No era la primera vez que tenía este sueño: iba caminando por calles blancas que subían o bajaban en una ciudad sin nombre, en un tiempo que no sabría definir, con un aire agobiante de verano sin viento hasta llegar a una casa con paredes encaladas. Me veo a mi misma cruzar el portal de hierro labrado semi-abierto y atravesar el jardín. Con pasos dubitativos y ligeros, llego hasta la puerta de entrada de la casa de madera tallada y con una de las llaves de mi llavero, la abro. Entro. Todo está en silencio, llamo a ver si hay alguien pero nadie contesta. Paso por un largo pasillo blanco, bajo cuatro escalones, atravieso un pasadizo y accedo a una habitación. Miro a mi alrededor. No hay espejos, no hay cuadros. Las ventanas no tienen cortinas y los vidrios están sucios, no reconozco nada. No sé dónde estoy. Un sudor frio recorre mi cuerpo, la angustia se anuda en mi estómago. Quiero llorar, pero no puedo. Abro una ventana y al asomarme veo hileras de autos estacionados; de pronto, siento las cosquillas del pincel de Paco, el pintor, delineando mis contornos.
14 comments:
Despiertas, todo ha sido un sueño.
Un abrazo.
Una pesadilla reveladora. Al menos reconoces a Paco!
A veces resultamos ajenos a nosotros mismos y eso puede ser aterrador .... o tremendamente emocionante: todo un nuevo mundo por descubrir!!
A ver, todo blanco y largos pasillos... debe ser un hospital o una residencia. Jejeje.
Un abrazo, Myriam.
Saldré unos días y me será difícil conectarme para ver qué escriben los amigos. Así que nos veremos a la vuelta.
Una paesadilla que acabe en agradable sueno....
Yo también he soñado con pasillos largos, no blancos, pero si oscuros...y corriendo...
Besote guapa
A partir de tu relato, comenzaba a adentrarme en la casa de los espíritus, a sentir ese ambiente de suspenso que crearon en sus novelas, por ejemplo, Edgar Allan Poe o Agatha Christie; cito a estos dos famosos escritores porque comencé a dejar volar mi imaginación mucho más rápido y fantaseé con cualquier cantidad de sorpresas positivas o negativas. Con todo lo anterior quiero decir, mi querida Myriam, que lograste atraparme con tu bien narrada historia para luego despertar con un final, poético, ese en donde Paco, con su pincel, delinea tus contornos...¡hmmm, te imagino Myriam, qué feliz te veo!!!!
Te dejo un beso.
Ya ves, ya hay un Paco en tu vida...jajaja
Besos y salud
Sueños , sueños son,,pero a veces..llevan su carga interna...un saludo desde Murcia....
Los sueños pueden ser realmente una tortura o abrirnos a nuevos mundos inimaginables. Un placer como siempre leerte. Abrazos.
Los sueños baten y amasan nuestros recuerdos. Así son de incomprensibles.
Besos, Myriam.
Buscas un amor; y ese amor da miedo
Mas as coisas passam, ficaram tão longes os sonhos, e um dia voltamos e tornou-se pesadelo. Tudo modifica, as coisas passas, tanto as boas como as ruins. A verdade, é que tudo passa...
Beijo, querida.
Muy buen relato de este sueño que, sabe dios, cómo lo hubiera interpretado Freud y también, o quizás mejor, Jung. Estoy leyendo a María Zambrano que también se ocupa de los ensueños. Ya sabes de mi pasión por Borges y su afición por los sueños. Es un mundo que me apasiona. Yo siempre digo que los sueños son las sombras de los días anteriores. Muy bueno su final.
Besos
Quizá en algunos sueños recurrentes se puede vivir...
Besos.
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