Friday, April 27, 2018

La ruta de la seda (3) Dunhuang, Las cuevas Mogao, la historia de como WU llegó a ser Emperador y una biblioteca en manos de exploradores académicos del Siglo XIX- y Cuarta parte

Asia  Central actual


Entre  1830 y 1895 se desarrolló en Asia Central lo que se llamó "El gran juego" entrel Imperio Británico y el Imperio Ruso. Gran Bretaña pretendía obtener el control del Emirato de Afganistán y convertirlo en un protectorado (1879-1919), y utilizar el Imperio Otomano, el Imperio Persa, el Janato de Jiva  (Protectorado ruso 1873-1917) y el Emirato de Bujara (Actual Uzbekistán) como estados intermedios entre ambos Imperios. Esto protegería a la India (que era la joya de la Corona)   de posibles intenciones rusas  de dominio y también a las principales rutas comerciales  británicas por mar al impedir que Rusia obtuviera acceso a un puerto en el Golfo Pérsico o en el Océano Índico.  

Por su parte Rusia   que desde el 1557 había tratado de comerciar con los Janatos de Bujara y Jiva  y tratado de liberar a los súbditos  rusos tomados como esclavos en esos Janatos, desde 1820  avanza hacia el sur desde Siberia para  invadir  estos Janatos.  También se  expande Rusia hasta Vladivostok  en el extremo oriental del mapa,  logrando así salida al Océano Pacífico y al mar de Japón, y   ocupa el Janatos  de Kasajo en la actual Kazajistán.

Los resultados  de "El Gran Juego" incluyen la Primera Guerra Anglo-Afgana de 1838, la Primera Guerra Anglo-Sij de 1845, la Segunda Guerra Anglo-Sij de 1848, la Segunda Guerra Anglo-Afgana de 1878 y la anexión de Jiva, Bujara y Kokand (tres regiones de Asia  Central) por parte de  Rusia a su propio imperio.  En 1869 el diplomático británico George Villers, 4to Conde de Clarendon, propuso el rio Amu Darya (ver mapa aquí) como zona neutral entre ambas potencias, por su parte el diplomático Ruso Alexander Gorchakov, propuso que fuera  Afganistán la zona neutral. Podemos afirmar que "El gran juego"  -según la opinión de algunos historiadores- terminó cuando Gran Bretaña y Rusia firmaron los protocolos de Pamir, definiendo las fronteras entre ambos Imperios justamente en la Cordillera del Pamir.

En 1890  Bowen, un oficial de Inteligencia británico  estando en misión confidencial de British India, obtuvo de habitantes de Kudra  (en Bihar, India) un manuscrito  en sánscrito, datado S. IV-VI,  que hoy lleva su nombre  y que se exhibió  en la Sociedad Asiática de Calcuta en  el encuentro anual de la Sociedad realizado  a principios de noviembre de 1890. Este hecho despertó la curiosidad del mundo académico y la competencia entre los distintos Imperios coloniales (Gran Bretaña-GB, Rusia, Alemania, Francia y Japón) por descubrir más  valioso material arqueológico.  Hubo infinidad de expediciones tanto privadas como patrocinadas por estos Gobiernos y es en este contexto  que  se dieron las expediciones  de Aurel Stern  (por Gran Bretaña) y de Paul Pelliot (por Francia ) en la ruta norte de la seda que iba desde Xian (histórica Chang´an)  en China por  Dunhuang  y el norte del desierto de Taklamacán hacia Occidente (históricamente: Parthia, Bactria, Persia y Roma). La misma ruta que hoy quiere activar China.




En este ambiente competitivo entre los imperios  de la época (GB, Rusia, Francia, Alemania y Japón) y como "a mar revuelto, ganancia de pescadores"  viendo cuanto provecho podían sacar  de la situación,  Islam Ajún,  un  hábil  estafador  musulmán   e Ibrajím Mulláh, un colega suyo se dedicaron a falsificar manuscritos que vendieron el primero a GB y el segundo a Rusia, cobrando ambos amplios dividendos y,  de paso y sin quererlo, alborotando a la comunidad académica internacional que en un principio los tomó por originales.

Sin embargo, Aurel Stein  sospechando que  los manuscritos vendidos al cónsul británico Sir George Mac Cartney  en Kashgar (en la Pcia  China de Xinjiang),  no eran originales decidió investigar el asunto en profundidad por lo que  siguió las huellas de Islám Ajún hasta dar con él  en 1901 y lo interrogó por dos días; el hombre terminó confesando cómo, donde y con quien había producido las falsificaciones, exponiéndose así  todo el asunto.   Stein se sorprendió de la  habilidad de estos  hombres para  realizar tamañas falsificaciones,  sin embargo,   algunos detalles despertaron sus alarmas. 


Carta de Aurel Stein a su mentor 
(el académico  August Rudolf Hoernle, uno de los engañados) 
notificándole la falsificación por parte de Islam Ajún.



Paul Pelliot estaba estacionado en Hanoi (Indochina francesa) desde 1900 hasta 1904 como investigador en La escuela francesa de Extremo Oriente.  La escuela lo envió a Pekin (actual Beijing) a comprar libros en varias ocasiones. Estando allí en julio-agosto, le tocó vivir la rebelión de los boxes. Durante la rebelión Pelliot hizo gala de sus amplios conocimientos en chino negociando con los rebeldes para conseguir frutas frescas para los europeos cautivos. Por su comportamiento heroico Pelliot recibió la Orden  de la Legión de Honor por parte de su gobierno.   Pelliot participó en la expedición  que salió de París el 17 de Junio de 1906.  A bordo del tren en Samarcanda, los franceses se encontraron con el barón Gustaf Mannerheim, un coronel del ejército imperial ruso y el último agente zarista en "El Gran Juego". Pelliot había aceptado permitir que el oficial del ejército, disfrazado de coleccionista etnográfico, viajara con su expedición. Mannerheim en realidad estaba llevando a cabo una misión secreta para el zar Nicolás II para recoger información sobre la reforma y la modernización de la dinastía china Qing. El zar estaba evaluando la posibilidad de una invasión rusa a China occidental. Pelliot apoyó plenamente la participación de Mannerheim e incluso se ofreció como informante al Estado Mayor ruso. A cambio, el francés exigió el libre paso en el Ferrocarril Transcaspiano, un pago personal y confidencial de diez mil francos y una escolta cosaca. Estos fueron otorgados, y el pago incluso se duplicó. Y es así como Pelliot, parte en tren, parte a caballo, luego  de haberse  separado del Coronel ruso,   llega  en 1908 a los manuscritos de la cueva Magao  en la Provincia de Dunhuang (por las que ya había pasado Stein, un año antes). También Pelliot compra al monje budista Wang  muchos invaluables manuscritos a un precio irrisorio. Tanto  Aurel  Stein como  Paul Pelliot  publicaron sus expediciones  y recibieron honores  y reconocimiento por parte de sus países. El monje quería con el dinero de las ventas  de los manuscritos, arreglar el monasterio.

 Viñeta  del Emir afgano Sher Ali Khan entre "sus amigos" el oso ruso y el león británico. 
 "Sálvame de mis amigos" dice el apretado emir entre los dos, 1878





12 comments:

Ester said...

Y hemos llegado al final, ha sido interesante el recorrido, que de no hacerlo contigo nunca lo hubiera hecho. Un abrazo

Cayetano said...

Entre el último tercio del siglo XIX y los primeros años del XX se cuece todo el pastel de lo que se pretender consolidar como nuevo orden mundial. Y los intereses mercantiles y coloniales en medio.Todo se truncará con el estallido -inevitable- de la Gran Guerra.
Un brazo, Myriam.

Mari Carmen said...

Entrada muy interesante y que he aprendido mucho de ella.
Gracias, Myriam.
Un beso.

Chelo said...

Hay que ver cómo te documentas, Myriam. Te felicito.

Un beso

Rafa Hernández said...

Cuánto se aprende contigo, eres una enciclopedia muy completa.

Besos Myriam

Genín said...

Lo que se aprende y...¡lo rápido que se olvida! :)
Besos y salud

Pedro Ojeda Escudero said...

Fue la gran época de las falsificaciones, sin duda. Había muchos museos y colecciones que llenar...
Besos y gracias por estas entradas.

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Un placer descubrir mundos, culturas, personajes contigo.
Musu handi bat.

Colotordoc said...

Una época llena de conflictos, que no es diferente a la que tenemos ahora...

Besote guapa

Maripaz said...

Muy interesante, Myriam. Nos descubres otros mundos, otras culturas y retazos de historia.
¡Gracias!
Besos.

hippie pirata said...

Muchas gracias. He aprendido mucho contigo, no puedo decir más.

Ele Bergón said...

Siempre me ha atraído la Ruta de la Seda, pero la verdad es que sé bastante poco de ella.

Besos