Napoleón Bonaparte, 28 años, vencedor de Italia y recientemente nombrado representante del flamante Directorio surgido de las brasas de la Revolución Francesa, llega al puerto Toulon en el Sur de Francia el 9 de Mayo de 1798 (mes Floréal del Calendario Francés Republicano) y se aloja en el Hotel Marina. Diez días después a bordo del Oriente con sus mejores generales, 38.000 soldados, un contingente de científicos, 13 navíos de línea, 14 fragatas y 400 buques de transporte, zarpa a la conquista de Egipto y Siria con la gloriosa idea de llegar hasta la India y bloquear el aprovisionamiento que Gran Bretaña recogía de su Colonia y así debilitar su evidente y a todas luces molestísimo poderío en el Mediterráneo. Napoleón logra evadir astutamente a los ingleses; el almirante Nelson, estando muy cerca, lo perdió por poco y por ello, presa de más feroz de las angustias, se comió las uñas hasta la altura de los codos y maldijo a viva voz tamaña mala suerte mientras le daba al zapateo con furia en la cubierta de su nave.
Testigo y trofeo de las victorias napoleónicas recientes, la bandera del ejército de Italia con el reverso bordado enumerándolas, flameaba en el salón del Directorio, allá en Francia. El Directorio, envidioso y temeroso de la creciente popularidad de Napoleón, a pesar de lo costosa que era, había aprobado prestamente la Campaña a Egipto para alejar a Napoleón del centro del Poder. Bueno, eso creyeron, los ilusos; ni imaginar podían lo que les iba a caer dentro de poco.
Testigo y trofeo de las victorias napoleónicas recientes, la bandera del ejército de Italia con el reverso bordado enumerándolas, flameaba en el salón del Directorio, allá en Francia. El Directorio, envidioso y temeroso de la creciente popularidad de Napoleón, a pesar de lo costosa que era, había aprobado prestamente la Campaña a Egipto para alejar a Napoleón del centro del Poder. Bueno, eso creyeron, los ilusos; ni imaginar podían lo que les iba a caer dentro de poco.
A bordo de su nave rumbo a Malta, muy cerca de Sicilia ya, Napoleón se pasea nervioso, oteando el horizonte, sumido en sus cavilaciones: "No puedo estar mirando a Italia sin que la emoción me embargue, ¡Oriente está al alcance de mi mano, voy a él!". Sus acelerados y angurrientos pensamientos son abruptamente interrumpidos por una inoportuna pregunta del General Kléber, "¡Todo a su tiempo, general, todo se andará, no se preocupe que tras las huellas de Alejandro Magno, navegamos!", le responde impaciente Napoleón. Muy cerca suyo, un grupo de "los sabios" discute acaloradamente sobre lo que hallarán en Egipto a propósito de una pregunta audaz que Napoleón les había hecho la tarde anterior. Las aguas están tranquilas y los vientos, favorables hinchan las velas.
En Malta, el vigía avista la flota..... ¡¡francesa!!: "¿pero no era que patrullaban los mares los Ingleses? ¿Cómo era esto posible?", piensa el susodicho con creciente desasosiego y manda aviso urgente al Gran Maestre nro 71 Ferdinand von Hompesch zu Bolheim. Desde el buque insignia de la escuadra francesa, el L'Orient,
Bonaparte pide permiso a las autoridades de La Valeta, capital de la isla, para atracar sus
buques en el puerto y repostar agua. El Gran Maestre -que imagina las malas intenciones del que quiere ser su huésped- convoca un Consejo
de Guerra y llama a todos los caballeros a las armas, que acuden prestos a guarnecer los muros de la capital; permite que sólo se vayan acercando de a dos buques; no conforme Napoleón con ese arreglo tan desarreglado toma la isla de un zarpazo, ergo la invade, "¡ñam, ñam! ¡Boccone di Cardinale!". El 10 de junio, los infantes franceses desembarcan pues en la islita de Gozo, de 67 km2, -con gran tristeza gimieron sus habitantes que nada pudieron hacer para evitarlo- y 6km más al SE en Marsaxlokk en la Isla de Malta, bello puerto de pescadores, desembarca Napoleón ocupando rápidamente la isla, excepto La Valeta, dónde residía y escondíase el Gran Maestre de la Orden que al sólo nombre de Napoleón, se mea en los pantalones. Al mismo tiempo que Napoleón les pedía la rendición, el ejército francés saqueba todas las riquezas que la Orden San Juan de Jerusalén, también llamada de Malta, aún conservaba.
Napoleón abolió la esclavitud, liberó a los presos musulmanes y dejó una guarnición de unos 3.500 soldados al mando del General No-me-acuerdo-cual y se llevó 600 locales de nacionalidad francesa que dicho sea de paso, no quisieron defender la Isla cuando el francés atacó, alegando conflicto de lealtades. Los ingleses mantuvieron un bloqueo de dos años, y al final, muy al final, los galos se rindieron, pero la Orden ya había sido expulsada y buscado refugio bajo las generosas alas del Zar Pablo I de Rusia a quien a pesar de ser ortodoxo y casado, nombraron protector y Gran Maestre de la Orden; eso porque al que lo había sido hasta el momento, le dio un soponcio y quedó frito.
Napoleón abolió la esclavitud, liberó a los presos musulmanes y dejó una guarnición de unos 3.500 soldados al mando del General No-me-acuerdo-cual y se llevó 600 locales de nacionalidad francesa que dicho sea de paso, no quisieron defender la Isla cuando el francés atacó, alegando conflicto de lealtades. Los ingleses mantuvieron un bloqueo de dos años, y al final, muy al final, los galos se rindieron, pero la Orden ya había sido expulsada y buscado refugio bajo las generosas alas del Zar Pablo I de Rusia a quien a pesar de ser ortodoxo y casado, nombraron protector y Gran Maestre de la Orden; eso porque al que lo había sido hasta el momento, le dio un soponcio y quedó frito.
A si pues, Bonaparte de un plumazo, terminó con los 268 años de
gobierno de la Orden en Malta que ya venia en franco declive desde el
mal gobierno del nro 68 Don Manuel Pinto da Fonseca, el portugués, y su sucesor, el Nro 69 Don Francisco Jimenez de Tejada, de pura cepa española, altamente impopular, con revuelta de sacerdotes y monjes en sus haberes.
18 comments:
Es de esas personas que nacieron justo en el momento oportuno para hacer historia :-)
Musu handi bat.
Egunon, JAVIER: Como fuiste el primero de los 5 primeros de la mañana que leyeron esta entrada (4 entraron por FB): Musuak eta bararkada handi bat.
Como se dice coloquialmente: chiquito, pero matón.
Un abrazo, Myriam.
Interesantísima entrada, se aprende historia y, además,mediante los comentarios,tambien idiomas, en fin un placer.
Gracias, ELOY. El placer es mio con lectores como tú. Un abrazo.
Si a Bonaparte no el hubiera podido su megalomanía seguramente se le recordaría por bastantes más cosas positivas que como sucede ahora por su desmedida ambición y obsesiva necesidad expansionista ... no obstante ahí está, aun chiquitín al lado de los grande de la historia ; )
Un beso inmeeenos preciosa y disculpa todas estas ausencias mías ... nunca son definitivas por más que a veces lo parezca, supongo que soy como el mar... voy y vuelvo .. y siempre a las orillas que como la tuya adoro ; )
Un beso inmeeenso mi querida MYR que tu verano sea tan delicioso y sabio como tú ; )
MmuaaaaaaaksS!!!
Bienvenida, MARIA, te traje, creo con el pensamiento. Justo ayer y hoy pensé en tí, que andabas muuuuuuuy silenciosa y pensé en escribirte un correo electrónico. Me alegra verte aquí, napoloneando.
Besotes!!!!!
Siempre me ha apasionado la Historia, pero narrada de esta manera ligera y simpática, entra aún mejor...jajaja
Besos y salud
¡Gracias GENIN! Besotes
JAVIER: en el saludo de mi comentario anterior quise decir: "Besarkada", es que mi móvil no entiende vasco y me cambió la palabra. Besarkada handi bat, beti.
CAYETANO: Ni que lo digas, un petardo bien explosivo ;-). Un abrazo
para ti.
Olá Myrian.
Sempre teremos algo para aprender sobre Napoleão, sua ousadia e liderança. Quantas mudanças deram-se depois dele na França.
Gostei muito deste seu texto, que vem ao encontro do meu interesse sobre História.
Um abraço.
Pedro
Muy bueno, eso de que le dio un soponcio y se quedo frito. Hacía mucho tiempo que no oía esta expresión: Mí madre la utilizaba con frecuencia.
Besos.
Una lección de historia muy bien relatada y muy amena.
He estado unos días de vacaciones y tengo que ponerme al día con todo lo que has publicado.
Bdesos Myriam
Maravilloso post, como siempre.
Un fuerte abrazo querida Myriam.
Con el episodio de Napoleon daria comienza a la Egiptologia como disciplina cientificada... Los sabios que le acompañaron estudiaron el pais a fondo...
Un abrazo, amiga
Por aquí, aprendiendo!
Como a otros la soberbia acabó con él. Magnífico militar, estiró sin embargo más el brazo que la manga en el invierno y el posterior deshielo ruso
... y de pronto, comenzó otra era.
Besos.
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