Wednesday, October 24, 2018

La convención


Habían llegado de distintas partes del mundo y el tema  que iban a debatir no era nada baladí porque tenía que ver con como hacer del mundo un lugar mejor para vivir, sin guerras, sin hambre, sin envidias; pero en lugar de ir a lo fundamental se quedaron colgados en tonterías y discursos entre escatológicos,  utópicos y si me apuran,  bizantinos,  mientras que el sol se retiraba y una oscura nube  de langostas  avanzaba muy sigilosamente a toda velocidad.   No se la imaginaron, ni siquiera  quisieron verla cuando la tuvieron casi en la narices.  Entonces, aquel de entre ellos y ellas que se llamaba   Moisés, que  de tonto no tenía un pelo, se acordó de Noé que cuando el diluvio armó una barca y "patitas pa-que te quiero" la llenó de parejas  que después de una  larga travesía deambulatoria re-poblarían la Tierra.  Así que Moisés, llamó a Aladino,  quien  cruzado de piernas llegó sentado en una alfombra,  pero   al oír sonar el cuerno de carnero,  recordó no sólo que habían caído las murallas de Jericó sino  también  que se había olvidado la lámpara en la cueva que tenía por casa allá en Persia y  como era tarde para buscarla,  no tuvo más remedio que arreglárselas sin ella. En eso, llegaron los cuarenta ladrones, sin Ali Babá que a la sazón estaba echándonse una siesta en el Mar Muerto,  y se llevaron todo lo que pudieron dejando a los miembros de la Convención prácticamente en pelotas -a ellos- y a ellas, pues.... ¡en braguitas!. Estaban muy en lamentaciones cuando llegaron las hambrientas  langostas que como no eran vegetarianas los dejaron en los  huesos. A todos menos a Moisés y a un pequeño grupo de  seguidores renegados  que se fueron con Aladino  en su alfombra voladora que para  que todos cupieran la multiplicaron por mil (esto lo hizo uno del grupo que se llamaba Jesús).   Así que los mil y uno volaron al País de Alicia, cruzaron el espejo,  y  luego dejaron escritos una serie de relatos que Zoraya,  con voz angelical relató a un  escriba  el que  estando  en una ocasión fumado con hashish,  me contó esta historia  delirante que hoy les he relatado y a la que no le he cambiado siquiera una coma.


11 comments:

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Espera que me la releo :-)
Musu bat.

Cayetano said...

Mientras discuten sobre si son galgos o son podencos, llegan los perros -o las langostas- y se meriendan a los conejos. Bonito dibujo. En estas reuniones, suele haber un esqueleto que dice al camarero: joven, ponga otra ronda y traiga una fregona y un cubo.
Un abrazo, Myriam.

Emilio Manuel said...

No está lejos de la realidad.

Abrazos.

Genín said...

Espero que tuvieran los pasaportes en regla para viajar...jajaja
Besos y salud

Neogeminis Mónica Frau said...

Ironía fina que se me escapa en algunos detalles pero que capto en espíritu.
=)

Colotordoc said...

No sé por qué me recuerda ciertos hemiciclos...O quien sabe si es nuestro día a día...

Besote guapa

Ester said...

Me gustó, es "casi" actual jeje. Un abrazo

Rita Turza said...

Siempre es un placer leerte querida Myriam.

Besos.

Beauséant said...

Pues ha salido una metáfora un tanto inquietante de estos tiempos, mientras los de siempre discuten tonterías y son incapaces de arreglar nada, llegas otros y arrasan con todo lo que encuentran...

Me lo he tenido que leer dos veces :)

Tais Luso de Carvalho said...

Interessante e hilária essa convenção!
Gostei de ler!
Um beijo, Miriam, um ótimo fim de semana!

La Dame Masquée said...

Apuesto a que el escriba puso de su cosecha! :D

Feliz día.

Bisous