En los versículos 1 a 9 tres ángeles se aparecen ante la tienda de Abraham, cerca de la encina de Membré, símbolo del árbol de vida. Y él y Sara como buenos anfitriones los reciben tendiendo la mesa, sirviéndoles pan recién horneado y cordero. Y los ángeles, en nombre del Señor, en los versículos 10 a 15 les anuncian que Sara, que ya es muy mayor, tendrá un hijo, que incrédula los escucha.
Andrei Rublev (c:a 1360-1430), monje ruso canonizado y uno de los mejores iconógrafos de todos los tiempos, pintó este ícono, de acuerdo a Olga Popova et alt, probablemente en 1411 en un encargo hecho por la Catedral de la Trinidad San Sergio en Zagorsk (hoy Sergiyev -Posad), cuando la Iglesia fue restaurada, o en 1425-27 cuando la Iglesia fue reconstruida en piedra. Trabajó en Moscú y o en poblados y monasterios de sus alrededores. Sus obras hoy se encuentran en la Galería Tretyakov de Moscú y el Museo ruso de San Petersburgo. Se sabe que en 1405 Ruvlev trabajaba junto con Prochor de Gorodec bajo la dirección de Teofanes el Griego en la Catedral de la Anunciación del Kremlin en Moscú. En 1408, ya célebre, fue invitado a pintar los frescos de la Catedral de la Dormición en Vladimir, en colaboración con el iconógrafo Daniel Tchiorny. Más tarde Andrei Rublev fue discípulo del Santo Sergio de Radonege y probablemente vivió un tiempo en el Monasterio de la Trinidad San Sergio en Zagorsk, (hoy Sergiyev-Posad). Pasó sus últimos años en el Monasterio del Salvador de Andrónico en Moscú., en donde también reposan sus restos.
La cristianización de Rusia comenzó en 988 y terminó alr. de 1650 con las reformas hacia la laicicidad de Pedro I, el Grande. El hecho de que las iglesias se construyeran en madera en las que no se podían pintar frescos como en las que se construían en piedra, incentivó la pintura de íconos, esto amén de la influencia del Imperio Bizantino.
Poco antes de que Andrei Rublev pintara sus maravillosos íconos, había triunfado la teología hesicasta de Gregorio Palamas (1296 – 1357/9) con la consecuencia de que este mistisismo influyó en la Iconografía dotando a las obras de una mayor profundidad y búsqueda de la luz Divina, cuya presencia en los iconos invitaba, en la más serena quietud, a la oración del corazón, un rezo continuo interior.
El icono de la Trinidad del AT suscitó tal veneración que fue varias veces restaurado y existe un decreto de un concilio de Moscú del Siglo XVI que conmina a los iconógrafos pintar este tema imitando la obra de Rublev.
Interpretación del Icono de la Trinidad, punto de vista cristiano:
Como he dicho al principio de esta entrada, este ícono en el que Abraham y Sara reciben a estos tres extraños visitantes, a la sombra de la encina de Membré, no representa a los anfitriones, sólo a los tres ángeles emisarios del Señor que portan la buena nueva de que Sara, aún siendo mayor traerá un hijo al mundo, que según la Biblia Hebrea, o AT, será Isaac. En la iconografía cristiana estos tres ángeles son una metáfora de las tres personas de la Trinidad, en la representación de esta escena, las tres personas con alas pintadas en oro, están sentadas alrededor de una mesa en la que un cáliz de oro contiene una trozo de cordero asado. En el fondo arriba a la izquierda, una casa se puede ver, la casa de Abraham, símbolo también de la casa de Dios; en el centro un árbol (la encina de Membré, símbolo del árbol de la vida) y una montaña rocosa - la roca del mundo- de ve a la derecha.
La composición es un gran círculo, círculo de plenitud, formado por los tres visitantes alados, alrededor de la mesa que llevan cada uno en una mano los báculos de peregrinos, cuyas cabezas inclinadas y movimiento interno parte desde el pie del ángel de la derecha y sube hasta su cabeza, se vuelca en el ángel del centro y esta a la vez se posa en la del ángel de la izquierda; los tres focalizando la atención en el cáliz en el centro de la mesa, algo que evoca a la Comunión. Leídas las figuras como Trinidad, tenemos el Padre a la Izquierda, en el centro al Hijo y a la derecha al Espíritu Santo.
Los colores empleados por Rublev para los tres visitantes no son fortuitos. Así, los colores del Padre, a la izquierda, son de una transparencia difícil de describir; los de la Santísima Trinidad a la derecha, una capa celeste como el cielo y un vestido de un delicado verde, lo que evoca el movimiento del espíritu en cielo, aguas y praderas. Y en el medio, el Hijo, con los colores más profundos que unen Cielo (Azul) y Tierra (Rojo-marrón), las dos naturalezas Divina y humana, unidas en él.
El Oro, como el más noble de los metales que evoca pureza, luz y realismo, está presente en las alas de los tres visitantes, en sus asientos, en el cáliz y en la franja de la vestimenta de la figura central del Hijo.
La mesa, el altar, está situado al centro de la composición, Es al mismo tiempo el lugar central de la hospitalidad de Abraham hacia los tres ángeles, pero también lo es la de Dios hacia nosotros. Igualmente de la Trinidad. El altar como nexo entre lo Divino y humano, entonces, favorece la canalización de la Energía Divina que baja a la Tierra.
En la próxima entrada el lunes que viene: Iconografía, una técnica de meditación a través de la pintura.
Bibliografía:
Popova, Olga; Smirnova, Engelina y Cortesi, Paola; "Les icônes, L´histoire, les styles, les thèmes des origines a nos jours", Ed. Solar, Espagne, 1996.
Lowden John; Early Christian and byzantine Art, Phaidon Ed, London , UK, 1997
Beckwith, John; Arte paleocristiano y bizantino; Ed. Cátedra (A. Bonet Correa) España, 1997
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Eliade, Mircea; Images and Symbols. Studies in Religious Symbolism, Princeton Univ. Press, USA, 1991.
Jung, Carl Gustav; Manniskan och hennes symboler, Ed. Tonsa, Spanien, 1981
Jung, Carl Gustav; Manniskan och hennes symboler, Ed. Tonsa, Spanien, 1981
Tanta dulsura en la icona...
ReplyDeleteConocer el significado de los elementos iconográficos de una determinada obra religiosa, en este caso del credo cristiano ortodoxo, forma parte de la cultura común que compartimos en buena parte del mundo, independientemente de las creencias de cada uno.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
A mi, lo que me llama poderosamente la atención es, como en aquellos tiempos manejaban mucho mejor la tecnología que ahora, y si no, fíjate la capacidad de cargar baterias, que hasta se les ve la energía alrededor de la cabeza... :)
ReplyDeleteBesos y salud
Brillante interpretación de una imagen preciosa, cargada de simbología mística. Notable la diferencia de lectura que uno puede hacer luego de leer una explicación como la que aqui nos dejas. Un beso
ReplyDeleteComo siempre, una brillante exposición.
ReplyDeleteEsto prueba que la imagen, -además de la palabra- es otra de las mediaciones que la Iglesia ha escogido desde el principio para que podamos elevarnos a Dios. Dice el Catecismo: “la iconografía cristiana transcribe mediante la imagen el mensaje evangélico que la Sagrada Escritura transmite mediante la palabra” (CIC 1160).
Saludos.
Querida Myriam, por algo se les llama dogmas de imágenes, el año pasado en Rusia, hice un buen número de fotografías a los iconos dedicados a la angelología, especialmente al arcángel San Miguel, patrono del ejército. Visité también el Monasterio de la Trinidad San Sergio, ya que lo mencionas. Me he fijado, porque tengo libros de iconos búlgaros, que en la imagen que has colocado, "La hospitalidad de Abraham" otro autor ha pintado tres recipientes y cuchillos sobre la mesa y en las casas del fondo, Abraham y Sara asomados a la ventana.
ReplyDeleteUn fuerte abrazo.
Grecia, qué maravilla. Eso sí, calor, mucho calor.
ReplyDeleteGracias por seguir visitándome en este imprevisible verano. :-)
Musu handi bat.
Muy interesante.
ReplyDeleteUn abrazo.