A lo largo de 200 años de su existencia, el Reino de Jerusalén (1099-1291) tuvo un protector, 18 reyes (incluidos 7 jure uxoris) y cinco reinas reinantes. Seis mujeres fueron reinas consortes, es decir, reinas como esposas de los reyes. Algunas de ellas fueron muy influyentes en la historia del país, habiendo gobernado como regentes de sus hijos menores y herederos, además de tener una gran influencia sobre sus cónyuges. Muchos reyes de Jerusalén murieron solteros o siendo niños.
Una de esas reinas reinantes por derecho propio, fue Melisenda,
(1105-1161) hija primogénita de Balduino II y Morfia de Metilene y
designada por su padre, heredera al trono de Jerusalén. Reinó en total por 30 años.
Melisenda
Balduino II rey de Jerusalén -uno de los Estados Cruzados del Siglo XI en Medio Oriente- casado con la princesa armenia Morfia de Metilene a quien amaba profundamente y que le había dado cuatro hijas y ningún varón, pero de la que se negó rotundamente a divorciar por otra que quizás sí se lo diera (según la creencia de la época, hoy sabemos que es el varón quien determina el sexo del nonato), según testimonio del historiador Mateo de Edesa, designó a su primogénita Melisenda, su heredera. (Ella sería la primera de cinco reinas titulares, pero de las que gobernaron realmente Sibila e Isabel, mas no María de Montferrat ni Yolanda, siendo sus maridos quienes lo hicieron por ellas).
incluyen el Reino de Jerusalén (1099-1291), el Condado de Edesa,
el Principado de Antoquia y el Condado de Trípoli.
Como durante el reinado de su padre, Melisenda fue considerada filia regis et regni Jerosolimitani haeres
(«hija del rey y heredera del reino de Jerusalén») tenía como tal
precedencia sobre otros nobles y clérigos en el ceremonial. Con el
tiempo, aparece cada vez más a menudo asociada con su padre en la
documentación oficial (monedas, concesión de feudos y correspondencia
diplomática). Balduino II educó a su hija como una sucesora capaz y ella
disfrutó del apoyo de la Haute Cour, el consejo real que reunía a la nobleza y al clero del reino.
Aún así, el rey Balduino buscó para su hija -con la ayuda de Louis VI de Francia- un pretendiente que la apoyara pero no que reinara en su lugar. Su elección recayó en un joven muy rico y experto comandante militar, Fulco V Conde de Anjou, apodado "el joven", quien acababa de enviudar de su primera mujer Eremburga de la Flecha. Tamaño prospecto de ser consorte de la futura reina de Jerusalén lo encandiló y con suma rapidez, poniendo pies en polvorosa y cascos al vuelo, largó el gobierno de sus propiedades en Maine, en manos de su hijo mayor Godofredo y partió hacia Tierra Santa. Astutamente convenció a Balbuino para que lo nombrara co-reinante junto con Melisenda, con quien se desposó el 2 de Junio de 1129, y el rey aceptó.
Cuando Melisenda ascendió al trono en 1131, Fulco trató por todos los medios de limitar el poder de su mujer, incluso, acusándola falsamente de infiel. Algo que tanto la Iglesia como el Consejo de nobles que la apoyaban, desestimaron por tratarse de una vil calumnia. Se armó la de San Quintin entre marido y mujer y finalmente, en 1135 los partidarios de la reina con ella al frente, dieron "un golpe de palacio" y Melisenda se hizo con el gobierno. Un año después ambos cónyuges se reconciliaron. Fulco no volvió jamás a impedirle gobernar a su mujer y se dedicó a lo que mejor sabía, la defensa de las fronteras tanto en el Sur como en el Norte del reino.
Melisenda contó con el apoyo de la Iglesia a lo largo de toda su vida. En 1138 fundó el gran convento de San Lázaro en Betania, que su hermana menor regiría como abadesa, dotándolo de las ricas tierras del llano de Jericó. También concedió grandes riquezas al Santo Sepulcro, a Nuestra Señora de Josafat, al Templum Domini, a la orden del Hospital, al hospital de San Lázaro y a los premostratenses de San Samuel.
En algún momento entre 1131 y 1143,
Melisenda encargó el llamado “Salterio de Melisenda”, a pesar de la influencia
bizantina e italiana en la iluminación, los artistas que participaron en
su elaboración muestran un claro y distintivo estilo de Jerusalén. En el segundo cuarto del siglo XII, Jerusalén contaba con un
floreciente y famoso scriptorium, capaz de realizar los encargos reales de máxima calidad.
La Segunda Cruzada:
En 1144 el condado de Edesa
se encontraba asediado en una guerra fronteriza que amenazaba su
supervivencia. Melisenda acudió en su ayuda, enviando un ejército
liderado por el condestable del reino Manases de Hierges, Felipe de Milly y Elinando de Bures. A pesar
de todo, Edesa cayó.
Imagen de la película Reino de los Cielos (2005)
En 1148 se reunieron en Acre los cruzados para establecer la estrategia de
ataque. Conrado y Luis aconsejaron a un joven Balduino III, de 16 años,
atacar la ciudad-estado musulmana de Damasco, aunque Melisenda, Manases y Eleonor querían tomar Alepo,
lo que ayudaría a reconquistar Edesa. En la reunión se decidió atacar
Damasco. Sin embargo, esta ciudad estaba en buenas relaciones
diplomáticas con Jerusalén, y existía entre ellas un tratado de paz. El
resultado de esta ruptura fue que Damasco no volvería a confiar jamás en
Jerusalén.
Relación de Melisenda con su hijo Balduino III:
La
relación de Melisenda con su hijo era compleja. Como madre sería consciente de las capacidades de
su hijo, pues sabemos que siempre estuvo muy próxima a
él. Como gobernante, posiblemente le costó ceder capacidad de decisión a
un joven inexperto. En cualquier caso, no hubo presión política o
social para que se transfiriera autoridad a Balduino antes de 1152, aunque éste ya había alcanzado la mayoría de edad hacía 7 años. Balduino III y Melisenda habían sido coronados como co-gobernantes el día de Navidad de 1143. Esta coronación conjunta fue similar a la de la propia Melisenda con su padre en 1128
y puede que reflejara una tendencia corriente a coronar al heredero en
vida del monarca reinante, como sucedía de hecho en otros reinos de la época.
Balduino fue educado para ser un jefe militar. Sin embargo, hacia
los 24 años sentía que ya podía hacerse cargo de alguna responsabilidad
de gobierno. Hasta entonces, Melisenda sólo le había asociado al
gobierno en raras ocasiones. Entre 1150 y 52 creció la tensión entre madre e hijo. La crisis llegó a su culmen a comienzos de
1152, cuando Balduino pidió al patriarca Fulco de Jerusalén que le
coronase en el Santo Sepulcro, sin la presencia de Melisenda. El
patriarca no aceptó. En protesta, Balduino representó una procesión por
las calles de la ciudad con una corona de laureles, en una especie de
auto-coronación.
Balduino y Melisenda decidieron dejar la decisión en manos de la Haute Cour, que decidió que Balduino gobernase el norte del reino y Melisenda las zonas más ricas de Judea y Samaria,
así como la propia ciudad de Jerusalén. La decisión evitaba la guerra
civil, pero dividía los recursos del reino. La Iglesia y los barones de
Judea y Samaria apoyaron claramente a Melisenda.
A pesar de todo, ni Balduino ni Melisenda consideraban que la
solución fuese perfecta. Pero en lugar de buscar un nuevo compromiso, a
las pocas semanas Balduino mandó una invasión del reino de su madre.
Tomó con rapidez Nablus
y Jerusalén cayó fácilmente. Melisenda con su hijo menor Amalarico y
otros, buscó refugio en la torre de David. La mediación de la Iglesia
entre madre e hijo supuso la concesión de la ciudad de Nablus y sus
tierras a Melisenda de por vida, y el juramento solemne de Balduino de
mantener la paz.
Melisenda había “perdido” la guerra civil contra su hijo,
pero mantuvo gran influencia y evitó ser recluida en un convento de por
vida. Para 1153 madre e hijo se había reconciliado. Melisenda siguió actuando en política y volvió a aparecer asociada a su hijo. En 1156 firmó un tratado con los comerciantes de Pisa. Un año más tarde, Melisenda tomó el-Hablis en Transjordania, mientras Balduino estaba en el norte.
En 1161 Melisenda sufrió un infarto cerebral:
su memoria resultó muy dañada y no pudo seguir tomando parte en los
asuntos de gobierno. Sus hermanas acudieron a cuidarla hasta su muerte
el 11 de septiembre de 1161.
Fuentes:
- Hans E. Mayer, "Studies in the History of Queen Melisende of Jerusalem", Dumbarton Oaks Papers 26 (1972).
- Bernard Hamilton, "Women in the Crusader States: The Queens of Jerusalem", en Medieval Women, ed. Derek Baker, Ecclesiastical History Society, 1978.
- Vicki Leon, "Uppity Women of the Medieval Times", Conari Press, 1997.
- Andrea Hopkins, "Damsels Not in Distress: the True Story of Women in Medieval Times", Ph.D. the Rosen Publishing Group, Inc. 2004.
Qué tiempos aquellos. Y qué nombrecitos se gastaban: Balduino, Melisenda (suena a infusión digestiva), Conrado... Por cierto, solo conozco dos personas con ese nombre: el que citas y la pareja de una conocida de Sevilla.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
Si leemos la historia siempre hay mujeres, aunque sus nombres no suelen estar escritos en negrita. Tu los rescatas todos y nosotros disfrutamos conociendo tantos datos. Un abrazo
ReplyDeleteQue vidas tan turbulentas!
ReplyDeleteMusu bat.
Gracias siempre por estas entradas que no veas lo que ilustran ajjaja. Y esas mujeres que han dejado huella y sin embargo no son reconocidas por la historia . Un besazo
ReplyDeleteMagistral clase de historia, algo nuevo se aprende cada día.
ReplyDeleteUn abrazo.
Muy bien por Balbuino II, no su nieto, por haber confiado en su hija, dándole oportunidades. Y bien por Melisenda, que demostró ser digna de esa confianza, siendo tan capaz, a pesar de los obstáculos puestos por su esposo y luego por su hijo. Que no me cayó bien, por lo que leí.
ReplyDeleteAdmirable Melisenda.
Un abrazo.
Melisenda era una mujer de armas tomar, supo poner a Fulco en su sitio, ¡habráse visto, semejante chulito!
ReplyDeleteFue una mujer de estado.
Saludos
Francesc Cornadó
Eso es una mujer de rompe y rasga. Encantador recorrido. Muchas gracias.
ReplyDeleteUn abrazo
Gracias por acercarnos a Melisenda y a todas esas grandes mujeres que forman la Historia. Siempre es un verdadero aprender contigo mi querida Myriam.
ReplyDeleteBesos enormes.
Qué notable! tener que enfrentar no sólo a su esposo sino también a su propio hijo. Qué difícil todo por ser mujer! Muy interesante todo, como siempre Myriam. Besos
ReplyDeleteMelisenda no conocía su historia, hay mujeres importantes en la historia y no siempre son valoradas.
ReplyDeleteGracias por compartir. Saludos amiga
Por favor, me pone una infusión de melisenda. Jejeje. Me la llevo. Seguro que le encuentro utilidad.
ReplyDeleteOtro abrazo.
¡jajajjajaja CAYETANO! Ya ves, todo sirve. Besotes
ReplyDeleteESTER: tienes mucha razón. Y a mi me encanta investigar, descubrirlos y compartirlos con Uds, como todo lo que publici aquí. Hay tantas cosas interesantes que han sucedido en nuetsro mundo y tantos hechos antiguos que tienne relevancia para comprendernos mejor. Besotes
ReplyDeleteJAVIER: Turbulentas y apasionantes. Ya sé que tú no eres mucho por la Historia, peor no puedo evitarlo, hay tantas Culturas o hechos histórico-culturales que añun hoy nos son relevantes para comprender, supongamos, las Culturas asiáticas que están en ascenso. Besotes.
ReplyDeleteCAMPIRELA, RAFAEL, JORGE, ALBADA y RITA: Gracias amigos, me alegra que les guste. Hay tantas mujeres de rompe y pasga que han hecho hIstoria y son tan pococ conocidas, por eso trato de rescatar algunas pocas de las miles de miles.
ReplyDeleteBesos a cada uno.
Conocía a Melisenda. Traes datos que desconocía. Me ha gustado mucho.
ReplyDeleteLas cruzadas son un momento histórico que me gusta mucho.
Besote
Aquellos tiempos de las Cruzadas, convulsos, han llegado a nosotros parcialmente contados. Cuanto más se adentra uno en ellos más sorpresas se lleva.
ReplyDeleteBesos.
DEMIURGO,FRANCESC Y MONICA-NEOGEMINIS: En efecto, Melisenda era una mujeres de Estado y supremamente inteligente, eficiente, decidida y fuerte de carácter. He decubierto mujeres poderosas e influyentes que vivieron precisamente en la Edad Media en distintos reinos o imperios. Recapitulando, he aquí reinas que gobernaron y que he traido anteriormente a este blog:
ReplyDeleteSiglos VI a X:
- WU ZETIAN (China)
- SEONDEOK, Silla (Corea antigua)
- TEODORA, viuda del emp Teófilo, Imp. Bizantino
- TEOFANU SKLERAINE,la griega, Sacro Imp. romano
Siglos XI a XIV:
- TAMARA, la grande, de Georgia
- ELEONOR DE AQUITANIA
- SULTANA RAZIA, Sultanato de Dehli
- Sultana SHAJAR AL DUR, Sultanato de Cairo
- VIOLANTE de BAR, Francia
- MARGARET , Dinamarca
Da para pensar. Seguiré investigando.
Besos y abrazos a todos
MANUEL (Colotordoc)Y PEDRO: por eso me emociona descubrir
ReplyDeleteestas cosas. Hay tanto que aprender de nuestro pasado.
Besos a ambos