La vida de Edith Stein supone un ejemplo de valentía, integridad y
grandeza. Monja carmelita de origen judío, filósofa, feminista, Edith
Stein dedicó su vida al análisis de grandes pensadores, entre ellos
Kant, Tomás de Aquino o San Juan de Cruz, de la mano de su mentor,
Edmund Husserl. A pesar de haber perdido su fe en la adolescencia, fue
el testimonio de Santa Teresa de Jesús lo que iluminó su corazón y guió
sus pasos hacia el credo católico y la vida religiosa. Convertida en Sor
Teresa Benedicta de la Cruz, Edith vivió los oscuros tiempos del inicio
del nazismo con abierta indignación. Denunció públicamente el silencio
del Vaticano y criticó sin tapujos el antisemitismo que empezaba a
propagarse como la pólvora por Europa. Un testamento escrito en 1939 de
su puño y letra parecía presagiar su trágico final en Auschwitz. Décadas
después, el papa Juan Pablo II la elevaría a los altares de la
santidad.
Una joven filósofa
Edith Stein nació el 12 de octubre de 1891 en la ciudad alemana de
Breslau en el seno de una familia judía. su padre, un vendedor de
maderas, falleció cuando ella apenas tenía dos años y su madre tuvo que
hacerse cargo del negocio familiar y de su amplia prole, pues Edith era
la pequeña de once hermanos.
A pesar de que su madre era una mujer profundamente devota, no consiguió transmitir ese fervor religioso a sus hijos. En concreto, la pequeña Edith pronto se alejó de la religión y empezó a prestar atención a la filosofía.
Edith Stein fue una estudiante ejemplar. Tras finalizar sus estudios básicos, empezó a estudiar germanística e historia en la Universidad de Gotinga. Pronto se sintió atraída por el filósofo Edmund Husserl, de quien se hizo una de sus más fieles discípulas.
El estallido de la Primera Guerra Mundial supuso un paréntesis en su vida de estudiante. Se formó en principios básicos de enfermería y ejerció como tal en un hospital militar austríaco.
Pero terminada la contienda, Edith siguió a Husserl a Friburg donde terminó su carrera y se doctoró “summa cum laude” con una tesis titulada “Sobre el problema de la empatía”. Esta sería la primera de una amplia lista de obras filosóficas.
A pesar de que su madre era una mujer profundamente devota, no consiguió transmitir ese fervor religioso a sus hijos. En concreto, la pequeña Edith pronto se alejó de la religión y empezó a prestar atención a la filosofía.
Edith Stein fue una estudiante ejemplar. Tras finalizar sus estudios básicos, empezó a estudiar germanística e historia en la Universidad de Gotinga. Pronto se sintió atraída por el filósofo Edmund Husserl, de quien se hizo una de sus más fieles discípulas.
El estallido de la Primera Guerra Mundial supuso un paréntesis en su vida de estudiante. Se formó en principios básicos de enfermería y ejerció como tal en un hospital militar austríaco.
Pero terminada la contienda, Edith siguió a Husserl a Friburg donde terminó su carrera y se doctoró “summa cum laude” con una tesis titulada “Sobre el problema de la empatía”. Esta sería la primera de una amplia lista de obras filosóficas.
Una iluminación divina
En 1921, Edith realizó una visita a Hedwig Conrad-Martius, otra
discípula de Husserl, en su casa de Bergzabern. Aquella visita, que en
principio no debería tener más importancia, fue determinante en la vida y
el destino de la joven filósofa. En la biblioteca de Hedwig se topó con
la autobiografía de Santa Teresa de Jesús
que leyó con gran apasionamiento. Ella, que se había alejado de la vida
religiosa y había dedicado su vida académica a la filosofía, tuvo una
revelación gracias a la santa de Ávila.
En enero de 1922, Edith Stein se bautizaba arropada por Hedwig, quien ejerció de madrina, y un mes después confirmaba su fe en Cristo.
Su nueva fe no fue incompatible con su obra filosófica, simplemente modificó el rumbo de sus pensamientos. En esta nueva etapa de su vida, Edith Stein se sumergió en la obra de Santo Tomás de Aquino y Duns Escoto. De todo aquel estudio, unido al bagaje intelectual anterior, nacería su gran obra filosófica, Ser infinito y Ser eterno. En aquellos años vivió dedicada a la escritura y a dar conferencias sobre pensamiento y también sobre la mujer, pues Edith Stein fue también una gran defensora de la igualdad de sexos.
En enero de 1922, Edith Stein se bautizaba arropada por Hedwig, quien ejerció de madrina, y un mes después confirmaba su fe en Cristo.
Su nueva fe no fue incompatible con su obra filosófica, simplemente modificó el rumbo de sus pensamientos. En esta nueva etapa de su vida, Edith Stein se sumergió en la obra de Santo Tomás de Aquino y Duns Escoto. De todo aquel estudio, unido al bagaje intelectual anterior, nacería su gran obra filosófica, Ser infinito y Ser eterno. En aquellos años vivió dedicada a la escritura y a dar conferencias sobre pensamiento y también sobre la mujer, pues Edith Stein fue también una gran defensora de la igualdad de sexos.
En 1933 viajaba a su Breslau natal para despedirse de su madre. Había
tomado una decisión que cambiaría para siempre su destino, tomar los
hábitos. El 14 de octubre de 1933, cuando acababa de cumplir los
cuarenta y dos años, entraba en el monasterio de las Carmelitas de
Colonia. Meses después, el 14 de abril de 1934, Edith Stein se convertía
en Sor Teresa Benedicta de la Cruz.
Años después, con el advenimiento del nazismo, la vida de Sor Teresa se puso en peligro. Tiempo atrás ya había advertido al propio Vaticano, de la necesidad de frenar la barbarie que se iba a cernir sobre las tierras europeas. Fue en vano.
A pesar de ser monja católica, sus orígenes judíos la convertían en blanco fácil para los nazis. Conscientes de ello, sus compañeras del convento de Colonia la ayudaron a cruzar la frontera. Fue a fines del año 1938. Poco después llegaba al convento de Carmelitas de Echt, en Holanda. A pesar de que aquellos territorios aún estaban a salvo de la amenaza alemana, en junio de 1939, Sor Teresa escribía su propio testamento. También dedicó su tiempo a escribir un ensayo sobre San Juan de la Cruz.
En mayo de 1940, los alemanes ocupaban Holanda. Dos años después la Gestapo entraba en el convento de Echt donde fueron detenidas Sor Teresa y su hermana Rosa que se había unido a ella tiempo atrás.
Primero fueron trasladadas al campo de concentración de Westerbock pero su destino final, como el de miles y miles de judíos, sería el temible campo de exterminio de Auschwitz. El 9 de agosto de 1942, Sor Teresa de la Cruz, era asesinada en una cámara de gas junto a su hermana y otros inocentes.
En 1962 se iniciaba su proceso de beatificación que concluyó el 1 de mayo de 1987, cuando Juan Pablo II la beatificó. El 11 de octubre de 1998, el mismo pontífice canonizaba a la desde entonces Santa Teresa Benedicta de la Cruz y poco después la declaraba co-patrona de Europa. Su fiesta se celebra el 9 de agosto, aniversario de su muerte.
Sor Teresa Benedicta de la Cruz demostró ser una mujer valiente, inteligente pero por encima de todo, una mujer consecuente con sus decisiones. Tras su muerte nos legó su amplia obra filosófica y su precioso ejemplo de vida.
Años después, con el advenimiento del nazismo, la vida de Sor Teresa se puso en peligro. Tiempo atrás ya había advertido al propio Vaticano, de la necesidad de frenar la barbarie que se iba a cernir sobre las tierras europeas. Fue en vano.
A pesar de ser monja católica, sus orígenes judíos la convertían en blanco fácil para los nazis. Conscientes de ello, sus compañeras del convento de Colonia la ayudaron a cruzar la frontera. Fue a fines del año 1938. Poco después llegaba al convento de Carmelitas de Echt, en Holanda. A pesar de que aquellos territorios aún estaban a salvo de la amenaza alemana, en junio de 1939, Sor Teresa escribía su propio testamento. También dedicó su tiempo a escribir un ensayo sobre San Juan de la Cruz.
En mayo de 1940, los alemanes ocupaban Holanda. Dos años después la Gestapo entraba en el convento de Echt donde fueron detenidas Sor Teresa y su hermana Rosa que se había unido a ella tiempo atrás.
Primero fueron trasladadas al campo de concentración de Westerbock pero su destino final, como el de miles y miles de judíos, sería el temible campo de exterminio de Auschwitz. El 9 de agosto de 1942, Sor Teresa de la Cruz, era asesinada en una cámara de gas junto a su hermana y otros inocentes.
En 1962 se iniciaba su proceso de beatificación que concluyó el 1 de mayo de 1987, cuando Juan Pablo II la beatificó. El 11 de octubre de 1998, el mismo pontífice canonizaba a la desde entonces Santa Teresa Benedicta de la Cruz y poco después la declaraba co-patrona de Europa. Su fiesta se celebra el 9 de agosto, aniversario de su muerte.
Sor Teresa Benedicta de la Cruz demostró ser una mujer valiente, inteligente pero por encima de todo, una mujer consecuente con sus decisiones. Tras su muerte nos legó su amplia obra filosófica y su precioso ejemplo de vida.
Si quieres leer sobre ella:
"El papel de la mujer" por Edith Stein
"Los caminos del silencio interior" por Edith Stein
"¿Qué es la filosofía?" por Edith Stein (en homenaje a su maestro Husserl)
Sobre su obra "El problema de la empatía" refiere Kris Mc Daniel en este enlace
lo siguiente:
"Los caminos del silencio interior" por Edith Stein
"¿Qué es la filosofía?" por Edith Stein (en homenaje a su maestro Husserl)
Sobre su obra "El problema de la empatía" refiere Kris Mc Daniel en este enlace
lo siguiente:
"Edith Stein, quien comenzó su carrera como asistente de investigación de Husserl, fue una filósofa importante en la tradición fenomenológica, pero su trabajo fue finalmente marginado en la Alemania nazi y murió en un campo de concentración. Este artículo desentierra y discute su primer trabajo sustantivo, Sobre el problema de la empatía, que es el problema de cómo otras personas y sus estados internos pueden entregarse a otros. En términos del "problema de otras mentes", cómo las percibimos es a través del estado intencional irreductible de empatía. Stein quiere distinguir entre los aspectos descriptivo-psicológicos (que se distinguen por la ideación de Husserl de los estados intencionales) y los aspectos genético-psicológicos (apoyados por análisis empíricos) de este problema. Stein sintió que la empatía era un acto de ideación a través del cual podemos discernir de manera sistemática y completa no solo los tipos espirituales de los demás, sino el nuestro. La empatía es un requisito previo tanto para el conocimiento de los demás como de uno mismo."
Magnifica.
ReplyDeleteInteresante, tratas las biografías femeninas con empuje, nos muestras la cantidad de mujeres que estuvieron ahí, que dejaron su huella. Un abrazuco
ReplyDeleteNo tenía ni idea, qué apasionante historia nos traes, amiga.
ReplyDeleteUn abrazo
Unos amigos judíos, tienen un cuadro de la Santa Teresa de la Cruz. Ellos, como también digo yo, son diferentes los caminos para llegar a un mismo Dios y Teresa (Edith), lo hizo, según ellos dos veces. La tienen como ejemplo valentía para sus hijos (y los mios).
ReplyDeleteBesote guapa.
Los caminos insondables del Señor. Las vueltas que da la vida. Una mujer a la que desconocía. Gracias por el post. Un trabajo muy loable.😘✔
ReplyDeleteDesconocía la vida de esta mujer. Historias personales como la suya clarifican el verdadero horror del nazismo que, como seres "bien pensantes" deberíamos jurar no olvidar. Gracias por traerla a tu blog. Un fuerte abrazo
ReplyDeleteMe confieso ignorante sobre ella, salvo un par de mártires no suelo interesarme por personajes religiosos, pero de los pocos que he leído (ahora incluyo a Edith) he podido aprender y ampliar mi propia visión. Me parece genial saber que fue una monja con grandes estudios de filosofía y valiente a la hora de manifestar su desaprobación en esos tiempos críticos, tan llenos de injusticia y crueldad por los nazis. Mujeres así, son un ejemplo.
ReplyDeletePor lo que pude ojear sobre su pensamiento, me parece una visión esclarecedora sobre temas humanistas esenciales que valdrían la pena explorar.
Vengo aquí, a tu blog, sabiendo que aprenderé o conoceré algo. Gracias.
Olá, Myriam, que mulher fantástica, conhecia alguma coisa sobre ela, mas não tantos detalhes de sua vida. Que bom ter lido!
ReplyDeletePois é, o Vaticano... não dá para entender aquele silêncio!
Ótima essa tua partilha, querida Myriam.
Uma boa semana, cuide-se também com o covid.
Beijo, atá mais!
Buenas noches, que historia tan interesante , desde luego siempre hay que tener fe, y esto nos lo demuestra.
ReplyDeleteUn fuerte abrazo.
Una mujer de admirar, yo la desconocía, una vida mas triturada en la épica mas vergonzosa de la humanidad, donde tantas personas fueron despojadas de sus sueños, pero su legado agranda su valentía.
ReplyDeleteMuchas gracias por compartir tan interesante información sobre esta interesante mujer, un aprendizaje más en tu bello blog.
Un abrazo amiga Myriam
la fe mueve montañas, curte las heridas y nos da , a quien merece, los pasos necesarios para hacerse grande.
ReplyDeleteBella, aunque dura, la biografía de esta mujer.
Mil gracias por el aporte, Myr. Interesante como siempre.
Un beso enorme.
Sus ideas religiosas chocarían lógicamente contra la ausencia de ellas que tengo yo. Aún así las personas que creen en algo, que lo llevan hasta el final y son consecuentes con ese algo me merecen todo mi respeto.
ReplyDeleteMe choca la santidad, pensaba que debían tener algún milagro en el checklist para obtenerlo.
Mirando en internet:
ReplyDeleteDiez años después, en 1997, Teresa Benedicta McCarthy, una pequeña niña de la ciudad de Boston, en Estados Unidos, fue diagnosticada con un grave e irreversible caso de daño hepático luego de consumir una fuerte dosis de medicamentos, se recuperó repentinamente apenas sus padres oraron a Edith Stein.
Este hecho, completamente documentado, fue reconocido oficialmente como un milagro, abriendo así el camino para la canonización.
https://www.aciprensa.com/recursos/el-camino-hacia-los-altares-2909
Me gustaría saber que habría opinado ella de todo eso :)
BEAUSEANT: muy intersante lo que aportas. No sabía de este caso de sanación milagrosa atribuido a Edith/Teresa. Gracias. Un abrazo
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