"Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el Arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo. [....]"
"Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse al beso del sol en flores y frutos. [...]" Introducción sinfónica, por Gustavo Adolfo Bécquer.
Maese Pérez el organista
Esta leyenda fue publicada el 27 y 29 de Diciembre de 1861 en el diario “ El Contemporáneo”. Consta de una introducción en la que Bécquer nos advierte que lo que va a relatar es una tradición que él (voz narradora) oyó a una demandadera del convento de Santa Inés en Sevilla antes de que comenzara la misa de Gallo a la cual él asistía. En ella el narrador nos advierte que ese prodigio o portento milagroso ya no se produce en la actualidad.
Bécquer luego nos cuenta la leyenda por boca de la demandadera. La acción está situada en tiempos de Felipe II y hace expresa mención a los galeones del rey con los que “podría formar una escuadra suficiente a resistir a la del Gran Turco” en clara alusión a la Batalla de Lepanto de 1571. El tiempo es cíclico, porque relata los sucesos que ocurren tres años durante la misa de Gallo en la misma Iglesia, de forma convencional: Planteamiento I, a continuación, el desarrollo del conflicto con nudo II y otra vuelta al nudo III y desenlace o resolución del conflicto IV. Finaliza con un corto epílogo.
I - Planteamiento: Toma la voz narradora la demandadera del convento, encargada de hacer los recados de las monjas del Convento que fuera fundado en 1375. Ella cotillea en el atrio de la Iglesia, antes de entrar al templo con la nueva vecina y le va diciendo a ésta quienes son los personajes que se acercan: El Marqués de Loscoso, viudo y padre de una doncella a quien ha querido casar, sin buen resultado, con el hijo de un hombre muy rico; el dueño de la colosal fortuna, padre de la doncella en cuestión, luciendo la encomienda (condecoración) que brilla en su pecho; los Veinticuatro Caballeros (concejales del antiguo régimen); las gentes del Duque de Alcalá; El Arzobispo “hermosote con sus hábitos morados y su birrete rojo” y los “hipotricones” duques que se acercan a besarle el anillo. Luego cuenta la chismosa que hace de cicerone a su vecina nueva: “que buenas gangas tienen las monjas con su organista. ¿Cuándo se ha visto el convento tan favorecido como ahora?” en alusión al organista que toca tan bien que todos vienen a la Iglesia a escucharlo. También le cuenta como es el organista: santo varón, pobre, con una hija por único pariente, ciego de nacimiento, humilde, misma profesión que su padre, con sonrisa de ángel, siempre toca bien, siempre, tiene gran devoción por la misa de Gallo y en el momento de la Consagración de la Hostia, exactamente a las 12 de la media noche, “las voces de su órgano, son voces de ángeles”. Finalmente, la doña cotilla “atravesó el atrio del Convento de Santa Inés, y codazo en éste, empujón en aquel, se internó en el templo, perdiéndose entre la muchedumbre que se agolpaba en la puerta”.
II - Nudo: Dentro de la Iglesia, el mismo año de la presentación. Comienza con una descripción de la Iglesia, de su luz y de como estaban ubicados los concurrentes a la expectativa de la misa que se demoraba en comenzar, cosa que impacientaba a los concurrentes: Los caballeros Veinticuatro formaban como un muro de contención que protegía a “lo mejor de la nobleza sevillana de la plebe” y ésta "se agitaba en el fondo de las naves como un rumor parecido al del mar cuando se alborota”.
Pasado unos momentos de tensión en aumento, alguien anuncia que el Maese Pérez se ha puesto malo y que no podrá tocar esa noche. Un organista envidioso se ofrece a tocar en su lugar. Esto no es necesario: de pronto aparece “pálido y desencajado” maese Pérez quien se hizo llevar en un sillón para tocar la que él intuía sería su última vez. Comienza ahora sí la misa , se suceden: el Introito, el Evangelio, el Ofertorio, llegando al momento de la Consagración de la Hostia en la que ocurre el prodigio musical de maese Pérez, segmento en el que me voy a detener porque además de ser central al relato, es de una delicia poética sencillamente sublime:
Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog La Acequia. © Myriam Goldenberg.
11 comments:
Sólo a un poeta como Bécquer se le ocurriría comparar los extravagantes hijos de su fantasía con la miríada de gérmenes que crecen en las entrañas de la Tierra: precursor del dirty realism, pues en efecto, sus rimas y leyendas nos contagian su desaforado romanticismo, y más en estas noches inacabables del verano spagnolo
Saludos blogueros, Myr
Madre de mi santo Dios con quien te metiste mujer Bequer juto ej es a alguien que lo habia leido hace trece años a tras pero creo qu volvere a leerlo
un besito
volvi ya ves
La chismosa es genial, aquí hay "busilis", hay gato encerrado.
A mí también me gusta mucho la leyenda del organista, su ambiente de misterio atrapa. Creo que la más famosa de las leyendas junto a la de "El monte de las ánimas".
Besos
Buen análisis de una de las leyendas mayores de Bécquer en las que se halla toda la temática: misterio, tradicionalismo, construcción de personajes y la música como metáfora de la insatisfacción del poeta.
Besos.
MYRIAM, vengo a dejarte un beso porque a comentar la entrada... como que no me atrevo :-), es que no estoy leyendo.
Un beso
Una entrada interesante y un análisi minucioso del trabajo, y espero la continuación, besos
excelente entrada
Interesante invitación de lectura e interpretación que seguiré hasta el final.
Un abrazo Myr!!!
Justo ahora estoy leyendo esa leyenda que sí tengo en mi librito. Besotes, M.
La localización del relato en los preparativos de la Batalla de Lepanto no puede ser más acertada para crear interés. Se refleja la división de las clases sociales de la época.
Un abrazo.
Desconocía esto...voy a a la segunda...
Un abrazo.
Hola Myriam, he leído esta primera parte pero voy a dejar la segunda, me quedo con el suspense, para después de leer la leyenda en mi libro.
Un abrazo.
José Manuel.
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