Vencida la palabra y la espalda de recuerdos, regreso a este, mi habitáculo que no puedo llamar hogar. Al abrir la puerta del viejo apartamento, arrojo las llaves sobre la mesita de la entrada, y el abrigo, el sombrero y el maletín sobre el sillón. Me descalzo y lavo la manos. Luego, sin más fuerza, me abandono en la cama vestido como estaba. Tú, mi amor de siempre, desde que éramos críos, ya no estás. No tengo tu risa cascabel, ni tus manos de seda, ni tus ojos color miel, ni tu serena paciencia ni dulce compañía. Te has ido. Además, me acabo de jubilar, no habrán más viajes a destinos inciertos ni peligrosas misiones. Regreso pues, de este último viaje de trabajo, con el alma vacía y roto el corazón. Es como si hubiera traído adentro conmigo, sin notarlo siquiera, la densa niebla que creció en la pegajosa humedad de la noche. Las horas enmudecen siniestradas pero algo rasga el silencio de pronto: poco a poco siento in crecescendo el sublime murmullo de tu voz susurrarme al oído que aún no es tiempo de abandono y menos, de partir; que aún queda esperanza y acurrucado me duermo, como un niño, al roce de tus labios en mi frente.
Convocatoria de Mónica desde su blog Neogéminis, con el tema: "Escenas de películas". Yo elegí esta, enmarcada en rojo, de una serie de fotogramas propuestos por ella. Para leer más relatos, dirigirse a su blog, por favor.
Triste regreso...
ReplyDelete-Myr: has conseguido crear, una atmósfera decadente y sobre todo con ese duelo por ese amor ausente y que tantos recuerdos le traen...
ReplyDeleteUn abrazo feliz jueves
Regresar y caer tendido en la cama de las tristeza.
ReplyDeleteBuen texto. Te felicito.
Francesc Cornadó
Es la primera de las propuestas que leo de este jueves y no he visto la película pero creo que tu has hecho algo diferente que leerlo ya gusta. Un abrazo
ReplyDeleteUna imagen de una película origina sensaciones e impresiones que van más allá de la propia película. El arte de la sugerencia. Tú le has sabido sacar partido.
ReplyDeleteHabrá que hacerle al personaje un exorcismo para que no esté tan triste.
Un abrazo, Myriam.
Dejarse ir al sueño con el sueño.
ReplyDeleteBesos, Myriam.
Como invaden los recuerdos cuando vuelves a ese hogar en el que ya tu otra mitad no esta. Me gusto como has tratado el tema de esta semana . Y la imagen que has elegido. Un fuerte abrazo.
ReplyDeleteHas elegido la misma imagen que yo. Es muy evocadora.
ReplyDeleteMe encanta lo que te ha sugerido, y especialmente ese toque nostálgico que le das a la niebla.
Un abrazo cordial :)
Tu escrito me ha gustado... más que la película
ReplyDeleteBesote guapa
Una creativa forma de usar la imagen, desarrollando una melancolía intensa.
ReplyDeleteLa melancolía del personaje, desventaja de haber sobrevivido a peligrosas misiones. Y además haber perdido a la mujer amada, haberse quedado solo.
Aunque de alguna forma, ella ha regresado, para reconfortarlo.
No mencionás como era sus misiones, así que puedo suponer que tenían que ver con lo sobrenatural. Por eso, ella aparece luego de su muerte.
Y tal vez el protagonista, aún sea necesario, tenga que ayudar a alguien.
Hasta dejaste para imaginar a los lectores. Muy bien contado.
Un gran abrazo.
Pues sin conocer el origen de la escena, esa peli tan conocida, me ha encantado cómo el tipo regresa al hogar, cargado de niebla.
ReplyDeleteUn abrazo, y bonita tarde para ti
Te has ido... Roto el corazón... Uf, vaya escena. Me gustó mucho, Myriam, aunque no sé de qué película procede la imagen *.*
ReplyDeleteUn besazo
Un regreso a dónde no se le espera.
ReplyDeleteUn abrazo.
Qué preciosa historia te ha disparado esta sugestiva imagen, Myriam. Si bien la tristeza inspirada por las nieblas que enmarcan el regreso del personaje queda bien clara, la esperanza que se entreteje en su sueño nos deja menos sabor amargo en lo que quizás tenga reencuentro. Ojalá que sí. Un abrazo Myriam, muchas gracias por suamrte.
ReplyDeleteTu relato nos lleva a la tristeza del abandono aunque al final parece que vence la esperanza. Besos.
ReplyDeleteHOLA A TODOS: Muchísimas gracias por vuestros cariñosos comentarios.
ReplyDeleteNo recordaba a que película pertenecía el fotograma cuando escribí el relato, y mejor así porque fue sacado del contexto original para darle otro significado, (algo que suele ocurrirnos a diario cuando vemos una imagen o escuchamos una frase arrancada y desprovista de su contexto).
Sabiendo ahora que esta imagen pertenece a la película de "El exorcista" (1973) quiero, de paso, recordar a mi querido Max Von Sydow, fallecido hace un año, en el rol del padre Lankester Merrin y a su magnífica labor interpretativa en esta y en las demás películas en las que actuó.
Gracias a todos y a cada uno y abrazos a repartir.
Qué triste y sin embargo qué lindo final, dormirse acurrucado por la voz amada. Felicidades. Besos
ReplyDeletetodo merece la pena si el final es el encuentro, sentir, es la sensación que más nos conmueve. Un abrazo
ReplyDeleteA mi me ha gustado sobremanera, la interpretación de la fotografía.
ReplyDeleteAlgo así, como haber asistido a la proyección de una película muda; siempre dejando al espectador crear su propio guión a partir de las imágenes proyectadas sobre la pantalla.
Un relato muy emotivo, en recuerdo a los ausentes que siempre nos amaron y a los que continuamos amando.
Enhorabuena Myriam.
Un abrazo
Es aquello de tras una larga vida de trabajos y padecimientos llegar a la meta , con el cuerpo y el alma derrotados y preguntarse: ¿Y ahora que?.
ReplyDeleteMe encantó , Myriam
No he visto la película, pero me gusta el texto. Es magnifico.
ReplyDeleteUn abrazo.
Los recuerdos te pueden llegar a atrapar, me gusta mucho ese final.
ReplyDeleteParece que esta imagen ha sido muy solicitada por los participantes, vengo del blog de Volarela y también la eligió. Y qué bueno leer cada perspectiva de una manera.
Besos.
¡Qué tristeza!, has conseguido meterme el alma en un puño.
ReplyDeleteA pesar de eso re mando un gran beso.
He venido de leer a Voladera y tenéis un nexo de unión aparte de la imagen elegida, lo cual es grato conocer. Has plasmado ese momento en el que el regreso no es el deseado, en el que solo espera el vacío y un mundo de ellos, un recordatorio de que la vida pasada no pudo ser y, tristemente, la futura tampoco.
ReplyDeleteUn beso enorme, Myr.