Cuando el 5 de agosto de 1960 el Alto Volta -actual Burkina Faso- se independizó de la Francia colonial, es decir de la Unión Francesa, el gobierno del Presidente Charles de Gaulle me envió con orden de participar en los actos de independencia y asunción del primer presidente "Monsieur Maurice" y de asumir el cargo de Director del raquítico proto- Colegio francés de Uagadugu, la capital. Algo a lo que me vi obligado a aceptar -noblesse oblige- porque a decir verdad no tenía ninguna gana de ir a África.
Y así, tristemente, transcurría mi vida, mientras, yo no dejaba de soñar.
- ¿En qué piensas?- me preguntó una tarde Pramila Aiméé Faida en la lengua de los Mossi, que a estas alturas yo comprendía medianamente, al tiempo que se sentaba cerca mio.
Pramila apoyó la cesta que llevaba colgada de su brazo en una piedra, extendió un mantel y me ofreció en él sobre hojas de palmera unas albóndigas de una especie de garbanzo que ellos llaman neré y me sonrió dejando ver sus dientes blancos en una amplia sonrisa que contrastaban con la negritud lustrosa de su tersa piel de mujer joven.
Bebí de mi cantimplora un trago largo de bissap, que es una bebida rojiza hecha con flores de hibisco, antes de contestarle. En realidad, mis pensamientos habían volado muy, muy lejos. Así, que los recogí en un ramillete de rododendro y se los regalé a Pramila, esa tarde caliente y pegajoza:
-En Kangchenjunga- respondí.
-¿Y eso de Kangche-qué es? Me preguntó abriendo los ojos como dos platos de sopa bien calientes.
-Kangchenjunga. Una montaña nevada muuuuuy alta, de más de 8.500 mts, entre Nepal y la Pcia.-estado- Sikkim de la India, le dije mientras sacaba de mi bolsillo para que me entendiera un mapa doblado, tremendamente arrugado, que guardaba como un tesoro pirata y que estiré con delicado mimo.
La tarde se hizo noche y seguíamos hablando. La luna se hizo presente. El pecho me oprimía y me comenzaba a sentir intranquilo. Pramila llorando me dio un puñado de semillas de geranios:
-Para que me recuerdes cuando estés allá -me dijo secándose las lágrimas- Allá, sí, en la aldea en donde tendrás tu casa, seguramente cerca de esa montaña de nombre impronunciable.
- Cosas del brujo, sin duda, que no me quiere aquí, le dije sin más, y agradeciendo su regalo, la abracé en son de presentida despedida.
Se oía el repicar de los tambores y el calor húmedo era agobiante, gruesas gotas de sudor corrían como ríos por mi frente; en un plis plas y de la nada, se formó una densa nube rosa, mientras la luna, que iluminaba el rostro compungido de mi amiga, lloró lagrimas de perlas que emitían pálidos destellos en la oscuridad.
Y la nube me tragó.
Segunda parte el miércoles . ¡Felices Pascuas! ¡Feliz Pésaj! ¡Felices días de descanso!
17 comments:
De Burkina Faso al Nepal, en un cuento lleno de exotismo y tal vez de mosquitos, viajando gratis de la mano de Myriam, inspirada por esos títulos que Horacio Pereira -y no yo- ideó para que fueran utilizados por gente con imaginación, como es el caso.
Un abrazo, Myriam.
Siempre es un lujo leerte, entre lo que aprendo y lo que me entretengo el resultado es genial. Gracias y un abrazo
Pasé un a^no en costa de marfil y todas tus informaciones me interessan.
¡Qué erudicción!
Saludos.
Vaya...del sol a la nieve en un santiamén... Me engancho...
Besote Buena Pascua
Maravilloso.
:)
Besos y salud
Te espero.
Un placer leerte, que bonito relato, hasta siempre
Viajaremos en tan extraño viaje. ¡Feluz Pascua!
Felices vacaciones.
Mil gracias, mi querida Myr, por acercarte al homenaje que le he dedicado a Tecla, eres entrañable.
Besos enormes.
Una maravilla leer algo así, Myriam. Lo he disfrutado y espero la continuación.
¡Feliz domingo de Pascua!
¿Qué se debe sentir al vivir junto a una montaña tan poderosa?
Precioso relato.
Besos.
Magnífico relato, Myriam. Me quedo a la espera del próximo capítulo. Siempre es un placer visitarte.
Besos.
¡Mañana tendremos la segunda parte, y qué ganas tengo!
Qué texto más curioso, además aprendí muchísimo. Gracias por presentarme esta historia.
¡SALUDOS!
Un relato precioso, amiga, que nos lleva a un mundo desconocido para nosotros
Un abrazo
Preciosa montaña.
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