Tuesday, January 24, 2023

Este jueves, un relato: "De elefantes" Sunan, el mahout tailandés, y su amigo el elefante Chakrii

 



Sunan había sido mahout (esto es cuidador y montador de elefantes tal como lo había sido su padre, y su abuelo antes que su padre).  Desde pequeño su padre que también era jefe de su aldea, le había asignado  a Chakrii,  el elefante bebé, para que así se creara un estrecho vínculo entre ambos. 

Sunan y Chakrii disfrutaban mucho juntos, cómo cuando se duchaban en el río Phetchaburi; Chakrii hacía buen uso de su trompa para ello. 

Una tarde Sunan quiso adentrarse en la selva con su amigo. El Niño de 12 años quería llegar hasta la cueva de Tham Khao Luang, y ver en ella la estatua de Buddha porque en la gruta había sido construido un  templo por  Chulalongkorn (Rama V) rey de 1868 a 1910 de Siam, tal como Tailandia se llamaba en ese entonces,  y lo hizo  en honor a su progenitor y rey anterior quien amaba ese lugar.


Montado en el elefante Sunan le confiaba a Chakrii sus secretos esa tarde, mientras que el paquidermo a paso firme iba marchando. De pronto,  fueron interceptados por 5 buscadores de tesoros.  Esos malos hombres querían llegar al Templo en la gruta con la ruin  intención de saquearlo.  Apresaron a Sunan porque querían que el niño los guiara. Este pataleó y gritó. Chakrii arremetió contra los bandidos con tal furia que, asustados, cuatro de ellos se alejaron del lugar corriendo y el quinto enrollado en la trompa de Chajrii gesticulaba con los brazos y pateaba al vacío en un vano intento por zafarse.  Hasta que Chakrii lo soltó dejándolo caer como una bolsa de papas sobre una mata espinosa.  Los alaridos no tardaron en dejarse oír.

Sunan agradeció a Chakrii que lo salvara y ambos continuaron tranquilamente su viaje sin mayores contratiempos. 
 
 

 
Cuando llegaron a la cueva,  desmontó Sunan y corrió, impaciente,  hacia adentro. Las estalactitas y estalagmitas de la gruta  brillaban con una luz especial que se reflejaba como una campana de cristal  alrededor de la estatua dorada de Buddha. Era costumbre que peregrinos dejaran votivas  en su interior. Sunan llevaba consigo una ofrenda especial en nombre suyo y de Duangkamol  a quien  amaba desde que ella le sonriera la primera vez que él  le entregara un racimo de ayahumas  hacía ya 3 primaveras.



Video de poco más de 3 minutos de duración: imperdible


Chakrii no entendía porque no podía entrar a la cueva con Sunan,  había elefantes -lo sabía muy bien- que trabajaban en templos y procesiones, yendo de uno a otro, engalanados con bellos atuendos y  guirnaldas de flores.  
 
Pasado un tiempo, Sunan regresó a dónde estaba Chakrii, lo acarició, jugó con la trompa y volvió a montarlo.   Con sólo mirarlo, supo interpretar lo que sentía el elefante y cariñosamente le dijo:
 
- Chakrii, para trabajar en los festivales religiosos, en las procesiones y en los templos, tienes que pasar un entrenamiento especial. Sé que lo lograrás, pero será dentro de unos años, no ahora. Tienes que tener paciencia. Como si entendiera, Chakrii respondió con un barrito alegre.



 

26 comments:

Noelia Cano said...

Qué bonito cuento. Me ha encantado la unión entre Sunan y Chakrii, muy tierna.
Besitos.

Campirela_ said...

Qué cuento más emotivo nos has brindado , desde luego que entre ellos había un lenguaje especial el cariño y el respeto, que mejor palabras.
Gracias Myriam, por tan linda entrada ha sido todo un placer leerla y entender mejor a esas criaturas enormes. Besitos.

Carmen Silza said...

Motiva bastante el relato, me ha encantado la forma que le has dado. Feliz semana. Un abrazo Myrian.

Albada Dos said...

Precioso cuento de fidelidad. Muy tierno, además

Un abrazo

Tracy said...

Qué maravilla de cuento, de imágenes y de presentación.
Eres genial.
Gracias me he sentido como si fuera una niña pequeña y oyendo ese cuento de labios de mi madre.
Abrazo fuerte.

DUlCE said...

El amor no sabe de especies, igualmente crea lazos como ocurre en tu relato, ninguna diferencia impide que así sea. Bonito relato Myriam.

Un beso dulce y dulce semana.

Myriam said...

NOELIA: Muchas gracias, quería que fuera un relato tierno pensando en que mis nietas leen mi blog y quiero las con respecto a los elefantes. Ellas aman a los animales y tienen 5 mascotas (pero ningún elefante en esa suma, obvio). Me gustaría leer tu relato ¿Te animas? Besos

Myriam said...

CAMPI: ¡a tí mil gracias! Besotes

Myriam said...

CARMEN: Celebro que el relato te haya gustado, cómo dices, "encantado en su forma”. Feliz semana para ti y un fuerte abrazo.

Myriam said...

ALBADA: a ti, muchísimas gracias. La fidelidad es una gran virtud, creo yo. Un abrazo.

Carlos Augusto Pereyra Martínez said...

Qué bien cuentas la relación entre el niños y el elefante, sin dejar de lado, la aventura. UN abrazo. Carlos

Ester said...

Una delicia leerlo con interés,entrando en la historia y visualizando los momentos gracias a tus detalles. Precioso. Un abrazo

Esther said...

Que lindo cuento; los elefantes son símbolo de paciencia y sabiduría, son también muy protectores de la familia. Preciosa la relación de los protagonistas. Leyéndote me han entrado ganas de viajar a Asia, nunca estuve allí, hoy sí, con tu relato y ese video tan chulo un poquito más cerca. Muy buena la convocatoria pero no sé si me dará tiempo a unirme; estoy algo liadilla. En cualquier caso con mucho gusto os leo.

Besos Myriam, que tengas una bella semana.

Neogeminis Mónica Frau said...

En muchas culturas asiáticas el vínculo entre humanos y elefantes es tan íntimo como especial y duradero. Muy explícitamente se manifiesta eso entre tus personajes, ubicados en tiempo y espacio de tal manera que nos colocan fácilmente junto a ellos en tu relato, Myriam. Un abrazo

Myriam said...

TRACY: Creo que pensé en mis nietas al escribir el relato, pero me hace feliz saber que te sentiste niña otra vez al leerlo. Besooooootes!!!!!!

Myriam said...

DULCE: Y son lazos muy fuertes, sin reservas. Gracias, y dulce semana para ti también. Besos

Myriam said...

CARLOS: que bueno que te gustó. Edo era lo que quería transmitir. Un abrazo.

Myriam said...

ESTER: Celero que te gustara tanto el relato. Besotes.

Myriam said...

ESTHER: Muchas gracias por venir igual a leer aunque estés ocupada. Tampoco he estado en Asia más allá de Turquia por la parte quele toca, también me gustaría viajar allí. Besos

Myriam said...

MÓNICA: Gracias por tus cariñosas palabras. Cierto, ese vínculo puede ser muy fuerte. Besotes.

MOLÍ DEL CANYER said...

Es un cuento precioso, donde la amistad entre el niño y el elefantito es de aquellas que perduran por siempre. Besos.

Myriam said...

MOLÍ: Me alegro mucho de que te haya gustado el relato.
Besos

Mujer de Negro said...

Es un bonito cuento, agradable al recorrerlo, deja un velo de ternura. El video precioso
Abrazo, Myriam

Gabiliante said...

hola Myr.
Me encantó la imagen del elefante justiciero, agarrando con la trompa a los delincuentes y lanzandolos sobre unas zarzas,, jjaj
hay que ver como si los animales conviven desde bebes con alguien adquieren esa afinidad incluso en los juicios de l bien y el mal. Sobre todo cuanto mas listos son , y los elefantes son un rato listos.
Pensaba a raiz de tu texto y el de campi ( por un reportaje de un parto que vi) que la domesticacion de los elefantes solo se da en asia. no recuerdo ningun episodio( o no caigo ahora) de domesticacion con africanos, que parecen mas de familia cerrada
abrazooo Myr

Myriam said...

MUJER DE NEGRO : Muchas gracias por tu opinión un abrazo fuerte.

Myriam said...

GABILIANTE: Tampoco sé de domesticación en Africa, fuera de los de Anibal entrenados para combate. Los de Lawrence Antony, conservacionista, que cuidó y sanó a muchos heridos lo querían mucho. Y cuando él murió, los elefantes que ya estaban libres, desfilaron por su casa en la Reserva,, mostrando sus respetos y dolor. El artículo que escribí al respecto lo tienes en el listado de Participantes en "Myriam - 2". Besos