Chronica de Gestis Hungaronum (Manuscrito Crónica iluminada de Viena)
Matías Corvino, rey de Hungría, me había encomendado unos diez años antes de morir en 1490 dicen que por intoxicación alimentaria, mas es de mi entender que fuera envenenado, una misión hartamente delicada y peligrosa. Debía recuperar un manuscrito húngaro de manos otomanas y devolverlo a donde con justicia pertenecía: la Bibliotheca Corvinniana del Palacio de Buda que gracias a Su Majestad contenía infinidad de preciados manuscritos. El manuscrito en cuestión era el Codex de la Gesta Húngara que relataba la historia del reino y principalmente, la del rey Luis I de Hungría (1326-82), héroe nacional.
Me puse manos a la obra y comencé, con ojos de lince y nariz de sabueso, a rastrear el manuscrito iluminado y encuadernado como códice. Seguir su pista me llevaría tiempo y no sería nada fácil, pero modestia aparte, era un buen guerrero que además tenía capacidades de investigador, con dotes lingüísticas, y era muy hábil en eso de disfrazarme e infiltrarme sin ser notado allí dónde nadie se atrevía. Por eso era el hombre del rey designado para esta tarea de espionaje y reintegro -Dios mediante- del objeto robado.
Las pistas me llevaron primero al déspota de Serbia Dorde Brancóviç y luego a la corte del emperador de la casa de Osman, el Sultán Mejmed II, apodado "el Fatij"-Conquistador de Constantinopla- quien realizó además varias campañas contra el reino de mi Señor, contra Belgrado, Valaquia, Moldavia, Serbia, Bosnia y Grecia. Por su calidad de guerrero y estratega, al Sultán nada se le resistía. Hasta guerreó contra la República de Venecia quien creyó que podría vencerlo.
Por otro lado, Mejmed II era muy educado y de refinados gustos tanto en arte y arquitectura, como en historia, música, literatura, filosofía, también era versado en el Corán y el sufismo, al igual que en las ciencias, y contaba con una enorme Biblioteca en su Palacio en Constantinopla en la que había reunido un gran botín de manuscritos iluminados y otros no iluminados, en pergamino y en papiro, tanto en rollos como en códices. Se dice que los traductores, escribas, iluminadores y copistas se reunían a trabajar en su corte. Y ahí es donde yo tenia la oportunidad de entremezclarme y pasar desapercibido. Por peligroso que fuera, estaba decidido a cumplir con éxito mi misión para la que me disfrazaría de monje copista bizantino.
Todo iba de maravillas y ya había localizado al manuscrito, cuando el Gran Visir Karamani Mejmed Pashá me llamó ante su digna presencia:
- He sabido que andas hurgando hasta altas horas de la noche por las estanterías de la Biblioteca. ¿Qué tienes que decir al respecto, copista?
Empalidecí de terror, el más mínimo error y mi cabeza rodaría a la velocidad del rayo. Tomé aire, me encomendé a Dios, y con voz lo más firme y serena posible respondí:
- Sultana Jatun, Gran Visir, por intermedio de su eunuco Tarik solicitó de mi humilde persona que le buscara el Kitāb tuhfat al-safara (El libro del Viaje místico) de Ibn Arabi.
Pasó por esta vez, pero mi tiempo se acortaba. Cada segundo era un riesgo para mi vida y mi misión, así que saqué del escondite el Codex Hungaronum, lo metí entre mis ropajes y preparé mis alforjas. Partiría con los primeros rayos del alba. Escabulléndome sigilosamente por entre las sombras, salí de Palacio hacia los establos del sultán. Y allí me escondí hasta la hora de partir pero antes cambié mi disfraz de monje por uno de mercader.
Notas:
Mejmed II introdujo la palabra Política en árabe "Siyasah" de un libro que publicó y afirmó ser la colección de doctrinas políticas de los césares bizantinos antes que él. Reunió a artistas italianos, humanistas y eruditos griegos en su corte, permitió que la Iglesia bizantina siguiera funcionando, ordenó al patriarca Genadius que tradujera la doctrina cristiana al turco y llamó a Gentile Bellini de Venecia para pintar su retrato, así como los frescos venecianos. que se han desvanecido hoy. Recogió en su palacio una biblioteca que incluía obras en griego, persa y latín. Mejmed invitó a científicos y astrónomos musulmanes como Ali Qushji y artistas a su corte en Constantinopla, fundó una universidad, construyó mezquitas (por ejemplo, la mezquita de Fatij), vías fluviales y el Palacio Topkapi de Estambul y el Kiosco de azulejos. Alrededor de la gran mezquita que construyó, erigió ocho madrasas que, durante casi un siglo, mantuvieron su rango como las más altas instituciones de enseñanza de las ciencias islámicas en el imperio.
Mejmed II permitió a sus súbditos un grado considerable de libertad religiosa, siempre que obedecieran a su gobierno. Después de su conquista de Bosnia en 1463, emitió el Ahdname (Edicto de protección) de Milodraž (Campo militar en dónde se encontró con el monje Andeo Z. que se lo solicitó) para los franciscanos bosnios, otorgándoles libertad para moverse libremente dentro del Imperio, ofrecer culto en sus iglesias y monasterios y practicar su religión libre de persecución oficial y no oficial, insultos o disturbio. Sin embargo, su ejército permanente fue reclutado del Devshirme, un grupo que tomó sujetos cristianos a una edad temprana (8-20 años): se convirtieron al Islam, luego se educaron para la administración o los jenízaros militares. Se trataba de una meritocracia que produjo de entre sus alumnos cuatro de los cinco Grandes Visires a partir de ese momento.
Muy bueno. Ese manuscrito mejor que siguiera ya en manos de un monje sabio, que, vestido de mercader, lo siguiera protegiendo.
ReplyDeleteImaginativo y que atrapa. Un abrazo
gracias una vez más está a tu altura la aportación que nos regalas. Un abrazo
ReplyDeleteTodo sacrificio es para por tan alta misión.
ReplyDeleteUn abrazo.
¡Me ha encantado! Chulísima la ambientación,me parecía estar leyendo una novela histórica.
ReplyDeleteBesitos.
Muy bueno. En todo lo importante siempre hay un eunuco por medio.
ReplyDeleteUn abrazo.
No solo nos has dejado un manuscrito sino toda una ventura de lo más arriesgada, pero que con habilidad lo supo hacer. Los disfraces muy buena idea. Y ya no digamos la información que nos das, esa es ya de nivel ajajja. Un fuerte abrazo y gracias por la convocatoria muakk.
ReplyDeleteNo hay mucho mas que añadir a los comentarios que me preceden, pasar por aqui es llegar a un centro cultural donde se habla de historia, y de historias con sencillez. Siempre es un lujo leerte. Gracias !!!
ReplyDeleteNos has transportado con tus letras hasta la corte otomana. Un viaje por la historia de la mano de la ficción, la imaginación y la aventura.
ReplyDeleteMuy bueno y como siempre muy bien documentado.
Un abrazo.
Con tus ojos de lince y nariz de sabueso, nos regalas Historia.
ReplyDelete¡ Qué maravilla!
Un abrazo querida Miryam.
HOLA A TODOS: infinitas gracias por vuestros cariñosos comentarios. Besos y abrazos a repartir.
ReplyDeletePor suerte para los ladrones, en aquellos tiempos no había alarmas ni cámaras para evitar estas misiones subrepticias entre códices y manuscritos varios jeje. Un gusto leerte, Myriam. Un abrazo
ReplyDeleteMe haces soñar con el mundo que nos presentas, y encima ese monje tan valiente e ingenioso no solo (nos) recupera el Codex y su historia en su arriesgada aventura sino también al mismísimo Ibn Arabi con su Viaje Místico. Gracias;-) Es un placer leerte.
ReplyDeleteUn abrazo grande, Myriam, que tengas un feliz fin de semana.
Impresionante tu manera de adornar los textos con un sinfín de detalles de todo tipo, es como verlo en película. Tuvo suerte esta vez el enviado.
ReplyDeleteUn placer leerte siempre
Besos
Muy bueno, te ha quedado algo en plan el nombre de la rosa :)
ReplyDeleteAlgunos libros parecen escritos en sangre por la cantidad de vidas que se jugaron para hacerlos o protegerlos.
Qué bien lo escribes, tras los velos de lo histórico, para hacerlo más creíble. Un abrazo. Carlos
ReplyDeleteComo siempre nos dejas un excelente relato, bien documentado y trabajado. Siempre un placer pasar por este bello espacio cargado de muy buena historia.
ReplyDeleteUn gran abrazo y buen fin de semana.
Hola Myriam , que buen relato , la verdad con esta convocatoria
ReplyDeleteyo al menos , me entere de muchas cosas que desconocía de mi manuscrito
Vespasiano , gracias por eso información extra ya que la verdad sea dicha
yo andaba un poco perdida ,tu relato me a gustado mucho también , te doy las
gracias por arreglarme lo del enlace , ya que es la primera vez que me pasa , te deseo una feliz tarde , besos de flor.
HOLA A TODOS: Nuevamente, infinitas gracias por vuestros cariñosos comentarios. Besos y abrazos a repartir.
ReplyDeleteUna historia interesantísima que siempre me enriquece.
ReplyDeleteUn placer inmenso leerte.
Muy interesante historia. Tiene el contrapunto del comentario final en wue enaltece al supuesto malo del relato. El final se precipita , quizás por falta de espacio.
ReplyDeleteQue son los iluminadores?
Besosss Myriam
GABI: los copistas copiaban los textos (dejando espacio para las ilustraciones) y los iluminadores hacían los dibujos y los pintaban. Me alegro de que te haya gustado mi propuesta. Besos
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