Washington, National Gallery of Art,
Este jueves nos convoca Magade Qamar del blog "La trastienda del pecado"
y nos pide que elijamos un cuadro de cualquier época y pintor con un color dominante
y que sobre "la habitación del cuadro" (sin más que el cuadro y un ventanal) construyamos una historia.
Urbano VIII, supremo pontífice de la Iglesia Católica entre los años 1623 y 1644 entró a la fría habitación en piedra del Castillo Sant Angelo prácticamente vacía a no ser por un imponente y majestuoso único cuadro, el retrato del Cardenal Pietro Bembo pintado por Tiziano en el 1539 para conmemorar su designación como Cardenal. No era la primera vez que lo hacía. Todo lo contrario. Cada atardecer venía el Papa al recinto a meditar frente a ese cuadro que ejercía sobre él una intensa e inexplicable fascinación.
Pero ¿que era lo que lo atraía de este aristocrático e inteligente veneciano retratado en él? ¿Sería acaso su osadía al enamorarse de Lucrecia Borgia cuando estaba casada con su tercer marido, Alfonso I D´ Este, duque Ferrara? ¿O sería su lascivia al mantener, siendo prelado, una relación pecaminosa con Faustina della Morosina, quién le dio tres hijos? ¿O su gusto por el humanismo de Petrarca? ¿O su amistad, durante su tiempo de residencia en Urbino, con el pintor Rafael o con el cardenal Giovanni de Médici, futuro Papa León X? ¿O que escribiera un tratado en prosa tan significativo como el de la defensa de la poesía en lengua vernácula y su ritmo, amén de muchas otras obras? ¿O qué fuera ciceroniano recalcitrante? ¿O quizás el hecho de que como Caballero perteneciera a la sagrada Orden de los Hospitalarios? ¿O que hubiera sido, en fin, historiador oficial de la República de Venecia y bibliotecario de la Basílica de San Marcos?.
Retrato del Papa Urbano VIII, pintado por Gian Lorenzo Bernini (1625).
Lo admiraba y lo odiaba. Cada vez que Urbano VIII contemplaba el cuadro de Pietro Bembo, lo invadía una profunda envidia que le carcomía las entrañas como un gusano. A su lado, él se sentía un ser mísero, ruin, pequeño y despreciable, sin carácter, lleno de inseguridades por las que quiso rodearse de sus familiares que colocó en puestos claves a su alrededor. Habiendo sido capaz de propiciar una vergonzosa guerra contra el duque de Parma para arrebatarle sus dominios, la perdió porque hasta la fecha ni siquiera contaba con un ejército decente. Nada le salía bien. Nada podía.
Lo admiraba y lo odiaba. Cada tarde iba Urbano VIII a esa fría habitación desierta a contemplar la imagen colgada del impertérrito Cardenal Pietro Bembo que desde la pared le miraba como acusándolo en silencio, y él, en un enfermo afán por mimetizarse con su ídolo, poco a poco fue engullendo partes del lienzo con cinabrio, bermellón.
19 comments:
Orgullo... orgullosos al reves de lo que mandaba el Cristo !!!
Un repaso con doble significado a unos personajes que ya quisieran los programas de romances televisivos, siempre apòrtas datos reales a tus aportaciones y consigues resultados estupendos. Gracias y abrazos
Un relato lleno de misterio y verdades , no sabia de esta historia y me has dejado impresionada , una muy buena aportación que sin duda guardan aun muchos mas secretos de envidias y odios a veces comparados con admiración ..Un fuerte abrazo .
Este cuadro es, como bien dices, el secreto del color. Cada artista tenía su propia fórmula.
En este caso el bermellón explota en el cuadro.
Besos.
JOSË SIMAL DE LA FUENTE comenta:
Muy buen relato. Burla burlando, como quien no quiere la cosa, se hace un retrato de época y del personaje...
Los cuadros a veces son ventanas que nos permiten ver mejor una época y los personajes que están al otro lado del espectador.
Un abrazo.
Es como un Dorian Gey :-) No conocía este cuadro y es perfecto para tu historia y nos han llevado de la mano por la historia, valga la redundancia, de su biografía, sirviéndote de alguien que tiene sentimientos encontrados.
Me ha parecido perfecto y elegante. Un sin fin de preguntas que nos haríamos nosotros mismos ante nuestros mitos o ídolos, o ante esas personas a las que ponemos en un pedestal con sus defectos y virtudes.
Muchísimas gracias por sumarte a mi convocatoria, Myr.
Un beso muy gordo.
Hola Myriam! Si no me equivoco es la primera vez que te leo y debo decirte que me ha encantado. El texto es impecable, con datos, fechas e información que se van absorbiendo a medida que avanzamos. El final es perfecto.
La envidia, la mirada del otro, el poder... Cosas que tan mal le hacen al ser humano y que no aprendemos a superarlas.
Un abrazo.
Lo admiraba y odiaba porque quizás se veía reflejado en él...
Besote guapa. Muy bueno
Un excelente relato, que enlaza a dos personajes de cuyas vidas nos pones en antecedentes a base de preguntas. Muy interesante la exposición y el tema elegido.
Me ha gustado mucho, aparte de que el bermellón es uno de mis colores favoritos entre otros.
Un abrazo
Qué relato más interesante. Y ese cuadro dentro de un cuadro... ¡Me encantó! De los Médici estuve investigando gracias a que me picaron la curiosidad el videojuego de Assassin's Creed 2 y la serie de Leonardo Da Vinci.
Gracias por enseñarnos un poquito de Historia.
Un besazo, Myriam
Dos personajes poco loables conjurados bajo el rojo de la vanidad y las hipocresía. interesante rescate. Gracias por ilustrados. Un fuerte abrazo
Los cuadros de Papas y eminencias hasta colgados dan grima.
Sus vidas pecadoras envueltas en esos atuendos sagrados siempre esconden misterios..
Yo tanto como engullir nop , pero si lo quemaba jeje
Un piacere
beso
S
A mí me pones esos cuadros en el dormitorio y consigo estar insomne por meses :-). Son telas excelentes, por otro lado, pero en mi opinión, me causarían desaliento, no sé.
Un buen post. Un abrazo y tarde bonita
Toda una lección de historia que yo ignoraba. Muy buen relato, besos.
Excelente retrato del Papa Urbano VIII, el que nos traes, con contenido e información del cual no tenía ni idea de ello.
Besos enormes.
¡Gracias a TODOS! Me divertí mucho participando en esta convocatoria y agradezco a cada de uds por sus cariñosos comentarios. Abrazos a repartir.
Menuda lección de historia envuelta en un color que siempre me parecía alegre y vibrante... Ahora me asomo a esos ventanales al pasado que son retratos de misteriosos personajes llenos de crueldad y envidia y el bermellon me da escalofrío. Ninguna fotografía actual podría reflejar de la misma manera sus personalidades y caracteres. Un abrazo
Con entradas como la tuya quisiera yo haber aprendido historia!!!
Genial, no podía dejar de leer y hasta me ha resultado corta.
Besos!
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