Friday, June 2, 2023

Este jueves, un relato: "Trampas, engaños e impostores" Grandes estafadores, el hombre que vendió la Torre Eiffel dos veces

 

Convocatoria  de Mónica desde su blog "Neogémenis" en dónde podrán leerse más relatos.



Nació en Bohemia,  parte del Imperio Austro Húngaro (actual República Checa),  el 4 de enero de 1890 y no las tenía todas consigo. Era muy inteligente, de gustos refinados y hablaba varios idiomas, pero no venía de una familia noble y adinerada.  A los 19 años, mientras tomaba un descanso de sus estudios en Paris, se inició en el juego. Y ese gusto por ganar dinero fácil hizo que se dedicara a presentarse como el "Conde Lustig" y realizara estafas de diverso monto y contenido en los Trasatlánticos  entre Europa y Estados Unidos, como la de conseguir inversionistas para una obra en Brodway inexistente, e incluso llegó a  estafar a un Banco en Nueva York, y así siguió hasta que los viajes transoceánicos fueron cancelados al estallar la Primera Guerra Mundial. 
 
Lustig  se vio  compelido por las terribles circunstancias bélicas a buscarse otro escenario para continuar con sus hasta ahora impunes fechorías.  En 1925 viajó a Paris. Una mañana cuando estaba desayunado en una lúgubre Cafetería de barrio que apestaba a alcohol y tabaco,  cayó en sus manos un periódico en el que leyó un artículo sobre lo mucho que le costaba al Ayuntamiento de París mantener la Torre Eiffel, que, entre otras cosas se estaba oxidando, y la nota  dejaba entrever que parte de la opinión pública estaría a favor de su remoción.  Su interés e inspiración se despertaron como por arte de magia,   acto seguido comenzó sin dilación alguna a urdir un elaborado plan que incluía contratar a un falsificador de papelería gubernamental. 

Identificándose como Director Adjunto del Ministerio de Correos y Telégrafos, Lustig invitó  en un Hotel caro a un grupo de comerciantes de Chatarra  a una reunión secreta. En ella, Lustig reveló que  había escogido sus nombres por ser empresarios honestos y de entre ellos seleccionaría a aquel que recibiría la propiedad de la estructura que, como bien debían saber, no encajaba  para nada entre los edificios  góticos de la Zona o el Arco de Triunfo. Mientras, Victor Lustig los iba observando  para elegir  al eslabón más débil como  víctima de su estafa;  lo halló en André Poisson, un empresario inseguro que deseaba mucho ascender en los círculos empresariales parisinos,  calculando además que éste  no diría nada de lo que estaba a punto de sucederle, lo convenció de ser un  Funcionario corrupto que aceptaría un gran soborno para asegurarle la propiedad de la Torre Eiffel, con el que al recibirlo  Lustig se esfumó de Paris, escondiéndose en Austria.  Tal como lo supuso, este pobre estafado, presa de vergüenza suprema, nada dijo de la cuantiosa estafa.  Por lo que, pasado un tiempo prudencial, regresó Lustig muy campante a París para una segunda venta de la Torre Eiffel, sólo que esta vez fue denunciado a la Policía por lo que puso pies en polvorosa rumbo a  Estados Unidos. 

En EEUU se dedicó estafar con una máquina  de imprimir dinero inventada por él, incluso se asoció con otros delincuentes para realizar estafas a gran escala,  inyectando miles y  miles de dólares falsos  durante cinco años en la economía norteamericana y todo iba de maravilla, hasta que una novia celosa lo denunció a los agentes federales  por lo que  a Lustig se le acabó la buena vida.  

El 10 de Mayo de 1935, Victor Lustig fue acusado de Falsificación y condenado a 15 años en la prisión de Alcatraz, pero justo antes del juicio trató de evadirse y fue recapturado, por lo que le alargaron 5 años más la sentencia.  Sin embargo, no la cumplió toda, el  9 de marzo de 1947 Lustig contrajo neumonía y murió dos días después en el Centro Médico para Prisioneros Federales en Springfield, Missouri, EEUU,  a los 57 años de edad.

 
 Fuentes:
 
 Johnson, James F.; Miller, Floyd (1961). The Man Who Sold the Eiffel Tower. Doubleday & Company Inc


Grandes estafadores previos en   De amores y relaciones:
 
Eugenio F. Vidocq (Fr, 1775-1857) Ladrón, prófugo, espadachin, mujeriego, Jefe de Policía y detective privado.
 
 Filek (1889-1952) El estafador que engañó a Francisco Franco. 
 
 
 
 

24 comments:

  1. Vaya con el mentiroso estafador! por su ingenio y audacia merecía ser recordado! jajaja. Hay casos en los que el engaño casi resulta ser un arte! Un abrazo, Myriam y muchas gracias por tu original aporte

    ReplyDelete
  2. y sin daños fisicos, ni maltrato ni heridos ni muertos, solo jugando con la ambiión de la gente como un timo de la estampita cualquiera Un abrazo

    ReplyDelete
  3. La estafa es un arte entre las categorizaciones delictivas. Y digo que es un arte, porque en el fondo al estafador le encanta la manera de inventarse el engaño, el señuelo, más que el beneficio. Bueno siempre lo he pensado, y no estaba descaminado, cuando me encontré con un compañero de colegio que había como Lusting, falsificado billetes (pesos colombianos), t hecho otras minucias de estafa, con éxito. Me invitó a unas cervezas, y le solté la pregunta: Te veo que tienes éxito con tu empresa de engaño, pero no paras, sigues con el cuento. POr qué? y me contesto, riéndose con los labios espumados de cerveza: "Estafar es una arte, más que un delito, Por eso no se para".
    Un abrazo desde mi cubil colombiano. Carlos

    ReplyDelete
  4. Si toda esa astucia en vez de emplearla para engañar , se hiciera a favor a la humanidad iriamos mucho mejor en esté mundo de mentiras y falsos profetas.
    Muy buena historia y desde luego listo lo fue.
    Un besote y fuerte abrazo.

    ReplyDelete
  5. Como dice Moni, un mentiroso estafador, toda una historia que merece ser recordada y vino a cumplir su objetico en el tema a tratar, evidentemente algunas personas hacen un arte de las estafas dotadas por su inteligencia, sumado a la astucia y encantamiento que te hipnotiza, pero su ego es tan grande que se olvidan de hacer algo bueno jeje
    Un abrazo Myriam

    ReplyDelete
  6. Un arte que basa el éxito de tal empresa en la desmesurada ambición de la gente. Engañados porque esa máscara ambiciosa no les deja ver lo que realmente se cuece.
    En todo caso, si no hubiera sido por esa novia, tal vez hubiera conseguido estafar hasta su muerte.
    Un relato histórico, que siempre viene bien, donde se muestra esa debilidad humana.
    Para leer y releer.
    Me ha gustado.
    Un abrazo.

    ReplyDelete
  7. Tras leer tu relato he recordado un documental que vi hace poco acerca de famosos estafadores y en todos ellos hay un patrón, la habilidad para engañar al resto e inventar de la nada supuestas realidades. No deja de ser un talento, mal utilizado ciertamente.

    Besos dulces y dulce mes para ti.

    ReplyDelete
  8. Conocía esta historia y ha sido un gusto leer como la contaste.
    Un detalle curioso es estafaba a quienes planeaban estafar. Como a esos que pretendían falsificar dinero con esa falsa máquina.

    Muy bien contado. Un abrazo.

    ReplyDelete
  9. Conocía la historia, leída hace muchísimos años, en aquella revista que se llamaba Reader's Digest y que se basaba en contar cosas curiosas y llamativas, más alguna de divulgación.
    Un tipo impresionante, con estafas de alto nivel.
    Abrazo.

    ReplyDelete

  10. Es un arte ingenioso, lo leí hace mucho. Impacta la capacidad de algunos para atrapar la atención y la curiosidad de los demás. Siempre es interesante traernos estos casos, me gustan.
    Un abrazo.

    ReplyDelete
  11. Uff el era un estafador : pero el Poisson, era un advenedizo un estupendo nombre, me he recordado esta nombre a la fórmula para calcular el numero de veces que se produce un suceso aleatorio.Otra victima más por ambición, que no tiene padres...
    Un relato chapó me ha encantado comosiempre leerte.
    Besos y un finde tranquilito,Myr

    ReplyDelete
  12. Un estafador es un encantador de serpientes. Encandila y utiliza su inteligencia para conseguir sus objetivos. No sé si denominarlo “arte” como opina Carlos, pero sí algo muy parecido y, es que el uso de la astucia y el engaño y el saber elegir las personas perfectas para su juego, requiere de un cierto coeficiente intelectual.

    Besos y buen finde Myriam

    ReplyDelete
  13. No imagino cómo puede tener tanto dinero alguien capaz de creerse que puede comprar ña torre eifiel. Descubrirlo ya es un mérito. No diré arte, pero si las fabulas se pagarán podría haberse ganado la vida honradamente.
    Bsoss Myr

    ReplyDelete
  14. Menudo personaje! Muy interesante su historia! Era todo un impostor con "mayúsculas"! Definitivamente hay que tener la cabeza amueblada de cierta manera para dedicarse a algo así! Una especie de talento natural, que por suerte no todo el mundo tiene! Un abrazote Myriam!

    ReplyDelete
  15. ¡Qué interesante tu historia!. Desde luego hay que reconocer que ardides no les faltan a los que se dedican a estafar a los demás y más aún si son de altos vuelos...
    Y con la Torre Eiffel.... y parecía no haber roto un plato.
    Cuidadín.... cuidadín...

    ReplyDelete
  16. Conocía la historia, pero no con tantos detalles... A veces el estafador necesita mucha colaboración por la otra parte, porque mira que intentar vender la torre Eiffiel :)

    En España tuvimos uno que vendió una línea de tranvía, que también tiene mérito...

    ReplyDelete
  17. Cuántas veces los líos amorosos han destruido un buen plan!!!!

    :-)

    Musu handi bat.

    ReplyDelete
  18. Todo el mundo puede ser estafado, incluso los estafadores. Al menos estos últimos se merecen que les paguen con su misma moneda ;)
    Un besazo, Myriam

    ReplyDelete
  19. Estafadores y estafados, a veces se parecen en demasía.

    Buen post y buena información. Un abrazo

    ReplyDelete
  20. HOLA a TODOS: Muchísimas gracias por vuestros comentarios. Estoy de acuerdo. Estos estafadores con cara de no haber roto un plato, siguen un patrón bien definido. Por un lado son inteligentes, pero no tienen escrúpulos. Elijen a sus víctimas con mucha atención. Cualquiera de nosotros puede caer en sus redes en un momento de vulnerabilidad, porque ellos detectan muy bien esa vulnerabilidad y la usan a su favor. Saben cuáles son las necesidades de la víctima elegida y explotan eso, brindándole aparentemente lo que necesita. Igual sucede en el amor: Si una mujer se acaba de divorciar, por ejemplo, se siente mal, sola, carente de cariño y comprensión, le harán creer que ellos llenan esa carencia con el único objetivo de estafarla emocionalmente y quedarse con su patrimonio.
    Por eso son tan peligrosos.

    Conocía este caso desde muy joven. ALFRED me recordó por qué.


    Abrazos a todos. Y sí tienen ganas, al final del artículo puse las s enlaces a dos casos de impostores/estafadores más publicados anteriormente en este blog.

    ReplyDelete
  21. Interesante historia la que nos cuentas, no la conocía. Vengo desde el blog Autodidacta a darte las gracias por leer mi poema y comentar. Un saludo.

    ReplyDelete
  22. CHELO: Muchas gracias a ti y bienvenida a mi casa siempre que lo desées. Un saludo.

    ReplyDelete
  23. rsssss, olá, Myriam, amiga, é de rir desse golpe com a nossa belíssima
    Torre Eiffel!! Essa está demais! Eu não conhecia.
    Como aparecem golpistas atualmente, e todos vão fazendo 'Escola' que vem de sempre! Na verdade, esses são os humanos, e porque essa surpresa, não é?
    Mas até hoje ficamos perplexos como tem montes de pessoas que caem em golpes, como podem? rss Levo medo...
    Gostei muito de ler essa tua postagem, não deixa de ser divertida, amiga!
    Deixo um beijinho e votos de uma ótima semana.

    ReplyDelete
  24. Hola, Myriam, curiosa historia la que nos traes. Estafadores y estafados que harían lo mismo. Muchas veces pienso que si todo ese ingenio para llevar a caba la estafa lo invertirían en positivo..., pero parece que ser buenos chicos no les motiva.
    Un abrazo, Myriam.

    ReplyDelete

Comentarios inapropiados seran automaticamente borrados. Por "inapropiados" se entiende ofensivos, denigrantes o que vulneren de cualquier otra forma la dignidad de las personas.

Divergencia de opiniones, con respeto, es y será siempre bienvenida. ¡Gracias por comentar!