Una de los ejes narrativos de la Saga-Fuga, es el tema de que José Bastida tuviera tantos alter ego, o "multiplicidades" o "caracteres sostenibles", que hacían de interlocutores queriendo demostrar lo capaces que eran, siendo distintos y fijos, de juntarse para volver a la unidad originaria cuando les diera la gana. JB podía, entonces, abrirse como un ramillete de anoréxicas caléndulas despatarrado en su cama, o cerrarse a cal y canto, o dividirse en él y sus cuatro amigos: el violento ruso, el poeta portugués, el francés gramatical y el inglés afectado e hipócrita. Podían también cuatro de ellos formar una linda orquesta en la que el francés fuera Oboe, el inglés trombón de varas, el portugués saxofón y nuestro querido Joseiño Bastida, que tanto mimaba a su generosa Julia, -mujer de sangre caliente, hija del fondadero espirita- una tímida flautita; mas luego, llegaba el ruso, a bailar la Perestroika, digo muñido de balalaika, a danzar la ¡Kalinka, kalinnnka, Kalinka mayá (pulsar), (para los que no saben, canción a las bayas amargas de color rojo intenso, escrita en 1860) y a desbaratar el concierto, estos 5 en hábil sincronía. Más adelante, disfruté leyendo como JB podía apretujarse en un tubo y estirarse como un chicle, traspasando la barrera del Tiempo conectando así con sus JB anteriores y posteriores en planos superpuestos...¡Qué sensación esa de la diacrónica conexión!, estando en el mismo espacio, sin desparramarse ni un poquito para evitar que una mano hiciera puñetas a Norteamérica, la otra a Arabia Saudita, una pierna zapateara en Ushuaia, Argentina, y la otra, saludara en el Polo Norte a los esquimales. No, no, no; basta volverse chicle y meterse por un tubo y estirarse ad infinitim, girar en la nebulosa ¡Et voilá! un lindo túnel del tiempo con buenas franjas de Historia. Otra (cosa) que me encantó: yo que tengo debilidad por las alfombras voladoras, es el ondulante tapiz ese de la Casa del Barco con el que de buen agrado daría una voltereta por la ensimismada Castroforte celto-gallega (siempre enemistada con la Villasanta Estrella, brillante y goda). Allá quisiera yo estar para poder valorar el Gran Concierto Tubular, si es colorido mejor, muchas ollas y tapas en el subsuelo de Don Torcuato del Rio, apodado o condecorado el escopetero máximo, en la época del Vate Barrantes, (hasta inventó el tío, un artilugio consolador a vela para godos solitarios, buen sustituto del vaso idóneo, para evitar el desgaste del antebrazo en el ejercicio, recibiendo en cambio, la fuerza propulsora dirección sube y baja del viento, lo que llamamos energía eólica con fines de liberación seminal relajante y curativa). Al final, final, final, tanto estiróse Joseiño Bastidas, que fuimos topándonos con el Almirante J. Ballantyne; el nigromante alquimista canónigo John Balseyro, maestro en Ciencias herméticas; el profesor Jesualdo Barrantes, recién regresado de EEUU y el traidor y Gran Jacinto Barallobre, hermano de la Clotilde, el que contratara a Bastida de secretario; Barallobre, el mismo que fue capaz de fingir su propia muerte (de la que ya había escapado en el 36 o 37) y aparecer por la ciudad, disfrazado de cualquier otro dando arengas bien convincentes; hasta que un buen día José Bastida - siempre flaco, aunque un poco menos ahora; de pies planos y cara y brazos de orangután en versión 1 y en 2, renacuajo haciendo la vertical- encontró como buen gramático que va a la esencia de las cosas, que no era quien solía, recordemos: un manojo hambriento de múltiples personalidades desdobladas y arrugadas ora pujando la una, ora pujando la otra hasta quedar sin hora ni día, sino que sintió ser él mismo, con integrado principio de identidad "cosa rara" se dijo, no más desdoblamientos, no más vuelos estrafalarios; al tener conciencia de sí mismo, con su Julia de la mano y la maleta en la otra, habiendo encontrado un resquicio abierto, tipo oportuno boquete, entre el mirto -el árbol adorado de los poetas- y el pino -siempre fresco-, JB y J a secas, saltaron ambos a quien sabe dónde, fugándose de la ciudad que ensimismada empezaba a elevarse.............. "¡Qué bueno es don Joseíño!" clamaba Julia al besarlo (antes, durante y después); mientras, Castroforte se elevaba, se eleeeevaba, hasta ir desaparenciendo por allá entre las nubes, saliéndose de todos los mapas en los que nunca estuvo, esta vez, puede que para siempre. -¿Y el cuerpo santo? - ¡Todo iluminadito y girando!, emitiendo destellos en clave morse: ¡trip, toc, toc, trip, pausa, pausa, trip, toc toc". Ah, me olvidaba, el whisky JyB de la foto era el preferido de mi abuelo materno que también se llamaba JB, valga la redundancia, oriundo del Lago di Como, Italia, casado con mi abuela EZ, de pura cepa vascofrancesa, Dr. en Economía, Director de la Caja Nacional de Previsión Social en Buenos Aires, Argentina, dueño ¡qué ocurrencia! de un loro que se llamaba Arturo, que no era Rey de ninguna Tabla Redonda, ni ponía huevos como el (la) del cura Acisclo, ni hablaba latín como el de Dña Clotilde, mas era viejo como el del Boticario Perfecto Reboiras y sí, un celoso empedernido que picaba los dedos de la nieta de JB (el tano); dedos largos y delicados, a la sazón, chorreando de sangre y dolidos por culpa del loro HP del abuelo JB.
Partirá, la nave partirá....¿dove arrivará?
"Torrente, auxilio, prrr, prrrr, sácame de aquí
¡Un tubo, un tubo, una alfombra, una escoba!
lo que sea, urgente.
¡Porca madonna!
prrrr, prrrr"
Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog La Acequia. © Myriam Goldenberg
Nota: Todas las fotos son de Internet (gracias) Como se imaginarán no tengo ninguna de ese loro desgraciado.... que era igualito a éste que puse aquí, quizás un desdoblamiento suyo.
10 comments:
El vídeo es cachondísimo... :)
Es cierto, la nave parte, como nosotros, pero durante muchos años a lo largo de la vida no sabemos adonde llegaremos, que me lo digan a mi...
Besos y salud
"En el mismo instante en que mi sombra sea igual que mi estatura, la sombra de la pirámide será igual a su altura."
Fragmento de 'El teorema del loro'.
Sonrío.
Ahora sólo falta que el loro acabe la botella del JB.
Besos, Myr.
Qué divertido. En efecto, en este JB hay mucha ironía sobre el individuo, el narrador y la pretendida solidez de cualquier relato. Gracias, Myriam, otra oportuna entrada.
Besos.
Propongo el Nobel del arte al que montó las imágenes del vídeo :))))
Hay libros que se leen...y otros, que se beben.
Bss
Bss
Me ha gustado mucho la canción. Ya la conocía, pero las imágenes son muy buenas.
Besote
Muy divertido. :-)
Un beso.
Complicadilo, pero divertido post, querida Myriam. Y sobretodo muy agudo. Que vivan las mentes lucidas
Un besazo.
Loro y Whisky forman un tandem sugestivo.
Besos
Un ratito para volar en la nube que soporta a Castroforte, a ratitos es agradable. Mucho tiempo en este singular vehículo...es difícilmente soportable.
Tal vez le gustaba el güisqui a don Gonzalo...y, siento decirlo, a veces parece estar bajo sus efectos. Genio.
Kalinkakalinkakalá. Cantemos, Myriam.
Esta mañana he visto a una mujer gritar por las calles de mi ciudad, me ha parecido que decía ¡Veciños, veciños!
Besos, buen trabajo
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