La mujer beduina busca empoderamiento y superación

Los beduinos _moradores del desierto, árabes  animistas en  su origen que  acogieron el islam más tarde  como su religión_ eran pueblos totalmente nómades, en la actualidad seminómades, establecidos  parcialmente en poblaciones en Arabia Saudita, Siria, Irak, Jordania e Israel. En Israel hay más de  170.000 beduinos distribuidos así: En el Norte del pais unos 60.000, en el Centro  unos 10.000 y más de 100.000 en el Sur, en el desierto del Neguev. La estructura es patriarcal,  organizados en  clanes y tribus. Algunos todavía son polígamos. Se alimentan de pan ácimo, dátiles, productos lácteos y té. Ahora también con otros productos de granja y huerta.

Esta bella mujer de la foto, que conocí hace un par de meses,  es una beduina del Neguev que  trabaja en la "Asociación para  la promoción de la mujer en el poblado de  Latkia",  que depende  de la Organización "Na´amat" que está extendida  por todo el país y agrupa a mujeres trabajadoras y voluntarias judías, beduinas, drusas, palestinas, cristianas, etc. en concordancia con  el CEDAW (Comité contra la discriminación de la Mujer de la ONU).

Ella trabaja en Latkia, nació en la aldea Amutz, es maestra especial, está casada, tiene 4 hijos, una nuera y un nieto de  7 meses. Habla fluido en  árabe, hebreo e inglés.

   

Ella y las otras docentes del Centro además de impartir clases teóricas:  inglés, informática,  etc, imparten actividades prácticas o manualidades.  Promueven que la mujer trabaje en actividades fuera del hogar, cosa que no es nada habitual entre los beduinos.  Aquí por ejemplo, ella nos muestra un bordado que hicieron  con diseños tribales, en el que  lograron una gran revolución: antes el jefe del Clan  siempre era bordado  en el centro, ahora   lo bordan  a un costado, no sin que se produjera un gran revuelo entre la población masculina, pero los hombres terminaron por aceptarlo.  A simple vista parece una nimiedad, pero no lo es. Tiene un enorme valor simbólico.  Las docentes ponen especial empeño en educar a los niños varones  para que desde  pequeños  comiencen a cambiar la actitud -tradicional machista- hacia la mujer. La túnica que ella porta es típica beduina bordada a mano.

                             La hospitalidad es un rasgo muy importante para la cultura beduina y mientras                                          uno esté en su carpa (o casa), está bajo  el ala protectora del anfitrión. 

                         
                                     Aquí, una mujer cocina pan ácimo en un horno a la piedra.

El té no puede faltar.

Aquí estoy yo en otro poblado del Neguev (Rahat)  en el 2009

con mi amigo, el camello Ruperto alias el Rolls Royce del Desierto, que adora  que le tomen fotos y tiene unos ojos divinos con enormes pestañas negras.