre...ni te cuento.
Besos, Myriam