Vamos
ahora a centrarnos en el matrimonio de Cipriano Salcedo y Teodomira
Centeno, un modelo de pareja despareja que fracasa en lugar de
complementarse (por motivos de espacio no puedo profundizar en cada modelo) y
lo vamos a hacer desde una lectura actual, como si estuviéramos hablando de
parejas de ahora y me aventuro a hacerlo, porque Miguel Delibes que
reflexionaba profundamente sobre estos temas (lugar de la mujer en el
matrimonio y la familia, la pareja en si, la muerte, el miedo, los niños, la
naturaleza, la sexualidad, el prójimo,
etc) utilizó conceptos modernos desde el punto de vista de la Psicología al referirse a las emociones y algunos procesos psíquicos, como cuando Dn
Bernardo en el diálogo que sostiene con la niñera Minervina sobre Cipriano le
dice a ella “(...) Es ud. Quien debe instruir al pequeño sobre la mejor manera
de orientar sus afectos, sobre lo que está bien y está mal (...)” P141 o
cuando habla de la atracción de los opuestos al referirse al
matrimonio de Cipriano y Teo P258, o cuando el tío Dn Ignacio le explica
que su atracción hacia Teo pudo deberse a que vio en ella a la madre que no
llegó a conocer P245 o cuando Cipriano
le dice a la mujer “Acéptame relajada, receptiva no olvides
que....”P268 o cuando nos dice el narrador que Cipriano “en una idealización
inefable se vio, de pronto, como un apóstol propagando la buena nueva” P334.
De estos ejemplos puedo inferir la hipótesis de que Delibes
deseaba –consciente o inconscientemente- que lo hiciéramos, que
meditáramos a través de la lectura sobre estos temas ya que, al presentarlos de ésta manera, nos los acerca emocionalmente.
Cipriano,
como sabemos, viene
de un hogar en el que la madre muere al darlo a luz, y el padre lo odia por ser
–según sus propias palabras- “pequeño parricida” P80 pero crece con el
cariño y sustento que le proporciona su joven nodriza Minervina, luego niñera, luego
incluso iniciadora en su sexualidad en una breve relación (como dice Paco, “carente de erotismo
pero con mucha emotividad”) y veinte años después o más, quien lo
acompaña en su camino hacia la muerte, cuando va a ser ejecutado por la Inquisición. También
crece Cipriano con sus compañeros de colegio de Expósitos y con la
influencia benéfica que sus tíos Dn Ignacio (Letrado y alto dignatario
Gubernamental, preocupado por el prójimo) y Dña Gabriela (digna, generosa y
elegante socialite) ejercen sobre él. Es un niño bajito,
menudito y peludito, pero muy fuerte con
deseos de aprender P162 que se doctora en Leyes P203, que incluso obtiene
el título de Doctor-Hidalgo P210 y que llega a ser un muy hábil e
innovador comerciante que además de lo heredado, amasa una fortuna considerable P213, 215 y aspira siempre a un perfeccionamiento moral P239. Como
vemos, viene de una familia que sin ser noble, tiene prestigio económico, social
y cultural, por más odio que padre e hijo se tuvieran mutuamente y ese miedo que Cipriano le tuviera siempre al padre, que hasta le dejó una leve secuela al hablar que no llegó a tartamudeo P18.
Teodomira,
Teo, apodada La reina del Páramo, es una mujer físicamente muy grande, de tez muy
blanca, carnes muy firmes, con mucha fuerza y destreza sin igual en esquilar
ovejas, hasta cien en un día, sin desgarrar ninguna, lo que le valió el apodo,
sin ninguna educación y siempre “vestida al uso de las campesinas de la
región: saya corta con faldillo debajo y mangas con papos a la moda antigua”
P226 y con galochas en los pies. Es hija de un ganadero perulero, bruto como él
solo y tan sucio, que dejaba un olor a “cagarrutas” P260 por donde pasaba, pero muy rico que la
explotaba trabajando a tal punto que Teo
era vista por sus vecinos como el burro de carga del padre P219. El padre
además era “un ser primario y, como toda
persona elemental, dispuesto a juzgar sin conocimiento” P239. ¡Vamos, una
delicia perfumada y delicada de hombre! que ni siquiera se sacaba la cachucha de
bordes todos sudados dentro de la casa P239.
Físicamente
opuestos: Cipriano chiquito, fuerte y peludo. Teo grandota
y de piel firme y blanca tanto como “el mármol de una estatua”, sin vello y sin
sudor P257.
Intelectual
y moralmente opuestos: El preocupado por temas trascendentales como
los espirituales, la oración, la
lectura, la innovación en el comercio, su gente, etc.; ella
super-concreta, centrada en lo suyo y laboriosa (antes de casarse) e indolente (después)
llenando sus vacíos con objetos
materiales, egoísta, ego-centrada en lo
que ella quiere para sí, sin importarle un rábano los demás y menos que menos,
su marido.
De
sensibilidad opuesta:
recordemos como Cipriano protegía a los desamparados como el niño del colegio
abusado por El Corcel o durante la peste, como ayudaba a los enfermos. Teo,
en cambio era capaz de sacrificar gazapos con un golpe letal en la nuca y
absoluta frialdad, aunque decía amar a los animales que no eran destinados al
consumo humano. P 231. El prójimo a Teo le importaba nada, cero al as.
De
caracteres opuestos:
Ella no tenía ningún interés en crecer, aprender, superarse;
estaba conforme como venía y con lo que hacía; era alegre: capaz de retozar de risa en un
columpio, El no rió en toda la novela ni una sola vez, creo, solo sonrió
“abochornado”, cuando Teo elogió las ropas de su negocio que había
ido a ver P232. Lo he percibido como un niño y luego adulto,
melancólico, con un gran vacío afectivo y a veces, con temores, que pensaba mucho, y hasta demasiado P40, porque sus pensamientos se enrollaban, inseguro en algunos aspectos, con escrúpulos
de conciencia, con interrogantes espirituales que lo llevan a una crisis de fe
P306, con deseo de aprendizaje y superación, incluso con una misión trascendente
que cumplir, más allá de sus logros laborales.
Primer
encuentro de ambos luego de la
presentación: A Cipriano
le atrae “Tan habituado a pasar inadvertido” P.229 como Teo se arregló para recibirlo. No la
encontró bella, pero él quedó “preso de su hechizo, de sus ojos melosos,
calientes y protectores, sensación que no le abandonó toda la tarde”
P.229.... incluso, le “arropaba su presencia” P230.
Atracción
sexual inicial ¿opuesta o complementaria?: De parte de Cipriano, desde el mismo
momento en que en la primera cita la columpia con la fuerza de sus pequeños
brazos musculosos y se le resbala la mano a las nalgas de ella, rozándolas,
“cuyo cuerpo compacto no cedió un ápice a la presión” pero que logra turbarlo,
y ella se desconcierta sin saber si fue a propósito o sin querer. Una escena
que al revivirla Cipriano, se excitaba en las noches P233. Cipriano siempre la
veía durante el día a ella (en casa del padre) con “Una labor entre las
manos, una mujer hogareña, equilibrada, y de buen juicio” P 239. Al tiempo que le
producía sosiego, le producía una viva excitación sexual. Una mezcla de paz,
seguridad y deseo. P240 (Nótese aquí que hay química). Teo en el columpio seguía hablando
de las pieles de nutria que Cipriano usaba en los zamarros de su negocio, unas
pieles que le agradaban mucho “pero no comprendía como podía quitar la
vida a un animal tan hermoso” P232 Nada se dice de que Teo sintiera ninguna
atracción sexual por Cipriano en su primer encuentro, pero está claro que le interesa.
Juego
sexual en el matrimonio:
Al inicio, la relación es alegre y Delibes nos la cuenta con mucha gracia y de manera muy gráfica. En el relato, es patente que la química sexual circula entre ambos libremente.“En el
aspecto sexual, su matrimonio funcionaba” P254
Cipriano se decía que “poseer a Teo era como poseer a una Venus de
mármol llena de agua caliente, porque Teo era Blanca y robusta, pero no fría” P255 en la que las habilidades de
Teo de esquiladora hacía que le encontrara “la cosita” hábilmente y
cuando la encontraba prorrumpía grititos de admiración y entusiasmo” P255
erigiéndose “la cosita” en el eje de la
vida íntima del matrimonio. Una vez hallada, Cipriano asumía la parte
activa en el coito, batallaba por
encaramarse “a la generosa orografía de Teo”
P256 y la cabalgaba como a Obstinado. Teo llegaba al orgasmo con
sus risitas y risoteo descarado P256, cosa que halagaba la masculina vanidad
de Cipriano pero, a medida que la comunicación (¿Hubo
alguna, alguna vez, más allá de la meramente básica?) -léase, más bien, expectativas de llenar necesidades o carencias- entre ellos se deterioraba, el sexo también. “Bastaron unas semanas (de convivencia) para
que Cipriano advirtiera una cosa importante: había ordenado su vida al margen
de la indolencia de Teo y de los accesos de humor colérico que empezaba a
observar en su conducta” P254.
Contrato
nupcial implícito en versión moderna: Por parte de Cipriano: “Tú me das cobijo
en tu axila P257, me das el cariño materno que nunca tuve, llenas esa carencia
infantil que hace que tenga un hueco adentro y me sienta inseguro emocionalmente”. Por
parte de Teo: “Te daré todo el desahogo sexual que quieras si me
dejas preñada, porque eso es lo que más quiero en el mundo: ser madre, el resto
me importa un comino” P267.
Mañana el final: en donde
analizaremos la crisis marital de ambos, obsesiones, conflictos y resoluciones.
Contribución
a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda
desde su blog La
Acequia. © Myriam Goldenberg
Me gustó mucho la introducción que hiciste en el post anterior, y el análisis que realizaste de la pareja Cipriano-Teo es muy interesante. Engancha a la lectura, y añades un toque psicológico muy pertinaz a la interiorización de los personajes.
ReplyDeleteFelicidades por el aporte a La acequia.
Besos, Doña.
Interesantes tus reflexiones sobre ella pareja a luz del libro. Lo leía hace años y me ha venido muy bien refrescar la memoria.
ReplyDeleteBss
Myr: me ha encantado este resumen de la lectura y no te creas que difiere mucho de la mayoría de matrimonios...que después de la primera pasión se les trastoca la convivencia.Es qué eran dos polos opuestos y ademas no tenian una comunicación verbal que es tan necesaria para mantener viva la chispa.
ReplyDeleteUn abrazo feliz verano!
Uy interesante tu estudio, ya deseo leer el resto.
ReplyDeleteSe te da bien el análisis de personajes.
ReplyDeleteGran trabajo.
Un beso.
El hombre pequeño con la mujer grande es un clásico de chistes y chascarrillos. Cipriano sobre la sapa, perdido en aquella mole, con su "cosita". Delibes convierte en arte lo más vulgar, lo dignifica. Y tú no lo explicas muy bien, diez en didáctica.
ReplyDeleteBesos, Myriam.
Esa metida de mano en el columpio que lo deja excitado toda la noche, esa fue la perdición de Cipriano ja ja ja. Ya luego cuando se dan las cosas realmente toda esa imaginación de la que es desbordante el protagonista pierde su argumento y con justa razón, según el perfil de dama.
ReplyDeleteBesos!!!
Una de las cosas que mejor prepara Delibes en esta novela es la razón profunda de la psicología de Cipriano Salcedo, que llevan a su actuación en pareja, como bien dices.
ReplyDeleteBesos.
Buenos días, Myriam:
ReplyDeleteCS había encontrado en Minervina un todo, que le fue arrebatado al ingresar en el colegio de Expósitos, y que con el nuevo mundo de los compañeros y la ocupación de sus energías y su tiempo no había tenido tiempo de echar en falta. Lo compensaba el tener lejos la presencia de su padre, don Bernardo Salcedo.
Cuando vuelve a encontrar a Minervina, podía haber sido feliz totalmente sin tener que dar cuentas a confesores y demás. Sólo tenía catorce años, y su tío y doña Gabriela, “tan rectos y perfectos” eran los tutores.
En cuanto tiene autonomía busca a Minervina.
El encuentro con Teo, y sus sentimientos, son los propios de un inexperto.
Abrazos.