Saturday, January 23, 2010

Las Manipulaciones de Sancho en el Cap. 2, 10 del Quijote ( 2)



Segundo Tiempo: Ejecución


Una vez arguido el plan, S. quedo tranquilo: Con ésto que pensó Sancho Panza quedó sosegado su espíritu y tuvo por bien acabado su negocio , y haciendo tiempo para hacer creer a DQ que había ido hasta el Toboso: y deteniéndose allí hasta la tarde, por dar lugar a que DQ pensase que le había tenido para ir yt volver del Toboso; y sucediole todo tan bien, que cuando se levantó para subir en el rucio vió que del Toboso puso manos a la acción cuando se le presentó la ocasión en las 3 labradoras que venian por el camino: hacia dónde él estaba venian tres labradoras sobre tres pollinos o pollinas, que el autor no lo declara, aunque más se puede creer que eran borricas, por ser ordinaria caballería de las aldeanas […] Y fué corriendo a darle la buena nueva DQ de su patraña: En resolución: así como Sancho vió a las labradoras, a paso tirado volvió a buscar a su señor DQ, y al que encontró suspirando y lamentandose: y hallóle suspirando y diciendo mil amorosas lamentaciones. Pero que le preguntó con voz amistosa:
_ ¿Qué hay, Sancho amigo? ¿Podré señalar este día con piedra blanca o con negra?
A lo que Sancho sin que le tiemble el pulso responde mintiendo conforme a su plan: _ Mejor será que vuesa merced la señale con almagre, cómo rétulos de cátedras, porque le echen bien de ver los que le vieren
Y DQ le replica confiado:
_ De ese modo buenas nuevas traes.
Sancho avanza en la mentira:
_ Tan buenas que no tiene más que hacer vuesa merced sino picar a Rocinante y salir a lo raso a ver a vuesa merced.
DQ se sorprende:
_ ¡Santo Dios! ¿Qué dices , Sancho amigo? Pero desconfía y le aclara: Mira no me engañes, ni quieras con falsas alegrias alegrar mis verdaderas tristezas.
Sancho sostiene sin parpadear su mentira: _ ¿Qué sacaría yo con engañar a vuesa merced y aún la amplia: y más estando tan cerca de descubrir mi verdad?. Sancho le insiste a DQ todavía más y le pide que venga a verla jugando con las expectativas y el deseo de DQ: Pique Señor, y venga, y verá venir a la princesa, nuestra ama, vestida y adornada; en fin, como quien ella es. Sus doncellas y ella todas son una ascua de oro, todas mazorcas de perlas, todas son diamantes, todas rubies, todas telas de brocados de más de diez altos; los cabellos sueltos por las espaldas, y que son otros tantos rayos de sol que andan jugando con el viento; y sobre todo, vienen a caballo sobre tres cananeas remendadas, que no hay más que ver. DQ lo corrije, cosa que siempre ha molestado a Sancho muchísimo: _ Hacaneas querrás decir, Sancho-
pero esta vez, Sancho responde con actitud superada, como si estuviera más allá del bien y del mal _Poca diferencia hay de cananeas a hacaneas; y coacciona jugando aún más con el deseo de DQ pero vengan sobre lo que vinieren, ellas vienen las más galanas señoras que se puedan desear, especialmente la princesa Dulcinea, mi señora, que pasma los sentidos.
Con lo que DQ muerde el anzuelo, terminando por creerle:_ Vamos , Sancho hijo_ respondió DQ_; y en albricias de estas no esperadas como buenas nuevas, y promete a S. el premio: te mando el mejor despojo que ganare en la primera aventura que tuviere, y si esto no te contenta, te mando las crias que este año me dieren las tres yeguas mias, que tu sabes que quedan para parir en el prado concejil de nuestro pueblo.
S.como no cree que DQ va a ganar algún botín, se atiene a lo seguro:_ a las crias me atengo; porque de ser buenos los despojos d ela primera aventura no está muy cierto.
Ya en esto salieron de las selva y descubrieron cerca a las tres aldeanas. DQ ve las que aquí vienen lo que en realidad hay: tres aldeanas: Tendió DQ los ojos por todo el camino del Toboso, y como no vió sino a las tres labradoras, lo cual lo hizo sentir mal: turbóse todo, y preguntó a Sancho si las había dejado fuera de la ciudad.
Cosa que le importa poco a Sancho, quien decididamente sostiene la mentira:
_ ¿Cómo fuera de la ciudad? Y fuerza aún más haciéndo sentir a DQ un tonto que no ve porque tiene los ojos en cualquier lugar menos dónde debe: ¿Por ventura tiene vuesa merced los ojos en el colodrillo. Que no vee que son éstas, , apuntando ahora directamente a la flaqueza romántica de DQ, es decir metiendo el dedo en la llaga: resplandecientes como el mismo sol a mediodia?
DQ sostiene lo que los sentidos le indican; _ Yo no veo, Sancho_ dijo DQ_, sino a tres labradoras con sus borricos.
Sancho porfía, agrandando la mentira: _ ¡Agora me libre Dios del diablo! Y ¿ es posible que tres hacaneas, o como se llaman, blancas como el ampo de la nieve, le parezcan a vueasa merced borricos? ¡Vive el Señor, que me pele estas barbas si tal fuese verdad!
DQ no da el brazo a torcer: _ Pues yo te digo, Sancho amigo que es tan verdad como que son borricos. O borricas, como yo sou DQ y tu Sancho Panza; a lo menos, a mi tales me parecen.
Pero tanta es la desfachatez de Sancho que impertérrito manda a callar a su Señor: _ Calle, señor no diga la tal palabra, sino despabile esos ojos, y hasta lo manda hacer reverencia a la tal Señora: y venga a hacer reverencia a la señora de sus pensamientos, que ya llega cerca.
Sancho acomete lanzándose a recibir a las aldeanas:
Y diciendo ésto se adelantó a recibir a las tres aldeanas, y apeándose del rucio, tuvo del cabestro al jumento de una de las tres labradoras, y hinchando ambas rodillas en el suelo, dijo:
y habla:
_ Reina y princesa y duquesa de la hermosura, vuestra altivez y grandeza sea servida [....] Yo soy Sancho Panza su escudero, y el es el asendereado caballero DQ de la Mancha, llamado por el nombre del Caballero de la Triste Figura.
Sin importarle el trauma que DQ estaba sufriendo ante la realidad:
A esta razón ya se había puesto DQ de hinojos junto a Sancho, y miraba con ojos desencajados y vista turbada a la que Sancho llamaba reina y señora[…]
Ni que las aldeanas lo tomen por loco:
Las labradoras estaban asi mismo atónitas[...] pero rompiendo el silencio la detenida, toda desgraciada y mohina dijo:
ni que éstas lo increpen:
_ Apártene nora en tal del camino, y déjenmos pasar; que vamos de priesa.
Muy por el contrario: Sancho continúa como si nada:
_ ¡OH princesa y Señora universal del Toboso! ¿Cómo vuestro magnánimo corazón no se enternece viendo arrodillado ante vuestra sublimada presencia a la coluna y sustento de la andante caballería?
ni se inmuta por lo que una de las aldeanas le dice:
_Mas ¿Jo, que te estrego, burra de mi suegro! […]


Continúa mañana la última parte.

 Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog La Acequia. © Myriam Goldenberg.  


4 comments:

Merche Pallarés said...

He venido y te he leido querida MYR, hasta la "Carta de una hija a su madre" que me ha emocionado. Sobre las manipulaciones humanas y chantajes emocionales podríamos hablar largo y tendido... Besotes, M.

Asun said...

Este Sancho lo que tiene es una cara muy dura al seguir insistiendo con tanta desfachatez.

Ay, que ganas de ponerme a leer!!!!

Besotes

pancho said...

Muy bien planteado el estudio, como si de un drama de tres actos se tratase.

Sancho demuestra autonomía y capacidad de invención suficiente para adaptar la situación a sus intereses.

"Señalar con almagre" lo he vuelto a ver usado por algún columnista.

Vamos a por el desenlace.

Pedro Ojeda Escudero said...

No sé si los lectores de este blog son conscientes plenamente del regalo que nos estás haciendo.