Continuación de "A":
Sexo aludido y bien explícito, más clara el agua, y una broma bien pesada: la hija de la ventera y su criada Maritornes, decidieron hacerle una burla a Don Quijote, quien habiendo estado de guardia toda la noche, montado en su caballo y recostado en su lanzón... suspiraba por su Dulcinea sin cesar y lastimosamente se preguntaba [...].”¿ Qué fará agora la tu merced?” “¿Si tendras por ventura las mientes en tu cautivo caballero, que ha tantos peligros, por sólo servirte, de su voluntad ha querido ponerse?” [....] (1,43).
¿Qué hacen estas dos crueles mujeres? Desde el agujero en el pajar en dónde las dos se esconden, lo llaman a DQ y Maritornes le pide que pase:
“ Sólo una de vuestras hermosas manos por poder deshogar con ella el gran deseo que a este agujero la ha traído ( a la hija del ventero), tan a peligro de su honor que si su señor padre la hubiera sentido, la menor tajada della fuera oreja” y no bien el pobre DQ, se para en su caballo ( ¿se lo imaginan?) para alcanzar el hueco que él cree ventana y pasar la mano por ahí..........ay!!!!....................... se la amarran con el cabestro del jumento de Sancho Panza y al quedar dolorosamente colgado del brazo..... dice lastimosamente “ Más parece que vuestra merced me ralla que no que me regala la mano; no la trateis tan mal [.....]” DQ trataba de soltarse y tiraba con tiento para que Rocinante no se moviera.....Rocinante mientras, se mantenía quieto, quiétisimo..... tanto que DQ cree entonces, como otras veces ya lo había hecho antes con sucesos que no podía explicar, que todo era producto de un encantamiento.
Quieto, quietísimo estaba Rocinante que “melancólico y triste , con las orejas caidas, sostenía sin moverse a su estirado Señor y como en fin era de carne aunque parecía de leño, no pudo dejar de resentirse y tornar a oler a quien le llegaba a hacer caricias” (1.43) que no era otro que uno de los cuatro caballos que llegaron con sus jinetes a la Venta, enviados por el padre de Don Luis a buscarlo. El instinto, es, el instinto.... ¿qué le vamos a hacer?
Y DQ resbaló de la silla quedando colgado del brazo...... La cruda realidad, causa dolor, tanto que DQ cree que le cortan la muñeca o que le arrancan el brazo.
Amores de oropeles y cabreros que en el monte terminaron: Aquí Cervantes nos cuenta dos historias entrenlazadas. Una , la de Leandra, hija de un labriego rico “ extremada en hermosura, rica en discreción, donaire y virtud” ( 1, 51) a quién su padre celosamente guardaba y “andaba confuso, sin saber determinarse a quién la entregaría de los infinitos (pretendientes) que le importunaban”. Tan celosamente la guardaba el padre, que ella, por inexperta, cae perdidamente enamorada de un embaucador....que es un especialista en el arte de jugar con los sentimientos de una mujer y aprovecharse de su vulnerabilidad, en este caso, su encierro y falta de conocimiento del mundo exterior y de los peligros que en él acechan.
y Vicente, el embaucador italiano, soldado que pintaba ser bravo, galán, músico y poeta quien fuera “visto muchas veces por Leandra desde una ventana de su casa que tenía la vista a la plaza”. Enamorándola el oropel de sus vistosos trajes y los romances que “de cada uno que componía daba veinte traslados” (1, 51) y a oidos de la ingenua Leandra “ llegaron las hazañas que él de si mismo había referido”.
Tanto se enamoró Leandra, que se escapó de la aldea con el soldado. Y, “al cabo de tres días hallaron a la antojadiza Leandra en una cueva de un monte desnuda en camisa, sin muchos dineros y preciosísimas joyas que de su casa había sacado”. Este abusador de mujeres y ladrón de poca monta, escapado quizás de alguna opereta italiana, le roba todo, aunque según lo afirma la joven, no llegó a tanto como quitarle su honor y hasta podría llegar a ser cierto, pués sabemos hoy que no todos los ladrones son violadores... y a mí me da la impresión de que este joven está mas enamorado de sí mismo y del dinero que de otra cosa, y que, ni siquiera, por deporte..... pero...... ¿quién lo puede asegurar? sólo Leandra y ella nos dice.... que no y no es no!.
La segunda historia, es la del cabrero Eugenio, que es quien nos cuenta la historia de Leandra y Vicente y que enamorado como lo está de ella e igualmente despechado, decide lleno de rabia, partir a consolarse en el monte con sus cabras de las que, Manchada, es su preferida como vemos que lo relata al final del capítulo 50. Los que conocemos la vida de campo, sabemos que es algo natural y común que los pastores tengan un animal preferido. Acaso, los de nosotros que alguna vez hemos tenido o aún tenemos mascotas en casa, no les hablamos?
Eugenio, así mismo nos cuenta que hay otro pastor llamado Anselmo, quien también al sentirse rechazado por Leandra, parte al mismo monte que Eugenio. “Anselmo y yo nos concertamos de dejar la aldea y venirnos este valle, dónde él, con una gran cantidas de ovejas suyas propias y yo con un numeroso rebaño de cabras, también mías, pasamos la vida ente los árboles, dando vado a nuestras a nuestras pasiones o cantando juntos alabanzas y vituperios de la hermosa Leandra, o supirando solos y a solas comunicando con el cielo nuestras querellas” (1,51).
Lo interesante aquí es como Eugenio y Anselmo, reaccionan de manera diferente ante el mismo suceso doloroso. Mientras el primero está lleno de rabia y despecho, el segundo se queja lastimosamente de su desdicha.
Veámoslo desde la perspectiva de Eugenio: “ yo sigo otro camino más facil y que a mi parecer es más acertado, que es decir mal de la ligereza de las mujeres de su inconstancia , de su doble trato, de sus promesas muertas , de su fé rompida y finalmente, del poco discurso que tienen en saber colocar sus pensamientos e intenciones que tienen” (1,51)
Ahora desde la perspectiva de Anselmo, a través del relato de Eugenio: “el cual, teniendo tantas cosas de que quejarse, sólo se queja de su ausencia, y al son de un rabel que admirablemnte toca, con versos donde muestra su buen entendimiento, cantando se queja” (1,51)
Para mí es más que evidente la capacidad de Cervantes para jugar con las fantasías sexuales del lector. Recordemos que este texto pasó la censura de la Inquisición de la época. No hay una sóla palabra que pueda “ofender” los “castos y atentos” ojos y oidos de los estrictos censores. Pero el lector, se preguntará e imaginará quizás a que se debe tanta humanización de la cabra a la cual Eugenio le cuenta la historia de su pesar. O se preguntará como era que Anselmo y Eugenio daban vado a sus pasiones... Hay tres alternativas posibles de la descarga pulsional a saber (autoplacer, placer entre ellos o placer con cabra uno y eventualmente oveja el otro), pero Cervantes no las nombra, lo deja librado sutilmente a la imaginación del lector.....
Voy a explicar lo que digo con este ejemplo: El padre de Jaimito le había dicho a su hijo siempre que el chico podía hablar con él de cualquier tema que le surgiera.
Un día Jaimito de 8 años, llega del colegio y corriendo le pregunta al padre... “Papá, papá que quiere decir pene?”. El padre se pone un poco colorado, carraspea.... y con voz pausada comienza a decir “ hijo, pene, es el órgano sexual masculino que todos los hombres tenemos....etc, etc” Y le da una explicación lo más explícita y clara posible.
Viendo la cara de sorpresa que su hijo va poniendo, y pensando en lo pequeño que es, le pregunta... “pero hijo....... dime, ¿de dónde has sacado esa palabra?”....... “de esta imagen, papi, que dice..... vaya todos los domingos a misa para que su alma no pene”.
Amores maritales y delicias conyugales entre rutina y aventura: Sancho y Juana Panza, su mujer.
Ella lo recibe después de no haberlo visto tres semanas y cargado sóla con la casa y los hijos sin una gota de cariño, ni un pálido beso, preguntándole “si venía bueno el asno” (1,52) a lo cual Sancho le responde que viene mejor que su amo y ella sigue preguntando... “Que bien habéis sacado de vuestras escuderías? ¿Qué saboyana me traéis a mi? ¿qué zapaticos a vuestros hijos?” ......
El, le responde..... “no te acucies por saber todo ésto tan de aprisa, basta que lo que te digo es verdad y cose la boca” y luego reconociendo que "aunque muchas aventuras no salen bien...” Qué linda cosa esperar "los sucesos atravesando los montes, escudriñando selvas, pisando peñas, visitando castillos, alojando en ventas a toda discreción (1, 52)..... Etc.”
Una mujer angustiada por la carga de llevar la casa y los hijos sóla, comida que traer a la mesa y cuentas que pagar, mientras el marido muy campante pasa por su crisis de la mediana edad, rutina y tedio incluidos, y está feliz con sus aventuras! Porque a esta altura no creo que alguien pueda negar que Sancho se divierte con las andanzas en las que se mete con DQ, más allá de cualquier ínsula....!.
Continuaré, continuaré...... y espero que me sigan leyendo, más sorpresas segurito nos esperan............en la Segunda Parte del Quijote!
Sexo aludido y bien explícito, más clara el agua, y una broma bien pesada: la hija de la ventera y su criada Maritornes, decidieron hacerle una burla a Don Quijote, quien habiendo estado de guardia toda la noche, montado en su caballo y recostado en su lanzón... suspiraba por su Dulcinea sin cesar y lastimosamente se preguntaba [...].”¿ Qué fará agora la tu merced?” “¿Si tendras por ventura las mientes en tu cautivo caballero, que ha tantos peligros, por sólo servirte, de su voluntad ha querido ponerse?” [....] (1,43).
¿Qué hacen estas dos crueles mujeres? Desde el agujero en el pajar en dónde las dos se esconden, lo llaman a DQ y Maritornes le pide que pase:
“ Sólo una de vuestras hermosas manos por poder deshogar con ella el gran deseo que a este agujero la ha traído ( a la hija del ventero), tan a peligro de su honor que si su señor padre la hubiera sentido, la menor tajada della fuera oreja” y no bien el pobre DQ, se para en su caballo ( ¿se lo imaginan?) para alcanzar el hueco que él cree ventana y pasar la mano por ahí..........ay!!!!....................... se la amarran con el cabestro del jumento de Sancho Panza y al quedar dolorosamente colgado del brazo..... dice lastimosamente “ Más parece que vuestra merced me ralla que no que me regala la mano; no la trateis tan mal [.....]” DQ trataba de soltarse y tiraba con tiento para que Rocinante no se moviera.....Rocinante mientras, se mantenía quieto, quiétisimo..... tanto que DQ cree entonces, como otras veces ya lo había hecho antes con sucesos que no podía explicar, que todo era producto de un encantamiento.
Quieto, quietísimo estaba Rocinante que “melancólico y triste , con las orejas caidas, sostenía sin moverse a su estirado Señor y como en fin era de carne aunque parecía de leño, no pudo dejar de resentirse y tornar a oler a quien le llegaba a hacer caricias” (1.43) que no era otro que uno de los cuatro caballos que llegaron con sus jinetes a la Venta, enviados por el padre de Don Luis a buscarlo. El instinto, es, el instinto.... ¿qué le vamos a hacer?
Y DQ resbaló de la silla quedando colgado del brazo...... La cruda realidad, causa dolor, tanto que DQ cree que le cortan la muñeca o que le arrancan el brazo.
Amores de oropeles y cabreros que en el monte terminaron: Aquí Cervantes nos cuenta dos historias entrenlazadas. Una , la de Leandra, hija de un labriego rico “ extremada en hermosura, rica en discreción, donaire y virtud” ( 1, 51) a quién su padre celosamente guardaba y “andaba confuso, sin saber determinarse a quién la entregaría de los infinitos (pretendientes) que le importunaban”. Tan celosamente la guardaba el padre, que ella, por inexperta, cae perdidamente enamorada de un embaucador....que es un especialista en el arte de jugar con los sentimientos de una mujer y aprovecharse de su vulnerabilidad, en este caso, su encierro y falta de conocimiento del mundo exterior y de los peligros que en él acechan.
y Vicente, el embaucador italiano, soldado que pintaba ser bravo, galán, músico y poeta quien fuera “visto muchas veces por Leandra desde una ventana de su casa que tenía la vista a la plaza”. Enamorándola el oropel de sus vistosos trajes y los romances que “de cada uno que componía daba veinte traslados” (1, 51) y a oidos de la ingenua Leandra “ llegaron las hazañas que él de si mismo había referido”.
Tanto se enamoró Leandra, que se escapó de la aldea con el soldado. Y, “al cabo de tres días hallaron a la antojadiza Leandra en una cueva de un monte desnuda en camisa, sin muchos dineros y preciosísimas joyas que de su casa había sacado”. Este abusador de mujeres y ladrón de poca monta, escapado quizás de alguna opereta italiana, le roba todo, aunque según lo afirma la joven, no llegó a tanto como quitarle su honor y hasta podría llegar a ser cierto, pués sabemos hoy que no todos los ladrones son violadores... y a mí me da la impresión de que este joven está mas enamorado de sí mismo y del dinero que de otra cosa, y que, ni siquiera, por deporte..... pero...... ¿quién lo puede asegurar? sólo Leandra y ella nos dice.... que no y no es no!.
La segunda historia, es la del cabrero Eugenio, que es quien nos cuenta la historia de Leandra y Vicente y que enamorado como lo está de ella e igualmente despechado, decide lleno de rabia, partir a consolarse en el monte con sus cabras de las que, Manchada, es su preferida como vemos que lo relata al final del capítulo 50. Los que conocemos la vida de campo, sabemos que es algo natural y común que los pastores tengan un animal preferido. Acaso, los de nosotros que alguna vez hemos tenido o aún tenemos mascotas en casa, no les hablamos?
Eugenio, así mismo nos cuenta que hay otro pastor llamado Anselmo, quien también al sentirse rechazado por Leandra, parte al mismo monte que Eugenio. “Anselmo y yo nos concertamos de dejar la aldea y venirnos este valle, dónde él, con una gran cantidas de ovejas suyas propias y yo con un numeroso rebaño de cabras, también mías, pasamos la vida ente los árboles, dando vado a nuestras a nuestras pasiones o cantando juntos alabanzas y vituperios de la hermosa Leandra, o supirando solos y a solas comunicando con el cielo nuestras querellas” (1,51).
Lo interesante aquí es como Eugenio y Anselmo, reaccionan de manera diferente ante el mismo suceso doloroso. Mientras el primero está lleno de rabia y despecho, el segundo se queja lastimosamente de su desdicha.
Veámoslo desde la perspectiva de Eugenio: “ yo sigo otro camino más facil y que a mi parecer es más acertado, que es decir mal de la ligereza de las mujeres de su inconstancia , de su doble trato, de sus promesas muertas , de su fé rompida y finalmente, del poco discurso que tienen en saber colocar sus pensamientos e intenciones que tienen” (1,51)
Ahora desde la perspectiva de Anselmo, a través del relato de Eugenio: “el cual, teniendo tantas cosas de que quejarse, sólo se queja de su ausencia, y al son de un rabel que admirablemnte toca, con versos donde muestra su buen entendimiento, cantando se queja” (1,51)
Para mí es más que evidente la capacidad de Cervantes para jugar con las fantasías sexuales del lector. Recordemos que este texto pasó la censura de la Inquisición de la época. No hay una sóla palabra que pueda “ofender” los “castos y atentos” ojos y oidos de los estrictos censores. Pero el lector, se preguntará e imaginará quizás a que se debe tanta humanización de la cabra a la cual Eugenio le cuenta la historia de su pesar. O se preguntará como era que Anselmo y Eugenio daban vado a sus pasiones... Hay tres alternativas posibles de la descarga pulsional a saber (autoplacer, placer entre ellos o placer con cabra uno y eventualmente oveja el otro), pero Cervantes no las nombra, lo deja librado sutilmente a la imaginación del lector.....
Voy a explicar lo que digo con este ejemplo: El padre de Jaimito le había dicho a su hijo siempre que el chico podía hablar con él de cualquier tema que le surgiera.
Un día Jaimito de 8 años, llega del colegio y corriendo le pregunta al padre... “Papá, papá que quiere decir pene?”. El padre se pone un poco colorado, carraspea.... y con voz pausada comienza a decir “ hijo, pene, es el órgano sexual masculino que todos los hombres tenemos....etc, etc” Y le da una explicación lo más explícita y clara posible.
Viendo la cara de sorpresa que su hijo va poniendo, y pensando en lo pequeño que es, le pregunta... “pero hijo....... dime, ¿de dónde has sacado esa palabra?”....... “de esta imagen, papi, que dice..... vaya todos los domingos a misa para que su alma no pene”.
Amores maritales y delicias conyugales entre rutina y aventura: Sancho y Juana Panza, su mujer.
Ella lo recibe después de no haberlo visto tres semanas y cargado sóla con la casa y los hijos sin una gota de cariño, ni un pálido beso, preguntándole “si venía bueno el asno” (1,52) a lo cual Sancho le responde que viene mejor que su amo y ella sigue preguntando... “Que bien habéis sacado de vuestras escuderías? ¿Qué saboyana me traéis a mi? ¿qué zapaticos a vuestros hijos?” ......
El, le responde..... “no te acucies por saber todo ésto tan de aprisa, basta que lo que te digo es verdad y cose la boca” y luego reconociendo que "aunque muchas aventuras no salen bien...” Qué linda cosa esperar "los sucesos atravesando los montes, escudriñando selvas, pisando peñas, visitando castillos, alojando en ventas a toda discreción (1, 52)..... Etc.”
Una mujer angustiada por la carga de llevar la casa y los hijos sóla, comida que traer a la mesa y cuentas que pagar, mientras el marido muy campante pasa por su crisis de la mediana edad, rutina y tedio incluidos, y está feliz con sus aventuras! Porque a esta altura no creo que alguien pueda negar que Sancho se divierte con las andanzas en las que se mete con DQ, más allá de cualquier ínsula....!.
Continuaré, continuaré...... y espero que me sigan leyendo, más sorpresas segurito nos esperan............en la Segunda Parte del Quijote!
10 comments:
ohhh tesoro fabulosa tu mirada hacia el Quijote...en aquellas épocas no nos permitirían hacer una evaluación, solo debíamos leerlo y ya.
Ya no es de lectura obligatoria, mis hijas creo que lo han visto de manera, una obra de Cervantes.
"no llegó a tanto como quitarle su honor" a la virginidad le llamaban 'honor', éstas chicas tenían tantos pretendientes!!! jajaja
"vaya todos los domingos a misa para que su alma no pene" al cuento lo he escuchado, pero eso se dirá a algunos niños???!!!
MUACKSSSSSSSSSSS
Me encantó conocer a fondo los entretelones de esta historia! gracias Myr difruté mucho de la lectura! te dejo un fuerte abrazo!
pd: yo opino que Sancho Panza si que se divertía!
He leido tus análisis A y B, ¡ESTUPENDOS! Como sabes, desde un principio vi que la primera parte del Quijote era MUY erótica (no lo parece tanto esta segunda parte... por ahora...). ¡Enhorabuena! querida Myr por tu esfuerzo y habernos alcanzado en la lectura. Seguro que tus análisis van a ser muy interesantes. Muchos besotes, M.
Excelente, excelente. Me ha gustado mucho cómo tratas el juego con el lector que hay en el tratamiento de estos asuntos en la novela.
GRACIELA: Quizás que no lea lectura obligada, sea mejor.... Pero eso si, que sea lectura!!!
El concepto del "honor" creo yo que va ligado al concepto de "propiedad". Ojalá que ésto cambie en nuestras sociedades. Besos.
HADA ISOL: Me alegro de que hayas disfrutado leyendo. Un fuerte abrazo.
MERCHE: Me da mucho gusto que hayas leido todo ésto que yo disfruto tanto escribiendo! Gracias!!!
Hahahaha, ya sabes que he remado fuerte para lograrlo... si vieras mis triceps! Muchos Besotes.
PEDRO: Es que es apasionante....y sorprende la capacidad de Cervantes para hacerlo! Besos
GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS
Sensacional el sexo y fantasias sexuales encubiertas...no se como se me pasaron,,,serán las vacaciones...me gustó la explcación con el ejmplo de jaimito y de las cabras y ovejas...besos
MANUEL: ay... las vacaciones!!!! pero llegaste, llegaste! y eso es lo que importa! Me alegro de que te gustara! Besos
MYYYYYRRR.... YA ESTOY AQUÍIIII
¿Sabes lo que eso quiere decir, no?
Efectivamente, que ya terminé la primera parte.
La escena de Maritornes y la hija del ventero provocando a DQ no tiene precio. Cuando leí ese capítulo también me pareció que ahí Cervantes jugaba con las palabras con un doble sentido muy claro, pero sin decir nada explícitamente.
De Leandra, no se yo si creerme que, no es no, porque por otra parte sabe que si a su padre le dice la verdad la manda al convento en un abrir y cerrar de ojos.
Bien visto también el desamor de Eugenio y Anselmo.
Eso de dejar a la libre imaginación del lector la interpretación de las palabras es muy inteligente por parte de Cervantes.
Y de Sancho y Juana muy gráfico también los intereses y preocupaciones de cada uno en ese momento. Poco encuentro veo yo ahí.
De nuevo darte la enhorabuena por este análisis.
Besssssooooosss
PD: Jajajajajaja…. Muy bueno el chiste de Jaimito.
ASUN: ¡Pero... qué sorpresa más linda, parece que estas vacaciones te sientan espectacularmente y has avanzado un montón con la lectura!
¡¡¡Ha este ritmo, prónto nos vas a alcanzar!!!
Gracias por tomarte el trabajo de leer mis sábanas y me alegro de que te hayan gustado.
Besos
A este ritmo, dice. Vale
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