Nada parecía prever el desenlace. Todo comenzó aquella tarde cuando los cinco amigos, dos chicas y tres varones post- universitarios, amigos desde la más tierna infancia, decidieron emprender un viaje diferente. Una experiencia que jamás olvidarían, se dijeron.
La propuesta había sido presentada por Maribel, y aunque hubo dudas al principio, finalmente la secundaron por unanimidad. Por eso, temprano esa mañana de abril, los cinco se despidieron de sus allegados y cargaron sus mochilas en el auto de Tomás, camino al aeropuerto Adolfo Suárez. Habían decidido viajar a Estambul y de ahí volar a la ciudad de Denizli, Turquía, en cuyo aeropuerto alquilaron una cuatro por cuatro. Susana y Tomás, que tenían una gran tienda de ropa, estaban particularmente interesados en importar algunos de los fabulosos textiles turcos, por lo que habían programado varias visitas a industrias de la zona, como la de Tosonoglu o Menekse. A Maribel, que era arqueóloga y a Pedro y Miguel que eran historiadores, les interesaban otras cosas tales como el reciente descubrimiento de una imponente estatua del emperador Trajano, o visitar la antigua Laodicea, sede de una de las 7 iglesias mencionadas en el libro de Apocalipsis Cap. 3, sita en las proximidades de Denizli. De regreso hacia Madrid, tenían pensado visitar exhaustivamente la magnífica ciudad de Estambul.
Ya en el jeep, enfilaron hacia la ciudad de Denizli, a menos de una hora de ruta en dirección oeste. No habían recorrido más de 15 minutos, cuando una densa niebla cubrió el camino, sin nada de visibilidad, se vieron obligados a salir a la banquina para evitar un accidente. Charlando, esperaron pacientemente a que despejara. Sopló un viento frio. De pronto, la niebla comenzó a desintegrarse y los cinco amigos, mudos de sorpresa, vieron a un hombre de porte árabe y mediana edad, montado en un caballo. A pié, a su costado, un hombrecillo flacucho y harapiento con una vara en su mano izquierda, sostenía con la otra las riendas para que el hombre desmontara.
- Salem Aleikum, ¡sed bienvenidos a estas tierras, forasteros!. - dijo el hombre de forma respetuosa y pausada - Mi nombre es Ibn Batuta, continuó.
- ¿Ibn Batuta, el célebre viajero y explorador árabe, nacido en Tánger, Marruecos, en 1304?
- El mismo que viste y calza, para servirles.
- ¿Qué hacéis aquí, buen hombre?- Preguntó Pedro.
- He llegado a estas tierras para buscar empleo en la corte del Sultán Muhammed Ibn Tujluk por un tiempo. Mi intención es seguir el viaje hasta la India ¿Y vosotros?
En este punto, los cinco cayeron desmayados.
Demás está decir que ninguno de los cinco cumplió su sueño, ninguno de los cinco pudo salir tampoco del laberinto del tiempo en el que quedó atrapado.
Demás está decir que ninguno de los cinco cumplió su sueño, ninguno de los cinco pudo salir tampoco del laberinto del tiempo en el que quedó atrapado.
Fotos 2 y 3 de la Red.
Y una vez que entras en el laberinto ya es imposible abandonarlo.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
Muy bueno , te atrapa desde el principio , la aventura de los amigos hacía esas tierra es interesante pero la niebla lo cubre de ese magnetismo que es esencial para el final de la historia .
ReplyDeleteMe encanto ..
Un abrazo y feliz tarde.
Hay que tener cuidado con los sueños porque te pueden atrapar y convertirte en residente de otra dimensión. Al menos, han caído en una espiral que no disgusta... la niebla tiene siempre su misterio. Hay que andarse con ojo.
ReplyDeleteMe ha gustado, original y dinámica. Además, con base en Turquía, con alma moruna por otro lado. Me ha atrapado.
Un beso.
Un laberinto sin hilo, uno que te lleva a otra dimensión, habría que preguntarle a Ibn Batuta que se ve desde allá. sabes captar la atención desde el principio. Abrazucos
ReplyDeleteQue inquietante eso. Me hubiera gustado que se me hubiera ocurrido algo parecido.
ReplyDeleteUn abrazo.
Pues es para pensarse eso de ir para Turkia....Un relato que no te deja impasible y de lo más original. Besos.
ReplyDeleteMe he quedado con ganas de más, pero eso ha hecho que yo eche a volar mi imaginación, que tampoco está mal.
ReplyDeleteFuerte abrazo
Vaya! hay encuentros que mejor es no tenerlos!jajaja. Al principio del relato interpreté que tenía mucho de autorreferencial, pero después, al ver las indeseadas consecuencias del extraño encuentro, me alegra comprobar que no ha sido así jajaja. Un abrazo Myriam y muchas gracias por participar.
ReplyDeletePor eso tengo un atrapasueños en mi habitación, por si acaso... :)
ReplyDeleteBesos y salud
Dificil salir del laberinto una vez que entras.
ReplyDeleteMuy original tu relato mi querida Myr.
Un beso enorme.
Sin duda fue una experiencia que les marcó y condicionó para el resto de sus vidas. Y es que, esas nieblas que de pronto caen como manto denso y oscuro… siempre van envueltas en escalofrío y misterio…
ReplyDeleteMuy bueno, Myriam.
Bsoss, y feliz finde.
Viajar en el tiempo...una de mis asignaturas pendientes...y no sabes cuanto...
ReplyDeleteMuy bueno Myriam.
Besote
Muy original tu relato. Toda una experiencia encontrarte atrapado en un viaje en el tiempo.
ReplyDeleteBss
Un relato muy bien llevado, con ese punto que engancha al lector. Un laberinto da muy juego.
ReplyDeleteUn abrazo!!
Interesante post, donde nos dejas atados a una pesadilla, o un sueño sin destino, o a una trampa del tiempo.
ReplyDeleteMuy bueno, con la información adjunta perfecta. Un abrazo y feliz sábado
Sorprendente final para un viaje que prometía tanto....aunque, pensándolo bien no sabemos qué ocurre después,tal vez algo mucho más interesante todavía.
ReplyDeleteUn beso
Esas tierras, el desierto, siempre es una fuente inagotable para historias de sueños sin tiempo y de misterio... buen relato.
ReplyDeleteUn beso.
Quizás rompió alguno de sus sueños, pero..quien nos dice que dentro del laberinto, los 5 van a tener muchos más....Besossss
ReplyDeleteHola Myriam, veo que tienes una gran capacidad para el cuento. ¡Y yo también me habría desmayado si veo a alguien que vivió hace siete siglos! Gracias también por ilustrarnos sobre Turquía.
ReplyDeleteCreo que es la primera vez que te leo así que volveremos a vernos por estos lares.
Besosss
Una viajera insaciable como tú, nos deja un relato muy bien hilado y que lleva al lector a vivir de primera mano esa angustia vital de lo desconocido.
ReplyDeleteAbrazos.
Un relato muy interesante Miryam. SE nota tu arraigo oriental y viajero. en tu historia se percibe claramente tu preferencia por los temas judeo-islamistas de siglos anateriore. Me ha gustado mucho. BEsosssssssss
ReplyDeleteEl laberinto que ya sea a este o aquel lado pone nuestras vidas del reves. Un abrazo Myriam.
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