Convoca Inma desde su blog Molí del Canyer
Empacamos apresuradamente hasta lo último que podíamos llevarnos según las indicaciones de mi madre, porque ella sabía que era lo mejor para nosotros. La Partición de la India en dos estados, India (para hindúes y sijs) y Pakistán (para los musulmanes) era un hecho, la independencia de ambos países se proclamaría el 15 de Agosto de 1947 en que El British Raj llegaría a su fin. La liga Musulmana bajo la tenaz conducción de Muhammed Ali Jinnah, había logrado su objetivo a pesar de la reticencia de Mahatma Gandhi que no deseaba una India mutilada. El último Virrey de la India, Lord Luis Mountbatten, concibió e implementó el plan de la partición contra reloj y mediante intrincadas negociaciones hizo que las partes involucradas lo aceptaran. Ya antes dignatarios británicos habían intentado dividir partes del territorio sin éxito. La violencia iba in crescendo y amenazaba con una encarnizada guerra civil que había que evitar a toda costa. Los británicos se iban y la India era un caldero a punto de explotar. Musulmanes contra hindúes, Sijs contra musulmanes, hindúes contra musulmanes y todos contras las mujeres. Porque en tiempos de guerra o de disturbios -lo sabemos- las mujeres suelen pagar el precio del odio de los hombres siendo violadas y asesinadas por una turba sedienta de sangre.
Nosotros -mi padre, madre, dos hermanos mayores y yo, Rania- teníamos la suerte de tener un coche que abarrotamos con nuestras pertenencias más preciadas y necesarias, sabíamos que nos adentrábamos en la incertidumbre y que vendrían tiempos de escasez. Pero no podíamos quejarnos, en cierta forma éramos afortunados, la mayoría de la gente iba a pié o a lomo de burro. No puedo olvidar al mirar por la ventana, mientras mi padre pisaba en acelerador con fuerza, la imagen de ese sij llevando a su mujer en hombros en la dirección contraria. Catorce millones de seres humanos fuimos desplazados para un lado y otro con invaluables pérdidas humanas. El éxodo, nuestro éxodo familiar, comenzó y fue duro, sin embargo estábamos contentos, nosotros que nos dirigíamos a Lahore, sabíamos que se crearía un país nuevo para los musulmanes: Pakistán, se llamaría.
Desde luego esta si que es una señora mudanza. Nos das además la forma como muchas de las personas no podian ir en automóvil y ellos su mudanza partícula era a pie...
ReplyDeleteLargos episodios vividos de muy distintos modos.
Gracias Miryam por tan excelente exposición.
Abrazos y muy feliz noche.
Que difícil debe de haber sido para todo aquel que a través de esas guerras absurdas, tengan que dejar su lugar y migrar para preservar sus vidas.
ReplyDeleteEn tu relato esta familia fue afortunada, no muchas habrán llegado a destino.
Buena mudanza, nos relataste.
Un abrazo :)
Es un relato verídico a todas luces, una exposición perfectamente contada de aquellas migraciones tan crudas y crueles. Que han ocurrido por desgracia en todos los lados del globo.. Muy interesante.
ReplyDeleteUn saludo
Tu escrito conmueve, lleno de certeza, una historia que maneja la realidad, interesante escrito Myriam, saludos y lindo blog
ReplyDeleteConmovedor, son mudanzas forzosas, dolientes, de llanto sin demasiada esperanza. Me ha gustado.
ReplyDeleteUn abrazo
Decisiones politicas , dramas por las poblaciones...
ReplyDeleteEn parte, yo me siento hoy también así, como un viajero hacia otra vida.
ReplyDeleteUn beso, Myriam.
Me ha llegado al alma tu relato, me imagino basado en una de tus múltiples experiencias de alma viaera que eres.
ReplyDeleteMe sobrecogió esa mirada que describes, de la misma manera que lo que pasaría por tu mente al ver esos ojos posados en ti.
Un placer siempre leerte.
Un fuerte abrazo.
Todas las pinceladas de una huida es pos de la libertad y la vida. Además,con esos apuntes verídicos y enlazados. Todo un detalle.
ReplyDeletela escena de la ventanilla, me recuerda a una similar de un libro que leí, pero no en lo referente a la huida sino lo que la niña veía cuando iba al colegio para británicos en su coche conducido por los sirvientes indios.
Una realidad que sigue pasando, tristemente. y no sé si un día acabará. Me da que no.
Un beso, Myr.
Ya ves... cambiar de país, porque se "negoció" y además con miedo...
ReplyDeleteNo es diferente ahora... Quizás no sepamos si cambiamos de país o simplemente no nos quieren donde llegamos...
Besote guapa
Tantas historias anónimas detrás de cada etapa de esto que llamamos civilización y que se ejecuta mayormente bajo la forma de la barbarie. Y las mujeres sufriendo siempre la peor parte. Un abrazo
ReplyDeleteEsas "mudanzas" obligadas que no terminan, el precio de la rotura de paises. La separación de los tuyos pero a pesar de todo la gran capacidad de esperanza de los humanos. Bello relato, gracias por participar, besos.
ReplyDeleteUna historia cruda, una mudanza necesaria para conseguir un poco de libertad
ReplyDeleteAbrazo
Desde luego tuvo que ser un momento extraño por lo disruptivo. Imagino los temores de las personas (muy bien reflejados en la mirada por la ventana de tu protagonista) algunas esperanzas. Bien traído. Gracias.
ReplyDeleteBesos y abrazos
Una mudanza a gran escala.
ReplyDeleteBien contado.
Un abrazo.
Hola A TODOS, muchas gracias por vuestros comentarios sobre el texto. En este caso, hubo creción de un nuevo país (que luego se dividió en Pakistán y Bangladesh) pero a un costo humano muy alto, como suelen ser estas cosas. La alternativa, llegados a ese punto de la retirada británica, hubiera sido una muy larga y sangrienta guerra civil. Lamentablemente la historia está repleta de ejemplos que nos recuerda cuánto nos falta para evolucionar como especie y entender que, más allá de la bandera que esgrimamos o las creencias que tengamos, somos todos, seres humanos.
ReplyDeleteAbrazos a todos