Friday, February 17, 2017

Ida Laura Pfeiffer (1797-1858) una de las primeras mujeres exploradoras o la viuda alegremente patinadora por la vida y el mundo


Como saben mis lectores, me gusta recordar mujeres intrépidas, decididas, valientes,  que descollaron de una forma o de otra, para bien o para mal, rompiendo los cánones  patriarcales de sumisión que la sociedad les había impuesto. Antes les hablé de dos mujeres exploradoras:  Gertrude Bell,  apodada "la Reina del Desierto" que entre otras cosas,  fundó el Museo Argueológico de Bagdad ¿recuerdan?  y también les hablé  de Lady Hester  Lucy Stanhope, apodada "La reina Blanca de Palmira", nacida 92 años antes que Gertude Bell.  Hoy, le hacemos los honores a Ida Laura Pfeiffer nacida 21 años después de Lady Hester,  en Viena, Austria  el 14 de Octubre de 1797. También en Viena  y en Octubre,  moriría 61 años después.


http://www.gutenberg.org/files/12561/12561-h/12561-h.htm
        Este es uno de los libros que escribió, de cuando visitó Tierra Santa.  cliqueando  en la imagen se llega a él. "Viaje de una mujer de Viena a la Tierra Santa", 2 vols, Viena, 1843.


Nada describe mejor  el carácter de  esta modesta, valiente y curiosa mujer que sus propias palabras de introducción a su libro: "El viaje de una mujer alrededor del mundo: de Viena a Brasil (en 1846), Chile, Tahiti, China, Indostán, Persia y Asia Menor", posterior al de Jerusalèn  (la trad. del inglés es mía).  

"He sido llamada en muchos de los periódicos públicos como una "profesa turista" , pero... lamento decir que no ostento dicho título en su sentido habitual. Por una parte poseo poca sabiduría y nada de humor, como para convertir mis escritos en entretenidos  y, por la otra,   poco conocimiento para juzgar correctamente mis experiencias. El único don del que puedo alardear  es el de narrar de forma simple las diferentes escenas  en las cuales he jugado una parte y los diferentes objetos que he contemplado. Si alguna vez pronuncio una opinión lo hago puramente desde mi experiencia personal. 

 Muchos pensarán que  hice un viaje por pura vanidad. Puedo sólo responder a ésto  que quien así lo piense, viaje por si mismo para convencerse de que nada más que un deseo natural  por viajar, sin un inagotable deseo  por adquirir conocimientos más allá de los límites,  jamás podría ser posible que una persona superara  las dificultades, las privaciones y los peligros a los que me he visto expuesta.

De la misma manera que un artista siente un invencible   deseo por pintar y el poeta da curso a sus pensamientos , así me apuré afuera a descubrir el mundo con un deseo frenético. En mi juventud soñaba con viajar, en mi vejez, me entretengo y disfruto reflejando mis experiencias"  



Pero...  ¿Qué  sabemos de sus antecedentes vitales?

Como dije, nació en Viena, Austria,  en Octubre de 1797,  hija de un rico comerciante.  De niña gusta del deporte y juegos de varones (y ropa de varón que era más cómoda) .  Su primer viaje largo fue un viaje a Tierra Santa  y Egipto,  a sus  cinco años de edad -junto con sus padres- y esta influencia la marcaría.  Cuando tenía 9 años, murió su padre. La madre,  entonces, aprovechó para obligarla a vestirse de mujer y a tomar lecciones de piano y bordado,   tal como era esperado de una mujercita victoriana.  

He que aquí que  Napoleón I, Emperador de los franceses, conquistó Viena en 1809, y algunas de las tropas francesas se alojaron  en la casa  familiar para disgusto de Ida. 

Ida contrajo nupcias  (que no varicela)  1 de mayo de 1820,  con el Dr. Mark Anton Pfeiffer, un abogado en Lemberg, (ahora Lviv, Ucrania)  que estaba muy bien relacionado   con el gobierno austríaco en el cual tenía un cargo. El Dr Pfieiffer   era  24 años mayor que ella y  viudo con un hijo adulto (mejor estar bajo su tutela que la de la madre). El  Dr. Pfeiffer hizo muchos enemigos   al exponer a   funcionarios corruptos austriacos en Galitzia por lo que  se vio obligado a renunciar a su puesto y le fue difícil conseguir trabajo después para mantener a la familia por lo que Ida  tuvo que impartir  clases de dibujo y música. La situación financiera de la familia mejoró sólo después de la muerte de su madre en 1831 y con esta pequeña herencia, Ida Pfeiffer fue capaz de contratar  buenos maestros  para  sus dos hijos. Su marido murió 7 años más tarde en 1838 y sus hijos  en algún momento  volaron del nido.

¡Por fin la libertad!


 En 1842 viajó a lo largo del río Danubio hasta el Mar Negro y Estambul. A partir de ahí continuó a Tierra Santa y Egipto antes de volver a casa a través de Italia, este fue su primer viaje para el que se preparó para todos los peligros posibles e incluso ante la posibilidad de perder la vida en esta empresa, dejó sus asuntos ordenados en casa e incluso,  redactó su testamento.  Fue escribiendo un diario de viaje,  con el objeto de recordar todo,  cada día al final de la jornada.

Su editor austríaco, que supo de su existencia a través de un amigo, quiso conocerla personalmente y quedó fascinado por ella, he aquí un fragmento del prólogo que él escribió para este libro y que nos da cuenta del carácter de esta increible mujer:

"Fue en la casa de mi amigo Halm  que oí por primera vez de esta mujer extraordinaria, en un momento en que aún no había completado su viaje; y cada  referencia subsiguiente a  la señora Pfeiffer aumentó mi deseo de conocerla.En modales y apariencia  la encontré  parecida a muchas otras mujeres que se han distinguido por la fortaleza, la firmeza de alma y ​​magnanimidad  y que  en la vida privada  es  de lo más sencilla y espontánea;  el más modesto, y por consiguiente,  también el más agradable de los seres.Mi solicitud para leer el diario de nuestra autora fue concedido con un poco de timidez; y estoy dispuesto a afirmar que rara vez  un libro  me atrajo tan  irresistiblemente ya que  atrajo mi mi atención de principio a fin. 

La relación simple y sin adornos de los hechos, el candor, combinado con un fuerte sentido de sonido, que aparecen a lo largo
[de su diario], son como para avergonzar el esfuerzo grandilocuente  en pos  de la originalidad de muchos autores modernos. El esquema y la ejecución de los trabajos son completos y agradables; estricta verdad resplandece en cada página, y nadie puede dudar que una mente tan pura y noble debe ver las cosas desde un punto de vista correcto. Esta circunstancia es suficiente en sí misma para elevar el libro por encima de muchas descripciones de los viajes a la Tierra Santa, cuyos autores, confiando en el hecho de que sus afirmaciones no podrían ser fácilmente refutadas, se han entregado a su fantasía (...)

 
Después de muchos problemas tuve éxito en persuadir a la autora para permitirme la impresión de  su diario."



Con el dinero de la Publicación de ese viaje, pudo emprender el siguiente y sí sucesivamente, después de cada circuito, publica su libro: 

En 1845 se dispuso a Escandinavia e Islandia, que describe su gira en dos volúmenes, y al año siguiente hace su viaje alrededor del mundo y vuelve a casa en 1848.

En 1851  inicia su segundo viaje alrededor del mundo  y en 1856 regresa a Viena. Explora en esta ocasión  Inglaterra, Sud África, El Archipiélago Malayo, Borneo, Sumatra, California, Oregón, Perú, Ecuador  etc,

En  1857 explora  Madagascar, donde en un primer momento fue cordialmente recibida por la reina Ranavalona I. 





Pero tuvo la  mala fortuna de involucrarse, sin saberlo,  en un complot para derrocar al gobierno junto con algunos otros europeos, a saber, Jean Laborde y Joseph- François Lambert en aparente colaboración con Rakoto, su hijo y  príncipe heredero (el futuro rey Radama II). Al enterarse del intento de golpe, la Reina ejecutó a los  madagasqueños  implicados, y expulsó a los europeos  del país en julio de 1857. 



Pfeiffer contrajo una enfermedad (probablemente la malaria) durante su paso desde la capital de Madagascar Antananarivo al puerto costero de salida de la que nunca se recuperó totalmente. Murió en Viena un año más tarde, en 1858, probablemente debido a complicaciones de malaria.  


Ida Pfeiffer  coleccionaba en sus viajes cuanto insecto, piedra y planta encontraba.  Vendió luego  los especímenes cuidadosamente documentados  al Museo de Historia Natural de Viena y al  Museo de Historia Natural de Berlín.


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Nota: Las traducciones de los fragmentos las hice yo de  esta Edición traducida al inglés, lamentablemente no hablo alemán.


En próximas entradas sobre  el viaje de Ida Pfeiffer a Tierra Santa, les ofreceré algunos fragmentos de este libro, porque  es estupendo y quisiera  compartirlo con Uds. ¿les parece?





12 comments:

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Curiosamente los que hacen historia son los hombres. Pocas veces se poner en primera línea a estas intrépidas mujeres que desafiaron a toda una época.
Besos.

Isabel said...

Me parece estupendo porque hay tantas historias de mujeres que no conocemos...

Hace poco vi en televisión "La reina del desierto".

Y tengo además una amiga viajera, aunque no es lo mismo viajar ahora que entonces. Lo que admiro de ella es que casi le ha dado la vuelta al mundo y sola, así le gusta viajar, para que no la distraiga nadie cuando enfoca tantas veces su cámara de fotos.

Gracias por documentarnos y besos.

Cayetano said...

Mujer valiente, decidida y segura de sí misma.
En plan de broma, te diría que, como hacen las viudas españolas, se dedica a viajar una vez que muere el marido.
Un abrazo, Myriam.

Bertha said...

Si nos remontamos a la época que hizo los viajes era una buena aventurera, tanto por los riesgos como por las incomodidades.Pero como buena curiosa y teniendo tiempo y dispendio me parece estupendo.



Feliz fin de semana Myriam.

María Pilar said...

Mujeres intrépidas, audaces rompedoras de los moldes que la saciedad de su tiempo les tenía preparados y por eso nos gustan tanto.
Coincido contigo Myriam en el atractivo que tiene el perfil de estas mujeres que creyeron en ellas mismas y llegaron más allá de lo que les había tocado vivir.
Entrañable abrazo.

chusa said...

no venir por aquí es perderse mucho, gracias Myriam por darnos a conocer estas mujeres que lo merecen , mil besos 🌸

Colotordoc said...

Aventurera. Una dama segura de si misma, que me hubiese gustado conocer en persona.

Besote

Ambar said...

Una mujer de gran carácter y valiente. ya demostró que era capaz de sacar adelante a una familia cuando su marido perdió su trabajo y después de quedar viuda se dedico a lo que, probablemente, siempre fue su sueño.
Besos Myriam

Genín said...

Claro, la pobre tenia que morir de una de esas enfermedades exóticas...
Besos y salud

Milena said...

Una mujer extraordinaria, y más en aquellos tiempos... inspirador!

Besos

Maripaz said...

Que interesante la vida de esta mujer tan valiente y adelantada a su tiempo.
Me ha encantado conocer su historia.

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz said...

Me encanta leer estas historias. Una mujer maravillosa!
saludos