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Esta semana tuve una buena lucha en contra de una
invasión de moscas en casa, 27 para ser más
exactos, fueron, cual sastrecilla, valientemente
eliminadas por mí, mientras lo hacía recordé la importancia que las moscas
tuvieron en el Antiguo Egipto, eso me llevó a evocar la reina Ahhotep del
final de la Dinastía XVII (Imperio Medio) y comienzos de la Dinastía XVIII
(Imperio Nuevo) allá por 1560- 1530 a EC, galardonada por el faraón en reconocimiento a su valor en su contribución para arrojar a los Hyksos de Egipto, de su
último reducto en Avaris (capital de los Hyskos), desde la ciudad de Tebas. Será su hijo Farón reinante quien finalice la tarea dando origen a una nueva Era, que llamamos el Nuevo Imperio, con capital en Tebas. Los Hyksos eran pueblos asiáticos con componentes semíticos
que invadieron Egipto e impusieron su propia dinastía, la XV, (alr. de dos siglos de ocupación) algo que supuso
para los Antiguos Egipcios un gran trauma.
La Reina Ahhotep estaba casada con su hermano, el Faraón Seqenenre
Tao "el bravo", que murió combatiendo a los Hyksos.
Al morir el Faraón y con el caos extendiéndose
por el reino, la Reina Ahhotep rápidamente coronó a su hijo Mayor, Kamosis, pero este murió
-también en combate- después de reinar tan sólo tres años, por lo
que la reina coronó a su hijo menor Ahmosis, que tenía 10
años, al tiempo que se convertía en Reina Regente
hasta que este pudiera gobernar por sí mismo. En ese interín ella tomó parte en
las batallas en contra de los Hyksos de las que surgió vencedora, hay testimonio
arqueológico que sustenta esta afirmación, como la gran estela de Ahmosis I,
conmemorando la victoria sobre los Hyksos, en el Templo de Amon Ra en Karnak,
en la que se rinde homenaje al valor de
la Reina en batalla o la tumba de Ahhotep,
descubierta en 1859 por A, Mariette en
Dra Abu el Naga en Tebas. En
ella, se encontraba la momia de la Reina
en su ataúd dorado conteniendo asimismo
espléndidas piezas de orfebrería y armas (brazaletes,
collares, hacha y puñal ceremoniales, la condecoración de las moscas otorgada a la Reina por
su hijo Ahmosis en gratitud por su valor en batalla y dedicación a la causa del reino,
etc) Estos artefactos ceremoniales
simbolizaban y garantizaban la victoria eterna del orden Maat , sobre el
caos, los enemigos, las fuerzas del mal.
La práctica del Maat, -según la Tradición egipcia antigua- era una regla creada por
la Luz Divina, significando la rectitud, la verdad, la justicia y la armonía sin la cual la existencia se convierte en un infierno.
Este principio
del Maat
que canaliza y transmite la Luz Divina,
permitiendo de esta manera a los dioses residir en este mundo es un concepto que nada tiene que ver con el
establecimiento de dogmas y una casta sacerdotal, sino todo lo contrario: El
Faraón en Egipto gobernaba junto con un consejo de sabios, que como dice C. Jacq,
no eran poseedores de la verdad absoluta,
lo cual excluye el fanatismo, sino que esos sabios, de entre los cuales se contaba, por supuesto, el faraón, remodelaban y reformaban el pensamiento y los
rituales a fin de
conservar un lazo vivo con las potencias creadoras, trayendo, de esta menara, orden
al Reino.
al Reino.
otorgada a la Reina Ahhotep por su hijo, el Faraón Ahmosis
Las moscas en la mitología egipcia daban protección contra las enfermedades y/o la mala fortuna. En la Antigua Mesopotamia, en cambio, estaban vinculadas al inframundo, incluso podían representar al mimo Nergal, dios de inframundo, como en sellos babilonios descubiertos.
En la corte egipcia los batidores de moscas, mayales o ventiladores, eran también un símbolo de prestigio e intercambio entre reyes.
Anillo de la Reina Ahhotep, Museo del Louvre
Esta Reina Ahhoptep fue valiente y decidida y salvó a Egipto Antiguo del caos y la sumisión a poderes foráneos; fundó una estirpe de Reinas esposas-hermanas poderosas, que brillarían en la Dinastía XVIII y XIX del Nuevo Imperio como Ahmose-Nefertari, Hashepsut, Nefertari Merimut, etc, etc. , tan grande fue su arrojo y tan valorada fue por los suyos, que le valió una trilogía -muy recomendable- escrita por el egiptólogo francés y novelista Christian Jacq: "El imperio de las Tinieblas", "La Guerra de la Corona" y "La espada resplandeciente".
Fuentes:
Gestoso Singer, Graciela "Queen Ahhotep and the "Golden fly"
Manley, Bill, "Some images of the King and Queen together in stele of Ahmose I"
Williams, Caroline Ramsom, "Gold and silver jewelry and related objects", Catalogue of Egyptian antiquities, The NY Historical Siety, NY, 1924
Jacq, Christian, "Les grands sages de L´Egypte ancienne", Perrin Ed, Fr, 2007
Jacq, Christian, "Pouvoir et sagesse selon L´Egypte ancienne", Broche, Fr, 2003
Säve-Södebergh, Torny, "Egyptisk egenart" W&W, Uppsala Univ, Sv, 1980
Säve-Södebergh, Torny, "Faraoner och Männikor" W&W, Uppsala Univ, Sv, 1883
Wikipedia.
Jacq, Christian, "Pouvoir et sagesse selon L´Egypte ancienne", Broche, Fr, 2003
Säve-Södebergh, Torny, "Egyptisk egenart" W&W, Uppsala Univ, Sv, 1980
Säve-Södebergh, Torny, "Faraoner och Männikor" W&W, Uppsala Univ, Sv, 1883
Wikipedia.
6 comments:
Tengo que decir que casi me alegro( observa el casi), de loa invasión de moscas en tu casa, pues asi has escrito esta bella historia de la reina egipcia Ahhotep, nombre e historia que desconocia.
Estuvimos en Egipto hace siete años, menos mal, porque ahora es mas peligroso ese viaje, y nos fascino el pais.
Entonces lei "La Dama del Nilo" sobre Hatsepsut, pero a esta otra reina la desconocia, asi que gracias por tu relato.
Un abrazo
Ana Mª
Mira lo que uno aprende por las moscas :D
Toda una dama de hierro
Besote guapa
Muy interesante lo de las moscas, protectoras y tambien consideradas del inframundo.
Ahora, con mis nuevas mosquiteras, estoy totalmente protegido de las moscas y sus colegas voladores... :)
Salud y besitos
Estudiar su historia es una buena forma de sacarte de encima esa molestia...
Por cierto, en mi ciudad cada vez hay menos moscas. No sé exactamente a qué se debe.
Besos.
Una buena lección de Historia la que nos proporcionas. Una mujer siempre lo tenía más difícil.
No me gustan las moscas pero ese collar es muy hermoso,digno de una gran reina.
Besos, Myriam.
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