Pensé esta semana ya trabajar sobre el segundo la trilogía de Oscar Esquivias : 1- Inquietud en el Paraíso, 2- La Ciudad del Gran Rey y 3- Viene la Noche, que leemos con la guía de Pedro Ojeda desde su blog La Acequia. Todos mis escritos sobre las obras de este autor se encuentran en la etiqueta que lleva su nombre o pueden acceder a ella pulsando aquí.
Digo "pensé" porque lo pensé mejor y decidí que esta semana - que es la semana del bendito día en que aterricé en este glorioso planeta no se bien si por obra del Azar, del Espíritu Santo, del Gran Arquitecto del Universo, o momento pasional de quienes me engendraron - no quería estar revoloteando por el Purgatorio del estupendo libro de Oscar. Es que verán, ni chinos ni judíos, ni protestantes vamos al Purgatorio, simplemente porque no existe en el sistema de creencias de estos colectivos. O sea que, encontrar un chino allí es como encontrar una aguja en un pajar. Por eso me sorprendieron "los chinos alegres y discretos que se ganaron sino el aprecio, la condescendencia de sus vecinos" en La Ciudad del Gran Rey (El Purgatorio de Esquivias, II P. 361)
Me dije, "grande", "grande", estos chinos se las arreglaron - a pesar de todo - hasta para vender paraguas o corbatas en el Purgatorio ¿Qué tal les iría con un restaurante? Me los imaginé capaces de invitar juntos al Papa Benedicto XVI y al Gran Rabino de Israel a comer cerdo agridulce en su cantina "El Gran Salculco" sobre una buena copa de "ojimiel", esa extraña bebida a base de alcohol, anis y azucar - que se me parece al para mí in-bebible Ouzo griego - que servían allí. Pero, helás, justo ahora que Esquivias nos brindaba tan bellas perspectivas multiétnico-espirituales de grandes festejos purgatoriales, viene Su Santidad a decantantarse porque el Purgatorio no existe. ¡Malum Signum! ¡Malum Signum!
Hablando de sorpresas, les confieso, que aún más me sorprendió encontrar en la Burgos de Guerra Civil de Inquietud en el Paraíso: chinos y no uno ni dos, sino un grupo de ellos, "que caminaban borrachos, dando bandazos y que lucían corbatas atadas en la frente, como si fueran indios" ( I, P. 201). Restregué mis ojos cansados de tanta lectura, pensando en que mi fantasía me estaba jugando una mala pasada pero más adelante, exactamente en la P. 272, vuelve otro grupo de chinos a aparecer - o quizás el mismo al que ya se le había pasado la borrachera - esta vez con una pancarta que decía "Bienvenido" y que gritaban " 'Aliba España! ¡Viva el quelelal Salculco! ¡Viva Mola!" y como el gran cierre de una ópera bufa, en la P. 351 gritan "Viva el Pulgatolio".
¡Interesante!, me dije: Si Oscar Esquivias me pone tan inverosímilmente y poco veraz chinos en Burgos en esta novela histórica ambientada en 1936, algún sentido tendrá, pues estoy casi segura de que en esa época no los había. ¿Querrá probar cuáles son mis conocimientos histórico-sociológicos? ¿Querrá estimular mi curiosidad investigadora? ¿Querrá ver si yo como lectora me lo llevo puesto? ¿Querrá testear mi reacción? o.... ¿provocarme?.
Sea lo que fuera que lo llevó a hacerlo, la cosa es que me picó el bichito de la curiosidad ¡Gracias Oscar! y me quedé bizca hasta altas horas de la noche - ésto es porque no tengo marido - contanto chinos en Burgos, en Madrid, en Barcelona. en Málaga. LLegué a imaginarme que alguno habría querido cambiar el color de la piel tostándose al sol en las cálidas playas de Málaga o quizás amplial sus conocimientos de idiomas estlanjelos estudiando sueco o noluego....¡Si seniol!
Creo haber leido por algún lado - no recuerdo exactamente dónde - que en el censo de 1930 había en toda España, 63 chinos repartidos más o menos asi: 30 en Barcelona, 11 en Madrid, 6 en Zaragoza, 2 en Pontevedra, 1 en Cádiz, 1 en León , 1 en Málaga ( el que se quería tostar), 1 en Valencia ( fascinado con las fallas que le recordaban los fuegos articificiales del Año Nuevo del Dragón) y 1 en Viscaya, etc. ¡O: cero! en Burgos (¿o sería que las palomas mensajeras que alimentaban las dos viejas pitucas en el paseo de "El Espolón", les habrían llevado mensaje a los 30 de Barcelona de que si se aburrían de tanto " Els Quatre Gats", había diversión castrense en el inquieto paraíso burgalés?). Recordemos que la población total de España según el INE - Instituto Nacional de Estadísticas de España - ese año era de 23.563.867 habitantes (se necesitaba lupa para ver 63 chinos en ese montón, digo).
En el Anuario de Migraciones al 30 de Junio 2004, en 1961 había ¡¡161 chinos!! en toda España. Ignoro si vendían corbatas o se las ponían en la frente como indios. Pero, según los datos estaban así repartidos: 27 en Cataluña, 86 en Madrid, 20 en la Comunidad Valenciana, 5 en Andalucía (se puso popular la toma de sol) y 3 en Castilla y León (¿alguno de estos 3 querría probar el soberbio y célebre chocolate caliente en la cafetería de "El Espolón"? Ya que estamos en tema, se los recomiendo con un chorrito de cognac).
En INE en 2001 cuenta 27.595 chinos (1,8%) de la totalidad de extranjeros que sumaban entre todos 572.013 hab., después de países como Marruecos 247.941 (15.8% ), Ecuador 216.474 ( 13.8%) o Colombia 160.104 (10,2 %).
Me fui luego al Anuario de Estadística de Extranjería e Inmigración de España para ver cuántos extranjeros había en toda España en 2007: de Rusia: 306.131. de Marruecos: 146.000, de Colombia 68.233, de China 41.771, etc.
Revisé más datos y leí unas cuantas memorias o monografías y artículos, pelo no quielo abullillos más. He plobado mi punto. Eso Espelo: Es llamativo que el autor no eligiera extranjeros de alguna de las minorías que quizás hubieran podido ser más representativas en esa época que la minoría china, puesto que el flujo de inmigrantes chinos a España comienza a ser significativo y a aumentar de forma progresiva y constante recién desde la década del 80.
Y, ya que con confesiones ando, aquí viene la última: Una "duda existencial" me quita el sueño: ¿Cuál sería, entonces, la intención ideológica de Esquivias de colocarme chinos tan levoltosos y que vitoleaban al Genelal Sankulko y a los golpistas en una ciudad en la que no los había y que si los hubiela habido hubielan estado tlabajando, tlabajando y tlabajando?
Tendré que leer algo de él, porque sino estoy más perdido que carracuca.
ReplyDeleteNos planteas una buena pregunta para un concurso. Los chinos aquí están dando lecciones de gente emprendedora, de cómo tirar palante en momentos de crisis.
ReplyDeleteMuy divertido tu relato.
Un abrazo.
Interesantísima entrada, salpicada con un inteligente sentido del humor.
ReplyDeleteEs larga, profunda, pero se lee de un soplo.
Mis felicitaciones.
Me quedo con los dos chinos en Pontevedra en 1930, ¿qué coño harían dos chinos en Galicia en esa época?
Quiero pensar que eran una pareja, en el fondo soy un sentimental.
Saludos.
Creo que simplemente ha querido dar una pincelada de humor o contraste a una situación caótica.
ReplyDeleteEste lelato tuyo es muy diveltido.
ReplyDeleteElan los pleculsoles de la intelcultulalidad.
A lo mejol elan amicos de Oscal que había conocido en Twitel y quelía dalles (léase como dal-les) un poco de plotagonismo en el liblo.
O a lo mejol elan peleglinos camino de Santiago y habían ido a visital la Catedlal de Bulgos y a tomal chocolate con chulos en la cafetelía de El Espolón.
Selá difícil sabello (léase sabel-lo) a no ser que Óscal sea tan amable de explicálnoslo.
Bueno, quelida amiga, hoy además de un beso te mando un fuelte ablazo.
¡Genial! ¡No había chinos en Burgos! Este Ósquivias quiere volvernos locos. No basta con ese enrevesado "Ciudad del Gran Rey", NO. Tiene que añadir más leña al fuego... Excelente tu investigación, querida. Besotes, M.
ReplyDeleteVale, te cantaré el cumple feliz... ;), que en chino se pronuncia así: "cumpleaño, felí"
ReplyDelete:))
Besibrazos.
Aunque hay quien me ha dicho que los chinos comenzaron a emigrar a España cuando una compañía inglesa construyó el ferrocarril...yo soy de la opinión de que aquí, en Burgos, no había chinos en el 36. Los chinos comenzaron aquí con sus tiendas y restaurantes hace unos quince años. Creo que lo de Esquivias es una "morcilla" para que nos riamos un poco porque eso del quelelal Sanculco tiene una guasa...De esos datos no te fíes, muchos no tenían papeles.
ReplyDeleteLa leyenda urbana de los chinos dice que no se mueren, que no los entierran, que no enferman ni son hospitalizados, que no tiran basura porque lo aprovechan todo, que comen perros, gatos...Tonterías todas ellas.
Besos, Myriam, y feliz cumpleaños.
Jajjajaja, muy lindo post amiga, creo que los chinos estan en todas partes, si en España llegaron en los 80 a ser significativos, pues en la novela que estas leyendo parece que si se hacian sentir y vitoreaban a distra y siniestra...una cosa es cierta estos chinitos si se hacen sentir aunque sean poquitos jejjejje
ReplyDeletehttp://www.revistasculturales.com/articulos/13/revista-cidob-d-afers-internacionals/285/1/la-migracion-china-en-espana-caracteristicas-generales.html
ReplyDeleteEste enlace habla de emigración china, a partir de la década de los ochenta.
Besos
Propongo que le hagáis esta pregunta a Óscar en el próximo foro. Por ahora, me callo mi explicación, que se mueve en los terrenos del humor y en el juego literario que usa lo extravagante para resaltar lo dicho. Pensemos que son aludidos en relación con Sanjurjo, que no se presenta en el libro. Quizá en el tercer volumen pueda encajar mejor todo esto...
ReplyDeleteEn cuanto a lo del Purgatorio, ya sabes que ahora ni los católicos pueden encontrarse allí porque no es más que un espacio interior.
Besos.