La tarde está serena y mis piernas ya cansadas. Si no lo toman a mal, he de sentarme en la roca, bajo este olmo vencido y remojando la lengua en mi vieja bota de vino, les contaré una de mis tantas anécdotas:
Me llamo Gustavo, tengo 67 años, 3 hijos legítimos, 5 bastardos, 6 nietos y 2 nueras.... ¿Mujeres? Bueno.... ahora una oficial y otra, amante. Por años he recorrido estos caminos vendiendo ilusiones. No siempre fui vendedor ambulante, antes fui marino y como dice el refrán, con un amor en cada puerto en el que mi barca atracaba.
¡Mujeres....! ¡Mujeres...! me gustan, las amo, las seduzco y a veces también las embarazo. Es una pena, que no pudiera tener varias esposas bajo el mismo techo, porque la ley dice que si lo hiciera, sería poliédrico y marcharía presogámico al calabozo. Con tanto ladrón que anda suelto...¡qué injusto sería que a mí por amar con el pistón me la dieran!.
Conocí a Maribel - La bella del Mar- allá por donde los recuerdos se pierden, cuando era un joven brioso, bribón, cancherito y bien compadre. Lo reconozco, me mostraba todo envalentonado, corajudo y comilón. Y ella, contorneando las caderas y pestañando sus almendrados ojitos aquella primera vez, se me acercó -como quien no quiere la cosa- poniendo la Carta sobre mi mesa: "¿Desea ordenar algo, el señor?"
Conocí a Maribel - La bella del Mar- allá por donde los recuerdos se pierden, cuando era un joven brioso, bribón, cancherito y bien compadre. Lo reconozco, me mostraba todo envalentonado, corajudo y comilón. Y ella, contorneando las caderas y pestañando sus almendrados ojitos aquella primera vez, se me acercó -como quien no quiere la cosa- poniendo la Carta sobre mi mesa: "¿Desea ordenar algo, el señor?"
Como habrán de suponer, ni corto ni perezoso, me propuse seducirla. Sus curvas....¡¡¡ay ...sus curvas me tenían loco, me excitaban, me chiflaban!!!. Ella, la Maribel, se veía muy cómoda en su cuerpazo aguerrido. Su pelambre negro-azabache caía como olas revueltas sobre sus redondeados hombros... Sus ojos se parecían a los de una tierna gacela.... y su perfume.....era el perfume de una diosa: ¡azahar y almizcle!. Nada a comparar con mi habitual salitre y atún del mar.
Quise ganármela con simpatía y hasta largué unas cuantas risotadas, recuerdo, Maribel con tierno desdén me esquivaba y contorneando su cuerpo, rápido se alejaba, mientras que yo me quedaba babeando, con el miembro duro como garrote y las ansias a estallar.
Una noche, sin que me viera, la seguí hasta su casa. Por la ventana observé como Maribel atendía a su anciana madre ¡Simpática y muy dulce, la viejecita!. Luego la vi como entraba a su cuarto y se desvestía (No piensen mal, a Maribel, no a la viejecita). En eso, en lo mejor del asunto, el tronco en el que me había trepado se quebró y rodé por el suelo descuajeringándome el tobillo. ¡¡¡Qué dolor!!! Me alejé, entonces, saltando en una pierna y mordiéndome una mano para no gritar de dolor. Cuando había llegado a la mitad del camino del bosque que me llevaba a la posada, tropecé con la pierna herida y cayendo a tierra por segunda vez, me quedé ahí mismo sentado y adolorido, tratando de recuperar las fuerzas. Pasó bastante tiempo, no sabría decirles cuánto.
De pronto la vi sin que ella se diera cuenta. Me froté los ojos pensando que era un invento mío, pero ¡no señores!, ahí estaba toda ella completa, la Maribel. La vi desnuda cerca de unas velas encendidas, cantando y bailando, los ojos se me hicieron grandes como dos platos, del asombro por abrir la boca, me entró una mosca indiscreta. Ahí estaba la Maribel moviéndose rítmicamente al compás de unos tambores. Luego otras mujeres se le unieron y la danza se volvió vibrante y desenfrenada. Yo estaba.....anonadado....(la mosca que me había entrado en la boca, parece que era alérgica al ajo, porque salió de golpe y pitando). ¿Por dónde iba? Ahhh, si, sigo, pués: Vi como sacrificaban un torito salvaje y como bebían su sangre.... después rociaron con ella sus bellos cuerpos. Vi como esas mujeres se transformaban en horripilantes bichos que además, proferían alaridos infernales. Los pelos se me pusieron de punta, la piel de gallina, un escalofrío recorrió como ondas todo mi cuerpo, el pié hinchado me latía con fuerza.
¡Bahhh! lo confieso: el miedo me paralizaba.... recuerdo que cuando me recobré un poco, salí de ahí como pude....huyendo despavorido... ¡¡Y yo que creía que sabía todo a cerca de las mujeres!!, pues he de decirles, que a pesar de todas mis aventuras, a pesar de todas mis mujeres...siempre me quedó el temor de que una de ellas se transformara como Maribel.... mi bella del mar en........ la bruja ucha-pucha del bosque.
La tarde se hizo noche, ya debo entrar en casa... Otro día quizás, les cuente alguna otra de mis andanzas. Si no llego a tiempo para la cena, Florencia, mi gorda esposa, me golpeará con el palo de amasar....¡Todo bien, no me importa!.... (mientras no vaya al bosque a afinarle a la luna).
23 comments:
Rudo personaje, al estilo de los de antes, al que pocas cosas acobardan. Será interesante seguir sus andanzas.
Un abrazo.
Un torito salvaje!!!!!!!!!!!!!
Myriam estás castigada hasta nuevo aviso.
Grrrrrrrrrrrrrrrrrrr
Besos.
Justo,¡Justo el Reflejo de mi juventud - madurez!...Y...no es que yo quisiera , debe ser cosa de genética.
Un beso
Me gustan estos relatos que publicas últimamente, Myriam. Este juega con un personaje donjuanesco que encuentra su bella del mar, como la horma de su zapato.
Besos.
Se le está bien empleado a ese Tenorio preñador. Ay, qué historia, Myriam.
Feliz día
Qué tal bárbaro, pero creo que estos tipos siempre han estado de moda entre las mujeres, por algo ha tenido varias en su haber.
Un gran abrazo y ¡¡FELICES FIESTAS!!
¡Pobre torito salvaje! jajajajaja
me encantan estas historias
Myriam... ¡qué me gustaría escucharlas ante un cafetito y una mantita sobre las piernas! :)
un abrazo
Ah, las mujeres y sus misterios...
Magnifico texto, amiga, todo el trepidante. Me encanto...
Un abrazo
No hay como un trago largo de vino, a la sombra de un olmo viejo aún no herido por el rayo, para que los recuerdos del viejo lobo de mar- curtidos en mil tormentas- y los cuartos en los que colgó su sombrero se agolpen en su memoria.
Un abrazo
No se si es una historia inventada o procede de tu consultorio sexológico...jeje, pero es muy creíble, siempre ha habido tipos así.
Un abrazo
Myriam... es un lindo relato.. de lo que aquí llamamos "siete machos"....
tierno y a la vez vibrante..
Un beso
por mujeriego!! jejeje..ojalá y hubiera una Maribel para cada uno de los que van de flor en flor..seguro los maridos serían mas caseros jajaja..besoss feliz navidad
Era algo que sospechaba, pero ni me he caído del árbol, ni la mosca se pasea por la comisura de los labios...solo sospechas....besos
Me has hecho reir mucho con esta especie de Don Juan...Que bien escribes Myriam!!!. Besitos.
En el fondo es un "cobardica" este Gustavo :)
Genial relato, Myriam
Un abrazo
No es tan fiero el león como lo pintan, eh?
De ilusión también se vive...la Florencia es lo único que tiene y según se ve es quien lleva los pantalones en casa.
Sonrío.
Besos, Myriam.
Hola, Myriam, me ha gustado mucho tu relato. Aprovecho para desearte que tengas felices fiestas.
Recibe un beso enorme.
Rampy
Buen relato Myriam, de corte costumbrista, entretenido, bien escrito. Me reí secretamente porque conozco un caso parecido, un seductor dominado por su mujer ja ja...
Besitos
Es un relato magnífico, Myr, has creado un personaje perfecto; perfecto a su modo de ser, claro.
Tiene todos los tintes para atraer al lector: amor, pasión, magia, temor...
Genial.
Espero que continúe.
biquiños.
Caray, caray... de mayor me gustaría ser así pero sin tantos hijos ni nueras...
Un abrazo
El protagonista es un machista en decadencia o por jubilarse... jeje
Gracias, Myriam, por tu saludo en mi blog.
Te dejo estos versos de regalito:
¡BIENVENIDO, AÑO NUEVO 2012!
¡Año viejo, vete ya!
Tienes la barba de días,
la nariz, de mil semanas
y los ojos, de mis tías.
¡¿Qué esperas?!... ¿No te has ido?
Te regalaré una guirnalda
que hice con mis pesares
para que adornes tu calva.
Arrastras los pies cansados.
¡Has caminado de prisa!
Tus manos están temblando
y se te borró la risa.
¡Allá viene tu relevo!
¡Cuántas venturas y andanzas
este bebé nos promete!
Y... ¿Nos traerá esperanza?
¡Es un alegre milagro!
¡Su llegada celebremos
con las copas bien llenitas
con entusiasmo brindemos!
¡Este año tan esperado
prometamos ser mejores,
hacer balance, primero,
sin cometer más errores!
Marta Alicia Pereyra Buffaz
Vaya, vaya, con Gustavo!!
Por una vez se topa con una mujer que hace que le tiemblen las patas y se le suelten las tripillas.
Muy ameno este relato, Myriam.
Veremos si sigue Gustavo contándonos sus andanzas.
Un beso
El pluriempleo, en cualquiera de sus versiones, fatiga hasta la alucinación.
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