Foto mía
Erik Landau, el profesor de Historia en la Universidad de Tübingen, en Alemania, estaba escribiendo una biografía sobre Ana de Bretaña y sus tres maridos (Maximiliano I de Austria, Carlos VIII de Francia y Luisito de Orleans, cuñado del anterior, quien ocuparía el trono de Francia con el nombre de Luis XII). Ana había nacido en 1477, el mismo año en que el barbudo, caballero de la Orden del Santo Sepulcro y expulsador-de-judíos Eberhard I, duque de Württemberg, había fundado la Universidad en la que él ahora daba clases, su tan querida Universidad, llena de alumnos que recibieron el Premio Nobel. La misma en la que el trío Hölderlin- Schelling- Hegel compartió habitación de estudiantes y en la que años más tarde tuviera una Cátedra de Teología un mustio Cardenal que llegó a Papa con el nombre de Benedicto XVI. La misma, en fin, que desde finales del S. XIX había introducido leyes de igualdad -o algo por el estilo- permitiendo por las mismas el acceso de estudiantes judíos a las aulas de tan magna institución.
Triste es recordar -se decía el Profesor- que esta tan prestigiosa Universidad desempeñó un papel destacado en los esfuerzos por legitimar como "científicas" las políticas raciales del Tercer Reich, por lo que al menos 1158 personas fueron esterilizadas en el Hospital Universitario. Esterilizaciones sin consentimiento de las víctimas, desde luego. Una cifra pequeña si tenemos en cuenta de que en Alemania el total previo a la guerra fue de más de 300.000 esterilizaciones, de acuerdo al Prof. Friedlander, y que después ya se pasó directamente a la eutanasia de enfermos genéticos, minusválidos, etc. etc. y de ahí a la Solución Final.
Ya desde incluso antes de la victoria del Partido Nazi en las elecciones generales de marzo de 1933, apenas quedaban profesores judíos y algunos estudiantes judíos en la Universidad de Tübingen. La "Ley para la Restauración del Servicio Civil Profesional" de 7 de abril 1933, la "Ley contra la sobre-población de escuelas y universidades alemanas" del 25 de abril 1933 y las "leyes de Nuremberg" de 1935, pusieron fin a la igualdad jurídica de los judíos en Alemania y dieron paso al horror que vendría después. El profesor agudizó la memoria, sí, era verdad recordó, el posteriormente laureado físico Hans Bethe, por ejemplo, fue despedido de su querida Universidad el 20 de abril de 1933 debido a su origen "no ario" y el profesor de religión Traugott K. Oesterreich y el matemático Erich Kamke se vieron obligados a jubilarse anticipadamente, en ambos por el origen "no ario" de sus esposas, pero hubo muchos, muchos más. En fin, para qué seguir con la lista, se dijo, y salió agobiado y cabizbajo a tomar aire.
Por las noches -se comentaba en el barrio- la extraña casa del Profesor cobraba unos extraños reflejos, y como si se llenara de espíritus, se escuchaban puertas y ventanas abrirse o cerrarse, golpeteos por los techos, un extraño trepidar de cadenas arrastrarse por los viejos pisos de madera y alguno que otro desgarrador lamento, mientras que Ana y sus tres maridos iniciaban la danza de las ánimas en pena a la que de a poco se iban integrando todos, incluido el atormentado profesor.
Triste es recordar -se decía el Profesor- que esta tan prestigiosa Universidad desempeñó un papel destacado en los esfuerzos por legitimar como "científicas" las políticas raciales del Tercer Reich, por lo que al menos 1158 personas fueron esterilizadas en el Hospital Universitario. Esterilizaciones sin consentimiento de las víctimas, desde luego. Una cifra pequeña si tenemos en cuenta de que en Alemania el total previo a la guerra fue de más de 300.000 esterilizaciones, de acuerdo al Prof. Friedlander, y que después ya se pasó directamente a la eutanasia de enfermos genéticos, minusválidos, etc. etc. y de ahí a la Solución Final.
Ya desde incluso antes de la victoria del Partido Nazi en las elecciones generales de marzo de 1933, apenas quedaban profesores judíos y algunos estudiantes judíos en la Universidad de Tübingen. La "Ley para la Restauración del Servicio Civil Profesional" de 7 de abril 1933, la "Ley contra la sobre-población de escuelas y universidades alemanas" del 25 de abril 1933 y las "leyes de Nuremberg" de 1935, pusieron fin a la igualdad jurídica de los judíos en Alemania y dieron paso al horror que vendría después. El profesor agudizó la memoria, sí, era verdad recordó, el posteriormente laureado físico Hans Bethe, por ejemplo, fue despedido de su querida Universidad el 20 de abril de 1933 debido a su origen "no ario" y el profesor de religión Traugott K. Oesterreich y el matemático Erich Kamke se vieron obligados a jubilarse anticipadamente, en ambos por el origen "no ario" de sus esposas, pero hubo muchos, muchos más. En fin, para qué seguir con la lista, se dijo, y salió agobiado y cabizbajo a tomar aire.
Foto tomada de la red
Por las noches -se comentaba en el barrio- la extraña casa del Profesor cobraba unos extraños reflejos, y como si se llenara de espíritus, se escuchaban puertas y ventanas abrirse o cerrarse, golpeteos por los techos, un extraño trepidar de cadenas arrastrarse por los viejos pisos de madera y alguno que otro desgarrador lamento, mientras que Ana y sus tres maridos iniciaban la danza de las ánimas en pena a la que de a poco se iban integrando todos, incluido el atormentado profesor.
10 comments:
No me extraña que en muchas ciudades de Alemania haya tantos monumentos y recuerdos para con las victimas, piden disculpas de todos los modos y tantas veces como tienen ocasión. La casa y y la leyenda me encanta, una fiesta los tres maridos, Ana y todos los actores de la historia bailando al mismo compás.
Un abrazuco
Tiempos terribles aquellos llenos de horror que todavía algunos niegan o minimizan.
Un abrazo, Myriam.
Vaya, uno de esos lugares sobre los que agrada leer relatos y ver películas... pero no tanto estar allí! Es para salir corriendo. Demasiado concurrido por los espíritus, porque otros lugares se conforman con un fantasma, pero esta casa es insaciable.
Bisous
Tiempos terribles, donde gran parte de la estaba implicada en la ignominia.
Musu handi bat.
Recordar para no olvidar, para no repetir.
Gracias.
Hay casas de altos estudios que deberían avergonzarse de su historia. No digo borrarla, porque tanto lo bueno como lo malo del pasado hay que recordarlo siempre, intentando que no vuelvan a repetirse los mismos errores. Te confieso que me quedé con ganas de saber más de Ana y esos tres maridos que, seguramente le fueron más impuestos que sugeridos. Como siempre, muy interesante tu artículo.
Un abrazo
P.d
Por ahi se te deslizó entre guiones un "lago"que debió ser "algo"
=)
Tiempos dramáticos...y duros para muchos, que aun sufriendo, no supieron entender...
Ojala no vuelva a ocurrir, pero ya sabes como es la naturaleza humana
Besote
Conocer la historia debería servir para no cometer los mismos errores que cometieron quienes nos precedieron, lo malo es que no es así.
Besos
Viviendo tan atormentado no me extraña que no tuviera ganas de pintar la casa el profesor :)
Besos y salud
Tiempos que no deberíamos dejar que volvieran a repetirse.
Besos
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