El Catalán, después de una tormentosa travesía, por fin arribaba a puerto. En el muelle lo esperaban los estibadores para bajar la carga.
Foto mía
- Dale, rápido - gritó el contramaestre - no tenemos todo el día- ¡a ver esos cabos, ya!
- ¡Agarra, guevón esa amarra! no, así no... con cuidado que podemos aconcharnos, ¡vamos hombre, más despierto!
- ¡Azocá bien el nudo, carajo! ¡Azocá te digo!
- ¡Azocá bien el nudo, carajo! ¡Azocá te digo!
La verdad es que el Capitán Felipe Fernández, tenía prisa por atracar porque resulta que en llegando a Puerto, descubrió el cocinero del barco un cadáver. Lo triste era que lo encontró flotando en "la cantina", así boca abajo, como quien dice, mirando el fondo, sólo que tan muertito como estaba, no veía ni las uñas de sus pies. Y ya no pudieron beber más agua, porque con semejante fiambre había quedado contaminada. De tanta impresión, aguardiente era lo que querían, para embridar el tembleque porque el Capitán decretó, con la solemnidad rigurosa del entendido que además es la máxima autoridad, que el misterioso sujeto había sido asesinado. Pero... ¿por quién?.
Entre los rudos hombres del barco, cundió el pánico y todos, entre sorprendidos y asustados, se miraron los unos a los otros, preguntándose quien había asesinado a ese hombre al que aparentemente nadie conocía, porque el finado no era miembro de la tripulación. Y este era un barco de carga, en el que no traían pasajeros. ¿Habría acaso viajado de polizón el señor?
El Capitán, que estaba a punto de jubilarse, de hecho este era su último viaje, deseaba cuanto antes regresar a su casa en el Puerto de Cádiz y al retirarse tener una vejez tranquila. Por eso, desesperado, llamó a su viejo amigo, el ex-Capitán Pepe García Domínguez, Oficial de Marina retirado, que ejercía de detective privado en el Puerto de Buenos Aires, que era justo donde habían atracado y le pidió que resolviera el crimen con la mayor celeridad y discreción posible, antes de que las autoridades portuarias fueran notificadas.
A fin de achicar el relato que me han pedido que no pase de las 350 palabras (porque corren Uds., queridos lectores, el riesgo -supongo- de hacer glú glú con tanta sopa de letras y acompañar al finado) he de decirles, que Pepe García resolvió el misterio satisfactoriamente, revelando después de una concienzuda y expeditiva investigación que el difunto era de nacionalidad francesa, que se llamaba Jacques Le Fitte y que era un conocido ladrón de joyas que había estado operando en Marsella, que también resultó ser cuñado del 2ndo Oficial de abordo, quien para ayudar a su hermana a deshacerse de un marido tan poco conveniente, pero que no quería que acabara en la cárcel, lo había dejado abordar el Catalán cuando el ladrón huía de la búsqueda y captura que lo había arrinconado en Cádiz. Y no, no fue asesinado: resultó que el susodicho, estando borracho como una cuba tropezó en la baranda, que al hacerlo cayó al agua de "la cantina" una bolsa con diamantes que llevaba consigo y que al tratar de agarrarla cayó el hombre al agua y como no sabía nadar, se ahogó.
A fin de achicar el relato que me han pedido que no pase de las 350 palabras (porque corren Uds., queridos lectores, el riesgo -supongo- de hacer glú glú con tanta sopa de letras y acompañar al finado) he de decirles, que Pepe García resolvió el misterio satisfactoriamente, revelando después de una concienzuda y expeditiva investigación que el difunto era de nacionalidad francesa, que se llamaba Jacques Le Fitte y que era un conocido ladrón de joyas que había estado operando en Marsella, que también resultó ser cuñado del 2ndo Oficial de abordo, quien para ayudar a su hermana a deshacerse de un marido tan poco conveniente, pero que no quería que acabara en la cárcel, lo había dejado abordar el Catalán cuando el ladrón huía de la búsqueda y captura que lo había arrinconado en Cádiz. Y no, no fue asesinado: resultó que el susodicho, estando borracho como una cuba tropezó en la baranda, que al hacerlo cayó al agua de "la cantina" una bolsa con diamantes que llevaba consigo y que al tratar de agarrarla cayó el hombre al agua y como no sabía nadar, se ahogó.
(Lo que pasó luego con el cadáver y la bolsa de diamantes no se los cuento porque ya me he pasado de largo, por lo que lo dejo a vuestra entera y complaciente imaginación)
Glosario de términos:
Estibador: trabajador que se encarga de cargar y descargar un barco en el muelle.
Cabo: cuerda que según los cordones que tenga puede ser de distinto grueso.
Guevón: pelotudo, forro, idiota, imbécil, tarado; vamos, que se las pisa.
Aconchar: chocar -la embarcación- en el muelle por la acción del oleaje y el viento.
Azocar: ajustar, apretar el nudo naútico.
Atracar: amarrar el barco al muelle para desembarcar y descargar.
Fiambre: Cadáver, finado, muertito
Cantina: tanque descubierto (pero a oscuras) de agua fresca en el barco al que estos marineros,
que preferían beber vino, llamaban jocosamente "la cantina".
Achicar: quitar agua del mar que entra en una embarcación.
Bolsa de diamantes: la que ni tú ni yo hemos visto ni tocado,
pero que podemos imaginar en nuestras manos.
Estibador: trabajador que se encarga de cargar y descargar un barco en el muelle.
Cabo: cuerda que según los cordones que tenga puede ser de distinto grueso.
Guevón: pelotudo, forro, idiota, imbécil, tarado; vamos, que se las pisa.
Aconchar: chocar -la embarcación- en el muelle por la acción del oleaje y el viento.
Azocar: ajustar, apretar el nudo naútico.
Atracar: amarrar el barco al muelle para desembarcar y descargar.
Fiambre: Cadáver, finado, muertito
Cantina: tanque descubierto (pero a oscuras) de agua fresca en el barco al que estos marineros,
que preferían beber vino, llamaban jocosamente "la cantina".
Achicar: quitar agua del mar que entra en una embarcación.
Bolsa de diamantes: la que ni tú ni yo hemos visto ni tocado,
pero que podemos imaginar en nuestras manos.
El cocinero descubrió el cadáver. Al principio pensé que el culpable fue él, por lo mal que cocinaba. Después comprendí que no fue la comida sino la bebida: alcohol con un poco de agua.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
Pagó con su mala acción, no tuvo cárcel pero si muerte.
ReplyDeleteUn feliz día.
Agua contaminado alibi para tomar ron con el bocadillo :
ReplyDeleteQue genial relato ..me encanto bravo Myriam ..la pena que no sogas más , era como estar leyendo una novela de polizontes y policíaca muy bien ..y no importa que no siguieras con ella nos lo has resumido y quedó claro fue un accidente ...
ReplyDeleteAhora a ver quien tiene la joyas robadas !!!.
Un besote guapa . feliz jornada.
parece lógico, el pobre no bebía alcohol por vicio, es que era alérgico al agua.. y, claro, el agua le mató... lo de los diamantes es fácil, en unos meses veremos a ciertas personas que se retiran para no trabajar nunca más ;)
ReplyDeleteuna duda, cantina, al menos por mi tierra no es un depósito de agua. Es una taberna, o un recipiente para llevar leche. Al principio pensaba que te referías a sentina, aunque eso tampoco es un depósito de agua.. simple curiosidad, no afecta al relato ...
ReplyDeleteBEAUSEANT: tienes razón, no existe como término náutico ni en España ni en Argentina, me lo inventé -o quizás lo escuché en algún barco en el que viaje de niña- pero, gracias a tu observación, lo aclaré mejor en el texto. Un abrazo
ReplyDeletePor querer esquivar la cárcel, encontró la muerte. El destino es así, nunca se sabe.
ReplyDeleteBss.
¡Jajaja! Qué divertido lo has contado. Pegada a cada letra me has tenido. Muy bien resuelto el caso con esa implicación al lector para que tome decisiones.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
Lo contaste muy divertido, y eso que era un crimen. Pepe descubre todo :-)
ReplyDeleteUn abrazo y feliz tarde
jajaja la trama de tu relato daba para una novela entera, por supuesto, pero has debido comprimirlo todo y por supuesto, lo has logrado con humor e ingenio . un abrazo y gracias por participar!
ReplyDeleteMuy intresante el relato, muy bien conseguida la trama. Buen principio para una novela.
ReplyDeleteUn abrazo
Tienes una forma de escribir no para un relato sino, para una novela. Es agradable leerte y el desarrollo de la historia bién merece una continuación mucho más larga...escribes perfectamente. Gracias
ReplyDeleteJajaja, Myriam, te ha quedado muy bien con ese puntito de buen humor y la trama tan interesante. Me he quedado con ganas de más, aunque los demás comentarios me han ayudado a la hora de poner mi propia imaginación para finalizar el relato.
ReplyDeleteLo que no entiendo es como estaba la cantina llena de agua... :)
ReplyDeleteBesos y salud
¿Y si lo mandó a matar el oficial retirado?...Una respuesta muy elaborada, tiene tiempo de estudiada...(eso decía un profesor en la universidad) :D
ReplyDeleteTe aseguro que la bolsa la vi flotando al principio en ña cantina...pero no sé dónde fue a parar...
Besote guapa. Muy buen relato
Me gustan los elementos de tu elección Myriam, el muelle, el navío, la tripulación, los viejos oficiales, el crímen, todos atractivos para una historia de misterio.Me gusta también que al resolverse el crimen no fue tal, la realidad a veces es simple y tonta, accidentada. Quedamos con ganas de mas historias con estos personajes
ReplyDeleteBeso y buen finde
Tienes razón, Myr, imaginemos lo que paso despues con el cadaver y la bolsa , volemos con la imaginación.
ReplyDeleteMe gusta que hayas puesto el glosario de palabras.
Un relato divertido y ameno, excelente, Myr.
Un abrazo enorme con cariño y feliz fin de semana.
Muchas gracias a tidos y a cada uno por vuestros comentarios.
ReplyDeleteBesos a todos
Hola Myrian,
ReplyDeleteEs muy entretenido, con mucho humor. Lo mejor, sin duda, es la ambientación que imprimen en tu relato los protagonistas. Pensé que fue el Capitán Fernández el que lo elimino, pero el final me sorprendió. Genial relato, me gustó.
Saludo
Genial Myrian, me encanta la complicidad que logras con nosotros ("los apurados"). Seguramene si tu barco hubiese atracado en Montevideo, te hubiera buscado ayuda, para resolver el caso. jajaja
ReplyDeletebesotes y gracias por tu comentario tan cariñoso en mi blog.