Wednesday, May 26, 2021

Este jueves, un relato: "Inmersión" El milagro del círculo mágico, participación de José Tejerina

 

                      El círculo mágico por John W. Waterhouse


EL MILAGRO DEL CÍRCULO MÁGICO
                                                 ( Conto galego )

Cursaba 1º de especialidad de Filología Románica en la Universidad de Deusto, Bilbao. De aquella, que diría un gallego enxebre castellanizando su modismo, en lugar de nuestro por aquel entonces, en Bilbao no se estilaba beber cerveza y a quienes lo hacían los consideraban poco menos que esnobs. Las cuadrillas de txiquiteros del bocho bebían vino tinto de Rioja en unos pesados vasos ad hoc. El Departamento de Filología inglesa organizó un viaje cultural de cinco días a Londres en las vacaciones de Pascua. El segundo día de estancia en Londres tuve un encuentro con el diablo, quien dirigió mis pasos a un Irish Pub y me puso delante las pintas de cerveza negra. Confieso que me pasé, no siete pueblos, como por acá se dice, pero sí dos linios o canteros, lo que, traducido a cerveza, vendría a ser dos pints of stout de más. Cuando nos congregamos ante la entrada de la Tate Gallery para una visita guiada, yo me sentía entre chispo y ajumao, dicho con más concreción, entre eufórico y calamocano. Hasta el punto de que, una vez dentro de la Gallery, no tardé ni cinco minutos en perder de vista al grupo.  Me di de cuenta, otro galleguismo del castellano hablado por gallegos, me di cuenta, digo, de que me encontraba solo y señero delante del cuadro The magic circle, de J.W. Waterhouse. Lo primero que me vino a la cabeza fue un pensamiento digno de un especialista en Antropología filosófica: “ Esa mujer ha tenido que ser niña. ¿ Cuándo y cómo una mujer muta de niña a mujer?” Pensé preguntárselo a mi padre en cuanto regresara del viaje; pero enseguida rechacé la idea, temeroso de la repuesta que pudiera darme… Pensé luego si el pintor no habría querido hacer una alusión al coro de brujas que inicia la ópera Macbeth de Verdi-Shakespeare . Lo rechacé, porque una bruja, por muy bruja que sea, no puede formar un coro. Luego pensé que tal vez el pintor quisiera retratar a una fanática de las muchas sociedades secretas y esotéricas que pulularon durante la era victoriana. Fui rechazando a la Sociedad Teosófica, a los secuaces del ocultismo, de la francmasonería… y me quedé con la Sociedad de la Panacea como posibilidad más plausible: estos defendían la experimentación posibilista para obtener un fármaco capaz de erradicar todas las enfermedades que la raza humana pueda contraer, negando así que pueda ser verdad la catástrofe final del Apocalipsis… Quise a todo trance saber el contenido de la caldera y, obsesionado, vi cómo la señora me miraba con total extrañeza, mientras yo ponía la empuñadura de mi paraguas encima de la caldera, la agitaba repetidas veces lateralmente para desviar la parte baja de la columna de humo y poder así  ver el contenido de la caldera. Juro por Tutatis y por mis dioses manes y lares que lo que vi fue un pulpo de dimensiones regulares, o sea, conformes con la regla, de 2’50 kg. a  3 kg… Al día siguiente, resacoso, recordé el sabio consejo para estos casos del tío Millán, un agricultor montañés de Tarilonte de la Peña, Palencia: Si quieres que una mierda no te haga daño, échale un remiendo del mismo paño. Ni que decir tiene que obré en consecuencia: del sabio, el consejo…
 
Lo mismo que la primavera llega con sus golondrinas, el verano llegó con sus vencejos. Veraneaba la familia en Chanteiro, una aldea coruñesa entre la Coitelada y el Segaño. En una escapada a Coruña, actualmente A Coruña, compré en un estanco una hoja de papel barba y un sobre y, tras comer en un bar restaurante de la Calle Los Olmos, me acerqué al Jardín de San Carlos, pequeño, recoleto, silencioso, bien arbolado, con la idea de descansosestear. Me senté junto al muro que da al castillo marino de San Antón, extendí sobre un mármol el papel barba y, sacando mi flamante estilográfica Parker 45, recién llegada en un petate militar de un bazar indio de Ceuta junto a un pequeño envoltorio de piedras de mechero, pergeñé una señora epístola laudatoria, la introduje en el sobre, que cerré de un lametazo en el borde engominado, escribí “ A la atención de Sir John Moore” y , sin sello, la deposité en la lápida que cubre el monumento funerario tumba del General británico muerto en combate frente a las tropas de Napoleón.  La misiva era un reconocimiento de gratitud al pueblo británico, que había mandado tropas para expulsar del suelo patrio al corso y había dado al pueblo gallego la receta de un manjar acreditado aujourd’hui y heutzutage en el mundo mundial, que diría Elvira lindo: el pulpo a feira…


Conto galego escrito por José Tejerina para la Convocatoria de relatos jueveros de Myriam desde su blog De amores y relaciones, y como no tengo blog, lo publico en el suyo y aquí mismo pasaré a leer los comentarios de quienes los dejen. 



20 comments:

Sylvia said...

Todo sea por el pulpo!!! ummmm :)
Un relato estupendo. Felicidades

Campirela_ said...

Desde luego es toda una odisea seguir los pasos pero sin duda nos llevan aun buena historia en la cual he aprendido mucho. Gracias por compartir y te deseo una magnifica noche. Un abrazo.

Myriam said...

JOSE: Muy sabio tu tío y muy generoso el General John Moore. Mira por dónde vino el pulpo a aparecer jajaja y a transformarse esa receta en un clásico gallego. Divístidisima toda la anécdota de tu visita al Pub Irlandés y a la Tate Gallery of London, con tamaña inmersión en "The magic circle". Estoy muy contenta de que mi convocatoria te haya hecho recordar esta gran anécdota y te agradezco de corazón que quisieras compartirla con nosotros. Quiero también, en nombre de todos los compañeros, darte la bienvenida al grupo de los relatos jueveros.

Un fuerte abrazo,

Neogeminis Mónica Frau said...

Un relato bien ensortijado entre cervezas y pulpos una y otra vez evocados! he tenido que detenerme en palabrass como esta: descansosestear! un hallazgo jeje.
Abrazos jueveros
=)

Berta Martín Delaparte said...

José cuanta elocuencia , heutzutage da gusto leer textos como el tuyo.

Un placer darte la bienvenida.

Un fuerte abrazo.

Dafne Sinedie said...

¡Me encanta este cuento gallego! La verdad es que más que darme ganas de viajar a inglaterra para ver los cuadros, me da ganas de viajar a Galicia ;)
Un besazo, José

Unknown said...

El humo tiene toda la pinta de oler a plupo a feira, pero nunca esta de mas cercionarse. No comentas nada dee si tuviste oportunidad de contrastar la edad y madurez de la brujacinera, se entiende.
ya tenemos algo que agradecer a los ingleses, algo contemporaneo, me refiero.
ya que te has apuntado al carro de los relartos jueveros, comprobaras que no es tan facil escapar como del cuadro de la bruja
Bienveludos

Unknown said...

el comentario anterior soy Gabiliante.blogspot.com. no estoy con mi ordenador y me sale todo anonimo o no sé como pornelo

Myriam said...

GABILANTE: Gracias , muchas gracias por aclararlo, justo iba a pedir a UNKNOWN que se identificara. Abrazos.

MOLÍ DEL CANYER said...

Te he ido acompañando de un lugar a otro y me ha encantado pero me quedo con el pulpo. Muy buen relato. Besos.

Myriam said...

EN NOMBRE DE JOSE, agradezco los comentarios de SYLVIA, CAMPIRELA, MÓNICA, BERTA, DAFNE, GABILIANTE y de MOLI DEL CANYER. Abrazos a todos.

Bertha said...

-Casi es una tesina,en vez de un cuento: porque mira que tiene tela esto para ser un pulpo de ocho patas.Se nota que ud domina el verbo y la narrativa, madre del amor hermoso y un viva por este manjar ; pulpo a feira...

-Gracias José , con este viaje guiado y tan entretenido.

Esther said...

José me has transportado con tu relato de cocina de brujas al último pulpo a la gallega que me comí hará ya casi un año, yo no sé de donde sacaría el brujo o la bruja del cocinero su magia pero desde luego, magia tenía, fíjate que me convirtió uno de esos pulpos como el que tenía tu bruja en la cazuela de 2 o más kilos en una feria de dos o tres escuálidas rodajas flotando en aceite sobre el círculo del plato.No sé pero creo que a pesar de la magia a mí no me funcionó el hechizo pero seguramente fue porque no iba ahumá. Muy divertido tu relato y lo bueno es que como siempre nunca se sabe a dónde nos lleva al final. Saludos

Albada Dos said...

Te ha llevado lejos, y bien documentada. Un gusto leerte

Un abrazo

Tracy said...

Bueno, bueno, bueno... Me has dejado impresionada con tu aportación, nunca te había leído, así es que te felicito y me felicito por tenerte entre los Jueveros.
Dicho ésto te diré que nunca creía que unas pintas iban a dar para tanta elucubraciones filosóficas, te prometo que la próxima vez que visite un museo me las tomaré esperando que surtan los mismos efectos que se dieron en ti.
Todo un placer.

María said...

Interesante tu participación , te doy la bienvenida y mi felicitación.

Un abrazo.

ɱağ said...

¡Menudo barambán como decimos por estas tierras! Eso sí, no le falta ni un punto de ironía ni un alarde a la tierra. Pura ironía en muchos puntos y obliga a leer como si te hubieras tomado tres pintas, vamos, entre la tontera de no poder parar.
Te felicito por el relato, José, y te agradezco el relato que me ha hecho sonreír :-)
Espero puedas participar más veces y nos sigamos leyendo.
Un beso enorme.

Gracias, Myr, por darle cabida en tu espacio. A ver si se anima a hacer un blog porque si escribe así, será un placer seguir descubriéndole.

Besos.

Myriam said...

BERTHA, ESTHER, ALBADA, TRACY, MARIA y MAG, en nombre de JOSE les agradezco mucho su aprecio y comentarios. Muy buen fin de semana, Abrazos a todas y a cada una.

El Demiurgo de Hurlingham said...

Muy buen relato para sumarse por primera vez a una convocatoria de los jueves.
Me gustó la interpretación del personaje del famoso y artístico cuadro.
Sobre que era la bruja, hechicera.
Y sus fracasos para entrar a diversas sociedades secretas. Parece que tampoco le fue bien en la que logró ingresar.

Bien contado.

Myriam said...

DEMIURGO: En nombre de JOSE, muchas gracias por tu comentario. :-) Un abrazo mío y saludos de él.