Friday, January 29, 2021

Arqueología y gastronomía: "¿Qué comían en la Tierra de Israel hace 3.700 años?

 Además de los alimentos locales a base de trigo, dátiles y semillas de sésamo, en los dientes de los humanos que vivieron en Megido también se encontraron restos de soja, bananas y cúrcuma. Este descubrimiento refleja la existencia de un antiguo comercio entre la India y el sudeste asiático con la Tierra de Israel.

Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional, en el que participaron investigadores de la Universidad de Tel Aviv y la Autoridad de Antigüedades de Israel, descubrió que ya en el siglo XVI a.e.c. existía un comercio global significativo entre India y el sudeste asiático con la Tierra de Israel. El comercio en esos días consistía principalmente en alimentos exóticos como la soja, las bananas y la cúrcuma, casi mil años antes de la primera evidencia de la presencia de estos alimentos en el Medio Oriente. 
 
 

Sitio de excavaciones arqueológicas en Tel Megido.
(Universidad de Tel Aviv)
 
 
El estudio se basó en restos de comida hallados en los dientes de personas enterradas en Tel Meguido y Tel Erani, cerca de Kiryat Gat. En los dientes se encontraron restos de diversos alimentos, incluidos algunos del sudeste asiático como soja, bananas y cúrcuma, que datan del siglo XVI a.e.c.. en Meguido y del siglo XI a.e.c. en Tel Erani. El estudio fue realizado por el profesor Philip Stockhamer de la Universidad de Múnich, con la participación del profesor Israel Finkelstein y el doctor Mario Martin del Departamento de Arqueología y Culturas del Antiguo Cercano Oriente de la Universidad de Tel Aviv, y el doctor Yanir Milevsky y Dmitry Yegorov de la Autoridad de Antigüedades de Israel. La investigación fue publicada esta semana en la revista PNAS. 
 
 

Prof. Israel Finkelstein.
(Universidad de Tel Aviv)
 
Según los investigadores, al imaginar el mercado urbano de Meguido hace 3.700 años se puede suponer que tenía alimentos locales a base de trigo, dátiles y sésamo: se encontraron proteínas antiguas y microfósiles de estos alimentos en las mandíbulas de humanos enterrados en Meguido y Tel Erani. Pero también se hallaron restos de soja, bananas y cúrcuma, lo que según los investigadores es un hallazgo impresionante, ya que en ninguna parte del mundo se han encontrado evidencias más antiguas de estos alimentos fuera del sudeste asiático. El descubrimiento antecede en cientos (en el caso de la cúrcuma) e incluso en mil años (en el caso de la soja) a su presencia en la Tierra de Israel y en la cuenca mediterránea. Esto significa que ya en el segundo milenio a.e.c., había un comercio de frutas exóticas, especias y aceites entre el sur de Asia y la Tierra de Israel, a través de la Mesopotamia o Egipto. Desde ya que ninguna banana hubiera sobrevivido al viaje desde el sudeste asiático a Meguido, por lo que se estima que eran consumidas como frutos secos. 
 
 
 

Dr. Yanir Milevsky.
(Yuli Schwartz/Autoridad de Antigüedades )
 
 
 "Esta es una clara evidencia del comercio con el sudeste asiático ya en el siglo XVI a.e.c., mucho antes de lo que las investigaciones habían revelado hasta ahora", explicó el profesor Finkelstein. "Hace unos años se descubrió una evidencia similar de un comercio a larga distancia en el estudio de restos moleculares en la cerámica de ese período en Meguido. Una investigación descubrió evidencia de importaciones de vainilla. Pero lo oculto prevalece sobre lo visible en términos de detalles sobre las formas de comercio y la manera de trasladar las mercancías". 
 
 

Dmitry Yegorov.
(Yuli Schwartz/Autoridad de Antigüedades)
 
 El doctor Yanir Milevsky y Dmitry Yegorov, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, señalaron que una excavación realizada en Tel Erani reveló un cementerio de la Edad del Hierro Temprana hace unos 3.100 años, lo que hizo posible aprender más sobre la vida en ese momento. "En algunas de las tumbas encontramos familias enterradas juntas y ofrendas fúnebres: cuencos, jarras y cántaros, enterrados con los muertos, ya que creían que estos serían utilizados por los fallecidos en el otro mundo. En algunos de los cuencos, jarras y cántaros fueron hallados huesos de animales, principalmente ovejas y cabras, que para ellos eran comida para los muertos", afirmaron. Los investigadores planean estudiar los recipientes encontrados en las tumbas para buscar restos de banana y sésamo hallados en los dientes.
 
 

Uno de los hallazgos en Tel Erani.
(Yuli Schwartz/Autoridad de Antigüedades)
 
La soja se domesticó por primera vez en la China moderna en el séptimo milenio a.e.c. Las bananas se domesticaron por primera vez en Nueva Guinea, en el quinto milenio a.e.c, y llegaron a África occidental 4.000 años después, pero hasta ahora no se conocía una propagación anterior de la fruta en Oriente Medio. La cúrcuma y las proteínas de soja se encontraron en la mandíbula de una persona de Meguido, en tanto que las proteínas de banana fueron halladas en las mandíbulas de dos habitantes de Tel Erani, lo que refleja que estos alimentos estaban disponibles para cualquiera que los quisiera, sin importar la clase social. No obstante, los investigadores estiman que se trataba de personas que probablemente pertenecían a una clase relativamente alta en la ciudad-Estado de Meguido. Esto es evidente en la estructura de las tumbas y las ofrendas colocadas en ellas. Además, los investigadores encontraron evidencia del consumo de sésamo en las mandíbulas tanto de Meguido como de Tel Erani, un hallazgo que indica que el sésamo se convirtió en una parte importante de la cocina local ya en el segundo milenio antes  de la era común.
 
 

18 comments:

Campirela_ said...

Gracias Myriam por tan interesante articulo siempre es bueno enterarse de las cosas de nuestros antepasados, así sabremos el pq de nuestro comportamiento de ahora. Un fuerte abrazo y cuidate mucho.

Ester said...

Es sorprenderte que se sepa y muy interesante conocerlo. En la actualidad todos comemos de todo porque la globalización no deja nada en su sitio lo que nos permite conocer algo mas de otros lugares. Un abrazo

Carlos Augusto Pereyra Martínez said...

Relevante saber que el comercio extendido entre el cercano y lejano oriente, más exactamente con el sudeste asiático, no solo es de ahora, sino de tiempos antiquísimos, y que ya se conocía la soya, a la que sólo ahora reconocen virtudes gastronómicas, y en especial cuántos productos de pueden elaborar a partir de ella. UN abrazo. Carlos

manouche said...

que vamos dejar por el futuri : plasticos ???

Cayetano said...

Suerte que en aquellos tiempos no estuviera de moda la higiene bucal, si no no habría llegado esta información hasta nuestros días.
Un abrazo, Myriam.

Albada Dos said...

Asombran la conclusiones que se sacan con el estudio de la arqueología, Un gustazo leerte, porque nos enseñas un montón. A mí al menos.

Un abrazo, y feliz día

Colotordoc said...

Interesante descubrimiento. Eso demuestra que siempre hubo contacto en Eurasia y África. Y posiblemente ya significaba que algunas mercancías, eran imposibles tenerlas en el lugar donde habitaban. de ahí el intercambio.

Besos Myriam.

Bertha said...

-Ahí nos demuestra , lo necesario que es la investigación y sobre todo conocer las cosas más basicas: como la alimentación, que es lo que orienta como vivÍa este pueblo , se nota que eran gente con inquietudes porqué como bien dices estos productos son de otros territorios no hay nada nuevo bajo el Sol...

-Ahora si: que por fin he entrado por la puerta no como el otro día que casi me da un yuyu con el móvil :))

Un beso grande desde este rinconcito





Beauséant said...

Me parece un tema apasionante, la comida ayuda a entender las relaciones entre los pueblos, las enfermedades e incluso las crisis y revoluciones que han existido... Imagina dentro de miles de años cuando alguien, quizás otra raza, escarbe entre nuestros restos... sospecho que no quedaremos muy bien parados :)

ɱağ said...

Los secretos y enseñanzas que esconde el mundo. El otro día estuve leyendo sobre Pompeya y Herculiana, y también sobre el tema de las comidas. Es increíble todo lo que todavía tenemos que descubrir. Muchísimas gracias por estas aportaciones que nos enseñan algo más.
Un beso muy muy grande, Myr.

Neogeminis Mónica Frau said...

Increíble que aún hoy puedan hallarse restos de lo que comió aquella gente! Es como si el tiempo se las ingeniara para dejarnos abiertas ventanitas para espiar hacia el pasado muy lejano😊

Ginebra Blonde said...

Debe ser apasionante encontrar esos retazos de la historia, llegando así, a tan interesantes conclusiones.

Muchísimas gracias, querida amiga.
Visitarte, siempre enriquece…

Un abrazo grande, y muy feliz finde 💙

Jorge M said...

Un articulo fabuloso como lo sueles hacer siempre, gracias por compartir estos datos esta información que desconocía, siempre se aprende contigo.
Un abrazo amiga

Berta Martín Delaparte said...

Un reportaje maravilloso. Contigo siempre se aprende algo nuevo.

Por cierto aprovecho la ocasión para nombrar dos títulos : La Biblia de Barro y, Dispara yo ya estoy muerto( en este estoy todavía en su lectura).

La historia de ambos libros se desarrollan , entre otros lugares en: Egipto, Irak, Israel, Palestina.
Os recomiendo sus lecturas.

Un abrazo y continuamos .

Javier Rodríguez Albuquerque said...

INcreible, hoy en día, las cosas que se pueden llegar a saber del pasado.
Musu bat.

Pedro Ojeda Escudero said...

A veces nos sorprendemos demasiado de que los antiguos ya supieran que eran una parte de la humanidad y no toda entera.
Gracias por divulgar esta noticia, Myriam.
Un beso.

Katy said...

Me ha parecido interesante. Siempre resulta enriquecedor conocer la historia de los pueblos diversos que `poblaban la tierra. 😘

Marta Alicia Pereyra Buffaz said...

¡Qué atrapante me resultan esos datos arqueológicos tan antiguos!

Me encanta la historia que estudia nuestro origen basada en la genética.

Abrazo, Myriam.
💖🌹💖