Convocatoria de Dorotea del blog Lazos y raíces
Markus Friedman, boticario desde hacía 32 años (y médico) en un suburbio de Viena en las postrimerías del Siglo XVIII tenía una pasión desbordante por coleccionar todo libro antiguo escrito sobre medicina, herboristería, farmacología, cábala y alquimia. Amaba tanto los libros antiguos y reconocía la sabiduría intergeneracional acumulada en ellos que se esmeraba por conseguir las copias de traducciones más antiguas y fidedignas. Por eso atrás del salón de atención al público, en su despacho, tenía una biblioteca impresionante en la que se codeaban libros tales como "De materia médica" escrito por Pedanio Dioscorides o "El ·Tacuinum sanitatis" por Ibn Butlan, el "Libro sobre la farmacopea de la Medicina" por Al Biruni, un par de los 14 tomos de "El Canon de Medicina" por Ibn Sina (Avicena) "Del uso de las partes" por Galeno o "La botánica oculta" por Paracelso. En fin, la lista era larga. Pero esto no era lo más curioso, sino el hecho de que era extremadamente popular y exitoso en su trabajo. Colas y colas de clientes esperaban con paciencia y ansias sus extraordinarios remedios hechos a partir de recetas magistrales cuyas fórmulas sólo él conocía. Tanto era su éxito que los doctores de los Hospitales y dispensarios de la ciudad también le encargaban a él la preparación de los remedios que daban a sus pacientes. Para todos era sorprendente que este boticario recibiera siempre los encargos
con agradecimiento, solicitud y buen humor y
alcanzara a preparar todo, que era en verdad mucho, a tiempo. Eso si que era un verdadero misterio ¿Cómo lograba hacerlo?
Cada noche acudían al laboratorio donde se preparaban los encargos, situado al lado del despacho del boticario, los espectros de los autores de los libros que coleccionaba el boticario a prestarle asistencia con los preparados. También celebraban conciliábulos en los que discutían distintos aspectos científicos y otras veces, celebraban fiestas juntos con la presencia de músicos locales de carne y hueso como Haydn, Schubert, Mozart o Beethoven. No importaba que los aparecidos fueran de épocas diversas, tuvieran religiones diferentes o que hablaran idiomas distintos. Siempre había uno que podía traducir lo que se decía, ya que varios de ellos eran políglotas.
En la Botica de la calle Bäckerstrasse de Viena, propiedad de Markus Friedman, si que pasaban cosas extrañas pero a nadie le importaba eso o que se oyeran de noche, por ejemplo, melodías fantásticas porque Viena en ese entonces era una ciudad sana, vibrante, llena de cultura y sobretodo, feliz.
Las fotos son de la red
Que linda historia nos has contado Miryam, las antiguas boticas eran algo más que hacer recetas magistrales, había una rebotica donde las reuniones de literatos y gentes cultas hacían sus reuniones ..para qué ..quien sabe ..Gracias por ofrecernos esta lindo relato .
ReplyDeleteUn abrazo .
Las Boticas son verdaderas obras de arte, a mí me gusta fotografiarlas cuando voy de viaje y de Viena tengo alguna que otra.
ReplyDeleteMe encantó tu relato.
Besitos.
Qué historia tan bonita...las antiguas boticas tenían un encanto especial...como sus moradores...
ReplyDeleteMe ha gustado mucho...parece que he podido hasta oler ésa botica..
Un besazo¡
Muy bien narrada la historia de un boticario y sus preparados, siempre han tenido un poco de magia las reboticas. Un abrazo
ReplyDeleteCon las boticas se fue todo un mundo... Precioso trabajo, amiga... Las ilustraciones me encantan tambien
ReplyDeleteUn abrazo
Has mezclado pericia en la confección de recetas con una magia estupenda. Con razón a ese boticario acudía hasta los hospitales. Muy bueno porque además nos brindas información más que adecuada.
ReplyDeleteUn abrazo y feliz día , vienesa.
Genial historia. Estoy trabajando en algo parecido... ya te contaré
ReplyDeleteBesote
Oye genial, tiene misterio y realidad,,,bonito juego que da mucho al que lo lee.
ReplyDeleteUn saludo
Una buena historia y bien trabajada.
ReplyDelete¡Enhorabuena!
Un relato formidable, lo veo como parte de una novela. Era de ley que Avicena apareciese entre los libros de esa impresionante biblioteca. Un auténtico placer adentrarse en los secretos de esa botica que nos traes en tu texto.
ReplyDeleteUn abrazo.
Una idea fascinante, la ayuda de los que hace tanto tiempo supieron cosas que luego cayeron en el olvido. Recuperarlo es imprescindible. Ojalá fuera verdad. Gracias por participar y un fuerte abrazo
ReplyDeleteEso de que vengan los espectros de los autores de los libros es una buena idea. Así, los preparados o fórmulas magistrales serían la envidia de todos. Me pasaré por la botica a ver si me preparan algo bueno.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
Una botica intercultural donde se dan la mano la ciencia y la cultura, eso ya es el summun...un relato precioso. Besos.
ReplyDeleteAlquimias y magias, preparados y boticarios, la ciencia y la espiritualidad aliadas en la búsqueda de la verdad y la sabiduría, en la sanidad del cuerpo y el alma... al fin de cuentas, de eso se trata todo. Muy interesantes como siempre tus aportes, Myriam. Un beso
ReplyDeleteQue visitantes tan ilustres.
ReplyDeleteUn abrazo
¡Qué maravillosa historia, con esos personas y ese regusto de lo tradicional, de lo antiguo, de los remedios y del compartir de los conocimientos. En el fondo, cada maestro, lleva un sinfín de pasados alumnos.
ReplyDeleteMuy interesante revisión, Myr. Un placer siempre el disfrutar de tus historias.
Un beso enorme. Un abrazo .-)
Muchísimas gracias A TODOS por vuestros
ReplyDeletecariñosos y alentadores comentarios.
Besos y abrazos
No es de extrañar que con ese fantástico equipo de sabios espectros tuviera a punto todos los encargos cada mañana. Y a juzgar por la gran clientela de boticario, efectivos.
ReplyDeleteCurioso equipo de boticarios :)
Bss.