Wednesday, June 20, 2018

El estanque


¿Cuántas veces habían tenido conversaciones sentados a la vera del estanque?  ¡Infinitas!  Quizás la frescura del agua, la vegetación y los peces les recordaran otros tiempos ya lejanos de cuando eran niños en el pueblo.  Cuando la madre  preparaba la merienda con panes recién horneados y chocolate caliente, miel y mermelada de frutos del bosque. Ahora las cosas eran diferentes. Ignacio, su hermano,  era médico cirujano dedicado a su profesión, con poco tiempo libre y cuando lo tenía, no era con ella con quien se encontraba sino con la novia de turno. ¿Y ella?. Bueno ella, se acaba de divorciar después de 26 años de matrimonio y sus dos hijas ocupadas, como es natural, con sus estudios, sus amores y sus vidas. Ahora le tocaba a Carolina no posponer sus ilusiones. Suspiró y se despidió del lugar. El camión de mudanza había terminado de cargar.  Miró el reloj. El taxi ya estaba por llegar. -Al puerto, por favor.




14 comments:

Mari-Pi-R said...

Sin duda un lugar para conversar, pensar e ir dejando los pensamientos perderse en un pasado.
Feliz día.

Ester said...

El lugar es evocador, y tu microrrelato es precioso, la vida sigue. Siempre.
Un abrazuco

Emilio Manuel said...

Como la vida, alegrías y sinsabores.

Un abrazo.

manouche said...

...recuerdos japoneses.

María Pilar said...

¡Wow! Qué micro tan estupendo. Me ha encantado. Tan pocas palabras contienen toda una vida: pasado, presente y futuro. Me gusta pensar en un barco para poner, en este caso, agua de por medio. ¡Felicidades, Myriam!

Cayetano said...

De hecho resulta ser una buena terapia mantener una charla con los nenúfares. Lo malo es si te contestan. Entonces conviene acudir al especialista.
Un abrazo, Myriam.

Abejita de la Vega said...

Un lugar ameno para los recuerdos.
Besos, Myriam.

doctorvitamorte said...

¡Con lo bien que se estás junto al estanque!
Parece que para crecer hay que hacer mudanza

Rafa Hernández said...

Tiempos pasados que no volverán, y muchos de aquellos recuerdos fueron mejores que los de ahora. Los recuerdos buenos de antes siempre los tenemos presentes, mucho más que todo lo bueno que nos pase ahora.

Besos.

Colotordoc said...

No solo para conversar y recordar, sino para planear el porvenir, o al menos hacer que lo pensamos.

Me gustan mucho y quiero tener uno en mi casa, pero me falta espacio.

Besote guapa

Tracy said...

Los recuerdos a veces nos invaden sin darnos tregua.

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Como la vida misma.
Musu handi bat.

Mari Carmen said...

No es un museo, cine, libro, exposición, es conversación, una muy directa barata y enriquecedora manera d adquirir conicimientos...si estás atento.

Jose said...

Un relato tan real como la vida misma. Precioso

Vale nos veremos en otoño.

Saludos