Dr. James Marion Sims ( EEUU, 1813-1883)
Este médico cirujano campeón de la cirugía de la fístula vesicovaginal VVF, (y también de la rectovaginal RVF) -siendo una de una de las causas del desgarramiento que las mujeres sean inmaduras genitalmente para para parir, es decir, demasiado jóvenes, o que el parto toma demasiadas horas sin dilatación pélvica y la cabeza del bebé se incrusta, necrosando parte de los tejidos apretados- fue llamado por ello "el padre de la ginecología" pero ganó su prestigio alquilando mujeres negras esclavas a las que les realizaba la cirugía sin ningún tipo de anestesia de los conocidos en la época y lo hacía repetidamente en la misma mujer durante varios años, hasta que aseguraba el éxito quirúrgico. Por sus méritos le erigieron pomposamente una estatua en el Parque Central de Nueva York hace unos 129 años.
Por eso, La Comisión de Diseño Público de la Ciudad de Nueva York votó unánimemente el lunes 16 de abril próximo pasado para retirar la estatua del Parque. Cosa que hicieron al día siguiente. Los equipos llegaron el martes por la mañana con una carretilla elevadora para sacarlo de su pedestal mientras los espectadores gritaban: "Marion Sims no es nuestro héroe". La estatua de bronce será trasladada a un cementerio de Brooklyn, donde están enterrados los Sims.
No puedo ni siquiera imaginarme el tremendo sufrimiento de Lucy, su primera paciente, ni de las por lo menos 11 mujeres que le siguieron, en Montgomery, Alabama, durante casi 4 años (de 1845 a 1849). Estas operaciones las repetía una y otra vez perfeccionando la técnica, hasta lograr el éxito. En Europa también habían tratado de realizar estas operaciones repitiéndolas en la misma paciente varias veces sin ningún éxito.
Lucy, en una operación frente a 12 médicos testigos, casi murió se septicemia al haber utilizado experimentalmente una esponja para absorber la orina que había pasado al útero y estuvo entre la vida y la muerte varias semanas hasta que al fin se recuperó; a otra paciente, Anarcha Westcott, la operó 30 veces hasta que logró cerrar la fístula doble (vejiga y recto). Después de las operaciones les administraba opio. Detractores dijeron que les administraba opio para hacerlas adictas y que se sometieran más fácilmente a sus operaciones, otros sin embargo, sostuvieron que ellas soportaban bien el opio y que este ayudaba en el proceso de curación.
También experimentó con bebés de esclavas negras afectados con tétano prenatal (Trismus nascentum) que no habían recibido de sus madres inmunidad pasiva a causa de deficiencias nutricionales y de que parían en lugares y condiciones insalubres. (Perdonen que no me explaye sobre este tema, si diré que la tasa de mortalidad era del 100% y que usaba un punzón de zapatero para volver los huesos occipitales comprimidos en el parto a su lugar y que después de muertos les realizaba la autopsia para aprender de sus errores).
Lucy, en una operación frente a 12 médicos testigos, casi murió se septicemia al haber utilizado experimentalmente una esponja para absorber la orina que había pasado al útero y estuvo entre la vida y la muerte varias semanas hasta que al fin se recuperó; a otra paciente, Anarcha Westcott, la operó 30 veces hasta que logró cerrar la fístula doble (vejiga y recto). Después de las operaciones les administraba opio. Detractores dijeron que les administraba opio para hacerlas adictas y que se sometieran más fácilmente a sus operaciones, otros sin embargo, sostuvieron que ellas soportaban bien el opio y que este ayudaba en el proceso de curación.
También experimentó con bebés de esclavas negras afectados con tétano prenatal (Trismus nascentum) que no habían recibido de sus madres inmunidad pasiva a causa de deficiencias nutricionales y de que parían en lugares y condiciones insalubres. (Perdonen que no me explaye sobre este tema, si diré que la tasa de mortalidad era del 100% y que usaba un punzón de zapatero para volver los huesos occipitales comprimidos en el parto a su lugar y que después de muertos les realizaba la autopsia para aprender de sus errores).
En 1855 se mudó a Nueva York y abrió el Hospital para Mujeres, dirigido por mujeres influyentes de la Comunidad y primero en su orden. Llegó a atender a todo tipo de mujeres, ricas y pobres. En 1861, durante
la Guerra Civil estadounidense, Sims se mudó a Europa, donde trabajó operando a
varios pacientes con fístula en Londres, París, Edimburgo, Dublín y
Bruselas enseñando su método. En su autobiografía relata como una paciente de la alta sociedad a la que le administraron Cloroformo durante la operación, casi se les muere. En su autobiografía también describe minuciosamente como la resucitaron. El era contrario al uso de anestésicos conocidos en la época (como el óxido nitroso, el éter o el cloroformo) y valoraba en cambio la rapidez y precisión de la cirugía. En 1863, fue convocado para
tratar por una fístula a la Emperatriz Eugénie de Montijo, mujer del Emperador Napoleón III, consolidando su
aclamación mundial como cirujano.
Meses antes de la remoción de la estatua, la dra Deirdre Cooper Owens escribió un artículo en el que como historiadora investigadora de estos temas, sostiene que el Dr. Sims era de Carolina del Sur y que creció en un mundo donde la esclavitud y el racismo contra los negros eran la norma. Como un médico esclavista practicó, como muchos de sus compañeros médicos, en cuerpos de esclavos negros enfermos con fines de lucro. Antes
del trabajo quirúrgico ginecológico más famoso de Sims sobre Anarcha,
Betsy, Lucy y al menos otras tres (¿?) esclavas no identificadas, examinó y
trató a las personas esclavizadas con dolencias que van desde el tétanos
hasta la reparación del paladar hendido. En
sus escritos y memorias médicas, Sims utilizó un lenguaje
condescendiente y ofensivo para describir sus pensamientos y tratamiento
de mujeres y en especial afroamericanos. En este sentido, como en su trabajo médico experimental, sus puntos de
vista demostraron ser la norma y no la excepción en las creencias
raciales y de género, producto de su tiempo.
Como
propietario de esclavos, el Dr. Sims era íntimamente consciente del
valor económico de tener una fuerza laboral esclava saludable. El mantenimiento de la salud reproductiva de las mujeres negras fue una gran preocupación para los propietarios de esclavos. Colegios
médicos en enclaves urbanas del sur como Charleston, Carolina del Sur,
colocaron anuncios en los periódicos que buscaban personas enfermas
esclavizadas para realizar cirugías y tratamientos médicos
experimentales. Con
el fin de obtener acceso a los cuerpos de las personas esclavizadas,
los profesionales médicos celebraron contratos legales con los
propietarios de esclavos. En
estos acuerdos contractuales, los médicos aceptaban asumir los costos
financieros del cuidado de los esclavos enfermos y se comprometían a
no dañar intencionalmente a los pacientes esclavizados durante su
hospitalización. Sims celebró contratos de ese tipo con los propietarios de sus pacientes experimentales esclavizados. No estaba dentro de su interés económico dañar físicamente sus esclavas arrendadas [y tenemos también que tender en cuenta que su condición patológica había sido hasta entonces considerada intratable y era invalidante, con incontinencia, dolores por formación de gases que no podían expelerse, infecciones, etc, etc.]
Nuevo Hospital de Mujeres de Nueva York
en la esq Av. 50 y la Av. 4. Aguafuerte 1874
"He
argumentado -continúa Cooper- y sigo insistiendo en que J. Marion Sims fue un
producto de su tiempo, pero este hecho no le quita importancia a su
papel como un hombre que participó en un sistema que redujo a los seres
humanos a bienes muebles, uno que se basó en la violencia, el terror y la supremacía blanca. Sin
embargo, nuestras evaluaciones sobre su persona como proveedor de terror
racializado deben incluir el cómo estas figuras históricas fueron
consideradas por sus pares. Sims
señaló en sus memorias que la comunidad blanca local y sus dos
aprendices médicos blancos lo abandonaron después de dos años de
cirugías fallidas en sus pacientes esclavos alquilados. También se dijo que muchas críticas derivaban del hecho de que estaba más comprometido con la construcción de
una reputación [basada en la excelencia de su trabajo] que en reparar realmente el cuerpo de estas mujeres con el fin de curarlas. Después de perder el apoyo de sus pares blancos, continuó su trabajo experimental en sus pacientes esclavizados de otra manera entrenando a estas mujeres para que lo ayudaran en su hospital de esclavos. Como médico esclavista, Sims no creía en la humanidad de sus pacientes y le importaba su aptitud reproductiva como fuerza laboral. Describió
a los negros como "negros-cosas" en sus escritos y practicó un paternalismo
sureño que era endémico de casi todos los hombres blancos que vivieron
durante ese tiempo. Su tratamiento de Mary Smith como una mujer inmigrante pobre fue igualmente problemático; él se refirió a ella como una "criatura repugnante". [¿Dónde? porque en su autobiografía, que leí habla en tres oportunidades de "condición repugnante" (por la incontinencia) no de que la paciente lo fuera] Como
casi todos los médicos ginecólogos pioneros que trabajaron en el Sur de los Estados Unidos
durante este tiempo, su trabajo quirúrgico en mujeres esclavizadas
finalmente benefició a todas las mujeres. De hecho, la técnica de sutura de Sims todavía es utilizada por los médicos hoy en día en operaciones de reparación de fístulas" [Fue primero en utilizar para sutura el hilo fino de plata, hasta el momento se usaba hilos de seda o hilos hechos con tripa de oveja o caballo que se infectaban en las suturas VVF].
Y la fama de este ginecólogo creció mundialmente.
Como hijo de su tiempo, Sims no dudó en practicar mutilaciones genitales femeninas como la extirpación de ambos ovarios, un popular "tratamiento" para la locura, la epilepsia, la histeria y otros "trastornos de nerviosos de mujeres" en esa época. También realizó "clitoridectomías" para controlar "la histeria" o el comportamiento "inapropiado" de las mujeres relacionado con la sexualidad. Estos fueron hechos a petición de los esposos o padres de las mujeres, a quienes la ley les permitía obligar a las mujeres a una cirugía que ellas no deseaban.
A lo largo de su carrera, Sims escribió sobre su desdén por la anestesia en el trabajo quirúrgico. Como médico privilegió, repito, realizar cirugías rápidamente para que la paciente no sangrara hasta la muerte. Hacia el final de su carrera, usó anestesia regularmente debido a la aceptación de la práctica por la profesión médica, especialmente después de que terminara la Guerra Civil. J. Marion Sims creía que las mujeres negras no experimentaban dolor físico de la misma manera que las mujeres blancas, la mayoría de los doctores blancos se adscribieron a esta ideología durante el Siglo XIX. La ciencia y la medicina raciales de la época proporcionaron la supuesta evidencia concluyente de que las personas negras y blancas eran biológicamente distintas entre sí y estas diferencias se manifestaron de varias maneras.
Por lo tanto, si hemos de estar agradecidos a la técnica quirúrgica del Doctor J. Marion Sims para VVF y RVF, a su hilo de sutura de plata, al espéculo que lleva su nombre, a la fundación del Hospital para mujeres, y etc, etc, como bien lo estamos, creo yo que jamás debemos olvidar a las heroínas negras que pavimentaron su éxito.
Y la fama de este ginecólogo creció mundialmente.
Como hijo de su tiempo, Sims no dudó en practicar mutilaciones genitales femeninas como la extirpación de ambos ovarios, un popular "tratamiento" para la locura, la epilepsia, la histeria y otros "trastornos de nerviosos de mujeres" en esa época. También realizó "clitoridectomías" para controlar "la histeria" o el comportamiento "inapropiado" de las mujeres relacionado con la sexualidad. Estos fueron hechos a petición de los esposos o padres de las mujeres, a quienes la ley les permitía obligar a las mujeres a una cirugía que ellas no deseaban.
A lo largo de su carrera, Sims escribió sobre su desdén por la anestesia en el trabajo quirúrgico. Como médico privilegió, repito, realizar cirugías rápidamente para que la paciente no sangrara hasta la muerte. Hacia el final de su carrera, usó anestesia regularmente debido a la aceptación de la práctica por la profesión médica, especialmente después de que terminara la Guerra Civil. J. Marion Sims creía que las mujeres negras no experimentaban dolor físico de la misma manera que las mujeres blancas, la mayoría de los doctores blancos se adscribieron a esta ideología durante el Siglo XIX. La ciencia y la medicina raciales de la época proporcionaron la supuesta evidencia concluyente de que las personas negras y blancas eran biológicamente distintas entre sí y estas diferencias se manifestaron de varias maneras.
Por lo tanto, si hemos de estar agradecidos a la técnica quirúrgica del Doctor J. Marion Sims para VVF y RVF, a su hilo de sutura de plata, al espéculo que lleva su nombre, a la fundación del Hospital para mujeres, y etc, etc, como bien lo estamos, creo yo que jamás debemos olvidar a las heroínas negras que pavimentaron su éxito.
contenidos de la orina pasan al útero por el canal de la fístula
(conexión anormal por tejido necrosado al clavarse la cabeza del bebe durante el parto
causando incontinencia de la orina e infecciones)
contenidos de materia fecal pasan al útero
(conexión anormal por tejido necrosado al clavarse la cabeza del bebe durante el parto
causando incontinencia de materia fecal e infecciones)
¿Y que podemos decir de la historia de la anestesiología, desde los Sumerios en el 4000 a EC hasta finales del Siglo XIX?
De eso hablaré el próximo miércoles
13 comments:
Resulta contradictorio que personas cuya profesión es solucionar problemas de salud y salvar vidas humanas tengan tan pocos escrúpulos con gentes consideradas inferiores racialmente, cuando la ciencia precisamente demuestra que todos somos fisiológicamente iguales. Los prejuicios se sitúan entonces por encima de la ciencia. Hay muchos "Mengueles" desconocidos.
Un abrazo, Myriam.
A veces la historia tiene estas contradiciones, que no es cuestión de justificar, pero sí que en muchos momentos entender el contexto en el que sucedían.
Musu handi bat.
Impactada me he quedado, Myriam.
¿Treinta operaciones? Estoy alucinada. Graciassss.
Besos
La historia que nos refieres, querida Myriam, es sólo la punta del iceberg de toda una serie de atrocidades cometidas en secreto por muchos científicos que, en su afán de gloria, no han vacilado en someter a la tortura a sus “conejillos de indias”; la ética y la moral no tienen cabida dentro del mapa mental de estos “asombrosos” hombres de ciencia. Hoy en día se puede sospechar que miles de científicos, en el área de la medicina, están vendidos a las grandes transnacionales de la medicina y ocultan descubrimientos que podrían haber acabado ya con tantos males que llevan, finalmente, a la muerte a millones de seres humanos en el mundo.
Excelente determinación esa de retirar esa estatua en honor del Dr. James Marion Sims y gloria eterna a las heroínas negras que con su dolor allanaron el camino hacia la gloria del mencionado “Padre de la ginecología”.
Un abrazo mi querida amiga.
El racismo científico Myriam...Samuel Morton, médico americano es considerado el padre de esta corriente?? científica o pseudo científica...
Verdaderas atrocidades se hicieron, como las que demuestras en este post.
Estos preparando algo sobre las "razas" y la carga genética...seguro te gustará
Besote
Seria muy sabio, pero que pedazo de bestia, con perdón de las bestias... :(
Besos y salud
Por eso lo mejor que hay es visitar los médicos lo menos posible, porque a estas alturas de la vida y de la ciencia siguen habiendo muchos cafres y salvajes.
Besos Myriam,
Supe de la noticia y hasta he visto la peana sin su estatua. Se ha tardo mucho en saber de sus atrocidades ya no lo podemos condenar. Abrazos
Qué barbaridad. Qué salvajadas, y a qué precio tan doloroso se han pagado a veces los avances en la ciencia. Es desolador ver el desarrollo.
Buenas noches
Bisous
Es una historia que me deja sin habla. No conocía el lado oscuro de este avance médico.
Besos.
Según te iba leyendo, no he podido remediar experimentar un escalofrío.
Ese hombre ha sido un salvaje pese a todos sus conocimientos médicos.
¡Pobres mujeres!
Me ha parecido fenomenal que retirasen su estatua, pese a todo lo que ha logrado, no es digno de que se le recuerde.
Abrazos.
kasioles
Una historia tristísima la de este Sims que no merece el nombre de médico. Se pasaba el juramento de Hipócrates por el arco de triunfo.
Besos, Myriam.
!Cuántas injusticias se han cometido en nombre de la ciencia!
Besos
Post a Comment