Friday, July 17, 2020

Raro jarrón chino del Siglo XVIII sobrevive al paso del tiempo y a 4 dulces gatitos

En estilo Yangcai,   datado 1742-1743,    hecho para el
Emperador Qianlong que gobernó China por 60 años en el Siglo XVIII. 
Supervisor del horno imperial:  Tang Ying. 
Muy pocos artefactos  salidos de este horno 
se han conservado a la fecha lo que  convierte a  este jarrón  en una rara obra maestra.
Lo descubrió el consultor de arte con sede en Amsterdam Johan Bosch van Rosenthal
en casa de una anciana que tenía 4 gatos rondando por ahi. 
Fue subastado por Sotheby´s por la módica suma de 8.000.000 de Euros.

(La señora octogenaria quiere permanecer anónima, 
los gatitos recibieron chuches y una medalla al mérito gatuno 
y por si acaso, aclaro que   dicha señora  no es pariente mía)





El emperador Qianlong  (1711-1799, reinó desde 1735) de la Dinastia Qing, de etnia manchú, fue un gobernante ambicioso y consciente de su deber. Heredó de su abuelo Kangxi y su padre  Yongzheng un imperio en auge, y durante su largo reinado Qianlong presidió una de las épocas de prosperidad económica más largas de la historia de China. Los bajos impuestos sobre el campesinado, la emancipación de los siervos promovida por su padre, la introducción de nuevas cosechas como el maíz y el boniato,​ y la estabilidad interna propiciaron una expansión agrícola y demográfica sin precedentes; durante su reinado la población China se dobló desde unos 150 millones en 1730 hasta los 300 millones de habitantes en 1790,  lo que suponía un tercio de la población mundial

Como líder militar, Qianlong dirigió las Diez Grandes Campañas militares, que expandieron el territorio chino desde las zonas tradicionales de influencia de la etnia  Han en las llanuras del Río Amarillo y del Yangtsé, hacia el norte en Manchuria, Mongolia, y el oeste en Asia central, y Tíbet. Esto llevó a China a su período de mayor extensión territorial. ​ Para finales del reinado de Qianlong, China había adquirido la mayor parte de los territorios que la conforman en la actualidad.

Qianlong fue un hombre extremadamente culto, y un gran patrón de las artes y de las letras. Autor de unos 42.000 poemas,​ patrocinó la famosa Biblioteca de los cuatro tesoros, la Siku Quanshu, un compendio bibliográfico de las grandes obras escritas de la civilización China que facilitó la conservación de muchas obras literarias.​ Coleccionó todo tipo de obras de arte, incluyendo pinturas europeas, y patrocinó la creación de escuelas y academias en las provincias de China. Para finales de su reinado, el agotamiento de China comenzó a hacerse patente.


17 comments:

Pedro Ojeda Escudero said...

Lo de los gatos es la prueba evidente de que este jarrón estaba hecho para que lo admiráramos, sin duda.
Besos.

Ester said...

Si está documentado su origen debe ser cierto, y desde luego se ve muy bien conservado y es bonito. Abrazos

Rita Turza said...

Siempre son interesantes tus entradas, hoy nos traes la vida del emperador chino y la cultura China, una maravilla.

Un abrazo enorme, Myriam.

Ali. said...

Y más personas que quizás tienen tesoros en sus casas y no son conscientes. ¡qué interesante!

Neogeminis Mónica Frau said...

Un jarrón precioso, me encanta, independientemente de lo que hayan pagado por él jeje... los gatitos, merecen el reconocimiento. Un abrazo

Campirela_ said...

Sin duda una historia que nos hace pesar que el arte va unido como un hilo a los misterios.
Muy interesante todo lo que nos cuentas.
😘😘😘

Alfred said...

Este jarrón bien se merece un post, con o sin gatos.
Abrazos.

Beauséant said...

Los gatos eran los guardianes del jarrón.. sus almas quedaron encadenadas a él hasta que un hechizo de ocho millones de libras lo rompiera..

Albada Dos said...

La de amor y compañía que darían eso cuatro gatos, pero me parece bien que la anciana hiciera el testamento a su favor.

Hay cosas valiosas, como jarrones, y cariño. Un abrazo

Jorge M said...

Se ve bien conservado y muy bello, siempre interesante lo que nos compartes Myriam gracias un abrazo

Marta Alicia Pereyra Buffaz said...

Los chinos son diferentes de nosotros, los occidentales de la cultura judeo-cristiana-greco-latina o, tal vez, me equivoque.
Los asiáticos tienen ese "no sé qué" de laboriosos artesanos y artistas en una civilización milenaria que fueron y son una potencia en el presente. Ya Marco Polo los hizo famosos en su época.

Menos mal que esos gatitos como el común de los gatos fueron tan cuidadosos con ese antiguo jarrón chino.

Clara said...

Una historia preciosa.El jarrón espectacular y los gatos supieron guardar el tesoro.Un abrazo
Y disfruta del verano,esto pasará y ya sabes que te esperamos en tus viajes.

ɱağ said...

Pensé que podría ser más antiguo. No sé por qué.
La verdad es que hay tesoros por ahí que valen un potosí no solo económicamente que no sabemos ni que están. ya ves, una abuela con gatos, y el jarrón salvo.

Un beso, Myr. Gracias por esta clase.
Feliz finde.

Cecy said...

Algo mas que aprender y observar, gracias Myriam por acercar esta belleza en toda su dimensión, porque no solo la belleza la compone lo que ves sino lo que ha generado a su alrededor.

Abracito :)

Colotordoc said...

Había leído sobre el jarrón...
Lo que no tenía idea era del precio.

Besote guapa

R's Rue said...

Love it.

**kadannek** said...

jajajaja Medalla al mérito gatuno. Lo siento, lo siento... Quizás debería fijarme más en los datos serios, sin embargo, soy la típica catlover que le hace gracia todo lo referente a gatos.. Lamento mi simpleza. Sin embargo, debo agregar que es una pieza bellísima. Siempre me llama la atención que piezas así resistan el paso de la historia.