Foto: mía
Convocatoria de Magade de Qamar del blog "La trastienda del pecado"
No eran una pareja convencional. En realidad, no eran como el común de la gente en la ciudad costera en la que vivían. Hacía tiempo que habían llegado a la playa, desde la profundidades oscuras del mar. En cierta forma, eran felices Doña MyrEs y Don GoBal. Nunca les importó el que dirán, ni las miradas sorprendidas de los vecinos las primeras veces que se cruzaron con ellos, ni los cuchicheos, ni las risas que les seguían. Al final, con cariño y paciencia, se convirtieron en miembros muy activos y respetados por la comunidad.
¡Ah! me olvidaba, como al año de llegar a esa ciudad tuvieron una hija: yo, Estrella. Sí, como las estrellas del cielo, como las estrellas del mar, aunque pasó a ser mi nombre oculto y sagrado, porque lo han llevado antes mi abuela materna y mi bisabuela paterna, provenientes ambas de dos mundos bien distintos. Y en un afán de rebeldía o de independencia, quizás, opté cuando niña por usar el primero, Myriam, como el de la profetiza hermana del mismo Moisés que cruzó el Mar Rojo, si es que en verdad, lo cruzó. Con el tiempo aprendí que no podemos negar la herencia, hoy, que conocemos la secuencia completa del genoma humano. Sólo cuando asumimos nuestro pasado plenamente, podemos desde nuestro presente marchar hacia el futuro. Por eso, queridos terrícolas, ahora vivo en la Constelación de Orión.
(Dedico esta entrada a mis amigos Manuel López del blog "Colotordoc"y a Cayetano Gea del blog "La Tinaja de Diógenes")
¡Ah! me olvidaba, como al año de llegar a esa ciudad tuvieron una hija: yo, Estrella. Sí, como las estrellas del cielo, como las estrellas del mar, aunque pasó a ser mi nombre oculto y sagrado, porque lo han llevado antes mi abuela materna y mi bisabuela paterna, provenientes ambas de dos mundos bien distintos. Y en un afán de rebeldía o de independencia, quizás, opté cuando niña por usar el primero, Myriam, como el de la profetiza hermana del mismo Moisés que cruzó el Mar Rojo, si es que en verdad, lo cruzó. Con el tiempo aprendí que no podemos negar la herencia, hoy, que conocemos la secuencia completa del genoma humano. Sólo cuando asumimos nuestro pasado plenamente, podemos desde nuestro presente marchar hacia el futuro. Por eso, queridos terrícolas, ahora vivo en la Constelación de Orión.
(Dedico esta entrada a mis amigos Manuel López del blog "Colotordoc"y a Cayetano Gea del blog "La Tinaja de Diógenes")
Muy bueno. Tal vez uno viene de la unión de una humana y un alienígena, y ahora, mirando el ADN podamos volver a casa. La imaginación ha pasado por tu lápiz y ha dejado una pequeña joya
ReplyDeleteUn abrazo y por un miércoles gozoso,con buenos recuerdos, terrenales o quién sabe, siderales :-)
Un cuento muy gracioso querida Estrella !
ReplyDeleteMuchas gracias por la dedicatoria de tu simpático relato. No cruza uno todos los días el Mar Rojo.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
No está mal la constelación de Orion.
ReplyDeleteDicen que hace buen tiempo todo el año :-)
Musu handi bat.
He disfrutado con el cuento, con imaginación y esa pizca de historia como todo cuento que se precie. Te seguiré llamando Myriam pero siempre te veré como una Estrella. Abrazucos
ReplyDeleteMira que de vez en cuando me pongo frente a la piscina de la urbanización a intentar hacer como Moisés :D...Pero debe ser que no tengo suficiente Fe :D
ReplyDeleteGracias por la dedicatoria. Somos eso, genética y no lo podemos negar...incluso mi hija tiene un parecido con sus tías abuelas...
Besote
Pues espero que seas muy feliz en Orión y que te traten muy bien... :)
ReplyDeleteBesos y salud
Una hermosa estrella de las letras... Un fuerte abrazo
ReplyDeleteViVIAN: ¡Bienvenida a mi casa!. He mirado en tu perfil pero no figura en él ningún blog, por eso no puedo ir a visitarte allí.
ReplyDeleteUn abrazo
Desde luego nos dejas un relato donde la magia la has conseguido , que bueno y por supuesto tu lugar de residencia no podría ser mas bello.
ReplyDeleteAbrazos y preciosas vistas las que tu tienes.
Elegante pareja dentro de su peculiaridad. Y, además, responsables del nacimiento de una preciosa y rebelde estrella.
ReplyDeleteY qué bonito lugar donde vivir! Buen mensaje entre líneas…
Me ha encantado, Myriam.
Bsoss, y feliz noche 💙
Un relato muy curioso y muy bien ilustrado.
ReplyDeleteYa se ve que desde chica apuntabas maneras, jejejejeje
Que interesante!! en la redacción de Tour Historia disfrutado mucho con esta lectura! Saludos
ReplyDeleteA veces me pregunto el por qué mira mi madre tantas veces al cielo si yo no me parezco a mi padre...
ReplyDeleteMuy original este origen del nombre y sobre todo ese final cósmico.
ReplyDeleteUn abrazo
Curioso y original relato que con el arte de una maga de las letras nos arrastra hasta tus origenes. Besos.
ReplyDeleteDicen que somos polvo de estrellas, así que algo se nos ha de pegar... ¡Qué bello ser estrella!
ReplyDeleteMuchísimas gracias por tu participación y por la "locura" de este relato que es tan cósmico, con esencia de realidad y un toque de estelaridad.
Un beso enorme y nos seguimos leyendo.
Tenemos raíces de nuestros ancestros y eso no se puede desconocer... todo la humanidad es una cadena.
ReplyDeleteUn abrazo.
No se puede negar los orígenes, mucho menos cuando se viene de una familia poco convencional, un hermoso relato.
ReplyDeleteAbrazos
Qué original tu relato mi querida Myr, me has llevado hasta esos orígenes y es cierto que no podemos negar la herencia.
ReplyDeleteBesos enormes.
Una historia llena de grandes sentimientos, con un toque que le da una gracia especial, bonita dedicatoria a tus amigos. Mis felicitaciones amiga.
ReplyDeleteUn abrazo inmenso!!
Me imagino a esos dos seres con tanta carga ancestral viviendo felices en un mundo quizás extraño, quizas hostil, a veces, pero felices, pese a los inconvenientes, sostenidos por la fortaleza que les da el amor. Me gustó tu aporte, Myriam. Un abrazo
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