Esta magnífica foto es de Foto de Javier Rodriguez Albuquerque del blog Red10
Ahí estaba, Don Pepino, el cura capuchino de mi pueblo Vietri Sul Mare cerca de Salerno, esperando que la comunidad se reuniera para dar comienzo a la Santa Misa. Repicaban las campanas. Me levanté apurada a darle de comer a mi gata persa y me preparé para asistir antes de que me crecieran las barbas (o que notaran mi ausencia). Abrí la ventana, un grupo de palomas emprendió vuelo. No estaba de buen humor, hacía días que el Paco me había abandonado con la excusa de llevarse al monte cinco cabras y venderlas en Cava de Tirreni pero yo sabía que iría a encamarse con la María, la hija del frutero Giuseppe. ¡Humo, humo!, pensé, ni todas las aves del mundo lo ayudarían a su regreso.
13 comments:
Y luego dicen que el humo es malo.
Un abrazo, Myriam.
Myriam ¿te has fumado un canuto?.
:-)) Un abrazo.
Historia muy dramatica; querida, menos mal : Don Pepino es tan guapo !
¡Qué de lecturas en este microrrelato!
Ya ves...al menos está Don Pepino...
Besote
Un relato sorprendente, que no suele estar en la linea de tus entradas jejeje. Abrazos
Descolocada me he quedado ;-)
Un beso, Myri
Una buena forma de empezar la semana, que el humor siga en ella, saludos.
Veo una relación perversa entre los engaños conyugales y la foto :-)
¡Qué sorpresa tan agradable que hayas utilizado esta foto para complitar tu breve historia. Me ha hecho mucha ilusión.
Eskerrik asko eta musu handi bat.
Por lo que veo ese humo se relaciona con algún acto de magia negra para hacer regresar al ausente.
Un abrazo.
¡Que se vaya con viento fresco!
Qué buen relato italiano.
Besos.
¿Humo...o polvo...? :)
Besos y salud
Muy buen relato corto que va enlazando varias ideas.
Besos
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