Monday, December 14, 2020

Arwa al-Sulayhi (1048-1138), "La Dama noble", inteligente y bella, reina reinante de Yemen cuyo nombre era proclamado en las mesquitas, signo de la autoridad y el poder que detentaba

 

                                                                            Ruinas del Palacio de Arwa en Jibla, Yemen


Arwa al Sulayhi fue una reina reinante de Yemen co-gobernate  con su marido desde 1067 y luego  con su suegra  hasta la  muerte de esta en 1087, a partir de lo cual  Arwa fue única gobernante hasta su muerte en 1138, o sea por que lo fue por 51 largos años, siendo además, la última de los gobernantes de la dinastía Sulayhid.

Las  fuentes históricas la nombran "Sayyidah bint Ahmed".  Como mujer soberana, Arwa tenía  una posición casi única en la historia: aunque hubo  más mujeres que fueron  reinas reinantes en el mundo musulmán internacional, Arwa y su suegra  -Asma bint Shihab- fueron las únicas mujeres monarcas en el mundo musulmán que recibieron  la jutbah, el máximo reconocimiento de estatus monárquico musulmán, por el que su nombre se proclamaba en las mesquitas, lo que significaba que contaban con autoridad y poder para gobernar.

Arwa nació en 1048 EC en Haraz, que era el corazón del ismailismo en Yemen. Ella era la sobrina del entonces gobernante Ali al-Sulayhi. Huérfana a una edad temprana, se crió en el palacio de Sana'a bajo la tutela de su tía, la formidable Asma bint Shihab, que luego fue también su suegra, y que era entonces co-gobernante  con su marido Ali al Sulayhi. 

Los cronistas de su época dicen que Arwa era valiente, devota y tenía  un carácter independiente. También se la consideraba muy inteligente y culta, con una gran memoria para poemas, historias y eventos históricos. Ella estaba muy bien informada en las ciencias del Corán y el Hadiz, esto es la recopilación  de los dichos del Profeta Mahoma (y en el caso del Islam Chiita, también de los imammes). Los cronistas también la mencionan como extremadamente hermosa. 

En 1066, a la edad de 17 años, Arwa se casó con su primo Ahmad al-Mukarram. Arwa colobaró  en la politica tanto con  su suegra y  como con  su marido después de la muerte de su tio Ali al-Sulayhi. También fue madre de cuatro hijos: Muhammad, Ali, Fatimah y Umm Hamdan.

Tras la muerte de su tio Ali al-Sulayhi en 1067, el marido y primo de  Arwa, Ahmad, se convirtió en el gobernante de jure de Yemen, pero no pudo gobernar  porque enfermó y quedó  paralizado y postrado en cama  tras lo cual,   transfirió todo su poder a Arwa, y fue entonces que  su nombre comenzó a  mencionarse  en la Jutbah.

En contraste con su suegra, la reina Asma, Arwa no apareció sin velo cuando asistió a los consejos como lo había hecho Asma. Según los informes, la razón de esto fue porque ella era mucho más joven que su suegra, habría sido más arriesgado en su caso seguir ese ejemplo. Sin embargo, aunque llevaba velo, asistía a los consejos de estado en persona y, por lo tanto, se mezclaba con hombres y se negaba a realizar las reuniones ocultas por una pantalla. 

Una de sus primeras acciones fue trasladar la capital de Sana'a a Jibla, con el fin de estar en una mejor posición para destruir al gobernante Najahid Sa'id ibn Najar de Zabīd, y así vengar la muerte de su suegro. Esto lo logró atrayéndolo a una trampa en 1088. Construyó un nuevo palacio en Jibla y transformó el antiguo palacio en una gran mezquita donde finalmente fue enterrada.

Después de la muerte de su marido Ahmad al-Mukarram, el Califa e imam fatimí (en el Cairo) animó a Arwa a que se casara en segundas nupcias  con el primo de su difunto esposo, Saba ibn Ahmad. Esto lo hizo a regañadientes en 1091 para poder permanecer en el poder, pero probablemente no permitió que el matrimonio se consumara. Continuó co-gobernando Yemen hasta que Saba murió en 1101 y de ahí hasta su propia muerte en 1131 volvió a ejercerlo sola. 

 
Patio de la  mesquita de Arwa al Sulayhi en Jibla, Yemen
 Una de las  tantas mesquitas fundadas por Arwa
 

El  8vo Califa  Fatimí Imām Al-Mustansir Billah otorgó  A la reina Arwa  en 1084 el rango más alto en la dawah yemení -invitación proselitista a abrazar la fe del Islam-   que es el  de itman al Hujjat, mensajera del IslamEn toda la historia del Islam, esta es  la primera vez que a una mujer se le otorga  tal estatus.

En consecuencia, durante  el  gobierno de Arwa, los dais chiítas fueron enviados al oeste de la India. Debido a su patrocinio de las misiones, se estableció una comunidad Ismaili en Gujarat en la segunda mitad del siglo XI, que todavía sobrevive allí hoy.

 
 
 
Minarete de la mesquita de Arwa al Sulayhi en Jibla, Yemen
 
 
A la muerte del Califa fatimí Imam al-Mustanṣir bi-llāh en 1094 el Califato se dividió entre dos de sus  sus hijos. Una parte del califato era leal al hijo mayor de este,  Nizār al-Muṣtafā li-Dīn Allāh, quien más tarde administró desde Alamūt, en Irán. La otra parte del califato era leal al hijo menor,  Aḥmad al-Mustaʿlī bi-llāh, quien administró desde El Cairo.
 
En el cisma de 1094, Arwa apoyó a Al-Musta'li (Cairo) para que fuera el legítimo sucesor del imam Al-Mustansir Billah. 
 
 
 
 
 Notas:
 
 
Moneda de oro del califa al-Mustansir, Egipto, 1055 CE.
 
1- El califato fatimí (también llamado califato de Egipto) ​ fue el cuarto califato islámico, el único chií de toda la historia ismailita, concretamente—. Dominó el norte de África desde año 909 al 1171. Inicialmente establecida en Túnez, la dinastía controló la costa mediterránea de África y convirtió Egipto en el centro de su califato en la segunda mitad del Siglo X. En su apogeo, el califato incluía, además de Egipto, parte del Magreb, Sudán, Sicilia, el Levante mediterráneo y la región de Hiyaz
 
 
 
Vista aérea de la Fortaleza de Alamut

2- Los escindidos fatimíes  que tomaron la fortaleza de Alamut, en Irán, bajo la guía del Viejo de la Montaña,  Hassan Ibn Sabba, se llamaron a si mismos  nizaríes. Sus enemigos los llamarán despectivamente hashashin, literalmente Seguidores del Hachís, palabra que ha pasado al castellano como asesino, y ello porque desde Alamut y otras fortificaciones los nizaríes se destacaron por la práctica del homicidio político, hasta el punto de que a pesar de su escaso número aterrorizaron durante siglos a los gobernantes de Irán y Siria.

Alamut fue un nodo de la compacta red de fortalezas nizaríes, que por su inexpugnabilidad conformaron un auténtico estado descentralizado e independiente dentro de un territorio fundamentalmente sunní.

En  1256 sin embargo, las tropas mongolas marchan sobre Irán dirigidas por Hulagu Jan.  Alamut se rindió sin presentar combate y fue arrasada hasta los cimientos por el ejército invasor para impedir su uso por otros posibles oponentes.



12 comments:

Ester said...

Cuantas historias de mujeres ha habido y cuantas conoces, siempre aprendo leyéndote, Gracias Myriam y cuídate mucho

Cayetano said...

Siempre hay alguien interesante de quien hablar. Y con estas historias nos lo demuestras siempre.
Un abrazo, Myriam.

manouche said...

Gracias por todos estas apasionantes historias ...
Un gran abrazo.

Campirela_ said...

Hay que ver las mujeres que han tenido poder en la nación con ella se han hecho grandes cosas...Pues es hora que gobiernen muchas más. Que lindo es todo lo que nos dejas, aprendemos la mar de historia. Un besazo grande.

Ainhoa said...

Que interesante gracias Myriam lo he disfrutado mucho leyéndolo un abrazo.

Colotordoc said...

Vengo aquí y aprendo mucho Myriam. De esta dama, no conocía nada.

Besote guapa

Paco Cuesta said...

Cada día estamos más cerca de eliminar injustas diferencias entre las que, como muestras, hay mujeres con poder.

Albada Dos said...

Cómo nos sumerges en vidas interesantes. Una maravilla tu post. Por las mujeres, sin trabas.

Un abrazo

Katy said...

Interesante ver el papel que ostentaba y poder de esta dama en su época. 😘

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Yemen: Quién te ha visto y quién te ve...
Musu bat.

Pedro Ojeda Escudero said...

Qué hermosas ruinas las de esta primera fotografía.
Cuántas cosas desconozco y cómo te agradezco que difundas estas noticias, tan tuyas.
Un beso.

Rita Turza said...

Gracias por acercarnos entradas y mujeres tan interesantes que forman parte de la Historia. Es un placer leerte y aprender contigo.

Un abrazo enorme mi querida Myriam.