Thursday, November 21, 2019

Este jueves, un relato: "Frases inmortales", la de Antonio Machado


Convocatoria de Mónica del blog Neogémenis

La frase elegida por mi de las opciones que Mónica nos ofrece:  

"Es propio de aquellas mentes estrechas embestir contra todo aquello 
que no les cabe en la cabeza" 
 Antonio Machado


Hans  Rudolf  Hershoffen,  Capitán de las SS,  había nacido en un pobre suburbio de Berlín;  de padre  medio analfabeto, alcohólico y violento, y madre reservada,  amable,   y costurera.  Hans creció envidiando a su vecino y compañero de escuela,  Jacob Rosenstrauch, hijo  este de un distinguido médico judío y una afable  madre violinista.  Envidiaba  a los padres de Jacob, especialmente durante las tardes en que Jacob lo  invitaba a tomar una taza de chocolate caliente con masas recién horneadas a hacer las tareas juntos  y a jugar después al parchís. Odiaba las tareas escolares,  el parchís, odiaba el chocolate, odiaba a la madre de Jacob, a Jacob y a la vida.  Y odiaba por  sobretodo  a ese padre que abrazaba a su hijo cada vez que llegaba cansado de visitar a su último paciente.

Cuando  el partido Nazi,  con Hitler a la cabeza, tomó el poder,  Hans vio la oportunidad de llegar  muy alto y  de tomar revancha de aquellos por los  que él se había sentido menospreciado u ofendido. Por eso, cuando lo asignaron a supervisar el flujo de prisioneros  a las cámaras de gas del Campo de Exterminio de Treblinka, en Polonia,  sintió una inmensa alegría reparadora y aún más,  cuando en la fila a las duchas,  su mirada furtivamente se cruzó con la de Jacob.  




17 comments:

Neogeminis Mónica Frau said...

Terrible. Crudo. Demostrativo de esa bestialidad humana que odia lo que no tiene y no comprende. Un relato conmovedor. Gracias Myriam por sumarte con algo tan contundente a nuestros encuentros jueveros. Beso grande

Campirela_ said...

Es increíble la envida lo que puede llegar hacer ..las personas que sufren ese mal nunca podrán llegar a ser felices el odio los mata por dentro ..
Me gusto lo que nos cuentas ..
Besos y feliz tarde..

Rita Turza said...

Brutal.

Abrazos enormes mi querida Myriam.

Ester said...

Una mala niñez puede criar una mala persona, y parece que en ese momento se concentró la mayor cantidad de adultos que fueron niños tristes. Un buen aporte con su historia real incluida. Abrazos

Genín said...

Cuanto daño hicieron aquellos odiosos malnacidos a tanta buena gente, sin razón alguna, de forma gratuita, y como lo disfrutaron mientras lo pudieron hacer, que tristeza de mundo... :(
Besos y salud

el oso said...

Buenísimo y muy fuerte. Apropiadísimo para la frase, pero muy real, casi como carne sajada.
Besos

Cayetano said...

La envidia es especialmente perniciosas cuando el que la sufre es un enfermo, un psicópata o alguien que ha padecido carencias afectivas y no sabido encontrar una salida que diera paz a su vida, como fue el caso del nazi que cuentas o el del propio Hitler.
Un abrazo, Myriam.

MOLÍ DEL CANYER said...

La de dolor que se hubiera evitado con un poco más de amor y comprensión en la infancia. La vida del propio Hitler es similar a esta. Muy buen relato, besos.

Tracy said...

Se me ha puesto el estómago en la boca ¡qué horror!

Emilio Manuel said...

Cuando la historia se olvida, tengamos por seguro que se puede repetir y desgraciadamente en algunos lugares del mundo se está repitiendo esa misma historia.

Un abrazo.

manouche said...

Si, asi paso muchas veces. La revancha puede ser mortal...

Colotordoc said...

La venganza es traicionera...más aun en mentes estrechas.

Besote guapa

Poetas Vivos said...

Triste y terrible es la senda por donde nos guía el odio y la envidia .Un buen relato con un final triste. Un abrazo.

El Demiurgo de Hurlingham said...

Que odio tan irracional para había que sólo había tenido un poco más de suerte. Algo tan destructivo para alguien que no le hizo ningún mal.
Bien contado.

Mar said...

Brutal hasta donde puede llegar la envidia de los humanos. No veo yo menosprecio en el trato de Jacob y de sus padres hacia Hans, son amables;y, sin embargo, Hans no movió un dedo cuando pudo hacerlo en correspondencia con la amabilidad de antaño. Muy mala persona es Hans, mucho.

Bss.

Charo said...

Madre mía! Qué mente tan malvada y tan estrecha de miras...Y no solo la de Hans sino la de todos los que participaron de una u otra manera en el genocidio nazi. Lo peor es que me temo que en vez de evolucionar, algunas mentes vuelven para atrás en el tiempo con determinadas ideas.
Un beso

Pedro Ojeda Escudero said...

La envida es una de las miserias más profundas del ser humano.
Besos.