He escrito una serie sobre China y otra sobre vestimenta -dentro de la cual, obviamente, incluimos el calzado- pero nunca había escrito hasta ahora sobre la monstruosa, invalidizante y dolorosa práctica que se vino realizando en China desde los tiempos de la Dinastía Song y que fue terminada a la fuerza por el gob. Comunista de Mao ZeTong en 1945, quien a mis ojos se anota por este hecho, una cucarda.
Foto de la Red
La práctica se originó en las clases superiores y tener pies pequeños era símbolo de estatus (obvio, con ese dolor era imposible moverse mucho o lejos y esas mujeres no tenían que trabajar en los campos de cultivo), luego se extendió a las clases inferiores también. Los manchú (de la región de Manchuria), en especial el emperador Kangxi, trataron de impedirla en 1644 al fundar la dinastía Qing que gobernó China hasta la caída del Imperio pero, sin éxito. Las mujeres manchú inteligentemente inventaron zapatos que imitaban a los chinos, sin necesidad de romper y vendar los pies; otras minorías como la Bai tampoco lo hacían.
La excusa para esta práctica era que cuanto más pequeños los pies de las niñas, mejor marido podían conseguir; la razón verdadera era controlar, menoscabar y reducir a las mujeres a la esfera del hogar, que antes de que se impusiera esta práctica macabra (lo siento, pero me duele el cuerpo cuando escribo y pienso en esto) comenzaban a ser prominentes por derecho propio como la Política Shangguan Wan´er (664-710), la Poeta Li Qing Zhao (1084-1152) La Comandante Liang Hongyu (c:a 1110-1135) (de las que hablaré en otra oportunidad).
El procedimiento de esta tortura era el siguiente: A los 4 - 7 años comenzaban, primero introducían los pies de la niña en una tina con agua caliente y los lavaban, luego le cortaban las uñas, los masajeaban con hiervas, le rompían todos los huesos de los dedos para doblarlos hacia adentro, menos el dedo gordo; luego vendaban los pies bien fuerte y cada día, máximo cada dos días, le cambiaban los vendajes para evitar infecciones por la sangre coagulada y el pus que se juntaba. Después, las niñas tenían que caminar mucho para acostumbrarse y lo hacían como pisando huevos, con pasitos cortos. Con el tiempo los pies se apretaban más para hacerlos aún más pequeños. Los pies vendados (y masacrados) que asociaban muy poéticamente a la flor de Loto, se introducían en los zapatos de 10 cm (loto de oro) - 14 cm (loto de plata). Eso sí, los zapatitos era bordados con mucho refinamiento. Las niñas sufrían intensos dolores los tres primeros años, luego menos, pero aunque sufrieran dolor, debían ser dulces, complacientes y sonreír al marido. Se dice que las versiones más antiguas del cuento de La Cenicienta, de pies muy pequeños, vienen de China. Sobre el origen de esta cruenta práctica de casi un milenio, circularon varias leyendas.
Foto de WP
Foto de WP
Foto cortesía de Joseph Trupp, fotógrafo alemán, quien en el 2007 fotografió a esta mujer llamada Zhou Guizhen, de entonces, 87 años.
La fotógrafa Jo Farrel pasó en Septiembre de 2014 un mes en la Provincia de Shadong en China fotografiando mujeres supervivientes de esta práctica que a pesar de no vendar más sus pies, han quedado con ellos destrozados de por vida.
Exposiciones como la del Museo de Antropología de Missouri, EEUU de zapatitos de Loto o la del Mac Clung Museum, EEUU, en 2005, arrojan luz sobre esta aberrante práctica que producía daños irreparables en los cuerpos de las mujeres chinas de la etnia mayoritaria Han, pero también generan espacios de reflexión sobre los aspectos relacionados con la vestimenta que producen efectos nocivos en la salud de las mujeres en otras culturas a lo largo de la Historia (por ejemplo el Corset Victoriano, o el Burka musulmán) pero también -como lo señalo en esta entrada, una de las más leídas- hoy en día, las anoréxicas-enfermas bajo el pretexto de "estar bellas y deseables para los varones", algo en lo que debemos reflexionar, sin lugar a dudas.
Foto de la Red
Para leer más aquí, aquí o aquí.
Entrevista a esta mujer a los 102 años a quien le vendaron los pies cuando tenía 2 años bajo el lema que cuanto más pequeños, mejor (más rico) marido conseguiría, aunque más común era que se masacraran y vendaran desde los cuatro años en adelante.
Imitación Manchú (SIN)-- Foto de la red
Imitación Manchú (SIN)- foto de la red
Una práctica realmente repugnante, una tortura.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
Se me ha puesto la piel de gallina.
ReplyDeleteIncreible!!!
Un beso.
Visto desde nuestra cultura cuesta entenderlo, cuando ves el resultado da un poco de grima, pero por estos lares, dejamos a las gimnastas y a las modelos sin comer, a los culturistas los cebamos de productos tóxicos, y si regresamos a otras culturas rompen los huesos de los niños para que quedando deformes puedan dar pena a la hora de pedir caridad. Ya te he soltado mi parrafada. Mejor te abrazo y me voy.
ReplyDeleteMuy interesante la labor de documentación que haces y la manera en la que nos traes estos temas.La obsesión de las culturas por dominar el cuerpo de la mujer da para mucho. Lo peor es que ahora que nadie nos obliga (en algunos paises ) nos dominamos nosotras para complacer gustos de varones.Esas mujeres tan delgadas que parecen enfermas, o los maniquíes de los escaparates en tiendas de ropa para adolescentes. Maniquíes que representan mujeres enfermas, indefensas, tristes y muy delgadas. Buenos, regalaremos posters de Sofía Loren a nuestras hijas. Muy interesante.
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ReplyDeleteEscalofriante. Y siempre, el dinero y es estatus, por medio.
Un abrazo
Les canons de la beauté sont impénétrables, je t'avoue que les tatouages et les piercings ne me plaisent pas plus !
ReplyDeleteUna práctica fomentada por la necesidad del predominio del hombre sobre la mujer y, relacionada directamente con la cantidad de dolor que una mujer podía tolerar. Muy conveniente, porque así no tendrían por esposa a una mujer que intentase solicitar derechos sino que a una obediente sirvienta.
ReplyDeleteUn abrazo para ti.
Escalofriante tortura y me imagino que el sufrimiento de las pobres niñas debía ser atroz. Sabía lo de los vendajes pero ignoraba que les rompieran los huesos. Gracias a ti ya se algo más sobre la cultura china.
ReplyDeleteBesos Myriam
Hace falta ser imbecil para seguir esa práctica...
ReplyDeleteBesos y salud
Una práctica brutal:me pasa como a ti, que leyendo el proceso ya me duele todo.
ReplyDeleteLas fotos testifican la brutalidad a la que eran sometidas, para ser más sometidas por medio de matrimonios de conveniencia...-Como el que compra un jarrón y lo exhibe.
Un beso feliz finde Myr.
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Costumbres que afortunadamente se han dejado de lado...
ReplyDeleteWelcome home :D
Besote guapa
Una tortura. Una salvaje tortura.
ReplyDeleteBesos.
¡¡¡Qué crueldad!!
ReplyDeleteBss
Afortunadamente se queda en un pasado esta costumbre, pues destrozar así los pies era una crueldad por el dolor sentido, tan solo pensar el cansancio que uno coge llevando un mal calzado sin tener comparación a lo impuesto.
ReplyDeleteUn abrazo.
Una salvajada. Tienes razón, lo que inventan para oprimir a la mujer.Impresionante tu reportaje.
ReplyDeleteBesos, Myr.
¡Qué horror! me pongo mala de ver esas fotos y todo por una tradición que les gustaba mucho al hombre... Mejor me callo, porque a estas horas podría decir alguna barbaridad.
ReplyDelete¡Hola, Myrian!!!
ReplyDelete¡Por Dios, que horrible atrocidad y que largo tormento para las mujeres! Ver las fotos produce escalofríos, me quedo sin palabras.
Gracias por compartir este pogs, no sabía yo de esta cruel practica.
Te dejo mi inmensa gratitud y mi gran estima.
Un abrazo y se muy- muy feliz.
Me alegra que estés de vuelta, reina.
Tremendo... es terrible cómo a veces perdemos el norte y aceptamos salvajadas como costumbres...
ReplyDeleteUn abrazo grande