Wednesday, September 13, 2017

Elizabeth Blackwell, Doctora en Medicina en 1849, la primera mujer médico de EEUU

   Elizabeth Blackwell. Foto de la Sociedad Histórica de Ginebra

 
Era  un día frío e invernal en el norte del estado de Nueva York cuando una joven de 28 años, Elizabeth Blackwell, recibió su diploma del Geneva Medical College. Cuando aceptó su piel de oveja, Charles Lee, decano de la facultad de medicina, se levantó de su silla e hizo una reverencia cortés en su dirección. Sólo dos años antes, en octubre de 1847, su futuro médico era incierto. Ya había sido rechazada en las escuelas de Charleston, Filadelfia y Nueva York, matricularse en Ginebra representaba su única oportunidad de convertirse en médico. El Decano Lee y su facultad masculina tenían serias dudas de hacer un movimiento tan audaz como era el aceptar a una estudiante mujer.
  
En consecuencia, el Dr Lee decidió someter el asunto a votación entre los 150 varones que conformaban  el cuerpo estudiantil de la escuela de medicina. Si un estudiante votaba  "No", Lee explicó, a la señorita Blackwell se le prohibiría  la admisión. Al parecer, los estudiantes pensaron que la petición era  una broma tonta y siguiendo el cachondeo, votaron unánimemente para dejarla entrar; se sorprendieron mucho   cuando  esta mujer llegó de verdad a la escuela dispuesta a aprender a sanar.

Geneva Medical College en Ginebra, Nueva York, fue la primera Universidad en otorgar un título médico a una mujer. El Colegio Médico de Ginebra sólo exigía  un año y medio de conferencias formales, pero  la joven Elizabeth encontró que su nuevo hogar era un poco desalentador. Demasiado tímida para hacer preguntas a sus compañeros de clase o incluso a sus maestros,  Elizabeth  descubrió por su cuenta dónde comprar los  libros y  se las arregló sola par estudiar el lenguaje bastante arcano de la medicina del siglo XIX.

La mayoría de los estudiantes de medicina de esta época eran ruidosos y groseros; no era raro que hicieran burlas y bromas a los  profesores, sin importar el tema. Pero con la señorita Blackwell en la sala,  sus compañeros de clase se calmaron e inmediatamente se hicieron más estudiosos de  lo que había sido hasta ahora  la norma en la facultad.

Uno de sus mayores obstáculos era la clase de anatomía reproductiva. El profesor, James Webster, sentía que el tema sería demasiado "poco  refinado" para las "delicadas sensibilidades" de una mujer y le pidió  a Elizabeth Blackwell que saliera de la sala de conferencias. Una apasionada  Blackwell discrepó y de alguna manera convenció a Webster de dejarla quedarse,  cosa que resultó  a la postre beneficiosa para sus compañeros.

Sin embargo, la escuela de medicina y sus experiencias clínicas de verano en el Blockley Almshouse en Filadelfia fueron apenas un sendero  de rosas. Pocos pacientes de sexo masculino estaban dispuestos a  dejar que los examinara, y no pocos de sus colegas masculinos la trataron con gran animosidad. A pesar de todo, Elizabeth perseveró y obtuvo gran experiencia clínica, especialmente en el tratamiento de una de las enfermedades infecciosas más notorias de los pobres: el tifus, que fue objeto de su tesis doctoral.


Escuela de Medicina Geneva, EEUU

  
En abril de 1849, la Dra. Blackwell cruzó el Atlántico para estudiar en las mecas médicas de París y Londres. En junio, comenzó su trabajo de posgrado en la famosa maternidad parisina, La Maternité, donde fue aclamada por sus profesores como un excelente obstetra.
 
Lamentablemente, pocos meses después, el 4 de noviembre de 1849, mientras trataba a un bebé con una infección bacteriana de los ojos -lo más probable es que la gonorrea contraída   por la madre  del bebé pasara el niño en el canal del parto- Elizabeth contaminó su ojo izquierdo y perdió la vista del mismo. Esta lesión le impidió convertirse en cirujana. Posteriormente estudió en el St. Bartholomew's Hospital de Londres. Irónicamente, se le permitió practicar todas las ramas de la medicina, excepto la ginecología y la pediatría, los dos campos en los que debía reunir su mayor fama.

Cuando regresó a los Estados Unidos en 1850, comenzó a practicar en la ciudad de Nueva York, pero se encontró  con dificultades (léase rechazo)  y los pacientes en su sala de espera eran pocos y espaciados. En 1853, estableció un dispensario para los pobres urbanos cerca de Tompkins Square de Manhattan, NY.  Para 1857, había ampliado el dispensario convirtiéndolo en la Enfermería de Nueva York para Mujeres y Niños. Uno de sus colegas allí era su hermana más joven,  Emily, quien fue  la tercera mujer en los EEUU a la que se le concedió un grado médico.

La Dra  Blackwell viajó por toda Europa y se interesó cada vez más por los movimientos de reforma social dedicados a los derechos de la mujer, la planificación familiar, la higiene, la eugenesia, la educación médica, la pureza sexual y el socialismo cristiano.También fue una ávida escritora cuya amplitud de temas atrajo a muchos  y variados lectores, desde el asesoramiento a  niñas y  a   padres primerizos,  a la salud del hogar,  hasta  la educación médica,  la sociología médica y la  fisiología sexual.

La Dra  Blackwell volvió a Londres varias veces durante las décadas de 1860 y 1870 y ayudó a establecer la primera escuela de medicina para mujeres:  la Escuela de Medicina de Londres para Mujeres,  fundada en 1874-5.

Elizabeth Blackwell  permaneció  allí como  profesora de  Ginecología allí hasta 1907,  en que sufrió lesiones serias al  caer  de una escalera  muriendo  unos pocos años después de este accidente.

El Dr. Howard Markel escribe una columna mensual para el sitio web de PBS NewsHour.  Es el director del Centro  de  Historia de la Medicina y profesor  de la Cátedra de  Historia de la Medicina  en  la Universidad de Michigan y autor de muchos libros.



Después del "desliz" de haber permitido estudiar Medicina a Elizabeth Backwell, 
la Escuela de Medicina de Geneva, no permitió el ingreso en sus aulas a más mujeres, siendo la New England Female Medical College fundada en 1848 (Boston) 
la primera Facultad de Medicina que graduó a mujeres.
En 1874 se unió a La Escuela de Medicina de Boston.

Dos años más tarde, en 1850,  se fundaba en Pensylvania
la Univ.  para mujeres médico de Pennsylvania,
rebautizada  a The Medical College of Pennsylvania (MCP)
 cuando abrió sus puertas en 1970 a los varones también.
Hoy es parte de la Univ. Drexel de Medicina




Fotos no asignadas de la red.







11 comments:

Cayetano said...

¿Qué sería de la humanidad sin personas como esta? La que no sale en los programas ni participa en las tertulias.
Un abrazo, Myriam.

Ester said...

Que biografía mas interesante, cada día debemos mas al pasado, gracias por contarnos tantas cosas. Abrazo

Rafa Hernández said...

Interesante historia y biografía la de este mujer; personas así son las que engrandecen el mundo: Gracias por esta entrada, ya que desconocía al personaje.

Besos Myriam.

Genín said...

Lo que son las ironías de la vida, al final, no pudo curarse así misma y falleció, bueno, tal y como se dice, de algo tenia que morir... :(
Muy interesante tu entrada, como ya nos tienes acostumbrados :)
Besos y salud

manouche said...

sabes siempre descubrir personalidades fabulosas.

Colotordoc said...

La rechazaron de 10 escuelas de medicina y por culpa de la conjuntivitis, no pudo ser cirujana. Junto a su hermana, fundó el hospital de mujeres y niños de Nueva York en 1857. Era británica, pero emigró muy pequeña a USA. en su casa, protegían a los esclavos fugitivos que seguían camino a Canadá. Una gran mujer y médico.

Besos

emejota said...

Qué apasionante ejemplo. Gracias por dárnoslo a conocer. Me sumo al comentario de Cayetano.

Tracy said...

No la conocía, una personalidad muy interesante.

Myriam said...

Así es, MANUEL; recuerdo que hablaste de ella una vez
en tu blog. Abrazos

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Me está gustando mucho esta colección de artículos sobre gandes mujeres. Todo un descubrimiento.
Musu handi bat.

Pedro Ojeda Escudero said...

Y otra mujer extraordinaria más que nos das a conocer. Por lo que hizo y porque lo hizo en un tiempo que ponía tantas barreras de género.
Besos.