Saturday, March 13, 2010

Georg Ebers, "su" papiro, la Egiptología y el Quijote: un brevísimo y dolorosísimo comentario al Cap 2,40


_" Así es verdad, señor_respondió una de las doce (Dueñas)_: que no tenemos hacienda para mostrarnos; así, hemos tomado algunas de nosotras por remedio ahorrativo de usar de unos pegotes o parches pegajosos, y aplicándolos a los rostros, y tirando de golpe, quedamos rasas y lisas como fondo de mortero de piedra; que puesto que hay en Candaya mujeres que andan de casa en casa para quitar el vello y pulir las cejas, y hacer otros menjurjes tocantes a las mujeres, nosotras las dueñas de mi señora por jamás quisimos admitirlas, porque las más oliscan a terceras, habiendo dejado de ser primas; y si por el señor don Quijote no somos remediadas, con barbas nos llevarán a la sepultura".

No, la depilación con cera o productos similares, no fué inventada en la época de Cervantes, ni siquiera en la Romana, pero si copiada por éstos. La evidencia arqueológica en la que tal prodecimiento consta se encuentra en el tratado médico más antiguo conservado, que data del 1.500 aEC y lleva el nombre de Georg Ebers, eminente egiptólogo y novelista, quien fuera el descubridor del papiro bautizado en su honor. Para mayor detalles de la depilación en la Antiguedad, pulsar aquí

Los antiguos egipcios consideraban como ideal de belleza el mundo sin pelos, cabezas bien rapadas y barbas y otras partes afeitadas. Claro, todos con excepción de la faraona Hashepsut, obligada a portar barba para verse masculina y más respetable faraónicamente hablando. No dudo de que más de una mujer en aquella época, sufriera del CGD a saber: "Complejo de la Gallina Desplumada" y que bien me hubiera venido a mi abrir una consulta en Tebas.

Cervantes vivió, como sabemos, rodeado de mujeres: sus hermanas Andrea y Magdalena; Constanza, la hija de Andrea, Isabel, su hija y Catalina, su mujer. No me extrañaría en absoluto de que él hubiera obtenido en su casa el "Doctorado Honoris Causa en depilación, menjurjes y etc".

Huelga la dolorosa constatación de que nosotras liberadas mujeres occidentales del siglo XXI, seguimos ejerciendo y/o sometiéndonos a prácticas de tortura milenarias y Cervantes desde la nube en la que se encuentra sentadito... se rie de nosotras.


Contribución al Grupo de lectura de La Acequia de Pedro Ojeda.
Foto: Robadita a Wikipedia, gracias.

22 comments:

Montserrat Sala said...

Ignoraba por completo que este pequeño ejecicio sadomasoquista, fuera tan antiguo. Es muy interesante el artícuo que incluyes, sobre estas técnicas y los materiales empleados. Que no distan tanto de los de ahora.
Un abrazo amiga.

Merche Pallarés said...

Efectivamente, esas torturas comenzaron con los egipcios. Muy interesante tu post depilatorio sobre nuestro Quijo. Besotes, M.

Angeles said...

Tan antiguo como los pelos?? pasa el tiempo y algunas cosas permanecen.
Recuerdo mis torturas con el tachito de cera..
Dicen que el hombre del futuro ya no tendrá pelo, ojalá tampoco mañas..
Buen finde!!
Gracias por enseñarnos.
Besos:)

Natàlia Tàrraco said...

Muyyy bueno el tema depilación. que trae a colación, eso de embellecerse a costas de sufrir cual mártir místico.

Los romanos mostraban sus...ejem, bellos cuerpos sin pelos, se depilaban los tíos con algo parecido a la piedra pómez, o afeitándose con navaja. Las romanas se depilaban con esa piedra pómez, en las Termas existían paredes de ese material donde frotarse, jejeje, hasta pelarse. Las egípcias y los egípcios gustaban del cuerpo sin pelos, cuestión estética que hoy está de moda incluso en hombres.
Aiggg, lo que se ha hecho por la estética desde siglos, pero no nos extrañemos, en eso estamos, ¿menciono depilaciones laser, et, et? Los sumerios y mesopotámicos, 3000 a.C, consideraban signo de elegancia que las cejas se juntaran en el centro de la frente. paaas mal. Quisicosas de querer estar bello o bella.
Por mí, nada que objetar, cada cual y cada época !fascinantes!
La reina Hatshepsut, "faraona" y mujer, igual que los faraones, se afeitaba la cabeza (!Qué calor en Egipto) y se ponía peluca postiza, lo mismo que los hombres y mujeres, su barba al igual que la de los faraones era un añadido postizo que se sujetaba con una cinta, pobrecilla, la barba ni momificada, le crecería.
Y las mulleres quijotescas, pardiez, aluden a depilaciones parecidas a la cera, en plan bruto. La cera de abeja, como dices, ya la conocían los egípcios para suavizar cutis y pieles de ambos sexos, y el cold embellecía ojos egípcios, hasta Roma lo utilizaba, pero sobretodo, servía para proteger del sol las pupilas....vanitas vanitatis, et omnia vanitas, es decir vanidad de vanidades ¿y qué? pues guapos y guapas queremos vernos desde el Diluvio.
Te felicito MYR, el tema de la estética es eterno, diverso y rico a través de los tiempos, persigue un fin cuestionabel !todo por la belleza!
Bsitooo sin lapiz de lábios.

Asun said...

Vaya entrada curiosa la tuya de hoy. Osea, que las mujeres venimos sufriendo en pos de los cánones de belleza desde tiempos inmemoriales.

Y seguimos sometiéndonos a todos esos procesos "tan agradables"

Bueno, te dejo, que tengo que llamar a la depiladora a ver si me da hora para la semana que viene, y me pela la aspereza de estas cerdas

Hoy casi en vez de besos te doy abrazos, no te vaya a pinchar con el bigote.

Antonio said...

Y yo pensaba que los metrosexuales eran invenciones recientes, jajaja... Interesantre dato que localiza la coquetería femenina en la noche de los tiempos, incluso la masculina.
Un abrazo

Hada Saltarina said...

¡¡¡Siempre sorprendente y chispeante de humor!!! Besitos, querida amiga

Belkis said...

Vaya por Dios, no tenía ni idea de que esto de la depilación viniera de tan lejos. Las mujeres siempre hemos tenido que sufrir para vernos mas bellas. Oye y quien dice que no tuviste una consulta por aquellos tiempos, según la época claro.... nunca se sabe.
Tu blog cada día se supera. Es un placer pasar por aquí.
Besitos y feliz descanso. Ohhh ya has descansado hoy. Cierto cierto

Txema said...

Me parece mi querida Myr que eso de la depilación no es común a todas las culturas ni a todos los tiempos. Supongo que el clima tendrá alguna influencia.

Ya sabes que en una época se dijo por aquí eso de la arruga es bella y el pelo también puede serlo.

besos barbados.

josef said...

Muy interesante. No se ma había ocurrido pensar quienes fueron los artífices de la depilación. Y como tantas otras cosas, los increíbles egipcios.
Un gran post!

Fernando López said...

Fantástico Myr: Cervantes, como dices se debe estar riendo de todos. Es curioso como se encuentra el origen de las cosas y los por qués de la vida.
Magnífico Myr, muchas gracias por compartirlo.

Feliz domingo

MRB said...

Me parece que en todos los tiempos y culturas, la belleza se aprecia tanto, que no importa el costo a pagar para obtenerla.
Buena historia.
Buen finde y un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero said...

En efecto, la depilación no fue inventada en época de Cervantes. Pero tanto él como sus contemporáneos trataron de forma muy divertida todos los "afeites" femeninos. Si hubieran vivido hoy...

Abejita de la Vega said...

Lo de la faraona barbada me ha gustado. Por asociación de ideas me he acordado de Santa Teresa, de la que se decía que "era varón y de los muy barbados". Es que la de Ávila tenía un carácter, pero mujer sí era, la pobre murió de cáncer de útero...
Bueno, digresiones aparte, Cervantes estaba puesto en eso de los parches pegajosos depilatorios, las "cervantas" andarían con ellos, a vueltas. El negocio es el negocio, tenían un taller de costura...
Lo de la cera no se le hubiera ocurrido a un hombre...
Tu Helen es muy guapa.
Un abrazo

Antonio Aguilera said...

Pues si nos hubiesemos acostumbrado a ver a las mujeres sin depilar (o que nunca las hubiesemos visto depiladas)...A LOS HOMBRES NOS GUSTARIAN IGUAL JEJE ahi peludas y velludas todas...
Cervantes, desde luego, se lo pasa en grande riendose de tal practica.

Los egipcios, los inventores de la coqueteria entonces. Bien rapaditos y con cremas suavizantes ellos.

Vaya, de cualquier tema-detalle te montas un interesante post.

Maite said...

jajajajaja, foto robadita, qué graciosa, me has alegrado lo que queda de domingo, las fotos de tu pequeña me han encantado. No puedo leerte estoy tomando "risperdadl" y veo todo borroso, escribir puedo, no miro el teclado.

Gracias por pasarte por mi morada y dejarme esas sabias letras.

un abrazo inmenso

Maite

Alatriste said...

Parece que el tema de la depilación ha traído cola, así que fueron los egipcios, no lo había pensado, pero claro, con esas cabecitas bien afeitaditas, supongo que así evitaban coger piojos con el calor.

Y la reina Has...el primer caso de travestismo, que no es poco.

Con respecto a Cervantes no cuesta mucho imaginarle rodeado de sus feminas y escuchando algún que otro grito por tan estética práctica.

Un saludo Myr

Unknown said...

Un día de estos hago una locura faraónica y me quedo cuan huevo que nunca fui.
Un abrazo
Excelente simbiosis. El día amaneció con nubes. Y en una de ellas, veo reírse a Cervantes.

Manuel de la Rosa -tuccitano- said...

Que dolor ¿no?...uf menos mal que yo no he de hacerlo...lo pasaría realmente mal...besos

pancho said...

Bueno, a nadie obligan a tener pelos de una forma u otra. Si uno quiere dedicar unas cuantas horas diarias a acicalarse será porque le interesa: "Sarna con gusto, no pica".

Buen trabajo de documentación de un tema que parece que interesa a bastantes.

MATISEL said...

Myr, tienes razón...seguimos sometidas a la tortura de la estética, y ay de aquella que se deje los pelos o no se maquille, nos mirarían peor que a un extraterrestre de tan arraigada que está la norma y encima de ligar...nada, serían ellos los primeros que nos darían de lado, igual que prefieren las delgadas a las gorditas, las jóvenes a las mayorcitas (seguramente porque son normas estéticas creada por ellos para ellos), así que en cierta forma SI nos obligan como si fuera una importante norma social o de higiene...

Un abrazo

matrioska_verde said...

a mí los pelos no me gustan, los odio, independientemente o no de la moda.

creo recordar que las egipcias se depilaban con miel, ¡que dolor!
biquiños,