Tuesday, May 28, 2019

Salud mental: Tu cerebro necesita silencio, artículo escrito por Darío Pescador

Estudios recientes en neurología muestran lo importante que es el silencio para el funcionamiento del cerebro.

España es uno de los países más ruidosos y el silencio es para mucha gente un lujo inalcanzable.
Cada vez que se menciona los ruidosos que son los españoles, suele haber una respuesta a la defensiva, recordar que los ingleses borrachos también lo son (argumento "tú más") o justificarlo con que aquí "sabemos disfrutar de la vida". Sin embargo estos argumentos parecen perder fuerza cuando es nuestro vecino de arriba quien pone reggaeton a las dos de la mañana. No es para menos, ya que los últimos estudios indican que el cerebro necesita el silencio.

Por supuesto, la exposición a ruidos fuertes como una explosión, o prolongados como los trabajadores de una fábrica, pueden provocar daños en el oído y pérdida de audición. Pero ese ruido ambiental constante al que estamos sometidos a diario es perjudicial por otros muchos motivos. El ruido provoca en el cerebro la activación del mecanismo de huída o lucha, es decir, una reacción de estrés.

Cuando el ruido es constante aumentan los niveles de cortisol, los niveles de glucosa en sangre, la presión arterial, y se desencadenan las peores consecuencias del estrés crónico. El ruido ambiental aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El ruido afecta a la capacidad de los niños para aprender, y en los adultos puede provocar o empeorar la depresión y la ansiedad. Cuando además el ruido afecta al sueño, estos efectos se multiplican.

La investigación científica sobre los efectos positivos del silencio es relativamente reciente. En 2006 el doctor Bernardi estaba estudiando los efectos de la música en la relajación, y se dio cuenta de que el mayor estado de relajación se alcanzaba, no con las obras musicales más pausadas, sino durante las pausas en silencio entre pieza y pieza.

Se sabe que el deporte estimula el crecimiento de neuronas en el hipocampo, la parte del cerebro que se encarga de la memoria. Los investigadores se preguntaron si se podía conseguir el mismo efecto (en ratones) usando sonido. Primero probaron con un tono continuo, y luego con Mozart. Pero lo único que hizo a las neuronas multiplicarse fue el silencio. Dos horas al día de silencio (algo que mucha gente puede encontrar imposible) proporcionaban el mayor efecto sobre la neurogénesis.

El silencio también es el espacio mental en el que se activa la red de modo por defecto, un sistema dentro del cerebro que actúa cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, y define nuestra identidad. Cuando estamos ocupados en una actividad, esta red se inhibe, pero cuando cerramos los ojos y estamos en silencio (como ocurre durante la meditación), la red de modo por defecto se activa. Es decir, el silencio es lo que nos permite tener una vida interior.

El silencio también es necesario para "recargar las pilas" del cerebro tras el daño causado por el ruido, algo que cualquiera sabe de modo intuitivo después de pasar varias horas en una discoteca. Cuando nos forzamos a prestar atención a algo (incluyendo el ruido) durante mucho tiempo, nuestro cerebro se fatiga. Determinadas actividades como estar en un entorno natural y en silencio se han calificado como “restauradoras” de la capacidad del cerebro para prestar atención.

La búsqueda del silencio es una misión complicada en España, el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón. Al menos una tercera parte de la población española está expuesta a ruido excesivo proveniente del tráfico, las obras o los locales públicos. El ruido español es tan idiosincrático que algunos restaurantes ha reaccionado uniéndose en una iniciativa llamada Comer sin ruido, liderada por el cocinero Ramón Freixa, que ofrece desde consejos para mejorar la acústica de los locales hasta una guía de restaurantes silenciosos. Muy lejos del jaleo, la oficina de turismo de Finlandia comenzó en 2011 con una campaña promocionando el silencio como uno de los atractivos del país para los visitantes. La comparación entre el nivel sonoro en el típico restaurante español y el típico restaurante finlandés es tan extrema que resulta cómica.





Imagen: REUTERS/Baz Ratner

¿En qué se basa todo esto?

Community noise exposure and stress in childrenLos niños en las zonas más ruidosas tenían presión arterial sistólica en reposo elevada y cortisol urinario durante la noche durante 8 h.

Cardiovascular effects of environmental noise exposureTanto los estudios observacionales como los experimentales indican que, en particular, el ruido nocturno puede causar trastornos en la estructura del sueño, despertares vegetativos (por ejemplo, aumentos de la presión arterial y frecuencia cardíaca) y aumentos en los niveles de hormonas del estrés y el estrés oxidativo, que a su vez pueden provocar disfunción endotelial. e hipertensión arterial.

Night time aircraft noise exposure and children's cognitive performance.La exposición crónica al ruido de los aviones en niños se asocia con un deterioro de la lectura y la memoria a largo plazo.

Noise Annoyance Is Associated with Depression and Anxiety in the General Population- The Contribution of Aircraft Noise

La demostración de una asociación de molestia por ruido con la depresión actual y el trastorno de ansiedad es compatible con la hipótesis de que la molestia induce al estrés, que a su vez puede precipitar o incluso empeorar la depresión y los trastornos de ansiedad ya existentes. Sin embargo, dada la naturaleza transversal de nuestro estudio y los hallazgos anteriores no podemos excluir que la depresión, respectivamente, los trastornos de ansiedad también pueden indicar una mayor sensibilidad al ruido. Por lo tanto, la enfermedad mental existente puede deteriorarse debido al ruido.

WHO Environmental Noise Guidelines for the European Region: A Systematic Review on Environmental Noise and Effects on SleepSegún la evidencia disponible, el ruido del transporte afecta la fisiología del sueño medida objetivamente y la alteración del sueño subjetivamente evaluada en adultos.

Cardiovascular, cerebrovascular, and respiratory changes induced by different types of music in musicians and non‐musicians: the importance of silenceLa pausa redujo la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la ventilación por minuto, incluso por debajo de la línea de base. Un efecto de orden independiente del estilo fue evidente para la velocidad de flujo de la arteria cerebral media, lo que indica una reducción progresiva con la exposición a la música, independientemente del estilo.

Is silence golden? Effects of auditory stimuli and their absence on adult hippocampal neurogenesisNuestros resultados indican que la ausencia antinatural de la información auditiva, así como la estimulación espectrotemporalmente rica, aunque los estímulos irrelevantes etológicos activan las células precursoras, en el caso de silencio también conduce a un mayor número de neuronas inmaduras recién nacidas, mientras que los estímulos auditivos de fondo no estructurados y ambientales no lo hacen.

What can the organization of the brain’s default mode network tell us about self-knowledge?El concepto de red de modo por defecto surgió para explicar la observación desconcertante de que cuando los sujetos descansan tranquilamente con los ojos cerrados, la actividad de CMS aumenta […]. Este conjunto de regiones es más activo cuando las personas descansan que cuando se dedican a tareas dirigidas por objetivos, y muestran conectividad funcional: la actividad de estas regiones aumenta y disminuye en conjunto durante el curso normal del compromiso cognitivo y la desconexión del mundo externo.

THE RESTORATIVE BENEFITS OF NATURE: TOWARD AN INTEGRATIVE FRAMEWORKBohnen et al. estudiaron el impacto de las tareas mentales continuas (acompañadas de ruido) en el estrés y rendimiento. Aunque el rendimiento no resultó afectado en el grupo en su conjunto, los participantes con mayores reacciones de cortisol (la medida de estrés utilizada en este estudio) mostraron un mayor déficit de atención.



Artículo escrito por Darío Pescador,   tomado de aquí  

14 comments:

Emilio Manuel said...

No puedo negar lo que dice este periodista divulgador científico, ahora bien, cuando quiero encontrar el silencio lo encuentro, no es difícil, solo es cuestión de voluntad y ganas.

Saludos

manouche said...

Mucha gente tema al silencio que le confronta a si mismo...

Isabel said...

Totalmente de acuerdo. Muy interesante lo de las pausas y más la propuesta de "comer sin ruido".
En los bares es horroroso y en los pueblos más todavía.
Me encanta tu post.
Abrazos

Ester said...

Gritamos, reímos a carcajadas, hacemos ruido y solo nos molesta cuando lo hacen otros. Una información muy interesante. Y la foto lindisima. Abrazo

Beauséant said...

Pensaba que me hacía mayor, pero veo que lo mismo tengo razón. Odio el ruido sin sentido, el llegar a un bar, o un museo, o lo que sea, y que te rodee ese murmullo constante que parece acompañar a los españoles a todas partes. He llegado a estar en un cafetería sin nadie y tener una televisión a todo volumen... por suerte, como decía arriba, me hago mayor y ya no me importa pedir que bajen el volumen :)

Me ha gustado la recopilación que has hecho, muy interesante.

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Parte de nuestro problema está en que somos insensibles al tema. Sólo reaccionamos cuando se nos presentan problemas de audición y de otro tipo.
Eso no quiere decir que no seamos el país más ruidoso del mundo claro, pero como dice Emilio Manuel, el que quiere encontrar silencio lo termina encontrando.
Muso bat.

Cayetano said...

Tengo en mi haber algunas experiencias desagradables con vecinos ruidosos. El ruido es una contaminación de las peores que hay. Doy fe de ello.
Un abrazo, Myriam..

Genín said...

Ya pensaba yo que viviendo en el campo estaba rodeado de puro lujo, a veces inalcanzable para muchos, como es el silencio, tu entrada me lo confirma... :)
Besos y salud

Mari-Pi-R said...

Es cierto que los españoles somos muy ruidosos, y en general hablamos fuerte, a mí me molestan mucho los ruidos, quizás porque he estado siempre viviendo en lugares tranquilos y por esto soy menos tolerante a ellos.
Un abrazo.

Albada Dos said...

La contaminación sonora y sus peligros. Lo malo es que con las pantallas nos generamos más ruido mental del que podemos gestionar. Sin dudar de las ventajas de la tecnología, entre wasap, y otras mandangas, estamos con ruidos todo el santo día, a pesar de que estemos en una playa vacía.

Enfermaremos, sin dudarlo. Que los españoles, junto a italianos, seamos tan escandalosos, es una seña de identidad, se hace que nos reconozca siempre, cuando estamos fuera :-), pero no sé si eso en malo para la salud, creo que no, de la salud de quien produce los sonidos, digo :-). Quien nos soporta tal vez tenga otra opinión. Un abrazo

Rosana Martí said...

Enfermizos ruidos que nos van destruyendo las neuronas, no puedo con tanto ruido, así que cuando puedo me evado aun sitio más tranquilo.

Una interesante publicación que nos llama a la reflexión...Shssssss silencio!!

Besos.

Colotordoc said...

Yo lo practico a menudo (el silencio). Me consta que definitivamente lo necesitamos. Pero te digo algo: necesito a veces el ruido de la gente que me gusta

Besote guapa

Sor Austringiliana said...

Un lujo el silencio, las neuronas agradecidas. Últimamente huyo de los coros de damas parlanchinas, deben ser mis neuronas.
Besos

inespoe@gmail.com said...

En Alemania son muy silenciosos, pero sinceramente me gusta mucho el silencio. Puedes percibir los sonidos tenues, en realidad, el silencio nunca está, siempre hay un pensamiento hablándole a uno...