El director de cine Abba Kiarostami ha muerto, con el cine iraní pierde a un gran director. Especialmente lo recordamos por su película "El sabor de las cerezas" Realizada en 1997, ganadora de la Palma de oro en Cannes y de otros premios.
Abba Kiarostami nació Teherán en 1940. Su película "El sabor de las cerezas" guarda un enorme
paralelismo con la película “Fresas silvestres” (Smultronstället) de
1957 del director sueco Ingmar Bergman (1918-2007). En la primera un
hombre de mediana edad (Homayon Ershadi) quiere suicidarse y recorre con
su coche las colinas polvorientas de las afueras de Teherán buscando a
alguien que lo entierre si lo consigue. Así durante toda una tarde,
intenta convencer sucesivamente a un soldado iraní, un seminarista
afgano y por último a un taxidermista turco. Siendo éste el único que
accede a ayudarle, pero, sobre todo, a hacerlo dudar en su intención de
suicidarse. El turco le habla sobre su propio intento de suicidio en el
pasado y cómo, gracias al simple sabor de las cerezas arrancadas de un
árbol, prefirió seguir viviendo. En la película de Bergman, el viejo
profesor Isak Borg y su nuera, Marianne, parten en coche para asistir a
una ceremonia en la que aquél recibirá un doctorado honoris causa.
Durante el camino, al pasar junto al hogar de su infancia, el profesor
recoge algunas fresas silvestres. En ese momento, debido al sabor de las
mismas, recuerda al amor de su vida: una muchacha a la que nunca se
atrevió a amar en su juventud. Finalmente, esta travesía se convierte en
un viaje de memorias y reencuentros, con reflexiones sobre el miedo a
la muerte y la soledad, para replantear su existencia, hasta entonces
desprovista de emoción, pasión y espontaneidad. En Suecia, las fresas
silvestres son consideradas un símbolo de regeneración y de la llegada
de la primavera, algo que pone de manifiesto el carácter básicamente
positivo de la película de Bergman que, en buena parte, se ocupa en
mostrar todas las oportunidades perdidas por el profesor, siempre frío y
distante, al que le cuesta mucho responder a la calidez humana, pero
que terminará por comprender su valor. En Teherán, ciudad capital de
Irán, las cerezas pueden ser consideradas como un fruto poco común y
difícil de hallar, de sabor agridulce; una metáfora perfecta para
nuestro héroe anónimo que decepcionado de la vida busca librarse de
ella, pero que al balancear lo agrio y dulce de ésta, decide continuar
vivo. Dos películas, dos visiones, separadas en el tiempo por cuarenta
años que van de 1957 a 1997. Dos directores, ambos importantes para la
historia del cine. Un solo tema: la existencia vitalista del hombre. (Texto tomado de aquí)
Este director dejó un imborrable buen recuerdo en la Semana de Cine de Valladolid. Merece el honor del recuerdo, desde luego.
ReplyDeleteBesos.
Me uno al homenaje.
ReplyDeleteBesos.
Bergman fue mi director favorito...
ReplyDeleteBesos y salud
Un monstruo del celuloide, un gran director.
ReplyDeleteUn abrazo, Myriam.
Cereza y fresas... eran muy comunes a la vera de mi camino hacia la escuela, me endulzaban la vida.
ReplyDeleteTu reseña trae a nuestro recuerdo grandes personalidades del cine.
Un abrazo.
Todo tiene su ciclo...Aunque a veces duele...RIP Abba Kiarostami.
ReplyDeleteVoy regresando poco a poco...Poniéndome al día con los amigos
Besote guapa
me sumo al homenaje.
ReplyDeletebesos
Y no menos imborrable recuerdo en mi cine-club de sí ha mucho tiempo.
ReplyDeleteGracias