Mesopotamia entre el Tigris y el Éufrates –Asiria (2.500 -605 a EC: antes de la Era Común)-en el actual Irak, está siendo arrasada, aniquilada (tanto personas como antigüedades arqueológicas, invaluables tesoros de nuestro acervo cultural) de forma despiadada, cruel y sin sentido, por los terroristas de ISIS o del autoproclamado EI (Estado Islámico) que han fijado “capital” en Mosul, la antigua Nínive, en donde se encontraba, entre otras cosas, la supuesta tumba del profeta Jonás, el de la ballena ¿se acuerdan?. Conviene entonces -me parece- tener presente esa parte de la Historia para dimensionar en su justa medida lo que está ocurriendo hoy. Por eso, los invito a un recorrido en el tiempo hacia ese pasado.
Durante
el siglo XIX gran parte del
Medio Oriente estaba dominado por el Imperio
Otomano, con su capital en Constantinopla (actual Estambul).
Viajar entre las ciudades era muy complicado y muchas veces
peligroso, existían focos de rebelión contra la autoridad
otomana, salteadores de caminos, etc. La Asirología no existía aún, ni se habían
descubierto todavía palacios o templos asirios, tampoco
se había descifrado la escritura cuneiforme:
No era esta región un lugar para el turista ocasional, pero si se arriesgaban a viajar a Medio Oriente personas que sabían que allí se encontraban enterradas las ruinas de Antiguas Civilizaciones, tomando como punto de partida las historias relatadas en la Biblia; o aquellas personas que tenían algún otro interés puntual. Me he referido específicamente en De amores y relaciones al viaje que realizó al Medio Oriente en el año 1806, François René de Chateaubriand que mencionó en sus Memorias de Ultratumba, pero que relató en detalle en su libro “Itinerario de Paris a Jerusalem” (publ. en 1811). En el caso de Chateaubriand, su interés estaba centrado en conocer la cuna del Cristianismo algo que se debía a propósito de la publicación de su libro "El genio del Cristianismo", cuatro años antes. (Para mí bastante plomo, por no decir plomo atómico, pero él estaba feliz con sus dos tomos y en la época fue muy bien recepcionado).
No era esta región un lugar para el turista ocasional, pero si se arriesgaban a viajar a Medio Oriente personas que sabían que allí se encontraban enterradas las ruinas de Antiguas Civilizaciones, tomando como punto de partida las historias relatadas en la Biblia; o aquellas personas que tenían algún otro interés puntual. Me he referido específicamente en De amores y relaciones al viaje que realizó al Medio Oriente en el año 1806, François René de Chateaubriand que mencionó en sus Memorias de Ultratumba, pero que relató en detalle en su libro “Itinerario de Paris a Jerusalem” (publ. en 1811). En el caso de Chateaubriand, su interés estaba centrado en conocer la cuna del Cristianismo algo que se debía a propósito de la publicación de su libro "El genio del Cristianismo", cuatro años antes. (Para mí bastante plomo, por no decir plomo atómico, pero él estaba feliz con sus dos tomos y en la época fue muy bien recepcionado).
Ahora les voy a relatar la historia de un
hombre llamado Austin Henry Layard (1817-1894) conocido por sus excavaciones de Nimrod y Nínive.
Layard que era descendiente de hugonotes franceses, luego que una esmerada educación cosmopolita, consiguió a los 16 años trabajo en la oficina de un abogado en donde comenzó a interesarse por lo todo antiguo. Enseguida de recibirse de abogado en 1839 se dirigía a trabajar en Ceylón pero nunca llegó a su destino, es que tuvo una “pequeña” desviación por curiosidad - ya que andaba por la zona- , léase, por las regiones más inhóspitas del Medio Oriente, algo que cambió su vida de forma radical, para empezar, se convirtió en un agente itinerante a las órdenes de la Embajada Británica en Constantinopla, por ese entonces Layard tenía 28 años, y como además de su excelente educación gozaba de muy buena salud, gran determinación, una extraordinaria habilidad para comunicarse y negociar tanto con árabes como con turcos y su espíritu de aventura era insaciable; todas éstas cualidades y habilidades para ser un buen arqueólogo según los estándares de la época, se convirtió, sin dudarlo, en arqueólogo. Más adelante Layard sería también político, diplomático, caballero de la Orden del Baño y Consejero Privado del Reino Unido. Pero por ahora, era un arqueólogo apasionado, temerario e incansable.
Layard que era descendiente de hugonotes franceses, luego que una esmerada educación cosmopolita, consiguió a los 16 años trabajo en la oficina de un abogado en donde comenzó a interesarse por lo todo antiguo. Enseguida de recibirse de abogado en 1839 se dirigía a trabajar en Ceylón pero nunca llegó a su destino, es que tuvo una “pequeña” desviación por curiosidad - ya que andaba por la zona- , léase, por las regiones más inhóspitas del Medio Oriente, algo que cambió su vida de forma radical, para empezar, se convirtió en un agente itinerante a las órdenes de la Embajada Británica en Constantinopla, por ese entonces Layard tenía 28 años, y como además de su excelente educación gozaba de muy buena salud, gran determinación, una extraordinaria habilidad para comunicarse y negociar tanto con árabes como con turcos y su espíritu de aventura era insaciable; todas éstas cualidades y habilidades para ser un buen arqueólogo según los estándares de la época, se convirtió, sin dudarlo, en arqueólogo. Más adelante Layard sería también político, diplomático, caballero de la Orden del Baño y Consejero Privado del Reino Unido. Pero por ahora, era un arqueólogo apasionado, temerario e incansable.
Layard descubre Nimrod:
Layard a principios de noviembre de 1845 con
herramientas que hizo o adquirió en
secreto (para evitar celos y envidias) se subió a una balsa con el pretexto de ir a cazar jabalíes y
“aterrizó” cerca del gran Monte de Nimrod y al día siguiente comenzó las excavaciones (empleando
miembros de una tribu local) en unas pocas horas había comenzado a descubrir
paredes y paneles con baldosas de piedra
escritas en cuneiforme o esculpidas que
pertenecían a un Palacio y a un Templo. En los próximos cuatro meses descubrió una serie de habitaciones esculpidas. La técnica de excavación era simple una vez que una baldosa esculpida era encontrada,
el tema era encontrarla y Layard era un genio para eso. Las paredes del palacio original eran de
ladrillos de barro secados al sol, que caían a tierra una vez que habían sido expuestos a las inclemencias del tiempo, pero los paneles de piedra de 2, 5 metros o más, se mantenían en el lugar con tierra
delante y detrás y no se encontraban
demasiado profundos. Layard excavó en Nimrod el palacio de Ashurbanipal
II (883-859 a EC). Aqui descubrió la famosa Biblioteca de Ashurbanipal con unas 22.000 tablillas en escritura cuneiforme, ambas estatuas estaban colocadas a la entrada
del Templo de Nimrod como celosos custodios con la intención de proteger su entrada contra las fuerzas malignas.
A todo esto, El cónsul británico Sir
Stratford Canning (su jefe y proveedor de fondos), estaba en Constantinopla
gestionado el permiso oficial para la
continuación de las excavaciones y el
transporte a Inglaterra de las obras. Las autoridades otomanas se lo otorgaron porque no estaban interesadas
en conservar las piezas halladas,
preferían cobrar los impuestos por cada
obra llevada, como hacían con las concesiones sobre extracciones de las minas. Layard se enfrentó a serias dificultades
durante sus trabajos dada la enorme cantidad de las obras excavadas y los pocos medios económicos
con los que contaba. Otra dificultad que tuvo fue por el gran tamaño de algunas obras y el peligro de la navegación hasta el puerto de Bashra, otra dificultad era la escasez de barcos que salían de allí a
cualquier parte del mundo. Layard fletó
todo lo que pudo para Londres, que hoy felizmente podemos visitar y estudiar en el Museo Británico, pero mucho quedó atrás. (Canning logró que el Gobierno Británico se hiciera cargo financieramente y el Museo
Británico reintegró todos los desembolsos
previos de Canning y Layard pasó a ser, entonces, agente del Museo. Layard
recibió orden del Museo de hacer
dibujos de todas las esculturas, copiar
todas las inscripciones, fletar para Inglaterra todo lo que pudiera y lo
que no, enterrarlo de nuevo para que no cayera ni en manos de saqueadores ni de competidores
que eventualmente no respetaran los
acuerdos entre ellos que se habían dividido las zonas de excavación.
Ashurbanipal II (883-859 aEC) de Nimrod
El Rey sostiene en su mano izquierda un cetro, símbolo de autoridad.
Extiende la mano derecha con el dedo indice y el pulgar como si hiciera un chasquido, que era un gesto de respeto y ruego a los símbolos de los 5 dioses: 1- Ashur, dios supremo (casco con cuernos) 2- Shamash, el dios del sol, (un disco con alas) 3- Sin, dios de la Luna (Luna en cuarto creciente) 4- Adad, dios de las tormentas ( dos rayos unidos) y 5- Ishtar, diosa del amor y la guerra (una estrella dentro de una circunferencia).
Layard descubre un Palacio más y un Obelisco negro:
Layard descubrió (1846-7) el Palacio de Tiglath-Pileser III (745-727 aEC). Descubrió también el obelisco negro de otro Rey, Shalmaneser III (858-824 a EC), un monumento independiente, con inscripciones
talladas en cuneiforme por los cuatro costados, invaluable, para el
desciframiento de la escritura cuneiforme (Ya se habían descifrado los jeroglíficos egipcios por Champollion y Young por los años 20 del S. XIX).
Estela de Tiglath-Pileser III
Layard descubre Nínive:
Layard también excavó el monte de Kukunjik en Nínive
(que los franceses habían tratado de excavar pero sin éxito) y Layard lo logró por tener un conocimiento profundo de cómo
estaban ubicados los edificios en Asiria.
Los antiguos asirios antes de edificar, construían una plataforma o una masa sólida bien compacta de ladrillos
de barro secados al sol unos 9
a 12 metros por encima del terreno sobre el cual edificaban. Por eso, las zanjas de excavación tiene que ser
abiertas a este nivel y no más profundo,
continuadas luego en direcciones opuestas, siguiendo la dirección de la plataforma. Así fue como Layard descubrió en unos pocos días el que pudiera ser el
mayor de todos los palacios asirios:
el que fue construido por Senejerib (704-681 a EC). Como no se
podían hacer más zanjas porque había que
remover demasiada tierra, Layard decidió cavar túneles a lo largo de las
habitaciones dejando la tierra en el centro, haciendo cortes verticales de tanto en tanto para proveer los túneles de
luz y aire.
En 1847
Layard no tenía ya más dinero con el que seguir excavando por lo
que regresó a Inglaterra, dejando guardianes de los lugares para evitar
saqueos. Layard publicó en 1848 su opus
magnum: “Niniveh y sus restos” Tomo 1 y Tomo 2, que aseguró
el interés por el público mientras que el Imperio Británico se iba
retirando de esos lugares.
En 1849 Layard regresa a Mosul acompañado del artista Fredrik Cooper para hacer los
bocetos y él retoma el
trabajo en el palacio de Senejerib
de donde extrajo en total cerca
de 2000 millas (3.218,7 km) de paredes
esculpidas. Además encontró la biblioteca de Ashurbanipal (668-627 aEC)
nieto de Senejerib. Luego de la partida
de Layard, otros arqueólogos continuaron excavando.
Continuador de Layard el arqueólogo primero nativo asirio: Hormuz Rassam (1826-1910) conocido por haber
hallado las tabletas de la Epopeya a Guilgamesh. Para asegurar que
los trabajos no se interrumpieran, se creó en Londres El Fondo para las Excavaciones Asirias.
Gilgamesh
Por su
lado los franceses hicieron otro tanto, el
cónsul francés en Mosul Paul Emile Botta (1802-1870), también arqueólogo, descubrió el Palacio de Sargón II (722-705 a EC) llamado Dur-SharruKin (Literalmente
la Fortaleza de Sargón) en la actual Khorsabad, que fue capital del Imperio Asirio
en los tiempos de Sargón II. Las obras excavadas se encuentran hoy en el Museo de
El Louvre, por ej.
estos Toros alados con cabeza de hombre del Palacio de Sargon II (710 a EC). La cosecha francesa incluye una pérdida de obras a causa un ataque de rebeldes y sicarios que provocó el naufragio en el Tigris de parte de las balsas que llevaban la carga para Francia. Botta creyó que había descubierto Nínive y así dio a conocer en su momento sus descubrimientos.
estos Toros alados con cabeza de hombre del Palacio de Sargon II (710 a EC). La cosecha francesa incluye una pérdida de obras a causa un ataque de rebeldes y sicarios que provocó el naufragio en el Tigris de parte de las balsas que llevaban la carga para Francia. Botta creyó que había descubierto Nínive y así dio a conocer en su momento sus descubrimientos.
Sargón II con un Dignatario
En
1855 la era de las excavaciones asirias grandiosas llegó a su fin. Lo que hoy
sabemos de estas antiguas Civilizaciones
se lo debemos al tesón de estos
intrépidos descubridores.
Continúa aquí.... ¿Qué pasó con algunas de las obras que quedaron in situ?
Fuentes:
Reade, Julian "Assyrian Sculpture", Ed British Museum Publ., London, 1984
Starr, Chester G. "A history of the Ancient World", Oxford University Press, UK, 1978
Kenyon, Kathlen Archaeology in the Holy Land, Methuen co Ltd, London, 1979.
Cornfeld Gaalyah, Archaeology of THe Bible, Adam &Charles Black, London 1977.
Páginas de WIKIPEDIA en inglés y español enlazadas en el texto.
Las imágenes son o del libro del Prof. Reade, escaneadas, o de Wikipedia.
Fuentes:
Reade, Julian "Assyrian Sculpture", Ed British Museum Publ., London, 1984
Starr, Chester G. "A history of the Ancient World", Oxford University Press, UK, 1978
Kenyon, Kathlen Archaeology in the Holy Land, Methuen co Ltd, London, 1979.
Cornfeld Gaalyah, Archaeology of THe Bible, Adam &Charles Black, London 1977.
Páginas de WIKIPEDIA en inglés y español enlazadas en el texto.
Las imágenes son o del libro del Prof. Reade, escaneadas, o de Wikipedia.
18 comments:
Se me saltaron las lágrimas cuando vi en tv la ignominia que estaban haciendo con los restos arqueológicos que con tanto esfuerzo han llegado a nuestros días.
Tu entrada ha refrescado mi memoria, no sabes cuanto te lo agradezco, que sirva como homenaje a esa cultura y a los que hicieron posible que la pudiésemos contemplar.
Un beso enorme.
Vaya entrada más interesante y documentada! Enhorabuena.
Yo recuerdo mi visita al Museo Pergamon de Berlin, donde puede uno maravillarse con la puerta de Ishtar.
SIn duda una civilización poco conocida por nosotros los occidentales, pero riquísima.
Saludos!
El fanatismo religioso -o de cualquier índole- inserta en personas de escaso nivel cultural, provoca la locura, la insensatez. Lamentablemente en estos momentos poco y nada se puede hacer, solo intentar a través de los medios de comunicación difundir la necedad.
Un abrazo Myriam.
La ignorancia y encima el fanatismo son muy atrevidos.Es, como si echaran tierra sobre su propia historia.
Una reseña guiada.Y esperando la segunda parte porque es muy interesante.
Gracias Myr por compartirla un abrazo.
Hace tiempo que no paso por tu blog, como casi por ninguno, pues ando bastante desconectado del mundo bloquero. Pero me ha sorprendido gratamente este texto pleno de erudición e historia. Sobre todo en estos momentos que vivimos esa terrible ignominia de unos salvaje que confunde el arte y la civilización con sus credos.
Gracias por ilustrarnos. Un abrazo
Humanos tan cegados que son incapaces de apreciar la belleza y la sabiduría.
Ay que pena!
Ya sé que es una idea superficial, pero no puedo dejar de fijarme en las fantásticas barbas que lucen los Asirios en esos bajorelieves; todo vuelve ;)
Un besito
Una entrada magnífica, pero yo te sugeriría que cuando son tan largas, la dividieras en varias partes de lo contrario se hace demasiado larga y puede suceder -a mi me pasa a menudo- que el lector lo deje para volver mas tarde a terminarla y se le olvide, lo cual es una lástima porque se pierde algo realmente bueno...
Besos y salud
¡Wow! Todo un documental. Mi hija me dijo llorando que lo que había visto en la tele el día que lo destruyeron.
Besos Myriam
Hola Guapa:
Cuando se destruye cultura, se destruye la vida...
Tristes episodios...Los fanatismos son así.
Besote guapa
Te agradezco enormemente Myriam esta entrada tan apreciable y didàctica. Las imàgenes devastadoras que nos espetan desde el televisor de estos zombis desalmados hacen mella y afectan profundamente. En el caso al que te refieres significa borrar la memoria històrica de los orìgenes de la humanidad, y recrearse de ello ante las càmaras parece simular un set cinematogràfico. Sin embargo, nos quedamos atònitos al descubrir con horror que no hay lìmite entre ficciòn y realidad
Un abrazo muy grande,Myr, nos seguimos leyendo
Me alegra verte por aquí otra vez, Myriam.
Menuda lección de Historia. No hay nada que justifique estas y tantas atrocidades que cometemos los humanos.
Besos.
Llego tarde en unos días con intenso trabajo. Leo hacia atrás las entradas que renuevan tu blog. Y veo que aciertas. He leído que se hará una web con toda la riqueza virtual que se ha destruido salvajemente estos días. Colaboremos.
Un beso.
Mi querida arqueóloga, la verdad es que da gusto leer de una forma tan amena como ingleses y franceses bucearon entre las ruinas mesopotámicas sacando a superficie tesoros de incalculable valor que aterra ver como estos cafres fanáticos destruyen ignorantes ahí en la hermosa tierra a la que pertenecen y que a la vista del poco aprecio y enorme peligro que corren en un ambiente tan crispado e inestable seguramente hasta sea bueno que hayan volado fuera aun cuando en su día casi fuera un espolio colonial todo lo que permanezca en los museos británicos y franceses estará fuera de su alcance destructor.
Mil gracias profe ayyy ... si el Tigris y el Éufrates hablaran;)
Muaaaaaaaaaaaakss enoorme preciosa buen finde.
Me has dado un buen paseo por la historia.
Agradezco mucho lo bien documentada que está tu entrada y todo lo que me ha aportado.
Te dejo cariños en abrazos, y mis mejores deseos para que disfrutes de la llegada de esta tan deseada primavera.
Kasioles
Fantástica entrada, Myriam, mil gracias... ya estoy esperando la continuación... (por cierto, qué impresionantes los trozos de muralla de Babilonia que tienen en el Pergamon de Berlín...).
Un abrazo grande
Ha sido una verdadera tragedia la que han provocado estos energúmenos mentales.
Saludos
No puedo comentar tu ultima entrada Myr me alegra tu regreso.
Un beso enorme.
Ineludiblemente cuando a uno se le acercan los noticiarios (a veces huyo de ellos) con imágenes de destrucción de monumentos retorna a los recorridos virtuales de las clases de Historia del Arte y siente rabia e impotencia.
Besos
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