Friday, April 6, 2018

La ruta de la seda (3) Dunhuang, Las cuevas Mogao, la historia de como WU llegó a ser Emperador y una biblioteca en manos de exploradores académicos del Siglo XIX- Primera parte


 Dunhuang, Lago Creciente, foto por Sigismund von Dobschütz

Como dije en mi primera entrada sobre este tema, Si bien  es cierto que han existido intercambios comerciales  entre distintas culturas desde el Paleolítico, recién tenemos noticia de la Ruta de la Seda (c.a 120 aEC- 1450 EC)  por las crónicas de la Dinastía Han. Ellos fueron quienes se encargaron de controlar las rutas en ese entonces.  El término "ruta de la seda"  fue acuñado por el geógrafo alemán  en 1877  Barón von Richthofen, quien lo introdujo en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la Seda,  aludiendo a este rico material cuya elaboración  solo los chinos conocían, aunque también se comerciaba con jade, marfil, especias, ámbar, coral, porcelana, vidrio, perfume, tintes,  objetos manufacturados, etc. 


 La ciudad  Dunhuang (en rojo)  y la ciudad Jiuquan (en amarillo)
 en la provincia de  Gansu, China actual

Dunhuang (trad. Flameante Faro), en la Pcia de Gansu al NO de la China actual,  en este contexto era un sitio clave, una población asentada en un oasis, muy cerca del desierto Kumtag (que es una parte del desierto Tamakladan) y con   numerosas formaciones rocosas que proporcionaron una gran variedad de grutas, las llamadas cuevas Mogao,  muchas de ellas usadas por los monjes budistas para sus retiros espirituales. 

En el censo del año 2000, Dunhuang contaba con una población de 187,578 hab. La ciudad existe desde su fundación como destacamento de frontera aprox. en 104 aEC. (Los chinos de la Dinastía Han (206 aEC- 220 EC) durante el reinado del Emperador Wu,  vencieron a los pueblos Xiongnu (mongoles) de las estepas y dominaron la zona desde c:a 133 aEC). La ubicación de esta comandancia no era fortuita, pues quedaba muy cerca del Corredor del Hexi y de la intersección de las rutas N y S de la seda.  La ciudad fue conquistada en 1227 de la era común  por los mongoles de Kulai Khan que establecieron en China la Dinastía Yuan.  Hoy en día la ciudad lucha contra la desertificación  en la que el adyacente desierto de  Kumtag avanza a razón de 4 metros por año.  



 Estatua de una Apsará (ninfa acuática indú)  en Dunhuang

Ahora que nos hemos ubicado en el  espacio y en el tiempo quiero contarles como Wu (llamado al nacer Liu Che), un niño avispado e inquieto, hijo de una mujer divorciada y concubina del Emperador Jing  llegó a ser uno de los más grandes emperadores que jamás  tuvo China.  En una época en la que no había telediarios ni revistas del corazón, las intrigas de Palacio eran y son apasionantes porque  sorprendentes se nos presentan las luchas de poder entre las mujeres de los harenes, que aunque este término es musulmán, puede aplicarse por extensión  a un palacio chino, ya que el Emperador tenía esposa legítima y concubinas reales, cuidadas por un eunuco; y aquellas  que le daban hijos al Emperador ascendían en la escala de poder al igual que, dependiendo  de con quien se aliaban,  podían obtener poder (o la prisión y hasta la muerte).

Por ejemplo, El Emperador Jing padre de Wu,  tenía una esposa oficial que no podía tener hijos y una concubina preferida  de nombre Li, que ya le había  dado un vástago varón, pero  todo lo que  esta mujer tenía en belleza también lo tenia  de necia y soberbia, cualidades negativas que la llevaron a la ruina, a ella y a su hijo.  Por un lado Li menospreciaba a la esposa oficial jactándose  de ser madre de un heredero mientras que la otra era estéril, por otro, se enemistó con la hermana del Emperador -craso error- a la que odiaba con toda sus fuerzas.

Pero vayamos un poco más atrás en el  tiempo, cuando la madre de Wu -Wang Zi-  aún estaba casada con un plebeyo. Resultó un buen día que la madre de ella consultó el  oráculo y se le  vaticinó que sus dos hijas  obtendrían fama -y poder, claro- así que la buena madre obligó a Wang Zi (que así se llamaba la joven) a divorciarse de su marido y Wang Zi y su hermana fueron ofrecidas al entonces príncipe Liu Qi  (el mayor de los hijos del Emperador Wen de la Dinastía Han, casado con la temible y poderosa Emperatriz Dou), quien al morir su padre ascendió al trono con el nombre de Emperador Jing.

Jing tenía una hermana: la princesa Guantao, tía de Wu, quien seleccionaba las concubinas para el Emperador. Esto era una de las cosas que a la  concubina  Li no le gustaba y por eso la tenía entre ceja y ceja, pero  como ya les dije, ella era  necia (es decir tonta,  y para más INRI, obcecada) cuando Guantao, quiso casar a su hija Jen  con el hijo de ella, Li la mandó "a freír espárragos".    Aquí es donde entra Wang Zi,  madre de Wu, inteligente y discreta concubina que viendo la oportunidad de forjar una alianza conveniente, actuó con rapidez  ofreciendo casar a su hijo de 5 años  con la princesa  Jen, hija de Guantao, que ya estaba en edad casadera.  Ambas mujeres unidas  convencieron al Emperador Jing de lo  bueno de esta unión, quien por su parte estaba harto de  las histeriqueadas  de su necia  concubina Li, así que aprovechó   la coyuntura para deshacerse  Li y de su hijo, pasando Wang Zi a ser promocionada a rango de consorte real y su hijo Liu Qi  a príncipe heredero y futuro Emperador  Wu.  (La concubina Li fue despojada de todos sus títulos y encarcelada y su hijo desterrado de por vida).


Imagen tradicional del Emperador Wu
54 años de reinado en los que China floreció  (141-87 aEC)
Vasta extensión territorial, poder fuerte centralizado, florecimiento de:
el arte,  las letras, especialmente la poesía ,  y la  música.
Promoción del Confucionismo (hasta entonces había dominado el Taoísmo)
Reorganización administrativa basada en la Meritocracia
Como su imperio era tan extenso por sus embajadas había recibido de los más lejanos confines
estatuas de Buda como las halladas  en las cuevas Mogao.
Con astucia y mucha paciencia fue capaz de  enfrentarse y vencer
a su poderosa abuela la Emperatriz viuda Dou (que era Taoista  e influenció favorablemente
al padre de Wu -Emperador Jing- a bajar los impuestos al pueblo, por ejemplo,
pero la política  no intervencionista y descentralizada (buena en un momento dado)
luego produjo rebeliones y nepotismo de parte de los señores feudales
que habían obtenido demasiado poder.
Por todo esto, era necesario implementar un cambio radical.


Wu, que asumió el trono  en 141 aEC a los 15 años de edad,  era el  Emperador ahora, sabía lo que tenía que hacer y tenía muy buenos consejeros pero quien detentaba el poder real  era su abuela y esta actuó, para preservar el orden establecido,  de manera implacable anulando y encarcelando a los mentores y a los nobles que apoyaban al nuevo Emperador, quienes se suicidaron en prisión  (o fueron asesinados). La madre de Wu, la Emperatriz viuda Wang Zi,  que siempre había destacado y por su sentido de oportunidad, aconsejó a su hijo retirarse y esperar un mejor momento para actuar.  Wu siguió su consejoWu no solo tenía que lidiar con el poder tradicionalista de su abuela, también con las exigencias cada vez mayores de su tía paterna y suegra Guantao y con su mujer Jen que además de no darle ni  hijo ni hija -lo que era utilizado por sus enemigos políticos que se lo querían sacar del medio-  lo tenía harto con sus escenas de celos, por los cuales hasta le impidió tener concubinas (que pudieran darle un heredero) al ver  que perdía el favor de su marido, se aproximó a una hechicera para conseguir por  medio de las malas artes, lo que no conseguía por si misma, por lo que al enterarse Wu de ello,   se deshizo de Jen (y de Guantao al mismo tiempo) acusando a su mujer ejercer la  brujería, la que  fue confinada al Palacio  Imperial de Beijing en donde murió sola y deprimida  20 años después. 

Wu soltero  nuevamente, pero sin apoyos políticos,  se retiró  de la vida pública, simulando una existencia disoluta de  diversiones,  vino, comida y  mujeres. Mientras,   con mucha inteligencia y en silencio,  fue moviéndose para conseguir los apoyos que necesitaba.

Wu se casó ahora sí, por amor, con   Wei Zifu, que además de ser una extraordinaria cantante y bailarina de humilde origen,  fue  su esposa por 49 años (y Emperadora por  38 años y única mujer por 10 años) y le dio un heredero nacido en 128 aEC.   y tres niñas más. Su  abuela, La Gran Emperatriz viuda Dou,  murió en el 135 aEC. Después de  un intento fallido  de reformas en 140 aEC y casi 6 años de espera, el momento  de Wu-Emperador-con- poder real,  por fin había llegado. Wu, tenía c:a 21 años y toda una vida por delante.


Estatuas de soldados  y caballería  excavados 1990  en el complejo
 de las Tumbas del Emperador Jing y su esposa, en la Pcia Shaanxi


Sigue el viernes que viene (nos vamos a las Cuevas Mogao)

Fotos no asignadas, de la red.



14 comments:

Cayetano said...

Acostumbrados como estamos a mirarnos en occidente el ombligo, olvidamos con frecuencia que hubo otras culturas florecientes en el mundo y que siempre nos sorprenden con cosas que desconocíamos. Eso sí: las intrigas, la ambición, las luchas por hacerse un sitio cercano al poder, las venganzas... son temas recurrentes en todas partes.
Un abrazo, Myriam.

Ester said...

Lo vemos lejano en el tiempo y en la distancia, pero conocerlo nos acerca un poco mas, es interesante constatar que las culturas siempre aportan y mas cuando son tan diferentes. Un abrazo

manouche said...

La route de la soie va permettre l'invasion de l'Ouest par la Chine....

Kety said...


Interesante historia.

Besos. Myriam


Ambar said...

No conozco nada de la historia de China y tampoco de su cultura, al menos con algo de profundidad. Me ha resultado muy interesante tu entrada y espero la próxima.
Un beso Myriam

La seña Carmen said...

¡Nos queda casi tanto por saber de Oriente!

Maripaz said...

Muy interesante lo que nos relatas hoy. Desconocemos tantas cosas que es de agradecer cuando alguien nos aporta algo nuevo. Oriente y su cultura me apasiona.
Besos.

Colotordoc said...

La historia china da para mucho. Conozco parte de la historia médica china, muy poco, pero sé que es extremadamente rica.

Besote



doctorvitamorte said...

Myriam, como siempre, maravillosa

Genín said...

Interesantísimo todo, como ya nos tienes acostumbrados... :)
Besos y salud

Rita Turza said...

Maravillosos tus post. Gracias por compartir querida Myriam

Un fuerte abrazo.

Montserrat Sala said...

Miryam: buenas noches, haces unos estudios y unos completos y tan exensos que eon un gozada leerlos. Pero (Ay, los peros!) ¿cuando los podré leer?. Mas de uno se ne ha quedado en el tintero o a medias.. espero que no me pase lo mismo con este. Aprovecho para mandarte un abrazo grade y cariñoso.

Paco Cuesta said...

Venturoso viaje con grande Capitana.
Gracias. Besos

Ele Bergón said...

La ruta de la seda, otros de los sueños que los dejaré para la próxima encarnación.

Interesante todo lo que cuentas y que hay que leerlo despacio par mejor saborearlo

Besos