Wednesday, April 25, 2018

Rectificación de una infamia y el "padre de la ginecología" 1- Producto de su tiempo

Dr. James Marion Sims ( EEUU, 1813-1883)

Este médico cirujano campeón de la cirugía de la fístula vesicovaginal VVF, (y también de la rectovaginal RVF) -siendo una de una de las causas del  desgarramiento que las  mujeres sean inmaduras genitalmente para para parir,  es decir, demasiado jóvenes,  o que el parto toma demasiadas horas sin dilatación  pélvica y la cabeza del bebé se incrusta, necrosando parte de los tejidos apretados- fue llamado por ello "el padre de la ginecología" pero ganó su prestigio alquilando mujeres negras esclavas a las que les realizaba la cirugía sin ningún  tipo de anestesia de los conocidos en la época y lo hacía repetidamente  en la misma mujer durante varios años, hasta que aseguraba el éxito quirúrgico.    Por sus méritos le  erigieron pomposamente una  estatua en el Parque Central de Nueva York hace unos 129 años.


Por eso, La Comisión de Diseño Público de la Ciudad de Nueva York votó unánimemente el lunes 16 de abril próximo pasado  para  retirar la estatua del Parque.  Cosa que hicieron al día siguiente. Los equipos llegaron el martes por la mañana con una carretilla elevadora para sacarlo de su pedestal mientras los espectadores  gritaban: "Marion Sims no es nuestro héroe". La estatua de bronce será trasladada a un cementerio de Brooklyn, donde están enterrados los Sims.

No puedo ni siquiera imaginarme el tremendo sufrimiento de Lucy, su primera paciente, ni de las por lo menos 11 mujeres  que le siguieron, en Montgomery, Alabama,  durante casi 4 años (de 1845 a 1849).  Estas operaciones  las  repetía una y otra vez  perfeccionando la técnica, hasta lograr el éxito.  En  Europa también  habían tratado de realizar estas operaciones repitiéndolas en la misma paciente varias veces sin ningún  éxito.


Lucy,  en una operación frente a 12 médicos testigoscasi murió se septicemia  al haber utilizado experimentalmente  una esponja   para absorber la orina  que había pasado al útero  y    estuvo entre la vida y la muerte  varias semanas hasta que al fin se recuperó;   a otra paciente, Anarcha Westcott,  la operó 30 veces hasta que logró cerrar la fístula doble (vejiga y recto).   Después de las operaciones les administraba opio.   Detractores dijeron que les administraba opio para hacerlas adictas y que se sometieran más fácilmente a sus operaciones, otros sin embargo, sostuvieron  que  ellas soportaban bien el opio y que este ayudaba en el proceso de  curación.

También experimentó con bebés de esclavas negras afectados con tétano prenatal (Trismus nascentum) que no habían recibido de sus madres inmunidad pasiva a causa  de deficiencias nutricionales y de que parían en lugares y condiciones insalubres. (Perdonen que no me explaye sobre este tema, si diré que la tasa de mortalidad era del 100% y que usaba un punzón de zapatero para volver los huesos occipitales comprimidos en el parto  a su lugar y que después de muertos les realizaba la autopsia para aprender de sus errores).

                                     Espéculo desarrollado por el Dr. Sims para exploración y cirugía vaginal


En 1855 se mudó a Nueva York y abrió el Hospital para Mujeres, dirigido por mujeres influyentes de la Comunidad y primero en su orden. Llegó a atender a todo tipo de mujeres, ricas y pobres. En 1861, durante la Guerra Civil estadounidense, Sims se mudó a Europa, donde trabajó  operando a  varios pacientes con fístula en Londres, París, Edimburgo, Dublín y Bruselas enseñando su método.  En su autobiografía relata como una paciente de la alta sociedad  a la que le administraron Cloroformo durante la operación, casi se les muere. En su autobiografía también describe minuciosamente como la resucitaron.  El era contrario al uso de anestésicos conocidos en la época (como el óxido nitroso, el éter o el cloroformo) y valoraba en cambio la rapidez y precisión de la cirugía.    En 1863, fue convocado para tratar por una fístula a la Emperatriz Eugénie  de Montijo, mujer del Emperador Napoleón  III, consolidando su aclamación mundial como cirujano.

Meses antes de la remoción de la estatua, la dra Deirdre Cooper Owens escribió un artículo en el que como  historiadora investigadora de estos temas,  sostiene  que el Dr. Sims era de Carolina del Sur y que creció en un mundo donde la esclavitud y el racismo contra los negros eran la norma. Como un médico esclavista practicó, como muchos de sus compañeros médicos, en cuerpos  de esclavos negros enfermos con fines de lucro. Antes del trabajo quirúrgico ginecológico más famoso de Sims sobre Anarcha, Betsy, Lucy y al menos otras tres (¿?) esclavas no identificadas, examinó y trató a las personas esclavizadas con dolencias que van desde el tétanos hasta la reparación del paladar hendido. En sus escritos y memorias médicas, Sims utilizó un lenguaje condescendiente y ofensivo para describir sus pensamientos y tratamiento de mujeres y en especial afroamericanos. En este sentido, como en su trabajo médico experimental, sus puntos de vista demostraron ser la norma y no la excepción en las creencias raciales y de género,  producto de  su tiempo.

Como propietario de esclavos, el Dr. Sims era íntimamente consciente del valor económico de tener una fuerza laboral esclava saludable. El mantenimiento de la salud reproductiva de las mujeres negras fue una gran preocupación para los propietarios de esclavos. Colegios médicos en enclaves urbanas del sur como Charleston, Carolina del Sur, colocaron anuncios en los periódicos que buscaban personas enfermas esclavizadas para realizar cirugías y tratamientos médicos experimentales. Con el fin de obtener acceso a los cuerpos de las personas esclavizadas, los profesionales médicos celebraron contratos legales con los propietarios de esclavos. En estos acuerdos contractuales, los médicos aceptaban asumir los costos financieros del cuidado de los esclavos enfermos y se comprometían  a no dañar intencionalmente a los pacientes esclavizados durante su hospitalización. Sims celebró contratos  de ese tipo con los propietarios de sus pacientes experimentales esclavizados. No  estaba dentro de su interés económico dañar físicamente sus  esclavas arrendadas [y tenemos también que tender en cuenta que su condición patológica  había sido hasta entonces considerada intratable y era invalidante, con incontinencia, dolores por formación de gases que no podían expelerse, infecciones, etc, etc.]



Nuevo Hospital de Mujeres de Nueva York
en la esq  Av. 50 y la Av.  4.  Aguafuerte 1874
"He argumentado -continúa  Cooper-  y sigo insistiendo en que J. Marion Sims fue un producto de su tiempo, pero este hecho no le quita importancia a su papel como un hombre que participó en un sistema que redujo a los seres humanos a bienes muebles, uno que se basó en la violencia, el  terror y la supremacía blanca. Sin embargo, nuestras evaluaciones sobre su persona  como proveedor de terror racializado deben incluir  el cómo estas  figuras históricas fueron consideradas por sus pares. Sims señaló en sus memorias que la comunidad blanca local y sus dos aprendices médicos blancos lo abandonaron después de dos años de cirugías fallidas en sus pacientes esclavos alquilados.  También se dijo que muchas críticas derivaban del hecho de que estaba más comprometido con la construcción de una reputación [basada en la excelencia de su trabajo] que  en reparar realmente el cuerpo de estas mujeres con el fin de curarlas. Después de perder el apoyo  de sus pares blancos, continuó su trabajo experimental en sus pacientes esclavizados de otra manera entrenando a estas mujeres para que  lo ayudaran en su hospital de esclavos. Como médico esclavista, Sims no creía en la humanidad de sus pacientes y le importaba su aptitud reproductiva como fuerza laboral. Describió a los negros como "negros-cosas" en sus escritos y practicó un paternalismo sureño que era endémico de casi todos los hombres blancos que vivieron durante ese tiempo. Su tratamiento de Mary Smith como una mujer inmigrante pobre fue igualmente problemático; él se refirió a ella como una "criatura repugnante". [¿Dónde? porque en su autobiografía, que leí habla en tres oportunidades de "condición repugnante" (por la incontinencia) no de  que la paciente lo fuera]   Como casi todos los médicos ginecólogos pioneros que trabajaron en el Sur  de los Estados Unidos durante este tiempo, su trabajo quirúrgico en mujeres esclavizadas finalmente benefició a todas las mujeres. De hecho, la técnica de sutura de Sims todavía es utilizada por los médicos hoy en día en operaciones de reparación de fístulas" [Fue primero en utilizar para sutura  el hilo fino de plata, hasta el momento se usaba  hilos de seda o hilos hechos con tripa  de oveja o caballo que se infectaban en las suturas VVF]. 

Y la fama de este ginecólogo creció mundialmente. 

Como hijo de su tiempo, Sims no dudó en practicar  mutilaciones genitales femeninas como la extirpación de ambos ovarios,  un popular "tratamiento" para la locura, la epilepsia, la histeria y otros "trastornos de  nerviosos de mujeres" en esa época. También realizó "clitoridectomías"  para controlar  "la histeria"  o el comportamiento "inapropiado"  de las mujeres relacionado con la sexualidad. Estos fueron hechos a petición de los esposos o padres de las mujeres, a quienes la ley les permitía obligar a las mujeres a una cirugía que ellas no deseaban. 

 A lo largo de su carrera, Sims escribió sobre su desdén por la anestesia en el trabajo quirúrgico. Como médico privilegió, repito,  realizar cirugías rápidamente para que la paciente no sangrara hasta la muerte. Hacia el final de su carrera, usó anestesia regularmente debido a la aceptación de la práctica por la profesión médica, especialmente después de que terminara la Guerra Civil.   J. Marion  Sims creía   que las mujeres negras no experimentaban dolor físico de la misma manera que las mujeres blancas, la mayoría de los doctores blancos se adscribieron a esta ideología durante el Siglo XIX. La ciencia y la medicina raciales de la época proporcionaron la supuesta evidencia concluyente de que las personas negras y blancas eran biológicamente distintas entre sí y estas diferencias se manifestaron de varias maneras.

Por lo tanto, si hemos de estar agradecidos a la  técnica quirúrgica del Doctor J. Marion Sims  para VVF y RVF, a su hilo de sutura de plata, al espéculo que lleva su nombre, a la fundación del Hospital para mujeres, y etc, etc, como bien lo estamos, creo yo que jamás debemos  olvidar a las heroínas negras que  pavimentaron su éxito. 

contenidos de la orina pasan al útero por el canal de la fístula 
(conexión anormal  por tejido necrosado al clavarse la cabeza del bebe durante el parto
causando incontinencia  de la orina e infecciones)

                                                                   Fístula Rectovaginal
contenidos de materia fecal pasan al útero
 (conexión anormal por tejido necrosado al clavarse la cabeza del bebe durante el parto
causando incontinencia de materia fecal e infecciones)


 ¿Y que podemos decir de la historia de la anestesiología, desde los Sumerios en el 4000 a EC  hasta  finales del Siglo  XIX?

De eso hablaré  el próximo miércoles


13 comments:

Cayetano said...

Resulta contradictorio que personas cuya profesión es solucionar problemas de salud y salvar vidas humanas tengan tan pocos escrúpulos con gentes consideradas inferiores racialmente, cuando la ciencia precisamente demuestra que todos somos fisiológicamente iguales. Los prejuicios se sitúan entonces por encima de la ciencia. Hay muchos "Mengueles" desconocidos.
Un abrazo, Myriam.

Javier Rodríguez Albuquerque said...

A veces la historia tiene estas contradiciones, que no es cuestión de justificar, pero sí que en muchos momentos entender el contexto en el que sucedían.
Musu handi bat.

Chelo said...

Impactada me he quedado, Myriam.
¿Treinta operaciones? Estoy alucinada. Graciassss.

Besos

Gustavo Figueroa Velásquez said...


La historia que nos refieres, querida Myriam, es sólo la punta del iceberg de toda una serie de atrocidades cometidas en secreto por muchos científicos que, en su afán de gloria, no han vacilado en someter a la tortura a sus “conejillos de indias”; la ética y la moral no tienen cabida dentro del mapa mental de estos “asombrosos” hombres de ciencia. Hoy en día se puede sospechar que miles de científicos, en el área de la medicina, están vendidos a las grandes transnacionales de la medicina y ocultan descubrimientos que podrían haber acabado ya con tantos males que llevan, finalmente, a la muerte a millones de seres humanos en el mundo.
Excelente determinación esa de retirar esa estatua en honor del Dr. James Marion Sims y gloria eterna a las heroínas negras que con su dolor allanaron el camino hacia la gloria del mencionado “Padre de la ginecología”.
Un abrazo mi querida amiga.

Colotordoc said...

El racismo científico Myriam...Samuel Morton, médico americano es considerado el padre de esta corriente?? científica o pseudo científica...

Verdaderas atrocidades se hicieron, como las que demuestras en este post.

Estos preparando algo sobre las "razas" y la carga genética...seguro te gustará

Besote

Genín said...

Seria muy sabio, pero que pedazo de bestia, con perdón de las bestias... :(
Besos y salud

Rafa Hernández said...

Por eso lo mejor que hay es visitar los médicos lo menos posible, porque a estas alturas de la vida y de la ciencia siguen habiendo muchos cafres y salvajes.

Besos Myriam,

Ester said...

Supe de la noticia y hasta he visto la peana sin su estatua. Se ha tardo mucho en saber de sus atrocidades ya no lo podemos condenar. Abrazos

La Dame Masquée said...

Qué barbaridad. Qué salvajadas, y a qué precio tan doloroso se han pagado a veces los avances en la ciencia. Es desolador ver el desarrollo.

Buenas noches

Bisous

Pedro Ojeda Escudero said...

Es una historia que me deja sin habla. No conocía el lado oscuro de este avance médico.
Besos.

Kasioles said...

Según te iba leyendo, no he podido remediar experimentar un escalofrío.
Ese hombre ha sido un salvaje pese a todos sus conocimientos médicos.
¡Pobres mujeres!
Me ha parecido fenomenal que retirasen su estatua, pese a todo lo que ha logrado, no es digno de que se le recuerde.
Abrazos.
kasioles

Abejita de la Vega said...

Una historia tristísima la de este Sims que no merece el nombre de médico. Se pasaba el juramento de Hipócrates por el arco de triunfo.

Besos, Myriam.

Ele Bergón said...

!Cuántas injusticias se han cometido en nombre de la ciencia!

Besos