Thursday, June 13, 2019

Este jueves, un relato: "Ritos culinarios" El festín de Babette, una película de Gabriel Axel, 1987


 Este jueves nos convoca  Mamaceci, del blog "Notas desde el fondo  de mi placard"  con el tema: "Ritos culinarios".  Mi mente voló enseguida a "El Festín de Babette" (Babettes gaestebud),  excelente película danesa  escrita y dirigida por Gabriel Axel, basándose en un relato de Karen Blixen, que escribió bajo el seudónimo de  Isak Dinesen; película  ganadora del Oscar 1988 a la mejor película de habla no inglesa.




La película: 

Aquí, en esta foto,  vemos a Babette (Stéphane Audran) distinguido  chef francés que, escapando de la Revuelta  de los Comuneros de 1871, en París, tras la derrota de Napoleón III frente a Prusia,  llega a la casa de estas dos hermanas solteronas  Martine  (Brigitte Fiederspiel)  y Filipa ( Bodil Kjer) en un remoto pueblo de Dinamarca, con una carta de recomendación.  Hijas ambas de un pastor pietista  luterano muy estricto, que uno a uno fue rechazando todos los pretendientes de sus hijas, cuando estaban "en edad de merecer".

Poco a poco, Babette se gana la confianza de las austeras y piadosas hermanas. Un día, Babette, gana  un billete de lotería que un amigo renovaba para ella cada año (único lazo con su madre patria) y decide, en un acto de auto-sacrificio gastar todo ese dinero  en preparar un banquete para la celebración del Centenario del nacimiento del fundador de la Comunidad. A ese banquete asisten todos los habitantes del pueblo, incluso antiguos pretendientes de las viejecitas, con sus mujeres actuales. Babette, se entrega  de forma generosa  a preparar todas las delicias culinarias (con los ingredientes traídos por un amigo o sobrino de ella  de París, especialmente para la ocasión) para  el completo deleite de los comensales,  quienes jamás habían disfrutado algo semejante.

En esta, para mi, maravillosa película, resaltan dos hechos  el primero, la diferencia de concepciones dentro del mundo cristiano  entre el alegre y piadoso catolicismo de Babette y el penitente y austero luterano de las hermanas Martine y Filipa, que no tenían idea de los placeres  de la vida. Y el segundo, la generosa entrega de Babette, para alegrar a las hermanas y a toda la comunidad, aún a expensas de su libertad económica en cuanto a  que destina  todo el dinero ganado en la lotería, sumado a su  amorosa dedicación profesional  a la preparación  del exquisito banquete.   Una entrega que es un acto de amor y por lo tanto, la Luz se hace presente en esa celebración, dándole un sentido de gozo mundano pero a la vez, espiritual.




 Y ahora mi relato de este jueves:

Como cada viernes a las 7 de la noche, cumplíamos con el sagrado rito culinario de compartir,  alrededor de una mesa con mantel de lino bordado a mano y copas de cristal de Baccarat,  un banquete con un surtido de  nuestras pastillas multicolores de comida sintética pero muy nutritiva (y zumos  igualmente sintéticos),    seguido del  visionado de una película de celuloide, de esas  que se hacían en el lejano Siglo XX, usted me entiende, preferentemente, con temas de cocina, a modo de masturbación mental colectiva o de regreso, si lo prefiere, a un paraíso  más que  perdido y altamente añorado.




18 comments:

manouche said...

Le festin de Babette: une ode à la convivialité via la gastronomie et surtout ce que la générosité offre en retour.

Ester said...

No he visto la película pero tu relato me ha encantado tu visión de una vida futura puede ser certera, menos mal que ya no llegaré. Abrazucos

Mar said...

Tomo nota de la peli para verla. Parece interesante.
Si uno de los placeres de esta vida es comer y en un futuro nos alimentaremos de pildoritas, apaga y vámonos!! La humanidad, definitivamente, habrá perdido el rumbo.

Bss.

Kasioles said...

Me alegra saber que sigues ahí y te has acordado de mí.
La muerte de mi amiga Ámbar, reconozco que ha sido un palo en mi estado de ánimo,(me llamaba dos y tres veces todos los días, yo era su confidente y su amiga del alma, la distancia y el no conocernos personalmente nunca ha sido inconveniente para que nuestras almas se entendieran y apoyaran),no ha sido el único motivo de mi silencio durante estos seis meses, he ido a clase a la Universidad y he estado muy entretenida cogiendo y estudiando apuntes de temas de Historia que nunca fueron mis preferidos, pero he tenido un profesor, tan bueno, que logró contagiarme su entusiasmo y me ha tenido enganchada a sus clases, es un chico joven pero sabe transmitir y hacer amena la clase, la hora y media que duraba se me hacía corta.
Acabadas las clases, la pereza hizo de las suyas y al fin he encontrado fuerzas para vencerla y volver a estar con todos vosotros.
Cuando tenga ocasión, veré la película que mencionas, promete ser interesante.
Aprovecho para dejarte un fuerte abrazo con mis cariños.
Kasioles

Cayetano said...

A las pastillas de la cocina sintética le vendrían bien unos boquerones o unos rodaballos de mi amigo Serafín.
Un abrazo, Myriam.

Montserrat Sala said...

HOLA Miryam: No he visto la película, pero me imagino todas la enseñanzas y refleXIONES que se puedan extraer de ella, no en vano ha sido escrita por una danesa universal:
Karen Blixen. Yo recuedo con añoranza el guión de la película sobre su vida. "Memórias de Africa" Me ha gustado mucho tu entrada amiga miA. Besos.

Marta Alicia Pereyra Buffaz said...

Me encantó tu reseña de la preciosa película, que vi hace varios años.

Tu relato a partir de la película, me hizo sonreír porque me resultó totalmente inesperado. ¡Qué bueno y con su toque de ironía! Creo que preferís el banquete de Babette.

Abrazo gigante, Miryam.

Ame said...

Como introducción la película se antoja para una tarde relajada, choca de frente con el relato de comida sintética, asusta un poco la visión.
Abrazos

Mamaceci said...

Vi la película hace muchos años, me dieron ganas de reeverla. Que festín! celebro tus reflexiones tan finas respecto de los personajes y la lectura que permite la película. No lo recuerdo de ese modo. Es acertado Myriam eso del placer gozoso de la comida, que viene de la mano de la culpa, para todos los que quedan fuera de la órbita puritana del luteranismo, es casi identitario

Que tristeza la imagen final! oajala los tiempos nos pongan a salvo!
Gracias por tu participación, besito y buen finde

Neogeminis Mónica Frau said...

Excelente aporte, Myriam, ironico y detallado, muy bien precedido por la sinopsis de aquella delicia de película que vi varias veces. Un placer leerte. Un abrazo

Isabel said...

¡Qué buena película! Hace años que la vi y me encantó.
Abrazos

Mari Carmen said...


Hola Myriam. No he visto la película pero ahora tengo intención de verla.

Karen Blixen es una garantía, tengo buenos recuerdos. Magnifica entrada.

Besos.

Albada Dos said...

No recuerdo la película, pero tu relato me ha gustado. Es alrededor de la mesa donde se cuecen las grandes relaciones, estoy segura

Un abrazo y feliz día

yessykan said...


Hola Myriam,
Me ha encantado tu reseña!
Esta película no la he visto, me parece de lo más interesante con ese ambiente filosófico, espiritual aderezado con delicias gastronómicas.
De esta escritora danesa solo he leido Memorias de África. Gracias por compartir.
Abrazo!

Cyn said...

No conocía la película, gracias por compartir sus detalles. Y el relato se me hizo muy vívido, creo que seguro vamos a terminar así. Y no estamos muy lejos, vamos consumiendo alimentos cada vez más artificiales.
Un abrazo desde Argentina.

Mari-Pi-R said...

Recuerdo haber visto la película la cual me gustó mucho.
Gracias por recordármela a ver la busco de nuevo.
Un buen domingo.

El Demiurgo de Hurlingham said...

Si el siglo 20 es algo añorado, entonces ese futuro no debe ser muy utópico.
O tengan memoria selectiva.
Un abrazo.

Juan Carlos Celorio said...

La película refleja esa diferente forma de ver la vida que tenemos los del sur y los del norte de Europa. El relato parece dirigir el futuro más hacia la visión norteña, ese comer para sobrevivir, pero por aquí sigue con fuerza la idea de vivir para comer bien. Incluso decimos, cuando vamos a comer de lujo que nos vamos a dar un homenaje.
Bueno, sea como sea el futuro, espero que en el mío sigamos disfrutando de ricos manjares.
Besos, Myriam.