Thursday, January 23, 2020

Este jueves, un relato: "¿Qué tengo en los bolsillos?"

Imagen de la red. 


Era imposible que se diera cuenta, como agente especial del FBI había sido entrenada en esas lides.  Sabía perfectamente como deslizar el dispositivo de seguimiento en su bolsillo sin que lo notara. Pronto los miembros de mi equipo y yo daríamos con esa célula  de contrabandistas y estafadores al fisco y los llevaríamos ante la Justicia y a prisión. Estábamos armando un caso sólido, nos había asegurado el Fiscal anticorrupción. Pero el sinvergüenza aquel  se dio cuenta,  el avispado chino  lo colgó en la cadena a un fox terrier cuya dueña había llevado al centro comercial y dejado amarrado esperando afuera de un local. Así que en lugar de seguir al hombre, seguimos al perro.  -¡Otra vez, sopa!, maldita suerte la mía. A empezar de nuevo con el operativo que estábamos realizando en conjunto con la unidad de delitos financieros. Esta vez, decidí ser más cautelosa. Si lo perdía de nuevo, mi jefe me enviraría de regalo con un moño y una patada en el culo   a la Policía metropolitana, como mucho  a dirigir el tránsito.   -Juárez, ¿Me pasas el pendrive?- me pidió nervioso mi compañero  Smith. -¿El pendrive? ¿cuál?- le pregunté aún más nerviosa que él.  -¡Ese!, ya sabes. Comencé a buscarlo en mis bolsillos  arriba, adentro, abajo, a la derecha, a la izquierda. "-Vacíalos de una fucking vez!" - me gritó impaciente Smith.  Lo hice. Comenzaron a salir de ellos:  mi lustrosa insignia del FBI,  pañuelos descartables, un peine, una goma para el pelo,  una brújula, un celular, audífonos, lápiz labial  de manteca de cacao, un bolígrafo, un bloc, mis tarjetas de crédito,  50 dólares, un llavero, pastillas de menta, una lima de uñas,  un par de guantes, un sobre vacío para  recolección de evidencia.  Y el puto pendrive,  en el que habíamos copiado los archivos de las transacciones ilícitas de esta banda,  seguía sin aparecer.




26 comments:

Emilio Manuel said...

De ese bolso falta salir, a no ser que sean policías de pacotilla, la pistola, en las pelis americanas, las mujeres las llevan en los bolsos al contrario de de las francesas que cuelga de la cintura unos pistolones mas grande que ellas.

Saludos

Cayetano said...

Imposible que las cosas pudieran salir peor. Me temo que alguna acabará dirigiendo el tráfico.
Jejeje. Muy divertido el relato.
Un abrazo, Myriam.

Francesc Cornadó said...

Pobre, cuánta desgracia, este es el bolso de una calamidad.
Abrazos

Ester said...

Como poli algo despistada pero como redactora de historias genial, hasta has incluido un enlace real, no se te escapa nada, Felicidades y un abrazo

Campirela_ said...

Ese bolsillo era todo un bolso, pero que rabia da cuando se busca algo y encontramos de todo menos lo que es necesario..sin duda la veo dirigiendo el trafico.
Me gusto la trama, enhorabuena .
Un abrazo !

manouche said...

Ademas de todo en el bolsillo habia la musa Erato...

El Demiurgo de Hurlingham said...

Otra contrariedad más. Justo eso es lo que no aparece.
Un abrazo.

Colotordoc said...

Yo lo llamaría algo así como bolsillo de payaso... muy largo, y muy profundo, que a veces, no tiene nada...

Y el pendrive perdido...


Besote.

ɱağ said...

¡Santo Dios! Igual se insiste un poco más y encuentra el fondo del mar. Tenía de todo. Debía ser inmenso ese bolsillo pero lo más importante ahí que no estaba. Pasa hasta en las mejores familias.

Me ha gustado :-9 sí, señora.
Un beso.

Katy said...

Suele ocurrir, tenemos de todo en los bolsillos cuando no en el bolso.
Relato realista y ameno 😘

Neogeminis Mónica Frau said...

jajaaj buenísimo Myriam! me has hecho reir con ganas!
Un abrazo y felicitaciones por este texto tan divertido

MOLÍ DEL CANYER said...

Un poco gafe si que es...y es que no hay nada que le salga derecho. Muy bien escrito, besos.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche said...

Un caso fallido, dirían los expertos en el asunto.

Abrazos.

Tracy said...

Me has recordado a mí cuando busco algo en el fondo de mi bolso, que de allí sale o más sagrado, menos lo que tiene que salir.
Un beso grande.

Gisela de www.ManzanitaLectora.com said...

Pero que mala suerta la suya. De por sí es re feo sacar todo de un bolsillo y no encontrar lo que buscas. Aún peor siendo algo tan importante como ese pendrive con todas las evidencias. Me da tremenda ansiedad si me pasara eso, jajaja.

Muy buen relato. ❤

Albada Dos said...

Me ah encantado cómo has urdido la trama de un disloque de los bolsillos. El pen drive puede que parezca lavado, la tender la ropa de otra lavadora :-)

Por los policías y su arsenal de bolsillos y de pruebas :-) Un abrazo

AlmaBaires said...

Qué rabia da, sea bolsillos o bolsos, cuando los das vuelta y sale de todo menos lo que buscas... yo me cabreo como pocas.

Muy buen relato. Un beso.

María said...

Qué divertido tu relato, y me has sacado sonrisas cuando buscas y no encuentras en los bolsillos lo que buscas jajaaj.

Besos.

Mar said...

Eso suele pasar: que lo que te más falte de hace no esté en el dichoso bolso, a pesar de llevar en el mismo todo tipo de objetos :)

Gracias por participar.

Bss.

Max Estrella said...

Pues me ha gustado mucho y me ha resultado muy creíble...¿no dicen que a veces la realidad supera a la ficción?
Besos

Ishtar said...

Afortunadamente la agente especial se conoce bien así misma y para salvarse cualquier imprevisto previamente hizo una copia de seguridad que guardo encriptada en la nube. Una tienda de pendrives y el acceso a un ordenador le permitirán una vez más salvar con holgura la situación.

Un abrazo Myriam

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz said...

Que buena historia. Muchas veces me pasa de buscar y rebuscar en los bolsillos.
Generalmente. Cuando me guardo cosas las voy escondiendo tanto, hasta que me olvidó.
Saludos

el oso said...

Casi odría decir que es un caso mío, que nunca encuentro las cosas que guardo.
Besos

Maripaz said...

Jajaja, que buen relato. Me he sentido identificada con el personaje.
El otro día sin ir más lejos, creí haber perdido el carnet de identidad con lo que eso conlleva. Estuve largo rato rebuscando en el bolso, y no me quedó otra que vaciarlo entero. Al final lo pude recuperar.
Besos.

Juan Carlos Celorio said...

No me hables de pendrives y bolsillos. He perdido dos con mi "obra" literaria y los datos absurdos que suelo guardar. En este caso va a tener mayor trascendencia, pero concluyo que los datos hay que guardarlos en alguna nube, allí todo permanece.
Besos.

Susana said...

Me recuerda a mi bolso. Un saludo