Wednesday, December 20, 2017

Elisabeth Bagshaw (Canadá, 1881-1982) Directora médico de la Primera Clínica para el Control de la Natalidad en Canadá

Foto (c) Cortesía de The Hamilton Spectator


 Elizabeth Catherine Bagshaw, nació en  octubre de 1881 en una granja del condado de Victoria, Ontario,  la menor de cuatro hermanas y de temperamento aventurero. Desde la tierna edad de 10 años, acompañaba a su padre a las reuniones políticas a las que este asistía.


Elizabeth decidió desde los 16 años que quería ser médico, su padre la apoyaba pero  el pobre hombre murió al caer de una  escalera, sin saber que su hija había logrado su sueño.

En septiembre de 1901, Elizabeth se matriculó en la Universidad, en la  Facultad  médica de Toronto,  Ontario,  para las mujeres (Women's Medical College)  que había abierto en 1883.  Como el College no podía otorgar grados, se inscribió también   como "estudiante ocasional" en la Facultad de Medicina de Universidad de Toronto (de mayormente hombres, claro), lo que le permitió obtener su título en esa universidad.  

Algunas clases eran mixtas; pero para  la instrucción  en Obstetricia y Anatomía,  las mujeres fueron segregadas. Los veranos  Elizabeth los pasaba ayudando en la granja familiar. Después de la muerte de su padre, trató brevemente de manejar la granja durante el verano de 1904, encontrando más machismo por parte  de los hombres contratados que  se resistían a   recibir órdenes de  una mujer,   ni siquiera de  ella que ya tenía  tres años de escuela de medicina en los que más de una vez se había enfrentado a actitudes hostiles. Elizabeth  finalmente los despidió a todos, vendió la granja,  el ganado, el cereal  y  todo la maquinaria agropecuaria y trasladó  su familia a Toronto, donde completó su cuarto año de medicina.

Elizabeth Bagshaw se graduó en 1905 pero no pudo establecer su propia práctica médica hasta que pasó el examen requerido y recibió su licencia para practicar en el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario. En ese momento, había muy pocas pasantías  en los hospitales en Canadá que estuvieran abiertas a las mujeres por lo que, para quedar cerca de su familia que la necesitaba, hizo sus prácticas como asistente de la la Dra. Emma Leila Skinner,  más que nada en Obstetricia.

En el verano de 1906, la Dra. Bagshaw fue a Hamilton para sustituir a la doctora Mabel Henderson,   que se había tomado  vacaciones. y como se enamoró de la ciudad, decidió mudarse a ella.

La obstetricia fue el foco principal de su trabajo temprano y el pilar de su práctica en los años venideros. Se unió a la Sociedad Médica de Hamilton y  obtuvo trabajo tanto  en el Hospital General de Hamilton como en el Hospital St. Joseph.  También trabajó en el Departamento de Dermatología (enfermedades venéreas, pero también eccemas y alergias). 


En la década de los años 20  -los alegres, muy alegres- fue muy productiva: por tres años consecutivos firmó más certificados de nacimiento que cualquier otro médico de Hamilton y la mayoría de ellos fueron partos en el hogar.

Desde 1932 hasta 1966, la Dra . Bagshaw pasó las tardes de los viernes como director médico de la primera e ilegal clínica de control de natalidad de Canadá. La clínica se hizo legal en 1969 y desde entonces ha sido apoyada por subvenciones gubernamentales.  Por causa de la Gran Depresión, el hambre y la falta de trabajo  la Dra.  consideró  absolutamente necesario que hubiera un control de la  natalidad, por lo que se arriesgó a proveer información y preservativos, diafragmas etc. a  los pacientes que lo solicitaban (la voz se había corrido de boca en boca y tiro porque me toca)


Eliizabeth nunca se casó, dos de sus parejas sentimentales  habían fallecido años ha.  En 1926, a la edad de 45 años, adoptó un hijo a través de canales no tradicionales. En lugar de pasar por el Departamento de Ayuda al infante,  Children's Aid, creyendo que como mujer soltera se le hubiera negado la adopción, por lo que se puso en contacto con su abogado para trabajar en los papeles de adopción. El bebé de siete meses, John, hizo muy feliz a Elizabeth. Y el nene creció y creció saludable, fuerte y bien amado y estudió lo que había virtualmente mamado:  Medicina;  desde 1954  los dos practicaron en consultorios separados  dentro del mismo edificio.

El 11 de abril de 1973, la Dra. Elizabeth Bagshaw fue investida como Miembro de la Orden de Canadá por los más de 30 años que había dedicado a la práctica de la medicina en la Ciudad de Hamilton. (También recibió muchos otros honores: como la de ser Miembro vitalicio, Ontario Medical Association, 1954; Miembro Senior, Canadian Medical Association, 1969; El Citi de Hamilton, etc).





18 comments:

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Otra gran mujer de esas que la historia nos ha ocultado. Poco a poco estoy seguro de que irán saliendo todas a la luz.
Musu handi bat.

Cayetano said...

Una mujer esforzada y luchadora. Un ejemplo para otras y para otros.
Un abrazo, Myriam.

manouche said...

Merci Myriam de nous dénicher des femmes formidables !

Ester said...

Una de esas grandes personas, mujer, que nos hacen sentirnos contentas de nuestra condición. Un abrazo

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz said...

Un ejemplo de super mujer!

besos

Ambar said...

Para la mayoría de la gente éstas "heroínas" son mujeres desconocidas cuyas historias ignoramos pero, ellas, han sido las pioneras y gracias a su esfuerzo las Facultades de Medicina están llenas de mujeres.
Gracias por difundir sus historias.
Un beso Myriam

Rafa Hernández said...

Está muy bien este tipo de entradas, para reconocer a estas mujeres tan valerosas.

Besos.

Genín said...

No se ahora, pero cuando yo vivía en Toronto, los médicos eran semidioses, supongo que ahora será igual...
Besos y salud

Rita Turza said...

Maravillosa entrada querida Myriam. Cómo me gusta todo lo que nos muestras y lo mucho que aprendo a través de tus ojos.

Un fuerte abrazo.

Pedro Ojeda Escudero said...

Una de las cosas que más me gusta de estas mujeres que nos muestras es la normalidad con la que vivieron su trabajo. Hasta en la forma de vestir. Qué diferencia con tantos que dicen que son importantes.
Besos.

Colotordoc said...

Ya ves. El mundo tiene grandes heroínas que pasan por debajo de la mesa...Y a las que se les debe mucho.

Besote guapa.

Kasioles said...

HAY MUJERES QUE DEJAN UNA PROFUNDA HUELLA EN SU CAMINAR POR LA VIDA, ES UN CLARO EJEMPLO DE DEDICACIÓN Y DIGNO DE IMITAR.
PARA TI TAMBIÉN YO DESEO QUE DISFRUTES DE UNA FELIZ NAVIDAD EN COMPAÑÍA DE FAMILIARES Y AMIGOS.
QUE LA PAZ, EL AMOR Y LA FELICIDAD, REINEN EN TU VIDA Y HOGAR.
CARIÑOS.
kASIOLES

José Ramón said...

¡Feliz Navidad!

Pilar Cárdenes said...

Cuántas mujeres valiosas han quedado en la profundidad del olvido por la oscuridad a la que se veían sometidas.
Me encanta haber conocida la historia de esta mujer que, por razones que no son de para explicar aquí, me toca de cerca.
Un abrazo grande.
Feliz Navidad.

Abejita de la Vega said...

Abrieron caminos en la maleza. Grandes mujeres que no lo tuvieron fácil. Gracias por traerla.
Un abrazo Myriam.

chusa said...

siempre es un placer conocer a las grandes mujeres que han quedado injustamente en la sombra, gracias a ti por sacarlas a la luz. Un abrazazo querida mía
Feliz Navidad🎄

Pilar Abalorios said...

Gracias por recuperar mujeres excepcionales.

Felices fiestas

Paco Cuesta said...

Nuevas historias de grandes mujeres. Las ha habido, hay y habrá.
Besos